Juan Ramírez Ruiz, conspicuo representante de la poesía peruana surgida en la década de 1970, nació en Chiclayo (Lambayeque) PERÚ en 1946. Víctima de un accidente de tránsito, falleció en junio del 2007. Estuvo desaparecido durante 8 meses hasta que la Policía logró encontrar su cuerpo.1
Junto con Jorge Pimentel fundó el Movimiento Hora Zero que es reconocido como el mayor esfuerzo para democratizar la poesía en el Perú y, también, en Latinoamérica. Ambos poetas suscribieron el Manifiesto Palabras urgentes que fue, en realidad, la partida de nacimiento del proyecto que junto a muchos otros poetas y artistas pusieron en práctica.
Junto con Jorge Pimentel, Ramírez Ruiz también postuló la estética del Poema Integral (enarbolada por primera vez en Kenakort y Valium 10 de Pimentel, y en las primeras entrevistas realizadas a ambos), explicada posteriormente en el ensayo que apareció como una suerte de colofón de su Libro Un Par de Vueltas por la Realidad (1971); allí el poeta lambayecano explica las características principales de la nueva poética, que se convirtió en uno de los principales aportes del Movimiento Hora Zero. Publicó, además del libro mencionado, Vida perpetua (1978) y Las armas molidas (1996).
La poesía de Ramírez Ruiz es una de las más ambiciosas que se haya escrito en Latinoamérica. Otros escritores peruanos como Tulio Mora, Enrique Sánchez Hernani, Rodolfo Ybarra, Armando Arteaga, Bernardo Rafael Álvarez y Freddy Roncalla han escrito ensayos resaltando la calidad de la obra de este importante poeta.
Poemas suyos aparecen en diversas antologías nacionales y extranjeras. Y, sin duda, merece ocupar un lugar preponderante en la historia literaria de Latinoamérica.
El júbilo
Atención, éste es el júbilo, éste es el júbilo
huyendo del silencio, viene, viene, se queda,
limpia, éste es el júbilo, el silencio le huye.
Elfina tú decías no, pero está conmigo
tómalo en mis ojos, en mis manos. Elfina
deja la tarde en la calle, avisa y que vengan,
que se alejen de las ofensas, que descuiden la
acechanza, el improperio, la alevosía,
aviso, dilo y abandona las oficinas,
corre, ven con todos, corre, separa tus dedos
de las máquinas sumadoras, cierra cierra,
los libros, los llaveros, los insultos, éste es el júbilo,
éste es el júbilo, reconócelo Elfina, éste es el júbilo.
Este que se aleja de la redondez del cuatro,
de la punta involuntaria del cinco
o del alambre que sigue al viento. Este es el júbilo,
éste es el júbilo, éste viento cargado
con sonidos de vidrios verdes, éste es el júbilo
y conmigo está mirando la tarde. Entro en los pechos,
en las frescas canciones, entro, éste es el júbilo,
esa música, esa abundancia, ese relumbre
que dejó caer sin recogerlo, éste es el júbilo,
reconócelo Elfina, éste es el júbilo.
Encuentro con el terror
A ti te conozco terror, te conozco:
tú preguntabas por mí, hurgando en mis ojos
con una luna chueca; y yo a ti te encontré
mirando suelo y cielo, solo,
buscando mi error con las dos manos.
Tú querías matarme con astros bizcos,
tú columpiabas mi mente expelida por un golpe:
a ti te conozco, te conozco.
Pero si oscuro va el bosque,
lo que ocultas (¡aquí está!) va más oscuro todavía:
¡remolino de hechos que vomita
un incendio antropomórfico, mi cuerpo
como látigo se agitaba contra mí
con el peso del ojo en la mirada!
Te conozco, a ti te conozco terror;
tú ya no puedes mi mente columpiar.
TERESA
(Está sucediendo)
Teresa
mujer de treintiocho años
(sola entre millares)
quiere tener relaciones
con cualquier hombre,
en cualquier lugar
y a la brevedad posible.
Se anticipa
(y esto es un asunto grave)
le queda poco tiempo
y además
ya perdió toda la serenidad.
JUANA CABRERA
(También esto aún acontece)
Juana Cabrera se ha quedado en la calle.
Su casa ha sido demolida mientras brillaba el sol.
Hubo orden judicial y por supuesto el Juez ha estado presente
y ha constatado los destrozos que han hecho los demoledores.
Y yo la he visto, yo he conversado con ella y
ella ha vivido allí por décadas con hijos marido y hermana.
Ha trabajado toda su vida. Tiene libreta electoral y un solo gusto
los discos de El Satanás de Cuba, especialmente ése "si tú supieras
las ansias que tengo de verte" y el otro "Vereda Tropical".
Y ahora Juana Cabrera está en la calle y ha vuelto a recordar
el maremoto del 42, el sismo del 66 o la caravana de damnificados
o la multitud (que conversaba en las noches) afligida
por esa guerra que terminó en dos horribles hongos.
(Y esto es un asunto grave)
Juan Cabrera va a dormir en plena calle.
Va a tener hambre y frío otra vez.
Y seguramente va a perder peso.
810 GONZÁLEZ PRADA - SURQUILLO
TELÉFONO 284225 ISABEL TELLO VARGAS
Voy a la casa 810 González Prada-Surquillo
y te encuentro o me dan razón de ti Isabel.
Llamo al 284225 teléfono de la vecina
porque tú no tienes, cosa que no es rara en el Perú,
y me hablas tú o me hablan de ti Isabel.
Pero yo no quiero que me den razón de ti
No quiero que me hable de ti
quiero hallarte a ti, hablarte, caminar contigo,
contigo alquilar un carro,
traerte aquí a San Diego
y en mi habitación mientras fumo
ayudarte a desnudar
y luego amarnos con ternura
como dos dulces
y tiernos
seres humanos.
[De su libro Un par de vueltas por la realidad, Lima, Hora Zero, 1971]
Fragmento de Poesía Integral
7.-Para editar una revista
Júntense varios amigos, conozcan bien a dos o tres
entréguense confianza, asuman un papel de vanguardia, recuerden
que toda idea, todo esquema es un medio, nunca un objetivo;
manden a la mierda todo fin personalista,
escupan a todo deseo de notoriedad,
apunten bien y disparen.
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