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martes, 6 de septiembre de 2011

4823.- MARIO MONTALBETTI


Mario Manuel Bartolo Montalbetti Solari (Lima, 1953) es un poeta y lingüista peruano.
Mario Montalbetti nació en Lima en 1953. Hizo estudios de literatura y lingüística en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Mientras era estudiante en la PUCP editó su primer libro de poemas, Perro Negro. 31 poemas en 1978.
En 1979 fundó junto con Mirko Lauer y Abelardo Oquendo la revista cultural Hueso Húmero. En el primer número de esta revista publicó uno de sus más importantes poemas, Quasar. En 1995 editó su segundo libro, sumamente experimental, titulado Fin desierto. En la década de los noventa publica dos libros más, el racional Llantos Eliseos y el excelente e intimista Cinco segundos de Horizonte.
Viajó a los Estados Unidos donde obtuvo el PhD en Lingüística por el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
En el plano lingüístico es discípulo de Noam Chomsky. En el plano futbolístico se declara hincha del Sport Boys.
Obras

Perro Negro. 31 poemas Lima, 1978.
Llantos Eliseos
Cinco segundos de Horizonte
8 cuartetas contra el caballo de paso peruano
1917. Anotaciones de un profesor de lingüística de la PUCP (En: http://blog.pucp.edu.pe/blog/1917)




Bastante Menos Que Una Idea

No creas en la verdad.
No creas en la belleza.
No creas en el amor.
Siéntate al piano
sopla el corno
rasga la cuerda
y quedamos a la par.
No me alcances un beserol
si me duele la cabeza.
No repitas conmigo
películas que ya viste.
No creas que hay algo
importante en lo que haces.

Ni siquiera una buena acción
es tan buena como ninguna acción.

Octava nube o noveno cielo apartes
algún día el cuerpo será un hecho suficiente.







Fin Desierto (fragmento)

para Rocío

hay un desierto a la deriva
enterrado entre tormentas
hay un escorpión inteligente

tallado en cada muerte
y hay una muerte tras otra

entusiasmadas con la religión

aves frías te golpean la cabeza
y aprendes enseguida

hay un río dentro del río

fabricando fiebres delicadas
hay una puerta detrás de la puerta

y un bizcocho detrás del mundo

excavamos en los días de la tiza
vertebrado / invertebrado

escribimos para tapar los hoyos
y reparar las faltas

hay un ángel de barro acantonado en posición fetal
y al fondo un enemigo intolerante

hay un musco que contiene réplicas
de todo lo que has oído
hay un libro que repite todo lo que escribes
y otro que escribe todo lo que repites

hay un sol partido en dos
y una sombra espesa en la escisión

hay un perro perdido en el ojo de la horca

(cada línea es un río una calle un color imaginario
un número irracional en medio de una suma infrecuente
el rostro cambiante de una ventana un amanecer en tu boca
una lápida una lápida que no coagula…

porque cada línea contiene su propia ausencia
porque cada línea no importa

la escala termina con la forma
los ritmos y las texturas se desbandan sobre las dunas
la aridez se hace rama inquebrantable)

de todas las huellas / escoge la del desierto
de todos los sueños / el de las bestias
de todas las muertes / escoge la tuya propia

que será la más breve y ocurrirá en todas partes

decimos nada sobre todo
buscando a aquél que lo dice todo sobre nada

sobre la mesa hay animales vivos y flores amarillas de montaña

muertes simples que se clavan en la tierra como estacas de plata
estampas de los santos gregorio santiago y benedicto

la luna vacía y el sol de invierno

los pies de aquellos que pisarán los granos esta noche
los tambores los cuernos en espiral y agonías que besan los cielos
el violón de madera balsa las cuerdas de metal

todo está sobre la mesa
sobre la mesa las hojas de coca y los nevados
y los ríos de obsidiana

las piedras que se repartirán a medianoche
y la medianoche entera
besando el corazón de un cóndor y la voz de una mujer
que irá de casa en casa buscando a sus familiares todo esto

todo esto está sobre la mesa

¿por qué lo hacen de esa manera? así lo hacen así lo
hacemos

sobre la mesa las tormentas y los vientos y los lagos
de altura
la sed continua de las gargantas en las islas

el diario secreto de las amazonas
el manojo de rosarios cuyas cuentas no conocen
todavía
el paso fugaz de las yemas hacia la redención

todo está sobre la mesa todo esto

así lo hacen así lo hacemos
cañas negras vibran entre sus labios
saliva espesa lame las caries negras
cerdos de patas negras con negras circuncisiones
merodean en silencio

todos lo saben todos los han visto
y están todos ciegos de ver tanta ausencia

se ha ido

puso al ave intoxicada
sobre el abismo y dijo
alcanza al ave de fondo
y resuelve el suspenso
de toda esta geometría

vuela en silencio
abriéndote al espacio
que no toma en cuenta
el espacio que ocupan
las cosas llamadas reales

el ave descendió tres
tormentas espirales
y encontró al ave
que laceraba su letargo
colgada de un rayo de porcelana

aquí hay alguien
que se ha ido y que ha dejado
esta succión i>
y termitas en todos los peldaños

y en todo este espacio abierto

los niños nacen sin cerebro

y encierran sus cabezas en bolsas de plástico
y deambulan por el desierto

como astronautas atormentados
medio millón delicadamente

desolados por esta versatilidad
de la repetición
hallan

un muslo un fémur un párpado

y una sanguinaria homilía sobre esta visión
que no hay ojos que vea
propiamente

porque es aguja y agujero al mismo tiempo
el mismo nervio
óptico

y en todo este espacio abierto

los senos están secos y las tibias tibias

hallan

el gran decorado de fondo que sigue su viaje

más de lo mismo tras más de lo mismo
como una piedra encerrando el fósil de una piedra

todo este espacio y ningún lugar donde ponerlo
vacíos
los niños aspiran el ágil plomo de las tardes frías
y cargan de tumor sus tristes tálamos

sordos a las palmeras
bajo cuyas palmas se indigestan

y ciegos

con cada muerte me vuelvo más lento
menos elegante y me recuesto en piedras

que son cráneos dormidos en el desierto
mi lengua está tatuada de sed

y las tormentas caen como flores
que caen de otro planeta

por fin el fin que no admite comienzos
o esta redención

entierro mis ojos
estudio mis manos mis uñas
son rabia fosilizada

persistencia del cólico de los árboles
ramas negras contra el cielo dorado
y el invierno sobre el invierno

el tiempo transfiere su ponzoña al paraje
los sueños nos despiertan picoteándonos los ojos

persistencia del cólico de los océanos
el primer sonido es un eco del último
peces de agua dura rellenan los desiertos submarinos

siete pozos son los siete días y veinticuatro
muelas las horas decapitadas por la marea

persistencia del cólico del fuego
naufragio de las hojas de té en agua hirviendo

una pared blanca con cien sombras que danzan
entre lluvias secas un fandango sangriento
él muere ella murmura y muere

persistencia del cólico del colibrí
por eso mira fijamente a la muerte en los ojos
y le hinca el pico afilado hasta dejarla exangüe

y transfórmale sus oscuros humores
en néctar absurdo que sólo la adicción redime

persistencia del cólico de los perfumes
llevo en atados aromas sombríos que emanan de la tierra

lentos desastres son estos cantos de amor

esta montaña gris o esta bola de acero

este ascenso inesperado a 5000 metros
el vago huayno que me trajo hasta aquí

describe lechuzas negras y amores cortos
ensangrentados

ver en la oscuridad o a través de ella
caer de aviones

danzar al son de once arpas afiladas

el altiplano me debilita / nunca estuve ahí

nunca estuve ahí
ese ichu inerrante o esta mesa turquesa

esta muerte no es muerte

cómo será tirar a 5000 metros
estrangulado por el aire raro

o por el vómito de un ave carbonizada
nunca estuve allí

nunca estuve ahí
nadie está bien

esta débil precocidad de la sinrazón
este vado

este viento que otras bocas chacchan
más voraces y más insanas

nunca estuve ahí

arden las hojas secas
verdes fuera de si

lo que cambia entra
en combustión
se vuelve otra cosa
de otro color

en el estanque las carpas
rojas escarban
donde el espacio
no puede entrar

toma té
tres sorbos
tres veces

del corazón emigran
sueños solitarios

siguen las direcciones
de las ramas que caen
sobre el agua

solamente en una canasta
de vientos
puedes llevar tu vida

el fuego pesado de la hoguera
reconoce el carrizo
y huye de las malas

lo que adquiere forma
está condenado
a perderla

té / tres sorbos más







Ya No Te Quiero, Pequeña

Ya no te quiero, pequeña
ahora amo a los caballos.

Mañana amaré a las islas
y pasado será alguna ave.

(Tal vez en tres años
te vuelva a amar).

Y luego serán las vacas
pintas y luego serán
los minerales ?tú sabes, el
cobre, el hierro, el?
y luego serán las ciudades
(alguna que otra jirafa)
y luego los puentes.

Antes un arcoiris que amarte, pequeña,
ya no te quiero
ahora amo a una mujer
que disuelve sus cuerpos
en las lluvias del otoño
iluminada/ anudada/ inundada
por el neón brillante
del poste de alumbrado público.

(Oh pequeña)
ya no (te quiero
Oh mujer)
ya no te quiero

sólo amo a las calles que me alientan
hacia la noche mientras la noche
ya no es noche sino mar y el mar
tumba de sonámbulos océanos, licor.








Una sucesión de amaneceres

No sabes lo hondo que es lo vasto que es
viajar serpentino entre los rayos de una bicicleta
robada al vecino

Así aparece el primer tema rodando por las arboledas
una buena mañana el primer tema que es el tema del miedo
del miedo a caerse al suelo del miedo a las cosas
a las que tenemos que acercarnos para verlas de cerca
del miedo a lo que repta como si caminara miedo
a perder el habla miedo a perderlo todo que es el miedo
a morir que no es lo mismo que el miedo a la muerte

morir es un acto cometido fuera del verso

es ilegible es arrimado se muere siempre afuera siempre
entre ruidos siempre en suburbia morir es un ademán
como quien entra en actitud de ejecutar algo

sólo que nada y sólo que siempre al final

la muerte en cambio es parte del verso se diría
parte misma del verso es un cuerpo extraordinario

no sabes lo hondo que es lo vasto lo impredecible

más impredecible que la danza de una lengua de fuego
más impredecible que un mal sueño al tercer día
de haber emprendido un viaje esto es lo más impredecible
lo más impredecible es lo que vas a pensar a continuación
ahora que ya te has gastado todos los puntos seguidos

porque todo absolutamente todo cuenta

el primer tema es el tema del miedo es el tema
de las dos miradas que cruzan a mitad del ojo
el tema de las dos miradas que se cruzan sin verse

dando simplemente la sensación de un encuentro
que no se ha llevado a cabo como si una bala
pasara cerca del hombro y dijéramos casi mientras
sentimos una ligera vibración en el aire un silbido
plateado casi un temblor helado un mal de ojo
que nos envuelve sin dejarnos reaccionar

y emergemos perplejos y emergemos hastiados
de tanto hablar en lenguas

pero igual gracias por preguntar

gracias por registrar con esmero las insoportables
diástoles de la pasión insoportables

no sabes lo hondo lo vasto lo bello que es











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