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sábado, 21 de agosto de 2010

856.- BORIS ROZAS


- Boris Rozas nace en Buenos Aires, Argentina, en 1972. Es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Valladolid. Sus libros de poesía son hasta la fecha: Bagajes del alma (2004), Lleno del mar (2005), Hemisferio Sur (2007) y Huyendo de este jardín, me encontré con el viento (2009). Su obra aparece ya en varias Antologías, entre las que podemos destacar: “Poesía Española. Una Propuesta. De la Generación del 68 a la del 2000” (2008), “La Hora Sagrada. XIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos” (2010) y “Corazón de Cinco Esquinas. Junta de Castilla y León” (2010). Ha obtenido, entre otros, el Premio Sarmiento de Poesía 2007, Accésit del Premio de Poesía Ángel Miguel Pozanco 2007 por la obra “Hemisferio Sur”, y Primer Premio de Poesía del XVI Certamen Poético “Villa de Ermua” 2010.
Mi página personal: www.borisrozas.com



del libro “Bagajes del Alma”,
(2004)


ÁLBUM

Frágil del agua y del tiempo
cristalino del todo,
metálico del corazón y del lodo
lleno de lluvia y de viento.

Animal del miedo y la boca
quieto y sujeto,
manta de amor y respeto
bestia de cálida roca.

Calma del cuerpo mismo
en cama de soledad,
de mis manos, eterna ansiedad,
sujetando al tronco del abismo.

Vestigio de espuma de la sangre
ligera brisa de sal,
cuna de huesos hermosos
fiesta de la piel y del rostro.

Firme estado de verde tristeza
con vientre de leche,
cómico modo siempre terrestre
castigo, y todo maldita certeza.

Calla hermosura
cortina de color y de rancio,
ese verde raquítico y lacio
siempre dolor y frescura.

No llevas mis manos por llevar
mis anillos o mis medallas,
bien sabes tú de mis agallas
de mis arrugas, de mi volar.

Casi muero ayer de tanta luz
tanta pared,
apenas di con la red
con tanta viga y tanta quietud.

Antes de ayer fue la madera
la canción y la mejilla,
el camino desde tu rodilla
al peso de esta cadena.

El charco en medio del camino
la rosa, el frío del encuentro,
cala pronto ese momento
en el álbum de fotos del destino.

Los versos desatados
sobre la hierba,
tiñen de tinta mi letra
haciendo útiles mis manos.




ENSEÑAME EL CAMINO

El otro día soñé
que robaba la hierba de tus días,
cogía prestada toda la cara,
todo el color.

Secaba mis manos con tu pelo,
tomaba el aire de tu espalda
manejando la tela de tu vestido,
encontrando el tiempo.





LO QUE DICEN DE MI LAS PIEDRAS

Las tristes piedras, que tan bien
manejan el silencio
y saben ver el oro de los días
y las noches,
conocen el misterio
de las heridas que se curan
y de los hombres que se levantan.
Las dulces rosas,
que tan bien
acompañan a las manos
y se desprenden de las tumbas con la lluvia,
nunca dejan que el gesto sea baldío,
que el tiempo se convierta en piedra.
Cuentan del bosque tantas mentiras
como árboles lo habitan,
ladrones de almas viajando por el tronco
visitando la savia de los años.
Cuentan que en el medio de la vida,
entre el bosque y la penumbra,
se apagan las palabras,
se aprende a beber de los días.
Cuentan que las tristes piedras
que conducen al osario
son las rosas que iluminan tu camino
para que adivines lo andado.




IDONEIDAD DEL CUERPO

El corazón que da vida al soma
insuflando aliento a fondo perdido,
esperanza de la osamenta,
tejido cósmico y óseo.
La branquia que acelera el paso
tomando el pulso de la acera,
el chorro de sangre que anima el rostro
dibujando el trazo, saltando a la cara.
Acomodo brutal de la espina
y las vértebras que se funden con el agua,
trozos de mortal sustancia,
cociente del fuego y la galerna.
Sobre esa inmortal caverna
yace el hombre desde el abdomen,
la justa medida de esencia divina
la idoneidad del cuerpo extendido.




7

El heno de los campos debemos guardar,
El eco de las barcas debemos oír,
El tronco del manzano puede caer,
Las líneas de la mano se deben romper.
No quedan cuadros por pintar
Ni versos por componer.





BRISA

Hay un poco de vigor en ese llanto
un poco de presencia,
una normal esencia, de primavera.
Hay un todo en ese engaño.

Unas pocas gotas de mañana,
hay un verano en esas notas,
un extraño sol, unas estrellas,
hay casi un himno en esas velas.

Nuestro es el tiempo
nuestras las penas,
para ver esas flores
sobran estas cadenas.




OLVIDO DE MI MISMO

Encuentra el tiempo
para asomarte al mundo,
hundir los dedos en el aire
comerte la vida.

He visto otro cielo
otras puertas,
lo perdido yace informe
camino del olvido.






del libro “Lleno del Mar”,
(2005)



YA ENTONCES NACEMOS DE HINOJOS

Ya entonces nacemos de hinojos, fragmentados,
envueltos en limo.
De manera hermosa, simple, llegamos
a este mundo,
devolvemos las piedras a su sitio, brotamos agua,
hasta de la noche hacemos día. Durante años,
hasta mi casa, se acercaron gentes con ánimo sencillo,
gesto suave, volcados con el mar (Yo mismo
envuelto),
arrugado el alma.

Diría que me encuentro perdido, ahora mismo.
desde que abro los ojos, se disponen frente a mí
un ejército de minutos,
unos barcos semihundidos, todas las infancias,
donde ya estuve, lo recuerdo,
una y mil veces.

Apostado en estas maneras, también simples,
digamos que siento haberte mentido, sobre las
noches
y la vida. Ojalá fuera tan eterna la mañana,
tan colorido el campo, tan útiles los animales,
los principios tan proporcionados.

Aún ayer
dormía con mis seres queridos, tranquilo,
inmenso,
hasta mi casa seguían llegando
contentos, hombres como puños,
eternos, moviendo el mundo.





VAMOS A LLOVER JUNTOS

Aquellos compañeros
de viaje,
otrora compactos
y erguidos,

Ahora disimulados
tras el sol,
frágiles
hartos de tanto secreto.

Vamos a llover
juntos,
toda esa rabia
sobre estas hojas,

Vamos a recoger
muertos
estos dedos,
para retorcer esa memoria.

Media sonrisa
sin apenas nombres,
nieve en la entrada
suavizado el regreso.

Fue tan bueno
al principio
el no entenderse,

Que no duele
esta herida,
entristece.




ESE CUERPO NO SE ALZA COMO
EL RESTO


Pueden servir tanto corceles como galgos,
jinetes en vela, cíclopes dormidos...
los que descansan junto al río, los que apenas el
invierno
han resistido,
de todo hay. Tu desierto junto al mío.






NO SOY MUJER

No soy mujer, soy cometa.
Llevada por el viento,
ni traigo amor
ni soy de este planeta.

No pienso en ti, soy espuma.
Blanca por dentro,
no vendo frescor
no pido la luna.




ME DESLIZO ENTRE CAMPOS
DE FATIGA


Porque necesito ser hombre o mujer, día o noche,
árbol o piedra, perfecto,
hacedor de tormentas, marinero entre cuerpos
hambrientos.
Quiero devorar iglesias y palacios, pan fresco y
hacinado,
torres maestras, orgullos elevados,
me planto delante de esta vida. Quiero un río,
lo quiero en medio de todas las figuras,
una barca de madera, unos remos,
una espalda erguida,
un niño.





LLENO DEL MAR

Lleno del mar
tu cuerpo,
amarra tu paso
junto al mío.

No es gasto
dormir esa orilla,
el paso de este estrecho
entre la muerte y la vida.

Las velas tumbadas
anclado el delirio,
descansan los ánimos
percuten los sentidos.

Ven en transición
sobre nombres y piélagos,
quizás este esplendor
llene del mar estos cabos.

Rompiente contratiempo
querer a contracorriente,
no es barrera de tiempo
sino arrecife insuficiente.

Pleno de sal,
el mar del cuerpo
doblega al hijo
tras los hechos del día.






ES AQUÍ

Es mi tierra,
son mis días.
esta es mi agua,
estas son mis velas.

Es tu vida,
no es la mía.
este es el norte,
esta es mi escuela.

Aquí amarran mis manos,
echan el ancla mis días.
aquí comen mis hermanos,
echan a andar las estrellas.





VISPERAS DE TODO

Menos mal que el fuego me hierve por la sangre
las manos me amarran al cuerpo, en un tiempo.
No me reprocho mi fe en la carne (avejentada)
pero no sabría encontrarme en esta vida de gusano,
torcer por esa calle, ladrar, reconocerme
animal completo, hierba, nube, estómago,
Principiante.





MI CASA EN LA TIERRA

Perfume de lirios apagado
manto de orquídeas invasoras,
este jardín abandonado
no conoce empeños como el mío.
Casa de eterna techumbre
eternas vigas
y huerto pequeño,
madre lateral, camino de estaño.
Venimos con pan
felices, manos llenas,
modestos ropajes
la vieja alacena.
Dame la mano, tierna lumbre
que no entiendes de nombres,
madre amada, entre margaritas
enciende este vacío.
Vieja carne, viejo estómago
que no da con todo ese daño,
ama la semilla de la panoja
trabaja el cuajo de madrugada.
Sobre los verdes prados
bailan los niños, abrazados,
dulces, descalzos
desnudos los prados, negros.
El padre espera
hierro en mano,
afanarse en la era
hasta el hálito postrero.

Como todos los días
los hijos de la tierra,
que beben de los ríos
y mueren por la piedra





ALGO SOBRE UN BANCO DE MADERA

Yo estaba sentado, destruido. Viendo el barco
que navega tranquilo
por el río, el cielo despejado. Tú ya no eras de este
lado,
no te recuerdo.
Aspiro a parecerme a este pájaro, a aquellos niños,
ablandarme con el paso de los años, amerizar,
no entender
nada.
Que me lleven a otro jardín,
a un declive más natural, a serenarme
con la maleza,
comulgar con el pasto,
no busco uno solo de sus rastros, alcandora
que fundes los huesos, restañas dignidades, entallas
hombres más allá del día, enmiendas.

Yo estaba bien coagulado con el mar, mayúsculo,
desmadejado. Tú ya no quieres de este canto,
No te reconoces.






del libro “Hemisferio Sur”,
(2007)




INTRO

Es Junio desapareciendo. De madrugada mis
alas recorren el suave cauce de este río
que me acompaña en paralelo.
Mis suaves pies penetran en tus aguas de tiempo
y espesura, acompañando a todos
tus huéspedes apagados en este acto de fe.
Velo el cuerpo en esta empatía diaria, a través
de este cristal cercano al cielo,
mientras el hombre digno, de digna estría,
vara su barca de carne y hueso
al otro lado de este jardín, pleno de hierba y
estío.
También me detengo ante ese prado, verde
y desatendido, que cruza este celular tejido,
desde el corazón del andurrial
hasta la eterna travesía.

Es Junio desapareciendo…





CONFORMACIÓN (I)

En este valle, hombres y troncos, conducen el viento
que recorre los humedales,
retorciendo rastros del pasado,
conformando tejidos
incorpóreos.

En este valle, niños y colosos, salen al paso
de tiernos pastizales,
terciando crudas
ignominias,
eternos estados mentales.





POEMAS DEL NIÑO GRIS

(I)

De niño este parque me parecía el más hermoso,
estos juegos los más infantiles;
de rodillas, colando mis manitas en la arena,
robándole el agua tibia a todas las fuentes,
tanto sol y tanta tarde por delante.
Tierna hierba, lánguida e inquieta,
horadando los poros de la piel joven,
engañando a los sentidos, fecundos,
adolescentes.


(II)

Porqué yo... y no este pequeño insecto,
si ambos compartimos un mismo deseo:
volar.


(III)

¡Oh viento, largo y lento!
tanto tiempo me has mecido,

tantos encuentros,
tanto perfume introvertido.

¡Oh cáñamo, dulce de mi atlántico!
suave trino, mar en llamas y navío.

De la madre viene el cántico,
con el hijo se apaga el vacío.


(IV)

Recuerdo a mi dulce abuela de leche, convertida en trapo,
el murmullo alegre de aquella puerta de al lado,
mi cárcel pintada a mano, con guirnaldas y flores.
Mi verano.




EL ALMA DE ÉSTA Y TODAS LAS NUBES

En estas hojas que dibujan un niño, dos niños marcan
con sangre una leyenda: la del alma de ésta
y todas las nubes.
En este estuoso vapor de magmas, en esta diáspora
de estrellas,
no te empeñes en amarrar el viento,
el viento.

Bajo la perfecta mañana
se alzan infinitos dos cuerpos, dos islas,
una
frente a otra…

y te digo yo a ti mi nombre,
cuéntame tú
las azaleas.





…CON CIERTA PUREZA

Es cierto que estos ojos inauténticos
no deben considerarse sino en gracia,
pues entre tanto camino
cerrado y angostado
ha calado el viento esta rosa, que es tu cara

Un especial recuerdo, simple y dueño,
1979, hemisferio sur,
día tras día,
se respira el mismo ardor,
se repite
el mismo sueño.

Justo recordar esta pureza, ahora que duele




…HE VENIDO A VERTE
PORQUE ESPERO SER TU ÚLTIMA CASA


He venido a verte porque espero ser tu única casa, tu jardín
más hermoso y último, tu vida.
En tu mano mis ojos, verdes, definitivos, mis palabras,
las más auténticas, las únicas.
He venido a verte
porque no conozco lugares como los tuyos.




CONFORMACIÓN (III)

Sobre este cuerpo sucedáneo levantaré
la iglesia de mi vida,
coetáneo oscuro, rama delicada,
predicaré la observancia,
limpiaré tu nombre con mi mano y con
los cientos de hojas
que encuentre en el camino.
Adornada fronda, mente despejada,
sobre estos viejos mares, y en mitad
de este retiro, construiré
con finos y orlados brotes
tu templo definitivo.





ENFRENTANDO LA LLUVIA

Una mariposa encendida por la pasión de ese vuelo tan corto
como hermoso, ha elegido prestarme sus alas incendiadas
para pintar juntos los ángeles del cielo, las praderas del aire.
En ese batir simultáneo de espaldas acorchadas, va disuelto
el corazón, la piel erizada,
enfrentando la lluvia, descalzos y peregrinos,
tomas tú mis raíces, yo bebo de las tuyas.




NO HAGO VIDA DE ESTE RÍO

( Segunda Pérdida )

Algo me dice que todavía no ha llegado mi tormenta,
mi desierto, mi eucaristía.
No hago vida en este encierro de pájaro, en este
nido de hombres, nací gárgola.
Vestido para esta fiesta, llevo la edad de este río,
turbio el musgo. Finas paredes
blancas,
hombre u hormiga,
no hago vida, sonrío, muevo
mis labios, calmo
mis ansias
en tu río.





EL VERDE QUE ME RODEA EN TODO
MOMENTO

No es hambre lo que asoma entre mis dedos,
mi cabello, o mi garganta,
no es verde lo que me rodea, en todo momento,
a todas horas.
No éramos dos cuando nos mirábamos, en las
Picoas, lejos del viento y las aguas, en silencio.





ENEBROS

Cuando nos reencontramos
el papel y la pluma
dejaron de pertenecerme,
para abrazarme a tu sombra,
acercarme a tu sonrisa.
Quiso esta punzada, este nervio,
tornarse suave terciopelo, limpio;
Quiso tu rocío
atarse a mi ventana.





(A Mónica)



LUNA MÁS TRISTE
QUE EL OLVIDO

Un lienzo olvidado en un desván se desvanece,
como el suave y fresco manto de piel, me sobrecoge,
rompe mis líneas y se pierde,
se pierde la noche tras el día, recoge
semillas de aquella dulce entropía. Con una luna
más tenue que tu rostro, dos vacíos,
el tuyo y el mío,
abandonan el mundo,
se pierden en todas las formas.




VIDAS MENORES

Dos líneas apagadas que se fundían con el horizonte
en gama de estaño, tuvieron que encontrarse
para aprender a vivir finalmente, finalmente
rodeados sus brazos
de apagados besos.
Dos ángeles deshechos en estado natural,
naturalmente insuficientes, captaron
el movimiento de sus océanos
alunados.

En paz trabajaron
y sufrieron,
sin necesidad
de perder un solo día.




del libro “Huyendo de este jardín,
me encontré con el viento”,
(2009)


INMUNIDAD

La inmunidad del verso infantil y primerizo,
ha guiado mi mano
por este año desértico y velado,
hasta llegar a esta orilla, quien sabe
si procelosa,
finalmente hermosa…
que sabe a pan integral,
a máquina de escribir,
a diario de a pie, a vórtice,
a nebulosa.
No tengo principio para esta mañana,
pero me encuentro consciente
en este intervalo de tiempo, rumiando
la hierba de los días,
cruzando mare tranquilitatis
con alas de Ícaro enfermo, de sur
a norte,
cogiéndole el gusto
al tacto de la vida.

Camino bien acompañado
en este bosque de cristal.





ENTIENDO AL PÁJARO

Entiendo al pájaro que viaja al Oriente, sin mayor guía que
el instinto,
entiendo al horizonte, que recela
de esta migración descarnada.
Enciendo una vela por el alma, por el alma
del viajero,
que busca la luz en otras tierras, el bosque
en otros hemisferios.



Mi alma descansa ya en el TigreDelta





NO PERTENEZCO

Conscientemente, me digo a mi mismo
que no pertenezco a una raza, a una comunidad,
a una iglesia,
que no me alojo en este cuerpo,
que
no calzo estos huesos.
Honradamente, me enredo conmigo mismo
en mis vaivenes, unas veces por otras,
contra
los mismos hechos.
Con esta sinestesia,
con estos humildes versos.





TENÍAMOS GANADA LA HIERBA

Teníamos ganada la hierba tras el día,
verano tras verano.
Dejábamos sedienta
la fuente, tarde a tarde,
mientras hacíamos camino de la mano,
oliendo a guijarro, batiendo al sol
con la frente descarnada. Tan feliz
el amigo del alma, el jesuita, la señora,
la vecina. Tan feliz…

Tan feliz
la hierba tras el día.






SOBRE ARENA Y PIEDRA

Sobre arena y piedra, el corazón calado se encoge
con el sonido del silencio. El aliento fresco
de la montaña
vistiendo el hábito del viajero.
La mano en el agua dibuja con alma
de terciopelo
la línea del otoño incipiente.
Registra el tiempo el ingenio del hombre,
la gloria más instantánea.





NUNCA HUBO MIRADA MÁS TRISTE
A TRAVÉS DE UNA VENTANA


Nunca hubo mirada más triste a través de una ventana
que la del hombre y la mujer solos, derrotados por la obstinada
lluvia, por el día después, por la lágrima convulsa y escondida.
Nada más triste que el cemento blanco, la fachada
acartonada, el corazón ahuecado...
Nada más noble que el lamento frente al
camino desandado, la isla abandonada,
el hombre solo, la mujer atomizada.
Nunca hubo mirada
más triste a través de una ventana
que la del hombre y la mujer solos,
devastados
y sin alma.





PERFECCIÓN

Perfección en la mañana de tierno sol, de invierno desubicado,
de desayuno continental y suaves maneras.
Te han regalado una rosa, unos
versos,
un corazón,
un motivo.





MAN OF
STALKER


Nos está comiendo el sol de verano al norte
del mundo,
bañando con su rayo lúcido el suave discurrir
del atardecer cerca de la costa de Argyll,
junto al Lago Laich.

El hombre de Stalker
ha llegado donde quería llegar,
junto al faro de Appin, a merced de la marea.





TARDE DE VERANO

Este hombre que se ha sentado a mi lado tiene
alma de poeta. Ha destapado sus canas escondidas
de la lluvia, ha abierto un libro y se ha sentado
frente a frente con el agua, a mi lado.
Se le ha acercado una madre con su hijo, un niño
ligero asomado a sus arrugas, una vieja alumna, intuyo,
un buen recuerdo.
Al poco, el sol y la tarde se nos han ido escondiendo.
Con miedo, con miedo de estropear el idílico entorno,
la tarde parisina.





REMINISCENCIA

Es tal el desorden de ideas que habita en esta casa,
tanto el desánimo, la premura, el íncubo…
la marea ignota que desborda la ventana cada noche,
esta atmósfera confusa que se ha instalado
en estos huesos.
Esta fiel retentiva, que me ha colocado
al pie de este averno,
este manto de piel definitiva
al abrigo de otro
abismo.
La marea ignota que trae
a la memoria
esta cruel reminiscencia
de mi mismo.




NO DEJO DE SER HOMBRE

Llama la irrealidad.

Como cada noche entra
por la ventana del alma,
atravesando
el tálamo indefenso.

Llama la irrealidad.

Como cada día no cesa
con la mañana del pájaro
que canta…
porque el sol le ha despertado.




WALDEMAR

Waldemar, loco, firmo una nueva vida
lejos de aquí.
No nos será fácil
huir de estos jardines, a los que llegamos como
esclavos para crecer como arlequines.

Waldemar, loco, te escribiré,
no importa a cuántas cuadras de distancia,
te haré llegar mis palabras, mi oxígeno,
una gota de este vaso
una sola de estas ganancias.

Sabrás, amigo, sabrás
cómo asoma el sol en este viejo solsticio,
cómo me convierto en brea…
Te contaré el invierno, cuando sea invierno
moriré contigo,
te llevaré el verano, cuando verano sea.

(Para Waldemar, viejo amigo argentino e invisible,
que me acompaña desde siempre en la otra orilla.)




MIGRACIÓN

Sé que ha llegado el momento de desplegar mis alas,
estas brillantes extremidades de ignorancia,
que han templado mi recorrido por la vida,
hasta redireccionar la sangre.
Pero no será esta noche
cuando se encuentren los dos hombres
que han compartido este cuerpo, este cuerpo.
No será en esta casa donde
tenga lugar este bautismo, este bautismo
en el que no importen los nombres.
No será esta noche
cuando se encuentren los dos hombres
que han migrado hasta
este nido,
hasta
este nido.



imperfecciones

De elecciones…y primeras impresiones, de andenes atiborrados,
de agostos inmunes
y marzos desgastados.
De pie, asimilando esta bella despedida,
de nuevo caminando el círculo
de la eterna huida.





UNDERWATER

Busco ingravidez en este desierto, reclinándome
contra el viento.
En este momento de creación en que soy espuma
del océano,
madera de barco velero, desgastada y
abisal,
fino cementerio, cálamo polvoriento.
Busco suavidad en este reclamo, inclinándome
frente al tiempo.


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