Luis Marigómez (Nava de la Asunción, Segovia, 1957). Escritor, poeta, traductor y crítico literario, reside actualmente en Valladolid, en cuya vida cultural nunca ha dejado de participar activamente, tanto desde la vertiente de la escritura como desde la audiovisual: sus primeros cuentos publicados coincidieron, en el tiempo, con sus primeros cortometrajes (aunque luego abandonó esta senda para centrarse en la literatura).
Ha publicado dos novelas y dos libros de relatos, caracterizados por su contención narrativa y por su lenguaje seco, contundente, depurado al extremo. Es también responsable del prólogo y la traducción del libro de poemas Luna nueva, de Margaret Atwood (Icaria, 2000) Asimismo, ha colaborado con artículos, relatos, poemas y traducciones (John Ashbery, Raymond Carver, Flannery O´Connor, Donald Barthelme, Ezra Pound, William Carlos Williams…) en periódicos, revistas literarias (Encuentros, Un ángel más, El signo del gorrión, etc.) y libros colectivos. También ha sido crítico literario, habiendo publicado en las páginas culturales de diarios como El Norte de Castilla, Diario 16 o ABC. Fue corresponsable de la revista de poesía "Veneno" de 1989 a 1995 y perteneció al consejo de redacción de "El signo del gorrión".
El volumen de relatos Ramo (2001) obtuvo el premio de narrativa Miguel Delibes; reúne once piezas en las que el autor aborda, desde la prosaica dimensión de lo cotidiano, las eternas pasiones del ser humano, que consigue, a pesar todo, mantener latente un poso de vivificadora esperanza. Tomás Sánchez Santiago observó que “como las mujeres de los cuartos de hotel de los cuadros de Hopper, los personajes que actúan en Ramo son solitarios a los que el desencanto ha visitado ya para imponer su aura triste”.
En su novela Rosa disecciona, con cierta dosis de ironía y humor negro, la fallida relación amorosa entre dos seres anónimos, mediante un certero análisis del proceso, desde el principio hasta el fin, en el que se enfrentan dos visiones dispares del amor: una romántica, la de la mujer, y otra, la del hombre egoísta e inseguro, absurda y empecinadamente materialista. La energía de Marigómez en esta obra, ha señalado Miguel Casado, “recuerda la de un nihilismo antihumanista que persiguiera una extraña limpieza, una nueva tabula rasa desde la que alguien pudiera volver a empezar sin las cartas marcadas.”
Más recientemente, ha publicado la novela A través (2007), un diario en el que el narrador y protagonista observa y analiza con frialdad de científico todo lo que sucede a su alrededor, ya se trate de las fotografías macabras que traen los periódicos que de plantas o una pieza de jazz. Construida a base de fragmentos, como teselas de un mosaico, está alejada del tremendismo de Rosa y Ramo, pero conserva algunas claves literarias características de su autor, como un cierto pesimismo en el enfoque de las relaciones de pareja.
En 2008, publicó Año, su primer poemario, donde, tal como ya apunta su título, se refleja de manera casi impresionista el paso de las estaciones y sus efectos sobre los paisajes.
BIBLIOGRAFÍA
NARRATIVA
Sofocón (1989). Caja de Ahorros Provincial de Valladolid. Relato.
Orillas (1992) Editora Regional de Extremadura. Relato.
Rama (1998). Editorial Límite. Cuentos.
Vísperas (1999). Huerga y Fierro. Novela.
Ramo (2001). Alianza Editorial. Cuentos.
Rosa (2002). Losada. Novela.
A través (2007). Editorial Kailas. Novela.
POESÍA
Año (2008). Icaria.
Marzo
la oscura bóveda del cielo, la tierra deslumbrante
Samuel Beckett
clarean algunos botones del camelio
se abre el rosa pálido
de pétalos
todavía cerrados
la azalea pierde las flores
despacio
mantiene los estambres
erguidos
alfileres fucsia
la tierra se cuaja de hojas secas
y pétalos encogidos, y secos
izquierda y derecha
a la izquierda un amasijo de cuerpos
y ropas y maderas quemadas
restos de cabezas que miran a la derecha
a la derecha cuerpos que se doblan
envueltos en monos de trabajo,
guantes
tratan de separar en individuos
los restos de la izquierda
luz de flash
el esqueleto de la hortensia
empieza a despertar
de huevos blancos del camelio
asoma un rosa leve
que no termina de ser flor
el sol de la tarde en la terraza
alimenta
en la tierra de los jardines
tallos de tulipanes
brotan
puñales verdes
luces verdes
en las copas de los arces
gusanos en la tierra
después del chaparrón
alrededor de los álamos
no se abren
muchos capullos del camelio
el viento los tira al suelo,
enteros, sin terminar de nacer
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