ROY SIGÜENZA, Portovelo, Ecuador, 1958
Poeta y periodista. Estudió literatura en la Universidad Católica de Quito. Su obra ha sido publicada en revistas como Letras del Ecuador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Ciudad Maldita, y Eskeletra. Reportajes y notas de viaje se han recogido en la revista Dinners. Su poesía está atravesada por el tema erótico y amoroso.
Bibliografía: Cabeza quemada, Machala, 1985; Tabla de mareas, Cuenca, 1998; Ocúpate de la noche, Cuenca, 2001; La Hierba del cielo, Quito. 2002.
De: Tabla de Mareas, 1998
Summa
La poesía come carne prohibida
Todo el mar se parece
Sí el mar sacudido como una tela
Si comenzara a hablar un día de estos
Es suave su risa por ahora
Su grafía se construye en la arena
Se borra
Aúlla de pájaros cierta temporada
-el sol se le quema como si fuera una pestaña
/de fuel oil-;
o muere en las alas desechas de un pelícano caído
Viniendo de él, Odisea aún no llega a Itaca
Penélope confunde el deseo en la urdimbre
/del tejido
La ciudad es un avispero de ruidos y un crimen
/en la crónica roja de los periódicos de la mañana
Mejor la confusión de los puertos.
La misión
Abalorios que jugaban con nuestra suerte eran
/nuestros dioses
(10 dedujimos antes de abandonarlos)
Pudrían nuestra comida
Quemaban el agua
Echaban abajo las palabras
(nuestras lenguas fueron condenadas al polvo)
Cada acto lo perseguían. Eran acuciosos.
Nos trataban como a contrabandistas
Llegaron a lacerar nuestros cuerpos con pestes
/desconocidas
Acabaron portándose como adolescentes
/caprichosos cuando decidieron quemar la ciudad
Mas entre los escasos sobrevivientes levantaremos
/Sodoma aquí, otra vez.
El mar de Jambelí es el mismo mar que mella los
/atracaderos en Amsterdam
Allí la huella de las embarcaciones con un mismo
/significado:
la voracidad
(un corazón vacío
un par de manos heladas
una palabra imposible de decir)
El agua haciendo que la vida corra,
que vacile al filo de la orilla como un desnudo
/trozo de mangle,
que vaya a la playa como una deidad poseída
/por el furor del nacimiento:
la semilla de la fruta de sal
El agua anunciante de su certeza
Mañana Será lo mismo: el mar es un fósil despierto.
Hallazgo en Nubia
"Fue localizada la cabeza de un efebo y parte de su
torso. A pesar de la mutilación el conjunto era
hermoso. El mármol, al parecer, era una alegoría
del fuego, porque en lugar de cabellera la cabeza
llevaba esculpidas llamas. En los ojos y labios, él
artista había logrado crear tanta vivacidad que más
de uno de los descubridores habló del fuego de su
mirada y de la calidez de su sonrisa. Lo dijeron sin
sospechar la fecha en que el bello efebo fue
esculpido, tal vez el año II del Siglo IV antes de
Cristo, cuando era común el amor entre los
hombres y la pasión no discriminaban los sexos;
sólo ardía".
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