Roberto Cabrera nació en Santa Cruz de Tenerife el 7 de Junio de 1954. Desde muy temprana edad la Literatura y la Música ocuparon sus inclinaciones creativas. Entre los proyectos literarios destacan la fundación de las revistas: Nuevos Caminos, Cuadernos de Arte y Literatura, Menstrua Alba y El Vigía, todas ellas de amplia difusión entre finales de los 70 y durante los 80, manteniendo dicha actividad hasta el presente.Por algún tiempo dirigió la Gaceta-Revista Semanal de las Artes en el vespertino La Tarde, haciendo llegar al gran público la obra de los escritores canarios denominados fetasianos, actualizándola y haciendo ver su enorme vigor ante un público descreído ante la narrativa insular. Editó la antológica de relatos Historia de Café Pobre del escritor tinerfeño Antonio Bermejo y publicó la antología La Poesía Canaria ante el Fin de Siglo en la revista Poesía de la Universidad deValencia, Venezuela. Asimismo editaría la Poesía Completa de Dulce DíazMarrero en la colección Plenilunio. 2002. Bajo el rótulo de País Nuevo Ed. Baile delSol; al igual que ocurriera con la obra inédita de Pedro Víctor Debrigode Duggi “Guiones Argumentales” en la colección Zafir de la editora El Vigía. Ha dado a la luz innumerables ensayos sobre el devenir de la Literatura Canaria, tanto en la prensa como participando en Encuentros y Congresos: La Literatura y sus Límites (Universidad de La Laguna), II Congreso de Narrativa Canaria (Ateneo de La Laguna) o 1er. Encuentro de Escritores Canarios (Vicec. de Cultura del Gobierno de Canarias. La Gomera). IV Congreso Comunicación y Pedagogía. Barcelona 2003. Colabora con diversas publicaciones literarias como: La Página, Liminar, Taramela, Lúnula, Disenso, Ateneo, El Taller y otras. Y participa con el grupo dejazz fusión Gato Gótico en innumerables eventos en Canarias, Cuba, Senegal o Argelia entre los que dirigió la instalación del tiempo: Nómada en Makaronesia, y Multiculturalidad 2002 en el apartado musical. Profesor de Filosofía y Licenciado en Ciencias de la Educación en 1980, desdeOctubre de 1994 dirige @ulapress y el Taller de Antropología “Malinowski” del Instituto de Santa Cruz de Tenerife “Andrés Bello”. Sus preferencias antropológicas le llevaron al comparativismo en trabajos como: El Jazz en Canarias, Argot del Escritor Marginal o Apuntes sobre una Reflexión Etnomusicológica, investigando el folklore tradicional magrebí, canario, cubano y de puntos del N.O. africano. En la obra de Roberto Cabrera no está ausente la poesía: Desangre Libelular(1981), Pie de Rumbas (2005), pero sobresale la narrativa: Ídolos de Bruma (1979), (reedición. 2004. colección Narrator. Suicidio en Desolation Road (1980), ambos en editorial Benchomo, Amor Mora Roma (1983) en el Aula de Cultura de Tenerife. Viaje a Hero (1988. Ed. Pontos) La Nube Especular (1989) Colección. NuevasEscrituras Canarias y La Yerba Negra (1995 ed. Benchomo) o Los Lunares del Césped (1999 Benchomo ed./2ª.ed. 2010 Idea). XXV Relatos y Reflejos (El Vigía ed.)
ANTOLOGÍA DE POEMAS
de Roberto Cabrera
I
Poco tiempo tardamos
En echarnos al mar
Los que escondemos
Un corazón acústico
Aventurero
Esbelto y sin sombrero
Que siempre está
Escuchando
Tras la espuma
Viendo pasar
El tiempo
Hiel extemporánea
Que subió al cielo
De los martillos
Claveteando
Suavemente
Su arpón
En los sueños
Los rostros tahúres
Noche de escualos
Un mar de olas
De pulp
El marinero
De Moby Dick
El duende
De Shylock ladino
Lengua
Cantora
Del sino
La mirada
Lastra desarraigos
Calla el claxon
Del navío
Don
Funchal
Que ondeas
En la caña brava
De carboneros
Sirvientes
Río revuelto
De humo
Buscar el doloroso
Símbolo
Abracadabrante
Atravesando
La quilla
Del verso
El hombre estaba solo
Y siempre nos decía adiós
Ave del paraíso
Tras la lluvia
Reciente
Levantas la mirada
Se acerca la mosca
La nube
De un verso en blanco
Furor
Y misterios clásicos
Animado mundo
Amarillo
El bucle de tu rizo
Apelmaza
La experiencia
Licuado vuelve el tránsito
Del ave
Esbelta como gallo
Fruta como pulpa
Mango más ácido
Aguacate del liso grande
Con pipa y sin piel
Moviéndose como aire
En el árbol
Del poemario PIE DE RUMBAS 2005
II
Tiempos de alpaca y cuero
Y marroquinería
Unidos sólo por urdimbres de riesgo
Como la vida deportiva y frágil de un crack
Tiempos de melamina y plaqué
A salvo sólo tules en volandas
Charcos de amanecer
Adoquines de ojos transeúntes
Que campan la vida
En sonido de amantes zapatos de squash
Y la voz ecléctica de aceras
Y neones borboteantes
Sombras inesperadas servidumbres
Del eco candente en ascuas
A Caballo
De feroz nocturnidad
La noche tiene unos fingidos límites
Acotados por la frugal estridencia
De unos gandules cláxones
Y vecinos y cinturones de seguridad
Borrachos como espumas de amanecer
En el cubilete de un tiempo
En que la poesía sin anaquel era sagrada
Y venerada y todo salía del tiesto
De las pamplinas
Para derramarse en sed de alientos
Dispersos y desconocidos
De noche aprendí cosas
Y vi cuellos de muchas botellas
Y músicos afilados como nervios
En la espiral de un baile de reservados
Y flashes kodakrome
En manos de dj’s como el ámbar
Cocineros de blancas cofias
Y pianobares
Que no nos vean coquetear
En el reducto
De una acera de gasa bajo el ala
O atarjeas delante
A la otra cobijante manera
De mirarte
Del poemario TIEMPOS DE ALPACA 2003
III
A pesar
que las azucenas
encendidas y rubias
se detengan temblando
o las rodillas
sobre las espinas
de las rosas de Oriente
rojas sangren
Tras los telones silenciosa
va corriendo la luna
Como si a las uñas de los perros afianzada
la noche de crecidos laureles anduviera
Las estrellas se alongan con sus brillos
al rechinar de dientes
de los muertos remotos
Como si fuera
la nostalgia del alba
Los errabundos lanzan
su vaho a las mareas
Ciclos
en nuestro abrazo
fosforescente
la viña de estrellas
ocultándonos
un colegial de triángulos
unos tacones altos
luego
los dos muchachos
alejándose
Del poemario
Y marroquinería
Unidos sólo por urdimbres de riesgo
Como la vida deportiva y frágil de un crack
Tiempos de melamina y plaqué
A salvo sólo tules en volandas
Charcos de amanecer
Adoquines de ojos transeúntes
Que campan la vida
En sonido de amantes zapatos de squash
Y la voz ecléctica de aceras
Y neones borboteantes
Sombras inesperadas servidumbres
Del eco candente en ascuas
A Caballo
De feroz nocturnidad
La noche tiene unos fingidos límites
Acotados por la frugal estridencia
De unos gandules cláxones
Y vecinos y cinturones de seguridad
Borrachos como espumas de amanecer
En el cubilete de un tiempo
En que la poesía sin anaquel era sagrada
Y venerada y todo salía del tiesto
De las pamplinas
Para derramarse en sed de alientos
Dispersos y desconocidos
De noche aprendí cosas
Y vi cuellos de muchas botellas
Y músicos afilados como nervios
En la espiral de un baile de reservados
Y flashes kodakrome
En manos de dj’s como el ámbar
Cocineros de blancas cofias
Y pianobares
Que no nos vean coquetear
En el reducto
De una acera de gasa bajo el ala
O atarjeas delante
A la otra cobijante manera
De mirarte
Del poemario TIEMPOS DE ALPACA 2003
III
A pesar
que las azucenas
encendidas y rubias
se detengan temblando
o las rodillas
sobre las espinas
de las rosas de Oriente
rojas sangren
Tras los telones silenciosa
va corriendo la luna
Como si a las uñas de los perros afianzada
la noche de crecidos laureles anduviera
Las estrellas se alongan con sus brillos
al rechinar de dientes
de los muertos remotos
Como si fuera
la nostalgia del alba
Los errabundos lanzan
su vaho a las mareas
Ciclos
en nuestro abrazo
fosforescente
la viña de estrellas
ocultándonos
un colegial de triángulos
unos tacones altos
luego
los dos muchachos
alejándose
Del poemario
LAS UVAS DEL MAR DE LAS TINIEBLAS
1980/90
IV
Somos las manos y los ojos
Que pasan entre oros sobre otro caudal
De ondulantes espacios.
Somos un río interminable de miradas
Y gestos y manos
Que reposan cruzadas, o alzadas
Y extendidas también se volvían
Onomatopeyas y aguamarinas
Somos las manos del lenguaje
Y otras manos arremolinadas
En dedos expresionistas
Clavados a visiones de extramuros.
Para decir adiós
La luz verde y prístina de unos ojos
Mi cuello de botella vibrando
En la tarde las garzas se posan
Y desde las dunas, huellas
La choza ya está cerca
Se enrosca a mil arcanos y audacias
Los nervios se afilan
Y otra musculatura se desliza a otra isla
Una isla transfigurada e idéntica
Al ancho mundo
Que ya no se desea ni es permanencia
Mundo partido en metáforas
Sólo acercándonos la tez más tierna y cálida
Del poemario LAS MANOS Y LOS OJOS 1996
V
Iba yo un día de mago por la vía
En la muralla me detuve
Y la contemplé.
Cuánto tiempo perdido.
A mis oídos el rumor
De otros tiempos
Subía con los puños del loco.
Rememoré la esquina.
Tanto estirarse al cielo
de la caballería arquitectónica.
Alguna musa en sus mazmorras.
Un libro enmohecido
me llamó. Miedo. Contuve la cordura
con los dos ejemplares.
Me acompañaba el vendaval, el trueno
que tronó.
Me desgajé en mitades tubulares.
Pan con piña, no más entre los dientes.
De modo que volví. Esta es mi vida.
Por cierto que creí que en la misma
Situación me vieron hace tiempo
Membrillera
De la turbia y robusta
membrillera de Mayo
dibujos pendulantes
afloran al reborde.
El grosor de tus manos
delicado, invisible
esta
palabra
ahora
ya carece de voz.
Te regalo el sonido de mi mar
Dinos
Si el aura de
espuma trotará
cuando se haga tinieblas
lo que tengo
y no crece.
Es por fortuna un
sombrero
que me arrastro al material
de cárceles de acero,
o será un asma
de gato
que gira y gira
en el deambular
del sueño
de avenidas pesadas
y paquetes.
Trapecista de junio
con el sol en tus patas.
En el fondo
desde el ojo del charco
donde la ameba
se restanca
escupiendo al sinsentido.
Morena del zapato
Díjome una chilena
en Pensylvania
que mis botas le daban
un betún a mis ojos
y me até los rastrojos
de comunión al
centro.
Me apena tu postura
dijo al nuevo,
mientras descendía su
pecho en mechones
de luz que absorbía
no sé como sobándole,
el deje nos hundía
en su doblez pañuelo
de bizcocho.
Se hizo lo menos tres
descuentos mientras son
risa, muy atentos
los otros dos y el uno
me esclavizaba dentro.
Quita y pon
La vieja tiñe al blanco
su hermosura
y las playas perdidas
en América
sonríenle
con un trozo de luz
en sus dos manos.
Son guayabos
que vende al tercer día
y aún estaban frescos.
Su albura renace
con los tiempos
y los soldados
de almidón y levita
acompañan su carruaje
con los pitos
de agua.
Ranas
No saltan
jamás sexuales
esperando
espacio de luz
blanca
en las mordazas.
Una, dos, zas
sobre flotantes
flores
se lastiman
los pétalos del
agua
salpicando
debajo.
Mujer
De madres
el mudo color
se tornó en carricoches,
los duendes
almas,
comenzaron a herir
al querubín
que ondeaba en mi patria
y las sombras del mundo
se angustiaron
en constelaciones
diminutas.
Del poemario DESANGRE LIBELULAR
(anónimo) 1981
VI
AL FINAL DE LA COSTA
Profundo y rocoso
Sonido de fuego
en blanca espuma
y floresta de risas
Si puedes
Házme sólido
Mercurio
Hacia
el signo
del aire
Por la vida voy
haciendo ondas
Por la escollera
en equilibrio scorzo
Jugueteando se adorna
el coloso irisando
hacia arriba
tirando
desde
abajo
La distancia
lo profundo
se echa al mar
que sólo mirarlo
el mismo navegante
sangrante cicatriz
haz de luz
fuego en la carne
del límite
estío furioso
como perro
de nostalgia
es tu vida
Un avión surca el cielo
la garza se posa
sobre playas de arenas
que sorben y absuelven
La costa es el final
de la ola de lejos
empuje y fragor
que se deshace
en pequeños
cálculos de océano
El zumbido
en el sueño
de altos mensajeros
La diosa que agita
en tu cabaña
acariciando
el rítmico
semblante
Tú puedes dormir
Yo estoy cansado
de una mitología
aun ausente
de rocalla y entrantes
Y el salitre de tus pasos
que huyen del mar
Mensaje con vaivenes
el cristal descuella
Hoy las aves
son náufragas
del sol
Del poemario AL FINAL DE LA COSTA junio de 2010
@ Roberto Cabrera
No hay comentarios:
Publicar un comentario