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sábado, 10 de julio de 2010

587.- JOSEBA SARRIONAINDIA


Joseba Sarrionaindia Uribelarrea, Sarri, es un poeta y filólogo vasco, nacido en Yurreta (Vizcaya) el 13 de abril de 1958. Con numerosos libros de poesía, ensayos, historias breves y novelas en su haber, es uno de los escritores contemporáneos en euskera más conspicuos. En 1985 escapó de prisión y desde entonces se desconoce su paradero, aunque ha seguido escribiendo desde el exilio

Se licenció en Filología Vasca por la Universidad de Deusto y fue profesor de fonética en la UNED de Vergara. También dio clases en la Udako Euskal Unibertsitatea (Universidad Vasca de Verano). Publicó sus primeros escritos en revistas vascas como Pott, Zeruko Argia, Anaitasuna, Jakin, Oh Euzkadi, Ibaizabal y en los diarios Egin y Egunkaria. Formó parte del grupo de escritores unidos bajo el nombre de Pott Banda, junto con Bernardo Atxaga, Jon Juaristi, Manu Ertzilla y Ruper Ordorika, entre otros. Ha sido traductor al euskera de diversas obras literarias, como las de T. S. Eliot, Coleridge y Pessoa. El poemario Izuen gordelekuetan barrena (A través de los escondites de los miedos) fue su primer libro publicado. El libro tuvo mucha repercusión y muchos nuevos escritores han confesado que les influyó, hasta el punto de que el primer poema de este libro, Bitakora kaiera (Cuaderno de bitácora), fue tomado a modo de manifiesto.
En 1980 fue condenado a 22 años de cárcel por su pertenencia a ETA. Ese mismo año ganó tres premios literarios con dos cuentos y el poemario anteriormente mencionado. Cinco años más tarde, el 7 de julio de 1985, se evadió de la prisión de Martutene junto a otro preso, Iñaki Pikabea, escondiéndose en sendos bafles tras un concierto del cantante Imanol. La fuga inspiró la famosa canción Sarri, Sarri del grupo vasco Kortatu. Desde entonces está en paradero desconocido, aunque el delito por el que fue condenado haya prescrito, según afirmó en su entrevista con Hasier Etxeberria, por lo que actualmente no tiene ninguna causa pendiente con la justicia y sus motivos para no volver son más de índole política. En Hnuy illa nyha majah yahoo, sin embargo, utiliza la primera persona del plural para afirmar que siempre seremos unos exiliados, que el regreso a casa es absolutamente imposible, pues la casa, la patria, tal y como la conocimos, tal y como la deseamos, no existe. Retorno imposible para un poeta que no duda en afirmar que la poesía verdadera es posible y que, pese a todo, también existe lo que no existe, pues casi todos los quehaceres los tenemos por hacer y los poemas más perfectos están por escribir («egiteko gehienak egiteke/ ditugu./ Poemarik behinenak izkiriatzeke/ daude.../ Ez diren gauzak ere/ badira»). Aun desde el exilio, tema recurrente en su obra, sigue publicando libros sin pausa y siendo fuente de inspiración para músicos y artistas de diferentes estilos (véase Discografía y Obra escénica). Algunas de las canciones que versionan sus poemas se reunieron, junto a la voz del escritor, en el disco-libro Hau da ene ondazun guzia (Esta es toda mi hacienda) coeditado por Esan Ozenki y Txalaparta en 1999.
La suya es una trayectoria literaria que, junto a los géneros tradicionales (poesía, narrativa, ensayo), gusta de experimentar y proponer textos híbridos representativos de una concepción innovadora de la literatura. Ni ez naiz hemengoa (Yo no soy de aquí), Marginalia, Ez gara geure baitakoak (No somos de nosotros mismos) y Han izanik hona naiz (De allí mismo vengo) son algunas de sus obras que representan esa tendencia a la hibridación. Su prosa está llena de metáforas e imágenes sugerentes, una prosa poética que incorpora elementos fantásticos y referencias a leyendas y cuentos tradicionales que delatan las afinidades del autor con autores como Samuel Taylor Coleridge o Herman Melville, que rinden homenaje a narraciones del ciclo artúrico, que evocan ecos de escritores como Thomas Stearns Eliot, Constantino Cavafis, Jonathan Swift, Edgar Allan Poe, y de otros euskaldunes, por ejemplo Jon Mirande y Bernard Etxepare, y que Sarrionandia también explora con sus cuentos metanarrativos originales. En muchas ocasiones, además, las narraciones tienen varias lecturas, varios sentidos. «Los textos pueden resultarnos ambiguos, y a veces oscuros. Cada lector tendrá que darles su interpretación... Dado que nos ofrece textos llenos de implicaciones, estamos obligados a repensar lo que dicen los textos», afirma Aitzpea Azkorbebeitia.
Otros textos nos recuerdan que Sarrionandia es un reconocido poeta que merece un lugar destacado en el actual panorama literario vasco. «La lectura de sus libros de poemas nos revela que Sarrionandia es un viajero incansable de geografías literarias, un marino deslumbrado por un océano de ideas poéticas», según Mari Jose Olaziregi.
En 2001 recibió el Premio de la Crítica de narrativa en euskera, otorgado por la Asociación Española de Críticos Literarios, por Lagun izoztua (El amigo congelado), su primera novela.
[editar]Obras publicadas

Poesía
Izuen gordelekuetan barrena (En los refugios del miedo). Caja de Ahorros de Bilbao, Bilbao, 1981. Premio Resurrección María de Azkue, 1980.
Intxaur azal baten barruan. Eguberri amarauna (Dentro de una cáscara de nuez. Telaraña navideña). Gestoras Pro-Amnistía. Estella, 1983.
Alkohola poemak (Poemas del alcohol). Pamiela, Pamplona, 1984. Libro elaborado en colectivo.
Marinel zaharrak (Los viejos marineros). Elkar, Pamplona, 1987.
Gartzelako poemak (Poemas de la cárcel). Susa, Pamplona, 1992.
Hnuy illa nyha majah yahoo (Poemak 1985-1995). Elkar, San Sebastián, 1995.
Hau da ene ondasun guzia (Esta es toda mi hacienda). Txalaparta, Tafalla, 1999. Libro-CD que alterna poemas recitados por el propio autor y versiones musicadas de grupos vascos.
XX. mendeko poesia kaierak: Joseba Sarrionandia (Cuadernos de poesía del siglo XX). Susa, Pamplona, 2002. Antología a cargo de Koldo Izagirre.


POEMAS

Cuando el comisario Ángel Martínez mete
el cañón de su revólver
en el ano del detenido y la mirilla sale sucia,
ensangrentada, patética,
¿qué le importa al muchacho torturado
si el poeta es un fingidor?
¿Ha visitado G. K. Chesterton alguna vez
La Salve?
¿Quién conoce en los calabozos de Inchaurrondo
a Hermann Broch?
¿Cómo explicará el muchacho torturado
al llegar destrozado frente al juez
el significado exacto del concepto
objetive correlative?
¿Qué es el amanecer lleno de agujas de Carabanchel
para Molly Bloom?
¿Quién es Michel Foucault para quien se consume
durante diez meses en celdas de castigo?
¿Una visita de cinco minutos? ¿Un encuentro lírico?
¿Deberían los presos vascos
estudiar la Biblia de Jean Duvoisin para aprender
a poner las haches y comas correctamente?
¿Cuál es para la literatura el valor ético inextinguible de
la rebeldía, la revolución, la aventura?
¿Qué se escribe al margen de revistas como Voprosi Literaturi
o Tel Quel
sobre las huelgas de hambre interminables de los presos vascos?
¿Qué le importa el compromiso
al muchacho que –como una bandera revolucionaria, sin escudo–
huye de los tiros de la policía?

Hau da ene ondasun guzia, Txalaparta, Tafalla, 1999, 239 págs., traducción de Maite Mujika



EL ESCLAVO HERRERO

Cautivo en las selvas de occidente
te trajeron a Roma, esclavo,
te dieron el oficio de herrero
y haces cadenas.
El hierro al rojo que sacas de los hornos
lo puedes moldear como quieras,
puedes hacer espadas
para que tus paisanos rompan sus cadenas,
pero tú, ese esclavo,
haces cadenas, más cadenas


CUADERNO DE BITÁCORA
(de "Por los escondrijos del miedo")

El viajero se aventura a través del laberinto
aunque apenas sí recuerda cuándo ni por dónde entró.
Supone que el camino ha de ser un laberinto,
pues adivina en lo nuevo reflejos del ayer.
Mas no son reflejos amables, son vástagos del miedo
pues le revelan que cae, que se derrumba hacia el centro.
¿Pero hay un centro acaso?
¿No cae hacia los bordes?
Piensa entonces que le es preciso un escondite
y a ratos se oculta por los rincones. Pero el miedo
corre a refugiarse en sus mismos escondrijos.
Piensa entonces que quizá se extravíe a la deriva
y que necesita un hilo que lo guíe en el laberinto.
¿Pero dónde amarrar el hilo?
Piensa entonces que siquiera el recuerdo podrá sostenerlo
y, cada atardecer, escribe un cuaderno de bitácora.
Éste es un cuaderno de bitácora a la deriva, el viajero
escribe como el timonel que, en un mar sin una brisa,
adivina que se acerca la tormenta del naufragio.
Escribe con desesperación:
no como el profeta, sino como el loco;
no para los Dioses: para las marionetas;
como la marioneta para las marionetas escribe.
Y el viajero sabe a veces, pero a veces nada sabe:
quién es, quiénes es.
Piensa a veces que transita por Europa
como una mosca por un cuerpo desnudo de mujer.
Otras veces se queda contemplando las páginas en blanco del
cuaderno de bitácora,
sin pensar en nada, o dibujando espirales.


LAS LÍNEAS DE LA MANO
(de "Por los escondrijos del miedo")

El arado de la vida trazó los surcos de nuestras palmas
Y en ellos residen todos nuestros caminos.
Ahí están las calles de las ciudades que recorreremos,
Ahí las doncellas llorosas y los bueyes bermejos,
Ahí los trenes interminables y ballenas con un arpón clavado,
Ahí las carreras de los rinocerontes al otro lado del espejo,
Ahí las telarañas desplegadas y los verdugos sin trabajo,
Ahí los viejos huesos y los barcos sin timón.
Todo se refleja en los surcos de nuestras palmas
Como la imagen del abeto solitario a la orilla del lago,
Y en la misma tumba nos enterrarán
A nosotros y nuestras líneas,
Nosotros y todos esos errores.


ULISES VUELVE A ÍTACA
(de "Por los escondrijos del miedo")

Estás llegando, Ulises, a Ítaca
Y miras con ansia hacia tu casa.
¿Pero sabes acaso qué hallarás?
Yo, Eumeo, te lo diré:
Mira qué regocijo en la que fue tu casa.
¿Quién te ha dicho que te esperan?
Mira los barcos varados en la arena
Y el olor a vino y fritura en las ventanas.
Esto es lo que te espera, vuelto a casa:
La honra del hijodalgo, camisas perfumadas,
Los mismos nombres y voces cada día,
Las tiernas caricias de parientes y allegados,
Ajo, harina de cebada y vino aguado.
Y encanecido el cabello hacerte abuelo
Y morir cuando se borren las líneas de tu mano.
¿Por qué volver a Ítaca, Ulises?
Sólo buitres habitan hace tiempo esta casa,
No es más que punto de encuentro para aves perdidas.
¿Estás agotado? ¿Te place quizá el llanto de las plañideras?
Haz caso, como las aves, al camino que marcan las estrellas
Y a este viejo Eumeo que algo sabe del destino.


COPLAS PARA ESCONDER EN LOS PANTALONES
(de "Yo no soy rey de Noruega")

Es Venus la primera que en el cielo se ilumina
ahora se despierta el más anciano murciélago
y acaricia en silencio rojas tejas, paredes grises
el ave de los negros rincones va tejiendo la nueva noche

Aquí yacemos, imposible huir del castillo de las cenizas
la noche, gigantesca red, se abate sobre nosotros
me atrapa debajo, amarrado a la tristeza
aquí yazgo y no puedo explicar qué cosa es esto

Esto es el refugio de los temores y las hierbas oscuras
esto es la catedral de las lágrimas y los hombres vacíos
esto es un páramo sin víspera y de breve porvenir
aquí yace, vivo cadáver, lo que una vez fue un pueblo

Dicen que allá lejos nacen flores y flores a la vida
pero quien llega a la cárcel ha llegado al sepulcro
al monte del patíbulo de los murciélagos tejedores
mirad atentamente cómo nos columpiamos

Escribo estas coplas sin luz, encerrado
mientras el dolor visita las venas de mi ánimo
los carceleros buscan papeles por las celdas
toma, cógelo, escóndelo en tus pantalones.



EL ÁNIMO DE QUIEN HA ESTADO PRESO
(de "Viejos marinos")

El ánimo de quien ha estado preso
Retorna siempre a prisión.
En la calle se cruza con jueces, fiscales y abogados
Y los policías, aún sin reconocerlo,
Lo miran más que a cualquier otro,
Porque su paso no es sosegado, o bien
Porque su paso es en extremo sosegado.
En su corazón habita,
De por vida, un condenado.


UN LARGO TREN
(de "Viejos marinos")

Siempre hay al amanecer un largo tren
Que parte de la estación.
Una mujer mira desde la ventana,
A nadie puede decir adiós.
Siempre hay un corazón dividido:
Una mitad se aleja con el tren
La otra mitad se queda en la estación.
Cae la lluvia, moja el cristal,
Moja los vagones, moja las vías.
El tren va siempre hacia el infierno.


DEFIENDAN SU NEGRA PAZ
(de "Viejos marinos")

Defiendan su descanso sembrado de blancas palomas,
Con billetes de banco y armas pesadas.
Defiendan su negra libertad de
Trabajar, hacer deporte, rezar,
Defiendan la negra casa de su padre
Para no perderse ni un folletón televisivo,
Defiendan su negro sueño y que sus bellos sueños
Engendren otros bellos sueños,
Defiendan el sosiego de sus corazones
Que perfuman hasta ahogarlos, y su fin de semana,
Defiendan su negra paz
Y su reloj de una única aguja:
Somos hijos de alguna oscura loba,
Es la hora, señálenos con su dedo índice
Y que sus policías tiren contra nosotros.



PREGUNTA II
(de "Viejos marinos")

El hombre se detiene
En la esquina de la celda,
Parece que habla solo,
Pero no, hasta cuándo
Le ha preguntado a una araña.
La araña, de inmediato,
Se descuelga y baja
Por el hilo que larga,
Y parece que ese largo hilo es
La respuesta de la araña.


PROTOPOEMA DE AMOR

Quisiera escribir el más tierno poema de amor
con la ingenuidad y la inocencia
de los poetas románticos.

Diciendo, por ejemplo, si tus piernas fueran largas muy largas
y mis piernas tan largas como las tuyas,
alargaríamos bajo la mesa nuestras piernas
jugando a entrecruzarlas.

Si mis dedos tocaran tu piel se prenderían como fósforos.
Pondríamos en grave peligro al mundo
haciéndolo temblar con nuestro abrazo a no sé cuantos grados
en la escala de Richter.

Ven y escala el muro como lo trepa la hierba, ven
como el oleaje que salta sobre la cubierta del barco,
ven como una tormenta que viene a anegar
un páramo reseco.
Ven y transformaremos en carne las palabras.

Que nos suelden uno contra el otro.

Te haría un poema así, impulsivo e ilusionado,
pero qué precaria es la lírica…
Al abrir la ventana, en lugar de llegar tú,
entra la Realidad
con sus extravagantes garras de acero,
rugiendo.



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