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jueves, 24 de enero de 2013

EDMUND BLUNDEN [9187]


Edmund Blunden
Charles Edmund Blunden, (Nacido el 1 de noviembre 1896 en Londres, Inglaterra - Murió  el 20 de enero 1974) fue un poeta Inglés, escritor y crítico.
Era el hijo mayor de Charles Edmund Blunden y su esposa Georgina Margaret, quienes eran profesores en una escuela londinense.

Poco después la familia se trasladó a Yalding en Kent. Fue educado en el Hospital de Cristo y la universidad de la Reina, Oxford y se incorporó al regimiento de Royal Sussex en el estallido de la Primera Guerra Mundial y fue condecorado con la Cruz Militar, por su valentía. Su propia cuenta de sus experiencias con frecuencia traumáticas fue publicada, en 1928, bajo el título Undertones of War.

Inicios literarios

Abandona el ejército en 1919 e hizo uso de una beca en Oxford siendo compañero de clase de Robert Graves, con quien desarrolló una fuerte amistad. Luego abandona la Universidad en 1920 para iniciar una carrera literaria, inicialmente trabajando como asistente de John Middleton Murry en la revista Athenaeum, donde conoce a Siegfried Sassoon, con quien entablaría una amistad que duraría por el resto de sus vidas.

Desempeñó diversos cargos académicos en Tokio, Oxford y Hong Kong y trabajó para el suplemento literario de The Times durante varios años.

A partir de 1944, volvió a dedicarse a escribir a tiempo completo, trabajando como editor asistente de The Times Literary Supplement.

En 1947, regresó a Japón como miembro de la misión diplomática británica en Tokio. En 1953, después de estar tres años en Inglaterra, Blunden aceptó un puesto como profesor de literatura inglesa en la Universidad de Hong Kong.

Muerte

Muere de un ataque cardíaco, el 20 de enero de 1974 en Long Melford, Inglaterra. Fue enterrado en el cementerio de la Holy Trinity Church.

Algunas de sus obras

En 1920, publicó un poemario titulado The Waggoner. Además, junto a Alan Porter, editó los poemas de John Clare.

Realizó además numerosas publicaciones, incluyendo varios poemarios como Choice or Chance (1934) y Shells by a Stream (1944) y trabajos en prosa sobre Charles Lamb, Edward Gibbon, John Taylor y Thomas Hardy. Escribió un libro sobre críquet titulado Cricket Country (1944).

También publicó varios volúmenes de poesía: Pastorales (1916), El Waggoner (1920), Poemas de Inglés (1925), Poemas: 1930-1940.

Sus volúmenes de poesía, El carretero (1920), El pastor (1922) y Murmullos de guerra (1928), reciben influencias del conflicto bélico, durante la Primera Guerra Mundial.

Se publicaron otros volúmenes de poesía, los últimos de los cuales fueron Una casa de Hong Kong (1962) y Once poemas en (1965).

Reconocimientos

En 1951, fue nombrado Comandante de la Orden del Imperio Británico
En 1956, recibió la Queen's Gold Medal for Poetry
En 1963, fue nombrado miembro honorario de la Academia Japonesa.
Fue incluido entre los 16 poetas en una placa conmemorativa en la Esquina de los Poetas en la Abadía de Westminster.

Nacido en Yalding, Kent, hijo de profesores de colegio, hijo entre ocho hermanos, con esfuerzo logró obtener una beca para Oxford de la que no pudo disfrutar por el inicio de la guerra. A pesar de participar en batallas como las de Ipres y Somme y permanecer dos años en el frente no fue en ningún momento herido. Pero su experiencia le dejó una profunda huella que expresó tanto en prosa como en poesía que escribió a lo largo de su vida y que compaginó con su actividad como profesor en Inglaterra  hasta jubilarse como profesor de literatura inglesa en Oxford en la que había sustituido  a Robert Graves.

Bluden nos prepara para el día de la victoria, por lo que vistas sus descripciones intuyo un mayor intención crítica, pues desde su propio título ya parece anunciar la contradicción entre el  glorioso día y la realidad. Los sueños, los recuerdos se mezclan con un paseo por el infierno y se respira un enfado lejos de la melancolía de  otros poetas. Él vivió el día de la victoria, pero no parece que para él, tras lo visto,  pudiera existir una verdadera victoria.




Preparativos para la Victoria (1918)

Mi alma,indiferente a la pestilencia que envuelve
El Valle; no te encojas, mi cuerpo joven
Por estos grandes y ruidosos humos y gruñentes juergas
de hierro ardiente; que aún no puede ser arrojado
el dado que te reclama. Como un hombre  se mueve entre
Estas ruinas, y lo que  tengas que hacer, hazlo bien;
Mira, aquí están los  jardines, allí ramas con musgo colgaban
con  manzanas cuyas mejillas brillantes ninguna  excede de las demás,
y hay una casa aún no destrozada por un obús.
Yo lo haré lo  mejor que pueda, el alma responde tristemente,
“Y  marcaré el todavía no asesinado árbol
El símbolo de nuestras queridas casas que corteja la vista
Y sin embargo los veo no como los vería
Deambulando entre, un fantasma enemigo.
Asqueada  luz, y envenenada, mustia, lánguida,
El menos profanado se gira para desesperarme”.
El cuerpo, pobre incomprendido Caliban,
Sediento y suda  y gruñe para ganar el calificativo  de Hombre
Días y eternidades como olas hinchadas
Avanzan,  y todavía caminamos lentamente en el oscuro laberinto;
Las bombas y  cables y latas por cintas de esclavos
Son cargados para servir la llegada de días y días;
Pálidos duermen en viscoso sótanos, escasos aliados
Con sus  breves blancos la carga. Mira, nosotros perdimos;
El cielo se fue, sin luz, empapada bruma
De  tormentas que calan hasta los huesos; tierra, el aire son enemigos
El negro demonio salta el ladrillo rojo mientras la última foto  
de la vida se va.

Traducción Ignacio Pemán Gavín









Preparations for Victory (1918)

My soul, dread not the pestilence that hags
The valley; flinch not you, my body young
At these great shouting smokes and snarling jags
Of fiery iron; as yet may not be flung
The dice that claims you. Manly move among
These ruins, and what you must do, do well;
Look, here are gardens, there mossed boughs are hung
With apples who bright cheeks none might excel,
And there’s a house as yet unshattered by a shell.
“I’ll do my best,” the soul makes sad reply,
“And I will mark the yet unmurdered tree,
The tokens of dear homes that court the eye,
And yet I see them not as I would see.
Hovering between, a ghostly enemy.
Sickens the light, and poisoned, withered, wan,
The least defiled turns desperate to me.”
The body, poor unpitied Caliban,
Parches and sweats and grunts to win the name of Man.
Days or eternities like swelling waves
Surge on, and still we drudge in this dark maze;
The bombs and coils and cans by strings of slaves
Are borne to serve the coming day of days;
Pale sleep in slimy cellars scarce allays
With its brief blank the burden. Look, we lose;
The sky is gone, the lightless, drenching haze
Of rainstorms chills the bone; earth, air are foes,
The black fiend leaps brick-red as life’s last picture goes.









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