William Eduarte Briceño nació el 15 de enero de 1983 en Dulce Nombre, La Garita, Alajuela (Costa Rica ). Realizó la primaria y secundaria en el Colegio Marista de Alajuela. Actualmente cursa la carrera de Comunicación Colectiva con énfasis en Producción en la Universidad de Costa Rica. Realiza el documental Resistencia Viva, Nueva Poesía Costarricense y participa con la sección “Hemisferios” del programa Materia Gris del Canal 15, entre otros proyectos vinculados a la poesía. Fundó el espacio literario “Himeneo” en la revista La Malacrianza del semanario Universidad.
Su trabajo ha sido publicado en las revistas Fronteras, Contravía, y en el desaparecido suplemento La Frontera del Ocio, del semanario Universidad. Ha trabajado como editor, diseñador gráfico y colaborador en las revistas Galería semillas, Cría cuervos, Peatón y La frontera del ocio.
Ha participado en varios talleres literarios; entre ellos La Merula del Mango y Libertad Bajo Palabra.
Ha escrito dos libros: EnCuarentena y Frecuencia de manicomio, en conjunto con Andrés Verdana.
Poemas
15
(De: No Somos Ni Turistas)
No es por lo que somos
con la cabeza entre las líneas de la acera.
Es por disipar todo rastro de personalidad
que regresamos perdiendo lo único
que nos pertenecía;
ese olor a naftalina
de ropa americana.
PARIS
La luz es verde. Tus ojos contra la cámara. Las paredes del hotel Hilton.
Mi mano mientras me toco cuando contestas el teléfono. Verde también.
Yo aparezco siempre en el fondo. En la erección. Siguiéndote de cerca.
La lente no escucha como respiras. Ese aliento entrecortado.
Repetir este genital dentro del tuyo.
Tus pezones verdes llenos de saliva verde.
Acabar fuera, para que volvas a la actuación con mi esperma verde por todos lados.
AUTO INSPECCIÓN #9 (De Zoovenir)
Me compadezco y escribo. No se si en ese orden habitual, o en esas exactas condiciones. Si en este caso. Si en los pasados trescientos cincuenta y siete segundos. Tarde lo que ayer en arreglarme para salir hacia la oficina. Y no fue exactamente tan productivo. Ninguno de los dos ejercicios tiene el valor necesario para ser destacado.
Hace dos poemas que no pienso. En esto soy sincero. Hace algunos me duele un poco el dorso justo donde deje un libro antes de acostarme. Hace otros tantos, me convencí firmemente de que este acto de sacar la ropa sucia era necesario. Hace unos pocos comprendí que no. Y he vuelto a escribir con aun más violencia. Como dependiendo de lo que salga a flote de cada intento. Repito: hace dos poemas que no pienso. Esto es todo lo que quedo de esta muda.
Cierro el programa de texto. Mañana espero tomarme más tiempo con la corbata y menos en la fijación con el espejo. Por lo menos lo suficiente para que el nudo talle más que de costumbre.
Poema
vos tomaste
este cuerpo cuando desaparecía en la bañera
mi pensión en clausura de cuatro extremidades
y sentidos instaurados
en un abismo
tus visitas fueron
mas y mas cortas
es tu foto
contra la pared
una leve resonancia
de lo que era una vida
urbana
a sofía
el rock con que crujen las avenidas
saltan a la corriente
pordioseros de ojos púrpura
señoritas desnudas en las aceras
taxistas deteriorados por la misma conversación del odio
/eyaculación del humo/
los autobuses
se han detenido violentamente
ante la poligamia de las señales
nadie ha muerto de aire
mueren de ciudad de tránsito
de luces que llegan
a la misma hora
en que se corrompe la vida
memento
mi saliva
sabe
igual a tus ojos
la urgencia
tiene tu misma sombra
Cuando todo está perdido
miro dos veces
una cuando inicia el mecanismo
se disparan
las residencias del recuerdo
luego hoy
que he dejado el entusiasmo
para desaparecer en una carrera
de bestia adormecida
entonces
me encuentro con la leve caricia de un flash
mientras cierro los ojos
quiero ser simplemente
XVIII
mi muerte
descubre la carne de su música
compone sobre la madrugada
con el fino polvo
que es el silencio
termina una partitura
reinicia
es el inicio de la ausencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario