Óscar Santos Payán (Salamanca, 1969), reside en Madrid desde los diez años. Dirige y presenta el programa cultural La noche a tientas en la emisora Rk20 radio. Guionista y codirector del cortometraje Doce o trece veces, es autor del libro de poemas Infierno sostenido (El gaviero, 2006) y fue finalista del concurso Planeta Agostini de teatro-guión con la obra 2100: la profecía y ganador del Premio de Poesía Gloria Fuertes de Alcalá de Henares. Ha colaborado en diferentes revistas de arte y literatura como Barataria, Fierabrás, Cervantalia, Los Deseos o Salamandria.
Prosa: Un libro que podría titularse el baile de la berenjena (Editorial Baladí, 2010)
De Infierno sostenido
SUCIO
Necesito lavarme entero,
despiojarme los posos de la gente,
rascarme hasta el dolor,
que las llagas supuren los excesos,
los contactos,
y que salte la sangre mezclada
con los recuerdos.
Necesito sentirme limpio,
esconderme en la espesura
de un bosque virgen
y arroparme con la hojarasca muerta.
La maldita soledad secará mis lágrimas,
la nostalgia perfumará mi cuerpo
y el olvido me dará su siniestra bienvenida.
Necesito escuchar música desnudo
y que mi alma se evapore entre las cosas
dejando el recuerdo
de un esqueleto sucio.
Fotografía de Calcuta
Sé de dónde eres
pero no distingo el suelo que pisas.
Sé que hay sueños en la madeja de tu pelo,
que no es suciedad lo que te arropa
sino nuestras inoportunas sombras.
Sé que no pides con tu mirada,
enseñas tu futuro,
los pliegues duros de tu infancia,
tus diminutas manos que esconden
un poderoso secreto en cada pulsera.
No sé tu nombre,
en realidad sólo sé que no
te abrocha el vestido de la vida
y que al mirarme has encogido mis tallas
para soñarte en un pijama todas mis noches.
No sé tu nombre.
CHATARRA
Los domingos despertaban
con la voz de un hombre:
¡Chatarrero! ¡Chatarrero!
No sabía entonces
que hablaba de los huesos,
de la piel que se abandona,
no sabía nada
de ese augurio,
grito profético anunciando
que la vida se va
dejando un proyector de dudas
y un vehículo para el desguace.
MI MADRE
No conoce París,
es su asignatura pendiente.
La vieja ciudad visita sus sueños
y mi madre la recorre con su muleta
de norte a sur, de este a oeste.
No se cansa como en Madrid.
Mi madre es el Pompidou,
rodeada de tubos y llena de arte.
LLUVIA
Hay algo en esta lluvia
cuando paseamos
y sonreímos
y los huesos se pudren.
Pasear a cielo herido
y ensuciar nuestros besos.
Hay algo en esta ciudad
cuando respiramos
y mentimos
y las encías escuecen.
No se permite cantar bajo la lluvia,
pero nos dejan al menos pasear
bajo su incoloro silencio de uranio.
HAITÍ
Tiembla la tierra
para que la vergüenza
escupa muertos.
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