Cristián Gómez Olivares (Santiago de Chile 1.971)
reside en Estados Unidos. Ha publicado, entre otros títulos, Alfabeto para nadie (Valparaíso, Fuga, 2007), Como un ciego en una habitación a oscuras (México, Conaculta, 2005), Pie quebrado (Salamanca, Amarú, 2004, Premio de poesía Víctor Jara), Inessa Armand (Santiago de Chile, La Calabaza del diablo, 2002) y Homenaje a Chester Kallman (Luces de Gálibo, 2010). Fue miembro del International Writing Program de la Universidad de Iowa y es padre de Carmen y Mariana. También traduce.
La poesía de Cristián Gómez Olivares es sencillamente perfecta. Pocas veces se encontrarán juntas tanta inteligencia y sensibilidad. Sus poemas fluyen de lo particular a lo general sin transiciones bruscas.
Desde luego, quien quiera descubrir una voz distinta y personalísima ha de acercarse a su poesía. De lo mejor que ahora mismo se escribe en español.
La novia negra
Me casaría contigo por ese vestido blanco que
llevas puesto como si fuera una prenda de garantía
o de pureza para seguir adelante con este viaje. Puedes
casarte conmigo si te conviene, puedes casarte
conmigo si el agua no te acuna como lo hicieron los brazos de tu última madre.
Treinta de Octubre, 2002: doscientos haitianos
desembarcaron en las costas de Florida, en un
carguero que no tenía espacio para más de ochenta.
Poco antes de llegar a la playa, se lanzaron al agua,
corriendo para tocar la arena. Entre ellos una niña de
no más de siete años, vestida con traje de novia.
Morir en el agua, a fin de cuentas, no puede ser tan
malo. Venimos de ella. Después de todo. Gentil o cristiana, acuérdate de Flebas.
Que murió joven en el fondo de las aguas.
EL JEFE DE OBRA O LOS MISTERIOS DEL HORIZONTE
(demasiados anhelos de escribir en el pasado)
Recuerdo, por ejemplo,
aquellas muchachas que alguna vez perseguimos
hasta sus casas, yo lo recuerdo, hoy son esas señoras
cargando con las bolsas del supermercado.
Nosotros somos un caballero en bicicleta con una
cortadora de pasto, nosotros que las perseguíamos
hasta sus casas, muertos de un ataque al corazón
por las deudas impagas del misterio
Yo lo recuerdo si miro al horizonte.
¿Era entonces en serio?
Las muchachas que perseguimos hasta sus casas
hoy tejen chalecos en una casa de reposo
cobran el montepío en un número de cuenta que no es
el nuestro
ni bañan sus espaldas con el aceite efímero de mis manos
para un sol que impertérrito nunca reparó en sus edades.
Pero si vuelvo a mirar al horizonte las veo otra vez
enemigas de lo absoluto, eternas humoristas
cuando el sol parecía brillar para siempre
en la falda más hermosa y la más vieja
de aquellas muchachas de antaño
casadas con un buen partido del ayer
antes de que el futuro sólo fuera esto.
Yo lo recuerdo, señor capataz.
Hoy soy esas señoras.
Cargando con las bolsas del supermercado.
Cada vez que miro al horizonte.
MUSÉE DES BEAUX ARTS
(otra versión libre)
Por qué no se le puede dedicar un poema al cansancio.
Cuando alguien se muere siempre es el hijo de alguien.
Todo lo que no sea autobiografía es plagio. Y aunque no
hemos asesinado a nadie en la iglesia, aun así se nos acusa
de ampararnos en la belleza del verano para recorrer con
desvergüenza el litoral central, confundiéndolo con las
playas de una normandía que hasta entonces sólo
nos sonaba como un desembarco. Así y todo,
los concesionarios abren desde mediados de
diciembre hasta que el sol nos acompañe:
las bondades del modelo han pasado desapercibidas
para los que insisten en encontrar el santo grial
ya sea en los restaurantes de cartagena, ya
sea entre los que hablan un francés con el
acento indescriptible de la Alianza: el exilio,
a fin de cuentas, era este cansancio después
de sacar la nieve de la puerta de tu casa,
los ojos irritados por leer los diarios en la
gastada pantalla de tu computador, donde
se comenta la muerte de un niño que siempre
fue el hijo de alguien, las alas quemadas por
haber volado tan alto son la copia que
ennoblece el original: la piel de esos bañistas
que tirados encima de la arena y de la playa
atestiguan con desdén al sol y su autoría.
Cristián Gómez Olivares
Poesía
POEMA EN PROSA DE CHILE
(sino el suave y acompasado desplazamiento de las figuras sobre la arena)
"La poesía de Cervantes se hace
prosa en Avellaneda"
S. Gilman, Cervantes y Avellaneda,
estudio de una imitación
"Nuestra obligación primogénita de escritores
es entregar a los extraños el paisaje nativo"
Gabriela Mistral, 1929
NO NECESITAMOS DE LOS MOTELES MÁS QUE PARA FANTASEAR
(de nuestros nuevos y de nuestros viejos padres)
No necesitamos de los moteles más que para fantasear. Ni
hemos puesto un solo pie en las distintas versiones que la
sociedad contemporánea nos ofrece de lo que no sin
eufemismos se tiende a denominar como clubes de
esparcimiento. No nos preocupan los comentarios a
nuestras espaldas ni hemos dejado de fumar atemorizados
ante las reconvenciones de nuestros nuevos y de nuestros
viejos padres: nuestro nombre como el de los demás
se puede encontrar en las guías telefónicas siempre y
cuando aquel que busque no comprenda ni tampoco se
deje embaucar, ni tampoco se deje embaucar
cada vez que una sonrisa nos apremia y allá adentro
está esa boca que no la quiero ni para nada me sirve ni
paz alguna habrá de consolarnos. No necesitamos de los
bares más que para conversar, no del sur de chile ni de las
florerías de avenida la paz porque lo que es cierto
es una piel que si bien no figura entre las favoritas de los
concurrentes al mercado es la que mayor atención ha recibido
por parte nuestra y ahora estamos pagando y con creces
esta preferencia que nosotros ni nadie aún se explica.
ATADA A LA CABECERA Y LOS PIES DE LA CAMA
(hubieras podido conocer una verdad)
Los moteles santiaguinos están distribuidos por los antiguos cordones obreros.
Los mismos incapaces de defender la revolución popular y su gobierno. Culpa de
quienes se opusieran en su momento a la repartición de armas entre las fuerzas
"de avanzada". En cada comuna del gran santiago hay suficientes lugares de citas
clandestinas como para satisfacer la creciente demanda de insatisfacciones y
gorreos que constituyen las válvulas de escape de una deprimida clase de media
con horario completo y clases nocturnas. Se ubican a cierta distancia prudente
e imprudente de los barrios residenciales, muchos de ellos sin letreros luminosos
porque su clientela es abundante y la discreción no suele conducir a errores.
Nadie sale ni entra a pie. Los que saben no utilizan los jabones de esos baños
porque suelen ser distintos del que se usa en casa. Suele ser la coartada
perfecta el horario vespertino de universidades que no son públicas e institutos profesionales. También es el origen de muchísimas frustraciones. El que nosotros
visitáramos tantas veces -nadie de quien escondernos, ni dios alguno del
cual declararnos el más ferviente de sus devotos- hoy en día lo frecuentan
los guardias de seguridad de los supermercados y las secretarias que
metafóricamente prefieren no ir muy lejos.
A SER TENIDO EN CONSIDERACIÓN POR EL JURADO
Las teorías económicas de pound sólo fueron tomadas en serio por los exégetas.
Pero la poesía la leyeron los custodios, los guardias del campo de confinamiento en
pisa, los censores que alerta vigilaban cada una de sus líneas incluida por supuesto
toda su correspondencia, los políticos que declinaron su invitación de, "con el debido
entrenamiento en lenguas eslavas", mediar entre washington y moscú en plena guerra fría. También desecharon su deseo de mediar con los chinos.
En verso libre reza así:
Los poemas de la casa flotante no fueron escritos sobre un río.
La torre de marfil cedió su puesto a la torre de control.
No hay quejas al respecto, pero aún se reciben postulaciones
......... para el trabajo. Los solicitantes deben incluir:
currículum vitae, certificados de buena conducta, exámenes médicos.
Concentración de notas, estados de cuentas.
Tres cartas de recomendación con membrete del cielo
y del infierno. Y acreditación en lenguas extranjeras, de
preferencia alguna que pueda traducirse como producto
de la religión o del cansancio.
......... A cada derrumbe de las pruebas,
el poeta responde con una salva por el porvenir.
MOTEL. POEMA SIN NADIE. POESÍA SIN PERSONAJES
Cuando nací, en un año en que nadie había nacido
tanto el personal como los pasajeros de este motel dormían o
hacían el amor en sus habitaciones. Algunos descorcharían
botellas para muchos años después declarar en público su arrepentimiento.
Los que esperaban su turno al pie de las mandrágoras se despidieron
no sin cierta dignidad que hoy en día parecen irremediablemente
haber perdido. Lo de las mandrágoras es una imagen repetida
hasta el cansancio. Por su parte los que han vuelto del más allá
se detienen en las plazas a rasgar sus vestiduras y no pueden ocultar en
sus miradas cierto aire de madres solteras y ofendidas: esta es una imagen
......... que no va con el espíritu de los tiempos:
no obstante hemos elegido con suma precaución el decorado y estas palabras).
Los que usaban habitualmente sus condones pudieron evitar con
sus buenas maneras la prolongación innecesaria de las despedidas.
Y este año han vuelto a preguntar si alguien paraba en esa
habitación. No si se "encontraba" alguien en esa habitación,
no si "estaba de paso". Y le dijimos: no. Le dijimos que
nadie había muerto aún en esta habitación: pero todos han
muerto. Y alguien ha vuelto aún a preguntar si en ese año
en que nací. Y hemos vuelto a decirle: no, nadie hay
que haya muerto o nacido en este año.
Esta parte de la historia se escribe por lealtad hacia un fantasma.
SINO EL SUAVE Y ACOMPASADO DESPLAZAMIENTO
DE LAS FIGURAS SOBRE LA ARENA
(Un poema encontrado)
Paul Auster, el novelista norteamericano, compara el acto de escribir con una caravana de camellos que se divisa en lontananza en el desierto. Lo que importa en tal caso no es cuántos son los camellos o los camelleros y ni siquiera el destino que llevan, sino el suave y acompasado desplazamiento de las figuras sobre la arena.
COMO LA LUZ O LA INFANCIA AÚN NO TIENES ROSTRO
1) Los contrayentes se reúnen en este lugar. El vínculo es sagrado o se supone. Como
todos son distintos ninguno tiene rostro. Como todos se ponen a escuchar la misma radio ninguno es capaz de sorprenderse.
2) Los contrayentes se reúnen en este lugar. El vínculo es sagrado o se supone. Como ninguno tiene rostro todos son distintos. Como todos son capaces de escuchar la misma radio nadie es capaz de comprenderse.
3) Los contribuyentes se reúnen en este lugar. El vínculo es sagrado o se supone. Como ninguno es capaz de escuchar la misma radio todos son distintos, etc.
4) Se han roto las promesas necesarias.
CUANDO NACÍ, EN UN AÑO EN QUE NADIE HABÍA NACIDO
(y yo era aún amigo personal del rey)
Cuando tendríamos que responder a las preguntas de la esfinge
y decidir o no de acuerdo a las circunstancias: la voz nos salió
con cierta demora pero alcanzaría para imitar de vez en cuando
a aquellos traductores que quieren verter en estrofas castellanas
la primera letra del abecedario con la misma fortuna con que nos
han llenado el seso de una jerga que ni siquiera son capaces de
......... entender en su lecho desnudo(s) los amantes:
......... donde dice te quiero debe decir: contemplemos
en silencio el acompasado desplazamiento de las figuras sobre la arena
(silencioso -me contestas- es el que ha vuelto y es capaz de escribir en las
......... murallas lo que otros se han tatuado sobre la piel
(porque tu piel es un regreso conocerte es recordar
como si fuera posible leer en las líneas de tus manos otra
......... cosa que no fueran las líneas de tus manos,
......... planes quinquenales, pronósticos del
tiempo, las iluminaciones
de alguno de los volados que hay en la esquina):
......... no hemos perdido la amistad el rey y yo y sin embargo
soy el primer y el último exiliado de su reino. Aun así le mando postales
escritas en un idioma que los desnudos amanuenses de palacio
bajo el impertérrito microscopio de sus temores consideran. Llevan tatuados
en la piel los mensajes que en el silencio y sus murallas has escrito.
La ciudad con el nombre del apóstol no alberga sino al mártir y al soldado.
Y el lector será otra vez mi condiscípulo, mi consuegro, mi hermano y mi utopía y mi semejante el día en que se tire de espaldas -por ejemplo en la plaza bogotá, por ejemplo sobre las ruinas del palacio, por ejemplo en el lagar, en el galindo, en el venecia, en el paradero ciento veinte de vicuña. Leyendo por encima o por debajo de los puentes, en el asiento del metro, en las entrañas de los vagones: sin soñar, pero como si estuviéramos soñando.
UN POEMA EN PROSA
(hallazgo y despedida para miguel ángel zapata)
No se puede perder el tiempo con la misma impunidad con que se lee.
Alguna vez toqué la misma nieve, pero sin usar las mismas manos.
Una foto con mi viejo lo atestigua, pero no hay que perder el tiempo
con recuerdos familiares. Un haikú de veinte páginas y una iluminación
más bien torrante serían como el fin del inventario si es que no se nos
olvidan la imperiosa compra del pasaje, el candado inservible en las
maletas, las pastillas para dormir durante el vuelo. Salimos a dar una
vuelta, pero ya se nos hizo de noche. Nuestro hallazgo y despedida
son las piernas de una muchacha corriendo entre las cruces del
cementerio. No hay cordillera alguna como horizonte pero los dueños
se pasan el fin de semana esquiando sobre el invierno
pero no sobre la misma nieve.
LECTORES DE CORTO MALTÉS
El hombre más delgado de chile y el enano maldito se reunían en un departamento al oeste de la ciudad. Lo más divertido era espetarnos mutuamente epítetos de tamaño
calibre -católico, escritor de clase media- que a cualquiera lo harían palidecer.
Más de alguna vez mutuamente se ofrecieron combos. Y no hay nada de malo en ello.
Compartieron la misma cama pero no se dieron cuenta. Por lo alto y por lo bajo les
deseo ochenta, pero es discutible que tanto el hígado como las neuronas aguanten.
Se han paseado de la mano de cierta clase de especímenes que ameritan zoologías tan
particulares como épicas. Conversan hasta bien entrada la noche. Se acuerdan.
CONSIDERACIONES INTEMPESTIVAS DEL ENANO MALDITO
(también me gustan los epigramas)
Una poesía de clase media que deteste a la clase media.
Una poesía católica hastiada de ser católica. Y
un hablante al mismo tiempo
lírico y arribista.
Nada más imprescindible que un reloj despertador
para tenerlo como un recuerdo inútil de lo que pasa
con esa gente que trabaja.
Renegar. Poner el grito en el cielo. Como de costumbre
quejarse en voz alta, aunque se esté hablando solo. Irritar.
Leer a Carlos Bolton.
POEMA EN PROSA DE CHILE
La palabra fulano me estremece hasta los tuétanos. A cada rato se la
escucha en los pasillos que van de monjitas al mercado (ahí se compran
los cierres, los botones que le faltan a tu camisa, los cordones que
no están en otra parte: se la escucha a cada rato al subirse o al
bajarse en los vagones del metro donde todos se mezclan con todos pero no hay
promiscuidad en el intento y la superficie abandona la superficie y el que
un par de ojos se crucen no altera en absoluto el horario de las llegadas:
hace rato que me bautizaron por error con ese mote y con una inclinación
hacia el norte y hacia el sur de mi cabeza lo acepto y lo rechazo.
A cada rato se la escucha como una suerte de premonición o de castigo.
A cada rato se la escucha en la boca de esos fieles que comulgan haciendo
largas colas como mi madre las hiciera en los tiempos de la upé y a la espera
de alguna intervención divina o militar se pasaba las tardes contemplando
teleseries en blanco y negro como quien asiste a un curso de gramática latina
impartido en un idioma cuyas reglas estipulan la sumisión total de los
pupilos como único requisito para que a las seis de la tarde,
cuando haya que servir la cena se hagan los cambios necesarios
para que todo siga igual para que todo siga igual para que todo siga.
Corolario de nuestras edades, pliego de peticiones, declaración de principios, la
palabra fulano nos estremece hasta los huesos y entonces nos da por abrigar cierto
tipo de esperanzas sobre la base de un par de lecturas cuyo mayor o menor apego a la
realidad es un tema discutido hasta el cansancio y del que hemos concluido 1) que no
es posible traducir "los errores del pasado nos enseñarán a tomar las precauciones
necesarias" por "los criados y los desposeídos decidieron que la caída del rey no
sólo era una cuestión de tiempo sino que por sobre todo una cuestión de voluntad"
ni mucho menos por lo que los traductores más timoratos consideraban una
herejía imperdonable: "los curadores del museo finalmente estuvieron de
acuerdo en colocar los espejos frente a frente para así llamar la atención de
los transeúntes que hasta entonces no habían reparado en la inexorable
desaparición de las columnas que sostenían no sólo la estructura del
venerable edificio sino por sobre todo su condición de venerable".
El error es abrigar ese tipo de esperanzas a la luz de las actuales
circunstancias. Hay que abrigarlas a la luz de circunstancias que
respondan a lo que ya hayamos hecho para modificar el estado de la
situación (risas en el auditorio). Nada sacamos con congregarnos a
la luz de un par de velas y leer tranquilamente manifiestos
en los que nos declaramos a nosotros mismos nuestra más férrea
determinación de no ceder ni en un milímetro (carcajadas
generales, gente que se para, algunos se despiden:
la reunión se termina en cuanto lean los poetas.
En los pasillos que van de la bolsa a san antonio: de mosqueto hasta monjitas (
departamentos con una población de treinta años e inútiles esfuerzos para que eso
no termine siendo exactamente lo mismo. Para que luzca mejor. Para tener de
qué hablar. Para tener algo que hacer los viernes por la noche. En los estacionamientos de varios pisos que rodean los conjuntos habitacionales.
Se la escucha apagándose como un murmullo.
La batalla de la vida está perdida de antemano, sin embargo lo importante es ganarla. La
batalla por encontrar un departamento que valga la pena en el centro de santiago está
perdida de antemano, sin embargo lo importante sigue siendo el ganarla. Leer el diario.
Hablar con los corredores. Llamar al mismo número que sale en los anuncios
y visitar los inmuebles con la misma afición de un entomólogo al poner bajo la
lupa del microscopio los mejores ejemplares que la caza y recolección
le han traído hasta su mesa de trabajo: la disección subsiguiente
es un paso que no podemos ni debemos evitar.
Porque tu piel es un regreso conocerte es recordar.
La ciudad con el nombre del apóstol no alberga sino al mártir y al soldado.
Ambos víctimas del mismo misterio establecido. Empuñaban con
desdén manos que en lo alto de sí mismas solo propaganda
pero nunca el augurio, la solitaria crueldad que no enmudece
ni aligera ni amilanan los cables de alta tensión (los
hipertensos los primeros en irse y provocar que
ellos dijeran: se nos pasó la mano. Eso
quiere decir que el pintor impresionista
que todos llevamos dentro ha exagerado con
los tonos pastel para detrimento y menosprecio
de una paleta de colores que tienda a la negación
del arcoiris: fue loca mi partida y ahora loco mi
regreso, pero más lo fueron las nostalgias que
no se entienden de puro complicado que
resulta el negocio de andar dando explicaciones.
La palabra dormitorio nos conmueve de antemano. Nos quita el sueño
seguir durmiendo en un colchón tirado como una moneda sobre el suelo. Cara
se amanece temprano, sello no habrá nada que la despierte. Nos falta el aire si agregamos una lámpara (de pie, con pantalla como las que tenían en mi casa y en algunas tiendas hoy se promocionan como artículos suntuarios, es decir antiguos, es decir de cierto valor de uso -ahora que ya perdieron su valor
de cambio.
Este río quedaría perfecto si el brochazo de un impresionista lo acompañara
de esos gladiolos y diamelas que no estoy muy seguro de que existan en santiago.
Pero de alguna novela prestada tomamos esos nombres de lo cual se deduce que
no hay nada tan hermoso como leer la realidad a través de la generosidad de
mis amigos: poblémosla entonces de ampueros, margaritas y geranios
............. que príncipes, a fin de cuentas
.......,,,,,,,,,,,,,...... nos disputáramos como verdaderas piedras preciosas
a la entrada o la salida de las librerías de providencia o de san diego: zánganos,
sin nada por el momento mejor que hacer sino recordar, empinando el codo
.......,,,,,,,,,,,,,......alguna cita
de la que nadie sino el ocio se atrevería a discutir
que es lo único que nos mantiene reunidos.
Échale la culpa al empedrado.
Otros se niegan a dar por hecho que hay que ganarse la vida tomando el estado
de la luz o hablando siete veces por semana acerca de la palabra deconstrucción
y estampar así la firma en un contrato del que podamos hacer gala ante el
auditorio de nuestras tías y algún zagal de los que leen como goliardos,
clérigos vacantes del más impertinente de los credos.
Los pies reunidos no pisan necesariamente el mismo suelo. Qué geografías podría
retratar un pintor de brocha gorda si los lugares ya no existen. Donde estuvo mi
casa hay un letrero que reza: aquí se construye. Los que viajan no envejecen
y se bajan con premura en la próxima estación del metro y/o del ferrocarril subterráneo
(fíjate en ese país en la pronunciación de las líquidas y las africadas):
hasta donde todos han llegado en busca de un destino o de un destino.
En esa estación, no lo olvides: donde todos los lectores vuelven a esgrimir,
felices o cabizbajos, algún marcador de página (
si vemos una luz al final del túnel
es la luz de otro tren que se aproxima.
.......,,,,,,,,,,,,,......................Las ruinas de
una naturaleza que otrora se tuviera en alta opinión de sí misma describen un
paisaje que antaño se preciara por su civismo y el respeto de la legalidad
vigente: los guías turísticos de nuestro tiempo enfatizan la sana
convivencia y el espíritu de bonhomía que imperase entre los que
pronto no dudarían en bajar sin temores el pulgar.
La poesía de los vendedores es la prosa de los turistas. De vez en cuando se
viene abajo un par de imperios y el resultado son estas ruinas que nos dieron
por gentileza como refugio y habitación. El diseño anacrónicamente parisino
adobado con ciertas notas de vainilla y color local, el flujo permanente de
los que en año nuevo necesitan reponerse con desesperación y consomé
y los fieles que en la semana del alza de los precios recuerdan
que tienen que comer pescado: son los mejores índices que la distribución
de nuestro ingreso podría haber soñado hace treinta años atrás, cuando
soñaba con la reunión de lo elegante y lo demótico bajo la cúpula de
metal aherrojado que deja pasar (como por los visillos decimonónicos
de una ventana del siglo veinte) la timidez mortecina deste sol
paulatinamente nuestro y tan escaso.
.......,,,,,,,,,,,,,......Sin embargo la poesía y la timidez de los meseros se
convierte en la prosa de los comensales. Las conversaciones son lemas
de guerra y a veces aforismos inconclusos o etiquetas de vinos importados
pero por sobre todo son los lemas de una guerra cuando se trata de mantener
una conversación sobre el empleo, la fluctuación de la tasa de cambio
y las constantes presiones inflacionarias alrededor de una tumba
sin nombre como la que alberga los discursos de radio magallanes
las grandes alamedas .......,,,,,,,,,,,,,......el hombre a estas alturas sin edad.
La mujer, en cambio, es una vieja. Al igual que una brisa marina me
visto con sus ropas delante del espejo. Al igual que el viento que te despeina
la mujer que es una edad ha vuelto a contemplarse en el espejo
permanecen esas prácticas intensivas del lenguaje que otros
nombrarían como susurros, gemidos y bienvenidas que la vieja
costumbre de levantarse mirando la cordillera se ha convertido en
lo mismo que se han convertido el niño que por las tardes compraba
el pan y ha vuelto con ladrillos en los pies y el deseo de convertirse en un
jinete cuando grande. La mujer es una edad que ha parido con sobriedad e
impertinencia. No me gusta que les cuelguen los mocos a los niños de las poblaciones.
Hubiera preferido que nos fuéramos en metro para abrir finalmente las grandes alamedas
por donde pase el hombre irreparablemente libre, para construir una sociedad mejor
que al igual que los vagones desemboque en alguna especie de cementerio general cuyo único patio es el veintinueve. Al igual que el viento que te despeinaba al instalarnos en el paseo de los ingleses y destapar una botella de cerveza y abrazarnos como dos desconocidos en la noche de año nuevo, sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde la mujer que es una edad que es una vieja que ha parido con sobriedad e hipocresía volverá con los mocos colgando para abrazarnos, para ofrecernos una copa (y la mirada de una madre que no es de nadie sino nuestra como tampoco lo son las iniciales
en un árbol que no es un sauce sino un árbol, no un pino del camino a valparaíso
sino un árbol desos que se encuentran en cualquier santa lucía a disposición exclusiva
de los amantes y el comercio sexual de adolescentes y cimarreros. Trabajadores de
mi patria, tengo fe en chile y su destino. Superarán otros hombres este momento
gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Así nos hubiéramos
evitado los tacos y habríamos llegado más temprano a nuestra cita con la historia.
Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La fuerza aérea ha bombardeado las torres de radio portales y radio corporación. Mis palabras no tienen amargura sino desencanto, ternura, llagas, fuerza. Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de shile, comandantes en jefe titulares, el almirante equis, el general y-griega, que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al gobierno. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: yo no voy a renunciar. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero nos podríamos haber bajado en el catorce con vicuña. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
La mujer es una cita que ha parido con mis ropas
delante del altar y del espejo.
HAGAS LO QUE HAGAS
¿Han apretado alguna vez esos botones para cerrar las puertas de? ¿un ascensor y se han dado cuenta de que no se cerraban más rápido sino que se demoraban lo mismo que siempre?
En los edificios de las niñas con dinero los botones funcionaban. Allá, en chile, las puertas se cerraban (más rápido).
La palabra fulano me identifica hasta los tuétanos.
POEMA DE CHILE
(Escribo para los extraños y
para mí misma)
De un tiempo a esta parte la palabra casa viene reemplazando a
la palabra departamento. Y así fue que nos perdimos en lo que
ya nos parecía familiar (entre esa gente demasiado alegre y demasiado
cortés que ya nos parecía familiar, entre ese paisaje de mascotas encadenadas
de árboles amaestrados y meseros necesariamente gays que ya nos
parecía pero sólo nos parecía sospechosamente
oblicuo, opaco, transparente, melifluo, chillón,
caritativo, atosigante, en síntesis:
familiar y familiar y familiar.
Ya no hablamos español ni castellano).
Oh miss Stein, oh doña Gabriela: déjenme robarles
este nombre para bautizar como una madre estas
palabras.
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