Liliane Wouters
(Ixelles, BÉLGICA 1930) Escritora belga en lengua francesa. Su obra poética, admirada por Alain Bosquet y Louis Aragon, es una de las más importantes de su generación. Destacan los poemarios La marche forcée (1954), Le bois sec (1960), Le gel (1966) y Diario del escriba (1985); las obras dramáticas Oscarine ou les tournesols (1964), La porte (1967), La sala de los profesores (1983), El ecuador, Vidas y muertes de la señorita Shakespeare (1985) y Charlotte o la noche mexicana (1989), y las antologías Panorama de la poesía francesa de Bélgica (1976) y, en colaboración con Alain Bosquet, Poesía francófona de Bélgica (4 volúmenes: I, 1985; II, 1986).
Versiones de Valeria Guzmán
Para Liliane, el poema es la única forma literaria que resguarda con mayor intensidad el misterio de lo indecible. He aquí una selección de poemas sobre la vida, el amor y la muerte.
Il faut savoir
tout perdre, même soi,
même le souvenir de soi, il faut
quitter le lieu, sortir du temps,
jeter les vêtements précaire,
ôter les six membranes, accepter
que la septième avec le grain pourrisse,
que l’eau du fleuve tout recouvre,
que le soleil sèche cette eau,
que le vent du désert efface
sa trace sur le sable.
Hay que saber
perderlo todo, incluso a sí mismo,
y aún el recuerdo de sí, hay que
quitarse del lugar, salir del tiempo,
arrancarse los andrajos,
mudar las seis membranas, aceptar
que la séptima se pudra con el grano,
que el agua del río todo lo recubra,
que el sol seque esa agua,
que el viento del desierto desdibuje
su huella sobre la arena.
Pour vivre, il faut planter un arbre, il faut
faire un enfant, bâtir une maison.
J’ai seulement regardé l’eau
qui passe en nous disant que tout s’écoule.
J’ai seulement cherché le feu
qui brûle en nous disant que tout s’éteint.
J’ai seulement suivi le vent
qui fuit en nous disant que tout se perd.
Je n’ai rien semé dans la terre
qui reste en nous disant : je vous attends.
Para vivir, hay que plantar un árbol,
tener un hijo, construir una casa.
Yo solamente he mirado el agua
que corre diciéndonos que todo fluye.
Yo solamente he buscado el fuego
que arde diciéndonos que todo se extingue.
Yo solamente he seguido el viento
que huye diciéndonos que todo se pierde.
Yo no he sembrado nada en la tierra
que aguarda diciéndonos: yo los espero.
Je sais ce que parler veut dire
Je ne dirai donc que ces mots
« Amour il faudrait vous maudire »
(Je n’en crois pas un traître mot)
Ne nous leurrons pas de promesses
Fol espoir ne dure qu’un jour
Aimons-nous le temps d’une messe
Cela vaudra mieux que toujours
Aimons-nous tant que cette envie
Nous laisse le coeur éperdu
Car nous aurons toute la vie
Pour pleurer les bonheurs perdus
Sé lo que apalabrar significa
Entonces únicamente diré
“Al amor, uno tendría que maldecirlo”
(De eso, no creo ni una palabra)
Que no nos engañen las promesas
Solo un día dura la loca esperanza
En un instante, amémonos
Más vale eso que para siempre
Amémonos mientras el deseo
Enardezca nuestros corazones
Porque ya tendremos toda la vida
Para llorar la felicidad ausente
Au bout de l’amour il y a l’amour.
Au bout du désir il n’y a rien.
L’amour n’a ni commencement ni fin.
Il ne naît pas, il ressuscite.
Il ne rencontre pas, il reconnaît.
Il se réveille comme après un songe
dont la mémoire aurait perdu les clefs.
Il se réveille les yeux clairs
et prêts à vivre sa journée.
Mais le désir insomniaque meurt à l’aube
Après avoir lutté toute la nuit.
Parfois l’amour et le désir dorment ensemble.
En ces nuits-là on voit la lune et le soleil.
Al final del amor está el amor.
Al final del deseo está la nada.
El amor no tiene comienzo ni fin.
Él no nace, resucita.
Él no encuentra, reconoce.
Él se despierta como después de un sueño
donde la memoria ha perdido las llaves.
Se despierta con los ojos claros
y se dispone a vivir su jornada.
Pero el deseo insomne muere con el alba
después de haber luchado toda la noche.
Algunas veces el amor y el deseo duermen abrazados.
En esas noches se ven la luna y el sol.
Aujourd’hui j’ai vécu exactement
onze fois cinq ans, treize jours.
Sans compter les mille existences précédentes,
sans compter les dix mille vies à venir.
Onze fois cinq ans que je tente
de retrouver ce que j’étais,
d’accepter ce que je serai,
de devenir ce que je suis.
Hoy yo he vivido exactamente
once veces cinco años, trece días.
Sin contar las miles de existencias precedentes,
sin contar las diez mil vidas por venir.
Once veces cinco años que he intentado
encontrar lo que era,
aceptar lo que seré
llegar a ser lo que soy.
Mourir d’avoir vécu.
C’est là que je m’attends,
à l’instant de,
au moment où.
Là qu’il s’agit de respirer
à fond.
Morir habiendo vivido.
Es allí donde espero,
el instante de,
el momento en que.
Allí se trata de respirar
profundo.
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