Antonio Agudelo (Villaviciosa, Córdoba, 1968) es poeta, antólogo y ensayista. Estudió en la Universidad Laboral de Córdoba y fue miembro del Laboratorio de Creación Literaria, caldo de cultivo para otros destacados poetas locales como Pablo García Casado, que lo define como “un animal hecho por y para la poesía”.
Viajó por Europa buscando las raíces de sus poetas favoritos como Rilke, Hölderlin, S.J. Perse, Eliot, Mallarmé, Rimbaud, Trakl o Bonnefoy. Agudelo ha ofrecido conferencias y lecturas poéticas en Madrid, Barcelona, Ibiza y Córdoba, y habitualmente participa en los ciclos Citas Literarias –organizado por la Diputación cordobesa– y Letras Capitales –del Centro Andaluz del Libro–.
Ha sido jurado de los prestigiosos premios de poesía Vicente Núñez y Acordes. Recientemente, ha publicado los poemarios El sueño de Ibiza y la antología Paisajes corchuos. XXV años de la literatura popular de Villaviciosa (ambos editados por la Diputación Provincial).
Paralelamente, Agudelo ha cultivado el ensayo en torno a la experiencia poética con El impulso creador y el sentido de la palabra inicial. Posee algunas obras pendientes de ver la luz como es el caso de Madre y Cuatro estaciones. Haikus zen en el umbral de la muerte, y un libro inédito, Como la luz, poemas de amor y muerte.
EXTRAÑO
Ya silban los cuchillos negros en nuestro corazón.
Alguien sangra de frío ante una tumba vacía;
van a venir
muy pronto los torturadores, los que golpean el hígado
hasta la pausa mortal y vaciar el corazón.
Cualquier momento es el momento de morir, de pasar a no ser;
¿vuela el alma entera a su quietud, el alma en ala del pájaro cantor?
¿Qué fue la vida, qué fue existir en un jardín torturado?
¿Y esto era la vida, morir tantas veces?
Amanecí bajo el morado fondo del crepúsculo
y fui la noche en tus párpados.
Escribo con mi sangre, perdí lo que nunca tuve.
¿Quién puede amar la inexistencia,
Escribo con mi sangre, perdí lo que nunca tuve.
¿Quién puede amar la inexistencia,
quién puede existir entre dos negaciones y
sangrar de frío hasta vaciar su corazón? Qué extraño.
(Como la luz, poemas de amor y muerte). Inédito.
VERÓNICA
Dorada y dulce como una naranja
abres las páginas del libro
entre los lirios tiernos
de la laguna blanca de tus manos.
Inclinas la cabeza y lees los versos
igual que el girasol los surcos de la tierra,
el fuego contenido de las brasas,
la magnolia de un eco de tormenta,
la historia de mi corazón escrita
con el amor que alienta el desamor.
Hay palabras escritas con cuchillo,
con el vacío de quien busca una respuesta.
Verónica, al oír mis palabras en tus labios
confieso que sentí el temblor de mariposas
que siente el alba con la flor del cerezo.
Con ojos húmedos me miras a los ojos,
y en tu mirada me habla la luz,el enigma
oscuro de la luz,
ese lenguaje de luciérnagas
que nos acerca a lo invisible y crea el mundo
que nos salva del mundo.
Rosa de mayo, conocerte es florecer,
y celebrar la vida desde la belleza.
( Poema dedicado a la poeta Verónica Aranda )
sangrar de frío hasta vaciar su corazón? Qué extraño.
(Como la luz, poemas de amor y muerte). Inédito.
VERÓNICA
Dorada y dulce como una naranja
abres las páginas del libro
entre los lirios tiernos
de la laguna blanca de tus manos.
Inclinas la cabeza y lees los versos
igual que el girasol los surcos de la tierra,
el fuego contenido de las brasas,
la magnolia de un eco de tormenta,
la historia de mi corazón escrita
con el amor que alienta el desamor.
Hay palabras escritas con cuchillo,
con el vacío de quien busca una respuesta.
Verónica, al oír mis palabras en tus labios
confieso que sentí el temblor de mariposas
que siente el alba con la flor del cerezo.
Con ojos húmedos me miras a los ojos,
y en tu mirada me habla la luz,el enigma
oscuro de la luz,
ese lenguaje de luciérnagas
que nos acerca a lo invisible y crea el mundo
que nos salva del mundo.
Rosa de mayo, conocerte es florecer,
y celebrar la vida desde la belleza.
( Poema dedicado a la poeta Verónica Aranda )
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