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sábado, 3 de julio de 2010

561.- MARIANNE MOORE



Marianne (Craig) Moore (Kirkwood: Missouri, 15-11-1887- Nueva York, 5-2-1972).
En 1909 se graduó en el Bryn Mawr College, estudió luego materias comerciales y enseñó estenografía en la Escuela India Carlisle de Pennsylvania (1910-15). Se muda a Nueva York y trabaja como bibliotecaria. Publicó originalmente en Poetry, Others (dirigida por Alfred Kreymborg, quien hacia 1915 había dirigido The Glebe, revista que acogía a todos los poetas rechazados por Poetry), The Dial (comprado en 1919 por dos millonarios que lo convierten en periódico de artes, tendrá a la poeta en su redacción desde 1925 hasta 1929, cuando desaparece), The Egoist. Durante mucho tiempo se le relacionó con los imaginistas quizás porque su primer libro, Poems, fue publicado, sin saberlo, por Hilda Doolittle y el matrimonio McAlmon, quienes formaban parte de la rama londinense a la que Ezra Pound influenciaba. T. S. Eliot escribió la introducción de su tercer libro, Selected Poems, y allí señalaba su acertado uso de la rima (que la misma Moore denominaba "soft-rhyme"), mientras que W. H. Auden, refiriéndose a su forma de rimar sílabas acentuadas con sílabas débiles o inacentuadas, afirmaba: "The endless musical and structural possibilities of Miss Moore’s invention are a treasure which future English poets will be able to plunder. I have already stolen a great deal myself" ["Las infinitas posibilidades musicales y estructurales de la invención de la señorita Moore son un tesoro que los futuros poetas ingleses serán capaces de saquear. Yo mismo ya he robado bastante"]. W. Carlos Williams dice de ella: "Marianne was our saint -if we had one- in whom we instinctively felt our purpose come together to form a stream"["Marianne era nuestro santo–si teníamos uno– en quien instintivamente sentíamos juntarse nuestra intención para formar corriente"]. El crítico Clement Greenberg ha visto en la obra de Moore una especie de "panteísmo estético", en el que tienen cabida las citas cultas, claramente delimitadas en los poemas por medio de las comillas, objetos cursis, animales raros, frases oídas al azar (ella, en un ensayo, diría: "Subjects choose me... I never know just how a poem will develop or end. I lie in wait like a leopard on a branch-strained metaphor" ["Los asuntos me escojen... Nunca sé precisamente cómo se desarrollará o concluirá un poema. Me pongo a esperar como un leopardo en la tensa rama de una metáfora"]). Collected Poems recibió en 1951 tres premios: el National Book Award, el Premio Bollingen y el Premio Pulitzer. Me atrevería a afirmar que T. S. Eliot no sólo encontraba congenial su carácter "retirado" sino incluso su "técnica" de las citas dentro del poema, sólo que Eliot llevará este procedimiento a su vertiente "científica" con las notas al pie de página. Esta poeta, fanática de los Dodgers (su poema "Hometown piece for Mssrs. Alston and Reese" está dedicado al manager y al capitán de ese equipo), hacía uso de ese recurso con una sencillez y despreocupación (entrecomillaba todas sus citas) que atraen tanto como sus bizarros sombreros. En una época de agresivo individualismo y de afirmación de la mediocridad, la señorita Moore era excesivamente modesta con su obra: "Poetry is a peerless proficiency of the imagination. I prize it, but am myself an observer; I can see no reason for calling my work poetry except that there is no other category in which to put it" ["La poesía es una inigualable destreza de la imaginación. Yo la aprecio, pero yo misma soy una observadora; no veo razón alguna para llamar a mi trabajo poesía, sino que no existe otra categoría donde pueda incluirla"]. El poema "Poesía" puede ser ingenuamente leído como una lección dirigida a jóvenes discípulos o como una madura reflexión sobre el arte y el oficio de escribir poesía (¿un juego en el que hay lugar para lo genuino?), sobre el "ángel" de la imaginación (para usar un término de Wallace Stevens) que debe literalizarse o regalar "jardines imaginarios con sapos vivos en ellos"; yo prefiero leer este poema parafraseando otro, "Inglaterra", en el que una voz dice: "Yo no envidio a nadie sino sólo a ese y sólo a ese que coge más peces que yo". Pero nos equivocaríamos al pensar que toda la poesía de Marianne Moore tenga que ver con esta lección; es, así me parece, su lado de maestra de escuela puertas afuera, oficio que debieran reivindicar los poetas en todos los tiempos.

Obras Publicadas: Poems (Londres: The Egoist. 1921), Observations (1924), Selected Poems (1935), The Pangolin and Other Verse (1936), What Are Years? (1941), Nevertheless (1944), Collected Poems (1951), Like A Bulwark (1956), O To Be a Dragon (1959), Eight Poems (1962), The Artic Ox (1964), Tell Me, Tell Me: Granite, Steel, and Other Topics (1966), The Complete Poems (1967), Unfinished Poems (1972).



EN LA DESCONFIANZA DE LOS MÉRITOS

¿Afianzado en vivir, en morir
por medallas y victorias confiables?
Luchan, luchan, lucha el ciego
que cree ver, -
quien no puede ver que el esclavizador
está esclavizado; el odiador, dañado. Oh brillo,
oh firme estrella, oh tumultuoso
océano azotado hasta que las diminutas cosas van
como lo desean, la montañosa
onda nos hace conocer a quienes miramos

lo profundo. ¡Perdidos en el mar antes de luchar!
Oh estrella de David, estrella de Belén,
oh negro león imperial
del Señor – emblema
de un mundo levantado – sean juntados al fin, sean
juntados. Hay la corona del odio y debajo de ella todo es
muerte; hay la del amor sin la que nadie
es rey; los actos benditos santifican
el halo. Así como el contagio
de la enfermedad hace la enfermedad,

el contagio de la verdad puede hacer la confianza. Están
luchando en cavernas y desiertos, uno por
uno, en batallones o escuadrones;
ellos están luchando para que yo
pueda todavía curarme de la enfermedad, Mi
Yo; algunos están ligeramente enfermos; algunos morirán. "El hombre
lobo del hombre y nos devoramos
entre nosotros. El enemigo no hubiera
podido abrir una brecha mayor en nuestras
defensas. Alguien

que guía a un ciego puede hacerlo escapar, pero
Job descorazonado por el falso alivio supo
que nada puede derrotar tanto
como un ciego que
puede ver. Oh, vivos quienes están muertos, quienes están
satisfechos de no ver, oh, nimio polvo de la tierra
que camina tan arrogante,
la confianza engendra poder y la fe es
una cosa afectuosa. Juramos,
hacemos esta promesa

a los que luchan – es una promesa – "Jamás
odiaremos el negro, lo blanco, lo rojo, lo amarillo, al judío,
el gentil, al intocable". No somos
aptos para jurar.
Con las mandíbulas apretadas ellos luchan,
luchan, luchan, - amamos a algunos que conocemos,
amamos a algunos pero no los conocemos – para
que los corazones puedan sentir y no se entumezcan.
Eso me cura; ¿o soy yo lo que
no puede creer? Algunos

en la nieve, o en despeñaderos, otros en arenas movedizas,
poco a poco, mucho a mucho, ellos
luchan luchan luchan para que donde
había muerte pueda haber
vida. "Cuando un hombre es presa de la ira,
es movido por cosas exteriores; cuando se sostiene
en su sitio con paciencia paciencia
paciencia, eso es acción o
belleza", la defensa del soldado
y la más dura coraza para

la lucha. El mundo es el hogar de un huérfano. ¿Jamás
tendremos paz sin tristeza?
¿Sin las súplicas de los que mueren
por una ayuda que no ha de venir? Oh,
tranquila forma sobre el polvo, no puedo
mirar y sin embargo debo. Si estos grandes y pacientes
moribundos – todas estas agonías
y heridas soportadas y sangre derramada –
nos pueden enseñar cómo vivir, estos
moribundos no fueron en vano.

Corazón endurecido de odio, oh, corazón de hierro,
el hierro es hierro hasta hacerse herrumbre.
Jamás ha habido una guerra que no lo fuera
de adentro; debo
luchar hasta conquistar en mí lo que
causa la guerra, pero no lo creeré.
Yo en mis adentros nada hice.
¡Oh, crimen de Iscariote!
La belleza es eterna
y el polvo dura un rato.



CRÍTICOS Y CONOCEDORES

Hay una gran cantidad de poesía en las inconscientes
afectaciones. Algunos objetos
Ming, las imperiales alfombras de coches
de ruedas amarillas, están muy bien donde están, pero yo
he visto algo
que me gusta más – un
simple y pueril intento de hacer que un imperfectamente
estable animal estuviera de pie,
un similar propósito al hacer que un cachorro
comiera en un plato.

Yo recuerdo un cisne bajo los sauces en Oxford,
con patas como hojas de arce
y color flamingo. Se desplazaba como un barco
de guerra. Incredulidad y consciente melindre eran
el ingrediente
fundamental de sus pocas ganas de moverse. Por último, su osadía
no era una prueba en contra
de su propensión a estimar enteramente los pedazos
de alimento que la corriente
le allegaba; se fue con lo que le di
para comer. He visto este cisne y
los he visto a ustedes; he visto la ambición
sin sutileza en una variedad de formas. Sucede que estando
cerca de un hormiguero, he visto
una escrupulosa hormiga llevar un tallo hacia el norte, al sur,
al este, al oeste, hasta que giró
sobre sí misma, caminar desde el lecho de flores
hacia el césped,
y volver al punto
desde el que había partido. Luego abandonó el tallo
como algo inútil y esforzando sus mandíbulas
con un pedazo de cal – diminuto
pero pesado, comenzó de nuevo el mismo camino.
¿Qué hay
en ser capaz
de decir que uno ha dominado la corriente
en una actitud de defensa propia;
en probar que uno ha tenido la experiencia
de cargar un tallo?


LA POESÍA

A mí también me disgusta, hay cosas que son importa-
ntes, más que todo este violineo.
leyéndola, no obstante, Con perfecto desprecio por ella,
se descubre que hay en
ella, después de todo, lugar para lo genuino.
Manos que pueden agarrar, ojos
que pueden dilatarse, pelo que puede erizarse,
si debe; estas cosas son importantes, no porque una

altisonante interpretación pueda encajarse sobre ellas,
sino porque son
útiles; cuando se vuelven derivativas hasta volverse
ininteligibles,
la misma cosa puede decirse de todos nosotros que nos-
otros
no admiramos lo que
no podemos entender; el vampiro,
colgado cabeza abajo o en busca de algo que
comer; los elefantes , empujando, un caballo salvaje,
revolcándose; un incansable lobo, bajo
un árbol; el inconmovible críticio que sacude su
piel como un caballo al sentir una pulga; el base-
bal-fan, el estadístico;
ni es válido
hacer una discriminación contra "documentos comer-
ciales y textos escolares"; todos estos fenómenos son
importantes. Debe hacer una distinción,
sin embargoo; cuando son arrastrados a prominencia por
semipoetas, el resultado no es poesía,
ni hasta que los poetas entre nosotros puedan ser
"literalistas de
la imaginación", por encima de
insolencia y trivialidad, y puedan presentar


a inspección imaginarios jardines con verdaderos sapos
en ellos, tendremos-
la. Entretanto, si pedís, por una parte,
la materia prima de la poesía en
toda su crudeza
la que es, por otra parte,
genuna, entonces estáis interesados en la poesía.


TALISMAN

En un mástil quebrado
por el mar arrojado
junto a la nave rota,
un pastor tropezó
y en la arena encontró
una gaviota

de lapizlázuli, fino
amuleto marino
con alones abiertos,

crispadas garras de coral
y pico en alto para saludar
a los marineros muertos



A UN CARACOL

Si “la condensación es la principal
gracia del estilo”,
tú la tienes. Lo contráctil es una
virtud,
del mismo modo que lo es la
modestia.
No es la adquisición de alguna
cosa
que sirva de adorno,
o la casual cualidad que
acontece
en conjunción con algo bien
dicho
lo que apreciamos en el estilo,
sino el principio oculto:
a falta de pies, “un método de
conclusiones”;
“un conocimiento de los
principios”
en el curioso fenómeno de tu
cuerno occipital.



EL PASADO ES EL PRESENTE

Si se agotó la acción externa
y el ritmo pasó de moda,
me volveré hacia ti,
Habakkuk, tal como fui incitada a hacerlo hace poco, por XY, que hablaba de verso sin
rima.
Este hombre dijo –creo repetir exactamente
sus palabras:
“La poesía hebrea es
prosa con una especie de conciencia acrecentada. ‘El éxtasis
genera la ocasión y la conveniencia determina la forma.’”



CUANDO COMPRO CUADROS

Cuando compro cuadros
o- lo que está más cerca de la verdad-
cuando contemplo aquello de lo que me puedo imaginar dueña,
prefiero lo que podría darme placer en cualquier momento:
la sátira de la curiosidad en la que sólo es discernible
la intensidad del ánimo;
o justo lo contrario – la antigüedad, la sombrerera con adornos medievales
en la que aparecen sabuesos con cinturas que se estrechan como la del reloj de arena,
ciervos, aves y gente sentada.
Puede ser simplemente una losa, tal vez una biografía literal
(con letras espaciadas, sobre una especie de pergamino),
una alcachofa con seis tonos azules, el tripartito jeroglífico con patas de agachadiza,
la cerca de plata que protege la tumba de Adán o Miguel tomando a Adán por la muñeca.
El énfasis intelectual demasiado estricto sobre cual o tal cualidad
merma el placer.
No debe pretenderse desarmar nada, ni tampoco debe honrarse a la ligera el éxito generalizado,
aquello que es grande por que otra cosa es pequeña.
En conclusión: sea lo que fuere,
debe estar “iluminado por miradas penetrantes en la vida de las cosas”,
debe reconocer las fuerzas espirituales que los crearon.








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