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sábado, 9 de abril de 2011

3876.- JOHN BETTER


John Better. Barranquilla (Colombia), 1978. Sus poemas fueron publicados en 2006 bajo el nombre de China White, con la editorial independiente mexicana Salida de emergencia. Parte de este material fue publicado anteriormente en la revista La Obra dirigida por Lauren Mendinueta (¿su descubridora acaso?) y traducidos al alemán posteriormente por el escritor austriaco Wolfgang Ratz. Poemas de China White también han aparecido en revistas como la española Casa Tomada y la colombiana Arquitrave. El escritor chileno Pedro Lemebel asegura que Better es mejor cronista que poeta; el escritor colombiano Efraim Medina Reyes lo contrario. Lo cierto es que próximamente verá el mundo su opera prima como prosista titulada Anacrónicas travestis y otros relatos.



BASURA QUEMADA

Basura quemada
Eres basura quemada
Joyas prestadas a una rubia tonta debutante del burlesque
Basura quemada ardiendo en la aurora de un espejo quebrado
De naipes coronados con amarillentos diamantes
De condones usados y decapitadas cabezas de piñatas
con los dientes quebrados

Basura quemada es esa nube que se alza en la distancia
Son esos algodones y esos guantes quirúrgicos d
onde hierven disecados petalos de sangre
Esas calabazas zumbando de moscas rubí
Esos cascarones cuajados de fetos
Esas revistas de pornografía donde ranas trasparentes
babean su gelido orgasmo

Todo es basura quemada
Incluso tus labios donde se hospeda una medusa de fiebre
También tu lengua de filosas espinas plateadas
Todo es basura quemada amor
Incluso Jhune y Kent tan distantes de mi
y al otro lado de la cámara pajeandose sobre un mugroso colchón en algún scort de Manila
También Koyiro asombrada de ver flotar libélulas
en el agua del lavatorio

Todo es basura quemada
Excepto este poema que hasta ahora empieza a arder








LOS MINUTOS RESTANTES DE PUCK

Un grupo de doctores en Tijuana dijo: ven,
yo te puedo ayudar Porter
(De “ Donde pastan los ponys “).

Fui pumkin
Fui gueto
Immer Bosnia
Fui Garçon D’Honneur
Fui Queen Elizabeth
Las cofradías ocultas
Fui stereo MC’s
Fui Robert Zimmerman
La casa encantada de Emily Dickinson
Fui l’eau d’un chapeau
Fui Aurelio Arturo al empezar el día y ya en la tarde de
neón era Gonzalo Arango pisando el césped con botas de hule.

Fui pumkin
Fui gueto
Immer Sarajevo
Fui Bergerec
Fui hotel grand royal
Los restantes minutos de Puck
Fui huîter
Fui Ezra Pound
“Un quebrado manojo de espejos”
Fui el Jerarca Brown

Fui miss Jhonsson de California
Fui el nudo de una corbata
L´irresistible jouet
Fui Jean Cocteau
L’ enfant terrible
Y ya la noche ceñía con encajes mi turbio vestido
de primorosos cantos
Fui Jean Cocteau
Y mientras lo era alguien despertaba del coma
con las manos llenas de nieve

Fui Pumkin
Fui gueto
Always pedestal
Fui Huckleberry Finn
Fui Gay Lussac
El Nuevo barrio obrero
Fui la pirámide ópera
Un rosal de volcánicas fluorescencias
Fui Silvia Plath y los niños desquiciados del orfanato
Fui una calabaza de grandes ojos destellantes, y el hacha
que hirió al roble
y la
porcelana
Fui your little darling
Una tóxica isla de flamingos
La arquitectura efímera
Las huellas que conducían a la entrada de un viejo granero
Fui pumkin
Fui gueto
Fui una niña pobremente vestida, deambulando
por las calles de sacramento
Tenía 14 años…
Fui la novia del átomo
Fui y luego llegaron los otros
Fui Go Toba en su silla de lisiado inmóvil
ante ese ultimo crepúsculo
Fui el cuerpo de su amado
Dorado plateado en el amanecer de Río de Janeiro
Fui la inexacta geometría
Lo que no alcanzó a hacer luna o espejo
El pálido terciopelo del agua
El cadáver que guardaba los diamantes en su fondo oscuro
Fui y nadie lo fue antes
Nadie puso la sortija a la entrada de la madriguera
No grita la blanca muchacha desde la alta torre
Nada asciende desde el fondo del estante
Y cada vez más noche ¡









POEMA DE PESARES POR WALT WHITMAN

Yo que no soy Walt Whitman
Comparto mi nata con los huérfanos
Y fumo la hierba y soy inocente
Yo que no soy Walt Whitman
Mañana seré menos joven
Y lo que fue seguirá siendo sin descanso
Nada evitará que la ceniza caiga
Nada evitará que este poema se curve como herradura
Siempre se guardará un pedazo de pan
Siempre la luna y su bronce sonoro
Todo siempre
Nunca esos prados donde mi voz no alcanza

Ahora lento el mundo se abre
Como un ojal de camisa sobre la tela cruda
Reposo mi amor durante días sobre el establo
Celebro cada amanecer con cebada
Y una de mis manos aprieta fuerte el corazón de quien he amado

Habitual la mañana se despide
Y algo en la distancia, como fuego, presagio o caravana espera.
Este que escribe estas vagas líneas
Y que no es Walt Whitman
Se ha paseado desnudo y hermoso por pensiones y hospitales
Por almacenes hoy ya clausurados
Ha visto ese otro sol
Eso otro Candem de vidrio y ceniza
Se ha roto ante los ojos de su amante
Para que éste le crea
Para que en verso preciso algo también se rompa
Para que en el poema templen el oro y la cura.
Ha dormido
Y en el sueño ha creído ser Walt Whitman







Poema con aparador y fuga

A veces una Habitación 514
A veces la muerte bajando por un ascensor junto a coristas, delegados y camareras.

A veces la muerte detrás de un aparador entorpeciendo
el sueño obsceno del oficinista
A veces la mujer del oficinista se enamora y se viste
de camarera
y estos versos no son mas que levadura fermentándose
a la sombra del nopal.










Suite

Es apenas lo posible
Lo amado
Olvidado a la intemperie
Dejado atrás en el sueño
Apenas lo soberbio
Surco de cenizas que en la oscuridad se abre

Es apenas la espesura en la hondonada
Lo que de no haber sido, seguro ahora falta
Lo secretamente pactado durante el relámpago
Lo dulcemente prometido

Son tan sólo estos años
Este obscuro rebaño abriéndose paso entre la ribera
Esta precipitada e inexacta geometría
Esta luna y este bronce, apenas posibles a veces
Tan sólo a veces.









Jaime Sabines

El viejo poeta agradece la generosidad de los panes en la cesta
y el humilde fervor con que una mano los lleva hasta su boca.
Agradece las nomenclaturas, el café de espera en las oficinas
de correo, la brevedad y el rito de que una sonrisa está hecha,
el ángel custodio de las farmacias, el ángel que vigila
las tiendas de campaña en la cordillera.
Agradece esto y aún más las cartas enviadas desde Perú
y Uruguay.
Ya viejo el poeta
Convencido de su locura y de sus setenta años se dice así mismo:
“Nadie mas que yo entiende esta luna de México,
esta tempestuosa claridad, nadie mas que yo conoce
sus propósitos de fiebre y torpe adoración”








De pertenencias

¡Ah! estas manos que vindican y que ceden a los mas terribles vicios
no alcanzan el amor
no han celebrado en la caridad de ese raro hábito instante alguno.

Y estos ojos
no abarcan distancia mínima
no te precisan cuando estas proxima...

¡Ah! días mas nobles que las manos y los ojos míos
días en los que fui la pasajera cedida al vértigo.

Hay en el aire reciente la certeza de las cosas que han sido.
Consumida, la noche cierra su nucleo.



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