Fernando Itúrburu, Guayaquil, Ecuador, 1960
En los 80 integró el Taller de Miguel Donoso Pareja. Ha estudiado literatura en Ecuador, Francia y Estados Unidos. Desde 1998 trabaja como profesor asistente en la Universidad del Estado de Nueva York, en Plattsburgh. También ha escrito ensayo. Próximamente publicará una traducción del inglés, de poetas negras norteamericanas.
Bibliografía: Maitines y laúdes, 1985; Vástagos,1990; El camino tomado, 1997; y Contra sí mismo, 2004.
Narrativa: El cholo Cepeda, investigador privado, 2001; Si es que te queda cariño, 2004
De Contra sí mismo, 2004
lo que ocurre en las páginas de los libros es como una película:
un paisaje que veo distraídamente y que pronto olvido
como una ciudad sin nombre
que es igual a esta ciudad
pero más perdida en la planicie
allí hay un hombre
que es igual a mí
pero más perdido en la planicie
para hablar de sí mismos
los congresistas usan la tercera persona
se ponen solemnes y ridículos
frente al espejo y las cámaras de televisión
(con el pecho hinchado, como lleno de condecoraciones)
y con palabra fluida
dan soluciones a los problemas nacionales
como los futbolistas antes de los partidos
como los abogados durante los procesos judiciales
y tú ¿qué regocijo especial encuentras en el molestoso yo?
un día nublado en Guayaquil
una cantina serrana en Guayaquil
una rockola bien abastecida de boleros y pasillos
-la muchacha en estos momentos
regresa con más cerveza fría
carne de cerdo y condimentos-
es lunes por todas partes
un día largo, anónimo y perfecto
paraíso de borrachos
los poetas escriben
para conquistar el amor de una muchacha
para explicar los misterios de la vida o de los sueños
y si el tiempo es benigno
ser nombrados por los siglos
sólo tú escribes para la alabanza pública
contaste que habían traducido tus poemas
inmediatamente recordé la voz mi madre
sospechosa siempre de esos reconocimientos:
a ver si es verdad tanta belleza
y era lo que pensaba:
tu traductor es el verdadero poeta
Mónica: ¿recuerdas los días de Oregón
cuando sentados veíamos caminar a las muchachas
junto con la primavera?
han pasado tú y el tiempo
pero aún estoy contigo viendo a las muchachas en flor
la vida diaria no son las aguas
fluyendo milenariamente hacia la oscuridad
Si no el momento en el que forjamos remolinos
debajo de esas corrientes
No hay comentarios:
Publicar un comentario