Tawfid Zayyad fue uno de los poetas más representativos de la lírica palestina de resistencia y un destacado político. Pertenece al grupo de poetas palestinos de combate del interior, es decir, al conjunto de poetas palestinos de resistencia que nunca se exiliaron.
Según algunos documentos y personas cercanas al poeta, nació alrededor de los años treinta en Nazaret en el seno de una familia musulmana.
Fue alcalde de Nazaret desde 1975 hasta el día de su muerte, causada por un
accidente automovilístico el cinco de julio de 1994.
EN EL TRONCO DE UN OLIVO
Porque no tejo la lana,
porque a diario soy objeto
de órdenes de detención
y mi casa blanco de las visitas de la policía
para registrar y "limpiar"
porque no puedo comprar una hoja de papel,
grabaré todos mis secretos
en un olivo
en el patio de mi casa.
Grabaré mi historia
y los capítulos de mi tragedia
y mis quejas
en el naranjal y en las tumbas de mis muertos.
Grabaré toda la hiel que probé
y que borrará una décima parte de la miel que gustaremos.
Grabaré el número del recibo
de nuestra tierra expoliada
y el lugar de mi aldea y sus linderos
y las casas dinamitadas
y mis árboles derribados
y cada florecilla del campo aplastada
y los nombres de los que fueron maestros
en consumir mis nervios y mi aliento,
y el nombre de las cárceles
y de cada clase de esposas
que maniataron mis manos
y el historial de mis guardianes
y cada insulto que me arrojaron a la cara.
Grabaré "Kafr Qasim, no te olvido".
Grabaré "Deir Yasin, tu recuerdo ha arraigado en mí".
Grabaré: "Hemos llegado a la cumbre del drama,
nuestra tragedia nos ha roído
pero
hemos llegado a la cumbre".
Grabaré todo lo que me cuenta el sol
y lo que me susurra la luna
y lo que me cuenta una alondra
junto al pozo que los amantes abandonaron.
Para recordar
seguiré sin descanso grabando
todos los capítulos de mi tragedia
y todas las etapas del desastre
desde el principio hasta el fin.
Allá, en un olivo
en el patio de mi casa.
Ammán en septiembre y otros poemas
(Hiperión, 1979).
1
Echaron más cadenas
y la cadena más débil...En mi brazo
tengo la pasión de mi pueblo
y el amor a la lucha, tengo la firmeza:
Una energía...Se me encendió en la sangre,
un fuego avivado con recia leña.
¡Ah, gentuzas! Les di de beber
una copa de sumisión, de mi poema.
Los hundí en el fango hasta el cuello
y entonces, alcé el mio
y les escupí a los ojos
todo mi odio a esta vida de esclavo.
¡Ah, gentuzas amorfas y cobardes!
se agita el motor de la amenaza.
No creáis que la cota de malla
puede con el valor de los leones.
***
¡Oh, tú, que portas la llave!
no es comer ni beber lo que anhelo,
claro que no...Ni la presencia de una madre
que ya se ha acostumbrado a mi ausencia.
Sino la calle que está rociada
con la sangre de los muchachos,
que arrastró a un pueblo
que no inclina la cabeza.
Con los dientes.
Defenderé cada palmo de mi patria.
Con los dientes.
Y no aceptaré otro en su lugar.
Aunque me dejen
colgando de las venas de mis venas.
Aquí sigo.
No podrán derribarme
todas mis cruces.
Aquí sigo.
Teniéndoos...Teniéndoos...Teniéndoos...
En mi regazo
Con los dientes.
Defenderé cada palmo de mi patria.
Con los dientes.
***
Sobre vuestros pechos,
aquí,
como un muro,
nos quedamos.
Limpiando platos en las tabernas,
llenándoles las copas a los señores,
fregando suelos en las cocinas negras,
arrancando el bocado para los niños
de vuestros colmillos zarcos.
***
Volverá mi pueblo con la luz del sol
de detrás de las fronteras.
Volverá para las ruinas de la destrucción
y levantará cimientos de nuevo.
Volverá a la tierra amada,
a las azucenas, a las rosas,
volverá...
A pesar del fuego y de las correas,
ondeante de estandartes.
***
Sobre las cruces olvidadas
mi país es la flor del Universo
y el bastón de incienso
y una novia raptada en tiempos de paz
ensangrentada
y con las lágrimas del vencimiento sobre la mejilla.
***
Seguimos mirando la noche de hombrecillos
y nuestros cigarrillos echan boconadas de humo
Sobre el rostro de los muros,
en silencio...
Aros de humo
desafían los barrotes
y la llave del carcelero,
sus ojos zarcos
y su rubio bigote.
****
Portaremos sin desesperar las heridas de la gloria
y haremos del alba nuestra algo grande,
algo como un panel de miel,
¡que llenaremos
con todo el confite del mundo
y con todas las flores!
***
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