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domingo, 20 de marzo de 2011

3715.- IGNACIO ELGUERO


Ignacio Elguero - (Madrid 1964)

Ignacio Elguero de Olavide es periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado en distintos programas de radio y televisión (Telemadrid , SER, Antena 3, Canal Sur, TVE, RNE).
Es Premio Ondas 2002; Premio Internacional audiovisual Antonio Machado 2002 y Premio Leer y entender la poesía de la Universidad de Castilla la Mancha 2006 por “La estación azul “ programa que codirige en RNE-R3.
Como guionista del programa “Fin de siglo” de RNE , participó del Ondas 2000 , Internacional de Periodismo 2000, y Antena de Oro 2000 concedido a éste programa.
En la actualidad se dedica a la información cultural y literaria en RNE y codirige el programa “La estación azul” en R3.
Tiene publicado los libros de poemas
“Materia” (Premio Internacional de poesía 2006. Editorial Hiperión)
“El dormitorio ajeno” ( Editorial Hiperión. 2003)
“Cromos” (Huerga & Fierro 2000)
“Los años como colores” (Huerga y Fierro 1998)
y las antologías de poesía joven
“33 de Radio 3” (Calamar ediciones.2004)
“Periféricos” 15 poetas. (Colección literaria Universidad Popular. San Sebastián de los Reyes. 2004)
“Inéditos, 11 poetas” (Huerga& Fierro. 2002).
Así como los ensayos
“Los niños de los chiripitifláuticos” (Editorial La Esfera 1ª ed. Abril 2004. 5ª ed. Diciembre 2004; edición de bolsillo, junio 2005))
“Los padres de Chencho” Editorial La Esfera. 2006).





Límites

He llegado a los límites de O Grove.
Allí, donde la diosa,
donde habita la diosa.
Es absoluta, el límite.
Es cuerpo y es península.
Todo sol es península,
pues es la luz unida
siempre a un cuerpo.
Y el cuerpo es eso: límite.
No traspaso los límites
del territorio ajeno.
Te tengo frente a mí,
belleza, cuerpo bello,
perfil, rostro divino.
No juego en tu desnudo
pues todo en ti es altar,
todo es sagrado, sueño.

Yo soy como la esclava
frente al busto del héroe:
un mero animador de tu presencia.

Somos memoria, pues somos palabra
revelada. Más la diosa es visión,
es mito, es realidad;
es dios y es diosa.

Así el amor es luz,
presencia de los días
que reclamo, cuando siento la ausencia
de su verbo. Te tengo junto a mí,
no puedo articular mi diccionario.
No sé muy bien qué plato
prepararte, qué plato has preparado,
qué banquete de voces o silencios
nos aguarda. No sé beber de ti
pues eres sólo espacio;
eres cuerpo y espacio, sol licuado.

Sí, te temo como a un juego retórico
donde todo es imagen.
Te intuyo desde el límite
al olor de tus ramas.
Todo aroma, carne de sol, morena
gratitud, tierra del norte; tu norte.

El deseo es el tiempo
que ahora habitas, tu molde como un fruto,
diosa morena, vida
como el barro, como la tierra. Tú,
que me has llevado al límite
entre el ángel y el lecho,
allí donde sin duda me condeno.

Mi noche y mi delirio,
tú, límite y razón, final incierto.



Materia



Si todo fuera piedra,
si tan sólo la piedra sobrevive
como piedra, con la dureza propia
de los cráneos. Si ya no es catedral,
si no es corazón duro, no es aljibe ni pozo.
Si la piedra es granito,
si no es flecha de sílice,
ni tótem ni muralla.
Si es materia y cantera
sin los picos y palas que la busquen.
Si no es temperamento,
pues no hay ya donde habite,
ni molinos futuros ni pasados
que generen la luz
o que muelan el trigo.
Si sólo es lo que muestra
la piedra cuando miras,
entonces debe ser que ya no estamos.






Cromos

Retrato

Déjame besar tus pies
y tu memoría
en donde viven alas genitales,

mientras presiento como te desvistes
y siembras de sol
mis láminas de yodo.
Al tiempo voy creando
la imagen que me plazca.
Era extraño rozar tu vientre ajeno,
cruzarnos humedad con los cerrojos,
y ver la estrella abierta de tu pecho
cómo rueda hacia la costa circular
de mi deseo.
Déjame encontrar
la esencia de tu forma.
Te beso donde estes
alma suprema.

Los versos en cursiva pertenecen a J. E. Adoum.



Los años como colres


A cualquier hora
podría hablarte
de nuestra semejanza,
comunicarte lo mucho
que nos parecemos
y hacerte partícipe de tan curioso efecto.
Quizá me mirases entonces
con una azorada sonrisa
y tu igual te sonriera
sin estar yo presente.





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