Emilio Coco, nacido en San Marco in Lamis (Italia), es hispanista, traductor y editor.
Entre sus trabajos más recientes destacan: Antologia della poesia basca (Crocetti, Milán, 1994), tres volúmenes de Teatro spagnolo contemporaneo (Edizioni dell’Orso, Alessandria, 1998-2004), El fuego y las brasas. Poesía italiana contemporánea (Sial, Madrid, 2001), Los poetas vengan a los niños (Sial, Madrid, 2002), Poeti spagnoli contemporanei (Edizioni dell’Orso, Alessandria, 2008), Jardines secretos (Sial, Madrid, 2008), Antologia della poesia messicana contemporanea (Sentieri Meridiani, Foggia, 2009), La parola antica (Nove poeti indigeni messicani) (Edizioni dell’Orso, 2010) Como poeta ha publicado: Profanazioni (Levante, Bari, 1990), Le parole di sempre (Amadeus, Cittadella, 1994), La memoria del vuelo (Sial, Madrid, 2002), Fingere la vita (Caramanica editore, Marina di Minturno, 2004), Contra desilusiones y tormentas (Ediciones Fósforo, Ciudad de México, 2007), Il tardo amore (LietoColle, Falloppio, 2008, traducido al español, al gallego y al portugués, Premio Caput Gauri, 2008), Il dono della notte (Passigli, Florencia, 2009, Finalista Premio Pontedilegno Poesia, Premio Alessandro Ricci-Città di Garessio, Premio Città di Adelfia, Premio Metauro) y algunas plaquettes. Dirige las colecciones I Quaderni di Abanico (Levante Editori, Bari) y Uni-versi (Sentieri Meridiani Edizioni, Foggia) y es editor de I Quaderni della Valle. Entre las muchas distinciones y premios que ha recibido sobresalen el Premio de ensayo y traducción Annibal Caro y el Premio Proa a la trayectoria poética. En 2003 el rey de España Juan Carlos I le otorgó la encomienda con placa de la orden civil de Alfonso X el Sabio. En 2010 ha recibido la condecoración “Alejo Zuloaga” de la Universidad de Carabobo en Venezuela. Ha participado en muchos festivales de poesía en España, Francia, Turquía, Argentina, Venezuela y México. Ha sido traducido al español, portugués, gallego, francés, húngaro, lituano, turco y corso.
CON MI AGRADECIMIENTO A EMILIO COCO
POR SU COLABORACIÓN CON ESTA ANTOLOGÍA
Algunos sonetos de su último libro:
Sonetos del amor tardío
PALABRAS
Es tiempo del paseo en la avenida,
de tu mano indolente con la mía.
Salir de vez en cuando por la noche
no está mal si vas bien acompañado.
Tú, Filomena y Ana, yo y Donato.
Mauro se queda en casa por la fiebre.
Es la avenida que antes me encendía
con impúdicos ojos y exaltadas
palabras con las que hacer el amor,
que eran cuerpos desnudos, cama, abrazos,
palabras para orgasmos repetidos.
Hoy hablamos y sin aquel ardor
de los amigos que nos han jodido,
de joyas y políticos cabrones.
Traducción de Juana Castro
EN EL SOFÁ
Sentados lado a lado en el sofá
gozamos con la enésima visión
de Viento del poniente. Se desliza
tu mano en busca de apoyo y la mórbida
figura de mi sexo se tropieza.
En los tiempos de nuestra juventud
un gesto tuyo así me habría puesto
la verga en la nariz. Tenemos ciertas
las pensiones. Los hijos ya casados.
No hay nada que podamos reprocharnos.
Son mayores, están establecidos.
La vida ahora es tranquila, sin afanes.
Sin más preocupaciones por la mente.
Pero sin el trapío de esos años.
Traducción de Juana Castro
VBI SUNT
Hace tiempo que ya no tengo cerca
a mis buenos poetas españoles.
Se me ha ido José, con los tubitos
dentro de la nariz. Yo me extasiaba
con su balón de oxígeno ambulante,
con versos y dibujos. Coño, coño,
y con su orujo me dejó plantado.
Pero no, eso habrá sido un sueño malo.
Y además se ha ido Íñigo, con su aire
de gran hidalgo, sin las elegías,
sin medallas y largas biografías.
Rafael y sus ángeles custodios
me reservan un sitio junto a ellos.
Pero aún no me siento preparado.
Traducción de Carlos Pujol
CALIXTO Y DULCINEA
Michele, obsesionado por sus mitos,
se acuesta con Calipso, y flechas de oro
lanza contra las ninfas. Los centauros
por celos le convierten en laurel.
Emilio corre tras las españolas
Juana Cristina Sara Margarita:
todas mayores que él, aunque las únicas
que son para su vida un gran alivio.
Sus mujeres esperan impacientes
la hora de apertura de las tiendas;
sin piedad los arrancan a sus ocios.
Obedientes aunque poco entusiastas,
empujando el carrito van felices
quien con Calixto quien con Dulcinea.
Traducción de Carlos Pujol
LAS SÍLABAS SONORAS
A veces me pregunto si mi muerte
llamará la atención en este mundo
o acaso correré la misma suerte
de tantos otros que ya están durmiendo
en cajas que el olvido ha sepultado.
O si alguien en mi casa va a acordarse
del sitio que en la mesa yo ocupaba
y en el estudio sentirán los libros
que sus lomos mi mano no acaricia.
Condenados al fuego, pensaré
que no moví ni un dedo en su defensa.
Pero saldré de las moradas gélidas
templando el aterido corazón
con la llama de sílabas sonoras.
Traducción de Carlos Pujol
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MIS PENSAMIENTOS
Son sílabas de agua mis pensamientos
al agua van y de agua se alimentan
se evaporan huyendo de la palabra
que tiende emboscadas bajo la sombrilla
para embridarlas en orden de sonidos
pero escapan veloces hacia lo alto
y llueven otra vez en gotas de colores
para reanudar el juego en medio de las olas
ROMANTICISMO
Si el árbol dejara de susurrar
y la nube que pende sobre él
no cambiara ya de forma ni color
si esos dos cuerpos jóvenes permanecieran
eternamente unidos en el abrazo
oh qué hermoso cuadro para llevar a casa
y sacarlo en los momentos tristes
LAS DOS SEÑORAS
1. Desatendida
La señora en honesto bañador
que toma el sol en la tumbona
con una pierna ligeramente flexionada
y las manos sobre el borde de la toalla
dispuestas a frenar su vuelo vertical
se pone las gruesas gafas como protección
de las libidinosas miradas que lanza
con rápida frecuencia sobre el guapo joven
que tendido en la arena junto a ella
sólo muere por las turgencias
de una rústica muchacha de pueblo
2. Eclipse
Avanza torpemente hacia el mar
con las manos en las caderas y el pecho que desborda
del sostén a rayas amarillas y negras
y las enormes bragas para resguardar
el desastre del tiempo que ha marcado
la cúpula de grietas y excrecencias
luego vacila se sumerge y reaparece
con la espalda a flor de agua que se quiebra
bajo el volumen de lo innombrable
me oculta el horizonte y se hace noche
UNA CAÍDA PROVIDENCIAL
Tórrido agosto días de bochorno
con deseos de verte y sumergirme
en la mar de tu vientre en tu frescura
echado en la arena recordando
el poema que te debo ya hace tiempo
luego la noticia de su caída
preparamos a toda prisa las maletas
no me disgusta en el fondo la partida
es una excusa inesperada que me exime
de poetizar en clave yo que no sé
de vuelos y metáforas sublimes
postergo para una ocasión más propicia
estos versos de amor clandestinos
(Traducción de
Carlos Vitale)
De: La memoria del vuelo
- Selección -
Traducciones de Carlos Clementson
Éramos tres pequeños hermanos
era el mayor Michele sollozaba
extendido en la cama y con las manos
apretaba y tiraba de la colcha
hundiendo la cabeza en la almohada
Donato estaba en el balcón de espaldas
y rezaba con la cabeza gacha
a escondidas secándose las lágrimas
con el pañuelo azul de motas rojas
tendido sobre el suelo arrojé fuera
algunas moneditas del bolsillo
con la efigie del rey me divertía
sentirlas rebotar en la pared
Donato se volvía y censuraba
con ojos de reproche comprendí
que no era aquél momento para juegos
y bajé adonde se había reunido
la legión de vecinos y parientes
me pidieron sentarme junto al lecho
donde del todo rígido dormías
guantes grises, grandes zapatos negros
con el blanco pañuelo estabas cómico
aquel que del cabello te llegaba
a tenerte el mentón y aún recuerdo
que a mí también mamá me rodeó
con algo semejante la cabeza
porque una vez me dieron las paperas
papá lejano yo no te añoraba
tenía que llevarte la comida
al caer de la tarde hasta el taller
de la carpintería me regañabas
si cogía herramientas por probar
mi aptitud para clavar las tablas
o manejar la sierra y el escolpo
y yo debía interrumpir mis juegos
y dejarme del aro y la peonza
de arriesgadas carreras por las calles
de gradas escarpadas que abocaban
a la céntrica calle Matteotti
las heridas curadas con vinagre
y aceite aquellos días de atracón
sopa de pasta un montón de albóndigas
macarrones bogando por un mar
de salsa densa y rica de perfumes
pero llegó el día de la salida
totalmente de negro me vistieron
negro el cabello lacio con la raya
y negros ojos como un niño huérfano
me acompaño Michele hasta la clase
para esa ocasión hice un poema
y aún me acuerdo de sus primeros versos
Tres hermanos pequeños eso éramos
y ahora tan sólo tres pequeños huérfanos
se emocionó al leerlo la maestra
no tenía ya padre ni mamá
qué importa me sentía enfant prodige
Qué hago yo aquí
Qué hago yo aquí esperando a que la salsa
termine ya de hervir no tengo pluma
ni un trozo de papel al que entregar
mi tristeza en un verso endecasílabo
ese agudo deseo de la muerte
que se levanta cuando más intenso
se vuelve nuestro apego por la vida
Qué hago yo aquí sentado en el garaje
cuidando de que el fuego no se apague
y revuelvo en la caja más cercana
en busca de una tiza o un lapicero
para fijar en un folio arrugado
que hacía de tapón a una botella
mis oscuros afanes de plagiario
Qué hago yo aquí con ya cincuenta años
sin querer levantarme para ir
a cerrar la bombona de butano
porque desde que dio el primer aviso
han pasado ya treinta y tres minutos
quién tuviera un punzón para grabar
en la pared un verso inigualable
Qué hago yo mientras voy bajando el cierre
y pulso el interfono en el portal
para decir la salsa ya está hervida
y échame el manojo de las llaves
porque quiero guardar el coche ahora
y subir muy deprisa y anotar
mis graves pensamientos trascendentes
Qué hago yo aquí sentado a la olivetti
en el rodillo puesto el folio en blanco
en posición exacta a doble espacio
las letras estampadas en las teclas
que arden bajo el peso de los dedos
y menos mal que está lista la cena
y la menestra fría no está buena
Spielberg
apoyado en un glasis no distingo
si el corazón me late de amor patrio
o tal vez por la empinada cuesta
Plaza de San Wenceslao
Plaza San Wenceslao a unos pasos
del basamento me hace ver Michele
el sitio en que, empapado de bencina
se prendió fuego el joven Jan Palach
ni una flor o inscripción que nos recuerde
que justo aquí el mismo día y mes
de hace veintiún años moría el sueño
de un socialismo libre y más humano
vamos a hacernos pues en su recuerdo
una foto de grupo aún achispados
por los litros de malta trasegados
en una tasca típica de Praga
Felicidades
Llevo casi una hora aquí esperando
en el coche a la entrada de la calle
de San Onofrio, justo bajo el disco
de "prohibido aparcar". Ea, ten paciencia
cinco minutos, vuelvo a aquella tienda
si me hacen un descuento me lo compro.
Soy una burguesita ¿no lo dices?
no cambio nunca y eso te molesta.
Está bien, por favor no tardes mucho
si viene un guardia me echa de aquí y entonces
cómo vas a encontrarme en todo este
laberinto de calles y callejas.
Tengo un llavero en forma de bolígrafo
por fortuna, esperemos que haya gente
no dejes que te engañen ten cuidado
con la piel el modelo y la cartera
la tienda está muy céntrica y es lujosa
acaso un poco cara pero eso
es una garantía de seriedad
y de una clientela que no piensa
en ahorrar que compra a ojos cerrados.
Habrá allí mucha gente, dependientas
probando y atendiendo a las señoras
son los nuevos modelos qué finura
y le queda estupendo la retamos
a hallar algo mejor en el mercado
puede pagarlo a plazos aunque falle
un mes o más la empresa es comprensiva
puede dormir en un colchón de plumas
le deseamos un próspero año nuevo
si vuelve por aquí en pocos días
rebajaremos todos los artículos
y si eso le interesa cuidaremos
de avisarla con tiempo ¡Enhorabuena!
Tengo el llavero en forma de bolígrafo
si hay objetos tan prácticos no sé,
su único inconveniente: te abandona
en la ocasión que más lo necesitas
y por más que lo frotes sólo traza
surcos sin vida sobre la guantera
y las bellas ideas se te escapan
imprecas ¡maldición! sólo funcionas
cuando ya no haces falta y ahora qué hago
la musa está dictando y las palabras
si no las coges pronto desvanecen.
La bolsa grande está en el maletero
con tal que no se manche mientras tanto
podías haberle dado con la esponja
¿no te aburres de estar sin hacer nada?
ni me preguntas cuánto me ha costado
ya lo sé que mis cosas no te importan
es la historia de siempre pero al menos
podrías esforzarte. ¿No las oyes?
Acuden por sorpresa con cabriolas
alegres y traidoras, sí, es verdad,
el abrigo de piel es muy hermoso
pero dame una pluma, las atrapo
son pocos versos valen una vida.
Mais où sont mes amis d´antan?
¿Os acordáis, amigos veinteañeros?
A Nápoles ciudad de nuestros sueños
viajábamos en tren. En los asientos
de madera engañábamos al tedio
de las largas paradas del correo
jugando a la malilla y a los tres sietes
Cinco liras la apuesta. Si llegabas
a la estación central con tus cien liras
podías irte a aquel cine de barrio
dos films entre puteros y travestis
mas nuestro ingenuo corazón de niños
qué podía saber de señorones
de chaqueta cruzada y de drogatas
que gozaban de mariquitas listos
jadeando afanosos de placer.
Caminábamos chulos por Forcella
fumando rubios cigarrillos griegos
y en la Duchesca igual que en nuestras calles.
Salía Umberto a las tantas de la noche
paseando en pijama por Toledo
hasta el Cine-Teatro Margherita
en los sótanos de la Galería
tras el telón echaba algún vistazo
a las coristas de brillantes tetas
que las bailaban ante aquel cabrón
con la cartera hinchada en el bolsillo
de su chaqueta azul de finas rayas.
De día devoraba sus libracos
arropado hasta el cuello con la manta
las camas arrimadas a los ángulos
de aquel gran cuarto oscuro y despojado
con la estufilla eléctrica en enero
sustraída al abuelo entre dos luces
que a iguales intervalos medio loco
lanzaba un grito sordo y lancinante
también de noche aunque más lejano.
Dormía junto a él en la gran cama
que ocupaba ella sola aquel cuartucho
Aldo de Nola. Todos lo acogimos
como al maná pues era tan casero
que ninguno pelaba las patatas
con las mondas tan finas como él.
Se ejercitaba Umberto con los signos
como patas de mosca el urdú hindi
(¿no conocías lenguas más decentes?)
es para encantadores de serpientes
en cualquier sucia calle de Calcuta.
Sí, ríete, dichoso mameluco
te mandaré una foto de Lahore
y me verás tumbado sobre alfombras
como un nabab con chicas estupendas
que ni siquiera en sueños te imaginas.
Quien ahorraba más era Vincenzo
tenía guardado un sitio en su maleta
para las vituallas de la noche
prensadas en un bote de hojalata.
Le temblaban las manos al abrirlo
temiéndose que hubiésemos llegado
a violar el secreto de su cofre.
Se recogía en un rincón oscuro
con un cuchillo bisturí cortaba
seis lonchas de salami para él solo
más delgadas que las sagradas formas
y si queréis tener parte en la fiesta
haced sonar diez liras por cabeza
licenciado partió para Somalia
diez años fue asesor en Mogadiscio
ahora enseña inglés al Instituto
con seis hijos mulatos se realiza
fumando a diario treinta nacionales
que con puros toscanos va alternando.
Napoleone rico en atributos
dejó nuestro vivir de privaciones
acogido a la cama de una viuda
compuesto y bien nutrido se burlaba
desde el balcón que daba a la plazuela
de la Universidad: empollad, necios,
si venís esta noche a visitarnos
tendréis cena y un hoyo bien caliente.
Amigos, cada cual por su camino
dispersos por Bagnoli y por Cagnano
cebados por los años ya pensamos
tan sólo en la vejez y Dios lo quiera
con el consuelo de hijos y de nueras
y yo entretanto sentado a mi escritorio
me hago el poeta mintiéndole a mi muerte.
Poeta por libre y excelente traductor
A Fabio Doplicher
De haber tenido tiempo para reflexionar
sobre la importancia que podía tener
aquel tu poeta por libre y excelente
traductor —donde leo una exquisita
cortesía más que el convencimiento
de mis méritos como escritor en verso—
forzando mi innata timidez
te habría propuesto muy sencillamente
que antepusieras a poeta el adjetivo
porque si como dices tu programa
despierta cierto interés en ese círculo
mi cotización habría tenido
gracias a esa variante una subida.
No ha llegado octubre
a la memoria de tía Franca
¿Qué haces ahora allá arriba? ¿Te dispones
a rezar con los ángeles las vísperas?
¿Aún tenéis voz y cuerpo allá en el cielo?
¿Te sostienen las piernas con fatiga
o tu andar es ligero y ya sin huellas?
¿O tiemblas desde un desgarrón de nubes
por tu sobrino que siempre llega tarde?
Mientras la tía trajina en sus fogones
¿sostienes tú sus pasos vacilantes?
No te rías de mí, no me reproches
si te canso con fútiles preguntas.
Hace ya casi un año que te fuiste
mas sigues obstinada en tu silencio.
Me basta una palabra, una señal
que me diga que ho ha llegado octubre,
que estás entre nosotros y podemos
verte si es que tenemos ojos nuevos.
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