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miércoles, 13 de octubre de 2010

1719.- RAMÓN RIQUELME



RAMÓN RIQUELME (Concepción, Chile, 1933): Ha publicado una extensa lista de titulos: “Pedro, el ángel” 1965; “Obituario” 1971; “Ofertorio de cenizas” 1980; “Artículos y poemas” 1983; “Poemas” 1983; Los castigos” 1984; “Clematides” 1886; “El jinete azul” 1988; “Tango” 1988; “Calles circulares” 1989; “Los días oscuros” 1992; “Tres poetas” 1996; “Seis poetas” 1997; “Instalaciones” 1997; “Los días de la ceniza” 1997 y “El día luminoso” 1999. Actualmente reside en Quinchamalí, pueblo famoso por su cerámica en color negro. Es colaborador permanente de la prensa de la región del Ñuble, como, por ejemplo, La Discusión de Chillán donde publica artículos y comentarios de libros.



EL AGUA

El agua
en la mañana
corta
el sol
a pedazos.
El agua destroza
la comunión de las piedras,
el agua
lava
el pecado
del anciano.


EL ESCRITOR Y SUS DELIRIOS

Qué vale más: escribir sobre el vuelo de las flores
o asustar a los niños
con la próxima catástrofe.
Hoy ha venido un brujo
a contarme cosas
que ya me habían pasado.


DESTRUCCIÓN DE LA PERSONALIDAD

Me fueron destruyendo mi personalidad
como si estuviera en una campana de vidrio;
al final de esta historia
ya no sé cómo me llamo;
sólo puedo testificar
que soy un queltehue
muerto de hambre.


FANDANGO

¿Qué palabras
puedo
usar
hoy
para decirte
lo que
ayer
no te dije
por mi timidez
increíble
para hablarte
de las bellas
cosas
alrededor
de las
cuales nos movemos
todos los días?
El silencio
es a veces
la mejor
declaración
de amor


VINAGRE Y SAL

Vinagre y sal
nos dio el verdugo
antes
de las preguntas.
Vinagre y sal
para que la memoria
recordara
los pecados antiguos.
Vinagre y sal sobre las heridas
abiertas
con las lanzas
cuyas cabezas
tenían
la cicuta
de la historia.


BENDICIÓN DEL AGUA

El agua
bendice
los pies cansados del hombre
después de haber buscado
por años
a su hermano
desaparecido
en las dunas
de San Antonio.


USTED DUERME DEMASIADO

Usted duerme demasiado
querida amiga
por eso nunca contesta
mis cartas de amor.


ARTE CINÉTICO

El ojo vio tu piel húmeda con el aire
del mar venido desde Tumbes
donde los cuerpos solían
iniciar el juego de los sentidos.


LECTURA

Vuelves a leer esos diarios antiguos
para saber dónde está la mentira.


DESTINO

Las arenas de la playa
y el bosque cercano
son el refugio del hombre
que ha perdido la memoria


HORA DE ALMUERZO

Los peces muertos
lo fresco de las verduras
te hacen recordar
la desaparecida imagen
de tu madre.


VEJEZ

Se te olvida todo: el dinero,
las fechas de aniversario,
poner la bandera frente de tu casa,
pero no se te olvida besarle
los frutos a esa niña
que te trae las empanadas
para el almuerzo.


LINEA

La línea que separa la vida de la muerte
es la nube que atraviesa
la calle donde vives.


MARILYN MONROE

Muerta
estás
en ese
Julio de 1961
por el Valíum
y el hastío
de no ser tú
misma,
mientras
medito
bajo los
tilos
de esa
plaza
pasa la mujer
con su amante;
yo decido matarlos
por haber
olvidado mi desamparo.


ESTATUARIA

Todos esperábamos
el fin del mundo;
cuando en el patio de la prisión
nos leyeron las sentencias
creíamos que el mar se había
abierto para nosotros
pero
Él nos abrió la luz
entre las sombras.


LA PARADOJA

Todos mis amigos están ya muertos,
convertidos en ceniza o viento;
el agua ha bendecido sus huesos
que ahora solamente serán
un montón de polvo
depositado en el marco de una ventana
o en el lomo de un libro;
siento el barro de este invierno
igual al otro que aconteció al cataclismo;
entonces las fieras preparaban su venganza
y parecía que esto nunca sucedería.


ADIÓS A LA DONCELLA
a Kira Maldonado

Me han contado
que te vas
a una ciudad de
lluvias
donde no
se conoce
el sol.
Qué haré
para
contarte
mis historias
de
desamparo.


ALMA MAHLER

1
ALMA MAHLER

Desprotegida de ornamentos
y vestuario
llegó esa noche de invierno
al despacho del poeta,
pero cada loco tiene siempre caminos distintos
sobre todo cuando el poseso
quiere rescatar desde hace tiempo
el ojo de La Estrella Mayor.
Entonces no hay atención
para asuntos cotidianos,
asuntos baladíes
o conversaciones de burgueses satisfechos
hablando sobre la poesía de Nicanor Parra
como el acto del bufón;
en medio de la multitud
está la muchacha aquella
que me entrevistó
para una revista cultural que nunca se publicó,
los borrachos y las putas elegantes
suelen siempre tener ocurrencias de divertimento.


6
MIRANDO EL MAR

Cuando se mira el mar se recuerdan mucha cosas
de la memoria en su vértigo:
el destino de los peces reventados por el fuego
de cualquier volcán
perdido en algún bosque del sur.
Lasas son lágrimas derramadas
por el primer amor perdido
entre el humo de los trenes
que van al norte
o al sur.
Mi madre lavando sus pies en la caleta “El Membrillo”,
es Enero de 1955
y estoy perdido y ahogado en medio de la multitud
que come sus presas de pollo
y toma
ese vino tinto rancio
donde los pobres
cada Domingo
creen en su propia felicidad.


7
AMARTE

Tener amor hacia mujer joven
es saber
que el hombre aún está vivo
salta a pie desnudo sobre
las piedras
que arden con el fuego
de los árboles quemados
cerca de la playa de Coliumo
donde el poeta Alfonso Alcalde
sigue escribiendo
El panorama ante nosotros.


9
AMOR DE LA INFANTA

Yo no me atrevo a preguntar a la infanta
de sus amores antiguos.
La miro y recuerdo mis tiempos de vagabundo,
cuando por las calles
me iba a la biblioteca universitaria de Concepción
y hundía mi cabeza en los papeles
escritos de Alexander Block,
en los días de la revolución soviética.
Después el aire de incienso y dogma
de “El Padrecito Stalin”
todo lo echó a perder.


11
ABRAZO

Levemente
toco el cuerpo de la muchacha
y pienso
que pronto seré expulsado del paraíso
y eso me alegra.


21
LOS DÍAS DEL JÚBILO

Los días del júbilo
no volverán a estar más en nuestra memoria,
por lo menos
hasta que la nueva semilla dé sus frutos.
Entonces aprendí a besar
casi como jugando a las muchachas
que iban en nuestros desfiles
o miré de soslayo
los frutos pequeños de aquella socióloga
que nos hablaba de los libros de Mendel.


POEMAS INÉDITOS


LOS AMANTES

Los amantes se refugiaron
debajo de aquella escalera subterránea
para descubrirse tomados de la mano;
entonces el juego de los cuerpos desnudos
abrió las compuertas del universo
cuyas ciudades he olvidado.
Sólo el juego secreto de las manos sobre la piel
nos devuelve siempre al mismo lugar.


EL BAILE DE LAS RATAS

Bailan las ratas
sobre las maderas antiguas,
aquellas que cobijan camas
con sábanas perfumadas
por colonias y yerbas
traídas de extraños países
donde el aire es bañado
por el sol.


PASEO DEL PERRO CON SU AMO

El perro y su dueño circulan
por los senderos de la aldea;
cada uno recuerda sus vidas anteriores
sin el aire neblinoso de la nostalgia,
ni el sueño de las cosas no cumplidas.
El perro con su olfato
penetra en la raíz de las plantas
crecida en los callejones.
El amo canta las viejas canciones revolucionarias
definitivamente olvidadas por sus amigos;
con ellas mantiene la esperanza
de levantar la ciudad
donde resucitaremos todos.


BAUCHI

Por aquí anduvo el salmista
con su cayado
golpeando las piedras,
penetrando con el ojo
los archivos de la historia silenciosa;
ésa que los hombres del pueblo
han hecho
desde el primer día de la creación.


MIGUEL

Nunca hubo entre nosotros
un aire tan claro y transparente;
una estrella permanente
sobre la cabeza de los incrédulos.


AGLOMERACIONES

Me bebo el refresco
en la mesa de caoba
donde alguna vez
te conté mis sueños
como un niño perdido.
Te entregué mis secretos;
ellos debieron permanecer
en su lugar
esperando la llegada
de la estrella mayor.


LA PEQUEÑA ARDILLA

La pequeña ardilla
nos mira asustada
cuando esa tarde de octubre
iniciamos el juego de naipes.
Ella sabe que la seducción
puede venir en cualquier momento


LA HIJA

Allí está mi hija
contándome
cómo es la ciudad donde vive;
percibo en sus ojos
que ha descubierto
las calles y plazas
de un lugar
que hace años
he olvidado.


DESAYUNO

Pobre desayuno
el mío;
la pequeña taza de café
sobre el labio rosado
donde hace años
la lluvia no ha humedecido
la piel
del niño
que soy.


AJEDREZ

Muevo los peones,
y pierdo todas las jugadas:
el ojo
no logra olvidar
la transparencia de tu piel.


APROXIMACIONES A LA ESTRELLA MAYOR
a Gabriela Núñez


Era aquí el tiempo de las babosas y los silencios
encontrados en algún laberinto oscuro,
donde el ojo reposaba de su cansancio
en la búsqueda de hadas y serafines
supuestamente envejecidos;
el hombre dormita con su cabeza apoyada
en unos versos dichos por Bertolt Brecht.


Entonces pude verte
en medio de ese pequeño café
situado en alguna galería iluminado de la ciudad;
el aire se detuvo
y la estrella mayor estuvo allí,
dejando de girar en su baile enloquecido.


No supe
como nos vimos leyendo de nuevo
libros que había olvidado deliberadamente
para no sentirme culpable de traición
ante el ángel que cuida nuestros pasos.
Supe entonces
que había alguien como yo
conservando esa fe secreta en el hombre
y su liberación.


Olvidé mis angustia metafísicas
y las continuas referencias a las Cartas de San Pablo,
para volver al encantamiento barroco
de las palabras del Ché
y al recuerdo de aquellos días
donde la vida se jugaba
para alcanzar ese universo soñado
que no hemos olvidado
aún en esta noche
cuando el frío cala los huesos
y cruza las solitarias calles de la ciudad.


No sé si la vida de cada cual
será aproximarnos en la mirada
al latido de la muerte,
cuyo ojo escruta siempre
la piel del hombre y la mujer,
ese hilo comunicador
cuya virtud desconocemos
pero que ambos presentimos.


Nadie me pregunta por ti
en este sitio
donde voluntariamente he venido a vivir
para escapar de tus iras
nacidas
en aquella vejez anticipada.


Esos niños
juntan todas las cosas inútiles
que hay en las diversas piezas de la casa.


Los días del purgatorio
no se han terminado para nosotros;
los golpes y palos siguen cayendo
sobre la cabeza y diversas partes del cuerpo
de los incrédulos
que cada día
deben buscar el pan, los alimentos
para la sobrevivencia.


Cruzas la casa
cantando
nanas y aleluyas,
recordando los días
en que eras una alondra
buscando en los libros
los peligros de una vida
que pronto sería incierta.


La joven bailarina
va saltando por las piedras ojivales
del paseo peatonal de Concepción


Allí estarás
con tus ojos,
descubriendo ese universo
de sombras y calles perdidas
por donde alguna vez anduve.


Oremos en esta tarde de octubre
por tu rostro limpio
como el agua nacida desde la nieve.
Esa noche te ví llorar;
querías ser tu misma
(uno mismo
es el actor
de su fracaso cotidiano)
y no ese cuerpo buscado
en medio de la multitud del mediodía.
Entonces el aire se llenaba de sirenas y bastones
agitándose sobre nuestras cabezas.


Allí están las piedras
mirándose entre sí,
en aquella ventana…
Ellas
esperan regresar
a las arenas del desierto.





Por Ivo Maldonado y Bernardo González.
"Ramón Riquelme. Selección de poemas."
Cantos del Bastón. Ed. Bernardo González Koppmann.
Talca, Chile: Editorial Poetas Antiimperialistas de América.
24 de junio de 2010.

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