Marion Bethel vive y trabaja en Nassau, Bahamas donde nació. Su escritura incluye poesía, prosa, teatro y ensayo. Ella recibió una Beca James Michener en Julio de 1991 por parte del Instituto de Verano de Escritores Caribeños perteneciente al Departamento de Inglés de la Universidad de Miami.
Su trabajo ha aparecido en Junction una antología de prosa y poesía de Bahamas; Lignum Vital, un diario de la Asociación de Escritores de Bahamas, From The Shallow Seas una antología de prosa y poesía de Bahamas publicada por Casa de Las Ameritas de La Habana, Cuba (1993): The Massachussets Review- Otoño-Invierno de 1994; Moviéndose más allá de los límites. Volumen 1 (Pluto Press) 1995. Su trabajo ha sido recientemente aceptado para publicación en las publicaciones literarias Callaloo y River City.
En 1994 Marion Bethel recibió el Premio Casa de Las Américas por un libro de poesía llamado GUANAHANI, MI AMOR que fue publicado en una edición bilingüe (Español- Inglés) en Enero de1995. En Sept. 1997 Marion Bethel inició el periodo de un año de una beca en el Mary Ingraham Bunting Institute del Colegio de Harvard y Radcliffe, Cambrdge, Massachussets donde desarrolló su trabajo en escritura creativa.
Ella recientemente editó una sección especial de El Escritor Caribeño Vol. 13 llamada “Poesía de las Bahamas”. Actualmente ella esta terminando un manuscrito poético y haciendo investigación para una novela.
Renacimiento taino
Si tú plantas bejucos de yuca
en un cayo de coral de un mar poco profundo
tus manos calentando el lomo
de una cordillera submarina
si caminas en un cayo de coral sabiendo
que tu pie masajea un aplastado
pico de montaña, si nadas
en un mar poco profundo oliendo
lamiendo un musgo intemporal
si te acuestas en un cayo de coral
de un mar poco profundo sintiendo
el peso y la maravilla
de doscientos millones de años
de arena viviente es probable que seas
un taino o bahamés vuelto a nacer.
En un cayo de coral
En un cayo de coral donde el turismo es rey
divino y la banca, un príncipe de plata
donde nunca hubo azúcar, ni escasamente
donde nunca hubo algodón, no mucho
para la mano de piel suave
ya muerta la ballena
para la mano endurecida
ya rota la línea de la ballena
Nos hicimos a la mar nos hicimos a la mar.
Ya no pescamos ballenas ni naufragamos
corsarios, piratas o traficantes de ron
según cambian las mareas económicas
No lamentamos nuestra pérdida
de los bahameses del casabe
en el mar de los sargazos
Porque somos los bahameses en su concha
no nos duele lo que
no sabemos que hemos perdido.
En un cayo de coral donde vivimos
En una plantación turística, un feudo
bancario donde el aire esta acondicionado
como lo están las manos que no saben
de la cuerda de pescar o el suelo de la pina
No producimos nada, o apenas
servimos al mundo, o casi
En nuestro servicio con aire acondicionado
Somos los benditos camareros de la gracia divina.
En un cayo de coral donde el turismo es rey
divino y la banca, un príncipe de plata
donde nunca hubo azúcar, ni escasamente
donde nunca hubo algodón, no mucho
para la mano de piel suave
ya muerta la ballena
para la mano endurecida
ya rota la línea de la ballena
Nos hicimos a la mar nos hicimos a la mar.
Ya no pescamos ballenas ni naufragamos
corsarios, piratas o traficantes de ron
según cambian las mareas económicas
No lamentamos nuestra pérdida
de los bahameses del casabe
en el mar de los sargazos
Porque somos los bahameses en su concha
no nos duele lo que
no sabemos que hemos perdido.
En un cayo de coral donde vivimos
En una plantación turística, un feudo
bancario donde el aire esta acondicionado
como lo están las manos que no saben
de la cuerda de pescar o el suelo de la pina
No producimos nada, o apenas
servimos al mundo, o casi
En nuestro servicio con aire acondicionado
Somos los benditos camareros de la gracia divina.
Las manos de Miss Jane
Miss Jane insuflaba aire
en los pulmones de Cherokee Sound
nuestra aldea de corderos monárquicos
balando «Rule Britannia» para siempre
ella una niña esclava de Georgia
una mujer liberada en Ábaco, libre
para dar vida, para acomodar
sus pezones auto-alquilados en
las lenguas de ovejas mamonas
Miss Jane se esforzaba hacia entrañas
hipantes desatando sus nudos de muerte
hurgando hondo dentro de sí misma
cortó el cordón umbilical de su propio hijo
ella dio a luz a la abuela Beble
confortándola con sus chorreantes
pechos tan fofos como bebe de caracol
Beble, una mujer de piel cacao-ciruela
viajaba a las riberas de una isla
con sus oscuros brillos aceitados de coco
cada Día de la Emancipación para celebrar
la manumisión de su Dios viviente
el misterio de las manos de Miss Jane.
Traducciones de David Cherician
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