Gabriel Alejandro Paz
Gabriel Alejandro Paz (Santiago de Guayaquil, Ecuador, 1978) es editor de Niñobúho y la One Hit Wonder Cartonera. Vive en la ciudad de Buenos Aires donde realiza un Máster en Educación Superior y una Especialización en Procesos de Lectura y Escritura. Es becario del Senescyt (Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación) 2012-2015. Ha participado en varios encuentros de poesía y editoriales independientes. Su ópera prima Kubrick y la máquina del insomnio publicada por la editorial argentina La Caída en 2013. Además tiene dos libros inéditos: Breve Contemplación de la Música y La Hija del Comunista y otros poemas de la playa negra.
De Breve Contemplación de la Música
UOMO
[ ]
…entonces escuché la voz de Cassiel mientras se alejaba de mí
y en mi cuerpo se repetían cándidamente todas las palabras:
Mira ese halo de luces impresas en el domo celeste
Es tuyo, agárralo con fuerza, es tuyo, úsalo en el viaje
Dureza y desvelo necesitarás para encender antorchas en el aire
Los arpones del mar están todos agitados
Elévate
Mastica en pleno vuelo el pan amasado por el temporal
Deja atrás tu pureza y revuélcate entre los osos pardos
que se amontonan detrás de ti
sobre esta piedra caliza
En la primera isla se afianza la tierra
pegada al lodo, al cobre, al cobalto
agujeros y canales hervidos en donde el todo
se revuelca agigantado por una sepultura de volcanes
El paisaje florece y se desata ajeno del mar
Ajeno de su boca del hielo
África es la colina del poema:
Espejismo Imaginarium Luz devastadora
Relatos extraordinarios se repiten en las cavernas
que el hombre surca de norte a sur
para alejarse de la furia del ángelus
y así
poder constituirse
en el primer mono
alumbrado por velas
[ ]
…entonces escuché la voz de Cassiel mientras se alejaba de mí
y en mi cuerpo se repetían cándidamente todas las palabras:
África es la colina del poema
No hay otra, no te espantes, ni te acerques demasiado
La rosa mística abrió tu dureza y tu desvelo
Pero nadie pudo salvarse del mar agitado
de las arcadas virulentas de sagitario y escorpio
en donde se elevaban las carnes hasta asarse
Así comenzaron los monos a surcar casas de sur a norte
Del tope de la colina hasta la putrefacción de la colina
pero en esa hendidura grisácea
que define cada rostro a la altura de su boca
caminan ya las piernas arbóreas de otro destino
El ángelus trajo clavos en las alas
recubiertas por cordones de vapor
en un recital de gallos duros y chorreones
para coronar la sumisión de cada especie
en la pelea de la entrepierna
El hombre ya no es un río de grasa
y cada partícula del mundo ha matizado el ruido
con que se desgasta la ternura de su cabeza acariciada
Responderá al ángelus con la misma música
que lo disuelve entre océanos de pensamientos
que lo mima de carabinas pulidas y cartuchos lunares
Dejará de ser ese hueco mastodonte de cuero
ese muñeco oscuro prolongado por la madurez de la tierra
y mirará por primera vez hacia arriba en el cosmos
las estrellas que desde que empezaron a pulsar
ya le brillaban por dentro
Los Bosques
I
Estoy quieto en la caldera del animus
Sujeto al aire que levita entre la flor y la mosca
Ya no canto más
No tengo pico ni arpa
ni madre que me limpie del germen
de cada marcha que arrastro por el mundo
a las calles que son leones proyectados
Alzo las manos
sobre este mundo de tristes marsupiales
y este campo ahora es el más antiguo de la tierra
Aquí los trigales cabecean de sueño
y los corredores de hielo tienen dedos infinitos
Le resto bichos a la noche
Le resto noche a los párpados del leño
Le resto aire a la peste del ganado
que es santo y seña de ruina y de lactancia
El fuego que viene después
es un fúnebre traje hecho de guirnaldas
de manos incapaces de sentir el peso de las sombras
de postales abiertas con azules pajarillas
que brotan del columpio del aire, tardías
amenazadas por el trueno
Silencio
Silencio en las grietas
Silencio en el asfalto lacerado
Silencio en el humo pálido en la mejilla del barranco
II
Los bichos agonizan dentro de los parques
Los bichos agonizan dentro de los parques que la luz sugiere
pero es la oscuridad que los trae, agreste y detenida
los levanta del piso, los hace animales quietos
tallados de gris
Un ojo en blanco allá arriba se levanta
donde antes se nombraba Cielo
a cada loto ajado en los castillos del agua
Ahora traes contigo la máquina de austeros celajes
Pequeño Leviatán, radiante y crispado
que sostiene el orín negro del mundo
bebe del tiempo
bebe del tiempo en el cofre del castaño
hasta poderlo derribar
y lleva mi deseo luminoso al interior de la sangre
al camino de la hoguera de mi incertidumbre
al camino del surco (frágil) de todas las cosas
III
Cerca del estanque verde de ríos paralelos
y larguísimas quiacas
vienen los duendes
Duendes que cubren el bosque de escarcha
Duendes con trajes de percal y diminutos candiles
que revierten sus caras de trapo en arañas de yeso
(herradura de peces ahogados en la peor trementina)
Vienen con la anticipación del verano en sus bocas lilas
y el duelo de cabuya flota en sus pies tapicú
Para animarme vienen, para asustarme vienen
Vienen a sujetarme a la vida
Es el rastro de su danza que me eleva
toda cáscara de almendra eleva
toda diana cortada
y yo me adentro ciego en los abalorios del humo
a la hoguera del pequeño enigma arrojado sobre el páramo
a la hoguera del surco (frágil) de todas las cosas
A veces los duendes reposan sobre la hojarasca
Queda quieta la hojarasca, azulada de madre y rocío
sella las coordenadas de mi azotea en su lento caer
Duermen a contraluz como un chacal incurable
lleno de gusanos y de hormigas inquietas
pero en medio del sueño entreabren los ojos
y despiertan con el pam pam de mis pasos
brincan, me rodean, me cantan
y cantan más alto con su voz barnizada
en ese lenguaje metálico-infantil:
“Somos bichos de la luz
Somos los tambores y sus viandas
Somos la oscuridad agreste y detenida
Somos la cuna ciega y poseída del fauno
Somos la miel de panela en la giba del cielo
Somos la entelequia del César besando la nieve
Estuvimos en tu parque mucho antes que vinieras
Estuvimos aquí, arrinconados, al cuidado del rosal
al servicio del Dador
en una extraordinaria cortina de relámpagos
en la Muralla de Fuego”
De Kubrick y la máquina del insomnio
Cuero
Hay cuero dentro de mí
Por eso cada vorágine del discurso se desintegra
a pesar del uranio lavado sobre la hoja
Soy laringe, voz quieta, pálida o errada
o el rencoroso alarido de un cuerno perforado por dentro
Reconozco que tuve una madre
que era mi escorpión de alas blancas
voluminosa, una centella de lujo
Años después, hablo solo
Paseo por alfombras sucias
rojos mares de azucenas, pólvora exquisita
y deshuesados caballos
Hago silencio también
Mi anonimato de piedra
Alguien me dijo:
Aquí no pasa nada, nadie escribe nada
Pero yo reconozco todos los bordes del lenguaje
todo el casimir utilizado en esta magnolia de cuerpos
con su estupenda leva encorvada sobre el brazo de una cripta
que en vereda tropical
-es decir, en el marrón triste de la tierra-
es un poema
La lengua defiende su espacio
porque su espacio no tiene origen, ni manos, ni pies, ni cabeza
y se apresta a claudicar su contrato con el habla
Lentitud en la canción desmemoriada, la balada distante
deviene voraz y recibe cada misterio en sus brazos
me aprieta, jactándose de ser el emisario de matorrales ocultos
y abrazos florales marcados en brea
Luego se calla:
Saetas de incienso rispan el paisaje
Monocromo. Monotemático. Erizado
Algo me dice que llegué al lugar preciso
donde el cuero que me habita sin definirme, tal vez sin tocarme
adquiere el matiz adecuado para sellarme por dentro
entre estancias adulteradas, láminas de acero y amigos siniestros
en comunión con la luz inmaculada del bosque
que todo lo perfora, lo canta y lo sublima
y el hedor descomunal de unas momias líricas
que no pueden desenrollar sus vendas
volver al limbo, callarse y desaparecer
Alguacil
Viajo hacia el interior
Hacia el portal de seda
Regreso a mi primer dibujo
a la pared manchada de argonautas
a la casa de espejos que se esmera en desaparecer
Flanqueo largo en mi cabeza
en ese sino de potro negro
insaciable abrazo repetido y repartido
entre bares y maderas empinadas
Una idea se suma a la otra
viajan por los bordes
desligadas pero juntas en un solo cuerpo
hinchado y disperso en diferentes campos
Se suma a mí, la idea de los Álamos
la voracidad del puma que salta
en las costillas del venado que enrojece
Vano, desmedido y rebuscado
Variable, entre la penumbra de verme ahora
y la lucidez de verme en fino destierro
Soy las voces retenidas
en la tela del mueble principal
el palo santo y sus nevadas de humo
el hollín y el pan azucarado
Viajo con esta dorada sensación
de perderlo todo
a pesar de todo retenerlo
Allá va la infancia:
Una verdadera armonía
o una muda tristeza forjada en el exterior
hecha de imposibles miradores
de terrazas
de imposibles miradores y terrazas
Allá van los años limpios, armados
la amplitud de aquella voz inquieta
y la estrechez de la ciudad
en su vacío permanente
La Belleza:
Tal vez haya sido una saeta
escondida en los rosales
atravesada por niños despeinados
con zapatos de suela
mocasines, radiolas y clavos
en la tarde de la llanta quemada
en la chispa del callejón oscuro
en la bulla frente a los cristales en el centro
y que se rompan todos los cristales
y que se rompa todo lo que tiene semillas
y qué cara tan joven que tiene un niño
que hace muecas con la lengua
y qué joven ese cielo turbio
que se rompe con el eco
…
Viajo hacia la calle
al interior de la grieta
enroscada en la Antonia salvaje
Las campanas del colegio
excitan a las mulas
El cristo de hule hiede
en el confesionario de la carne
Viajo hacia mi sol que es desacierto
de una mano que se abre del cuerpo
y me lanza una piedra
Oh mi sol, mi sol desenroscado
Ahora amo tu cada destello
…
Viajo hacia la piedra
Esta vez viajo hacia la piedra
y conmigo, viajan dos dudas:
Si yo fuese calado por un jadeo
que no le pertenece a este rincón de mundo
acaso pasaría factura la memoria
que empuja mis libros de los anaqueles
y saca las dentaduras postizas
con que me besan (sin parar) estos autores
Acaso
estos libros de historia
que utilizan los despojos del mar
que me pagan con dardos y migraña
serán el peso necesario que le falta a la vasija
para virarse, caer al piso y regarse toda
entregarse
al veneno de un sueño
relatado por sus propios corderos
al néctar de un ángel
arrullado por su propia mentira
Dos dudas
y viajo hacia la primera piedra
que vi caer desde la mano de un hombre
…
Viajo hacia el interior
Vuelvo al portal de seda
De regreso a mi primer dibujo
lo veo de cerca
–son doce argonautas en brega
Flanqueo las piedras
Los reos están alborotados
Los perdigones en el barrio saltan
y mi madre con su ternurita y su escoba
limpia y limpia el sanatorio
Voy solo, con una sola máscara:
El renglón entero de palabras anegadas
Las ideas se toman de la mano y cantan
la maniobra de esta inútil sonaja
Los álamos germinan en la lejanía del llano:
La figura derrotada de un prócer
en un mausoleo hecho de preguntas
La revuelta no escasea:
Acaso una figura celestial
entre los perros de caza
Y las piedras van sujetas
al rodar del universo
por su propio deseo
Viajo de átomo en átomo
rumor tras rumor
viaja también la voz retenida
en su vacío permanente
Voy de latido en latido
profundo en el vaho de las cazuelas
en el olor del traje de los novios
en el alfil despierto en el ajedrez de mi padre
y regreso desde atrás
inmóvil
irreconocible
irreparable
con el juguete de hule y las piedras
con la calle repleta de mafiosos con turbantes
en el barrio del centro custodiado por un solo alguacil
en ese maravilloso duelo de pistolas blancas
donde sueño poder marcar con un pincel cada silencio
…
Vuelvo del viaje
La cabeza ahora respira allí
en ese sino de potro negro
en ese letargo de puma viejo
que descansa sobre el mueble principal
con las patas arruinadas
Allá va
se despide la infancia
remendada por el mismo sastre
reparada por el mismo carpintero
jurado, juez y verdugo
que no puede más que perdonarse
o desaparecer
De La Hija del Comunista y otros poemas de la Playa Negra
La Hija del Comunista
Yo soy la hija del comunista
Si le das vuelta a esta página breve que lees con cautela
me verás descorazonada entre manchitas de lavanda
topacio y cerrazón, en los primeros vaivenes
de un molino que ordena la paja presa del día
Cuando crucé el cerco de la casa
hacia las otras casas inhabitables
dejé abierta la puerta sin regreso a la posibilidad:
Cloaca rey de donde salieron todas mis jornadas
Decidida, sin cautela
desaforada, con migas y papel
en el cuerpo frío, salí a buscarte
Hespéride era la niña blanca
aprisionada por las horas
-me vi, me di cuenta-
Rodé por la calle donde solo existía
tráfico y sinergia, los aparatos biónicos
los electrodomésticos del alma
Acampé en Kiev todo el año
Olvidé trampa y silencio
Fui abrigo de la fauna
Tiré de una rueda estática
-la noria con una piyama y sus despiertas góndolas-
donde vi rodar los viejos, sabios y cuadrados
amigos del valle
Tiré de una rueda dura, collada, persistente
Te llamé a pico de lechuza… canté
hasta que llegaste del eco de otra ciudad
para dinamitarme
Yo soy la hija del comunista
Solidaria en la canción de otros
Espesa en la canción propia
Soy una ciudadana frágil
Reposo en una cama ciudadana
Quiero agregar caricias a la simetría de lo paulatino
Surgir desierta de deseos –sosegada-
Aviéntame un cactus
Tíralo hacia acá con tu embriaguez de oso
Agarra un cactus Jonás y estréllalo en mi cuerpo
Deja que me posea
que me diluya en su piel de esmeralda
Colmillos florales para los pechos, excitados y sinceros
La plena floración, la plena floración
la plena floración sobre mis alas rubias
y mi corazón de radar
¿Puedes ver que no soy una leyenda?
Yo soy la hija del comunista
Ciudadana frágil
Si reboto en las manzanas soy Aline
Dime Aline si reboto en las manzanas
Soy canción de metalurgia
Soy lagartija de techo, vertedero y calabaza
Rana de las cardas, en estrecha relación con las hadas
y los espíritus del capulí y los abetos
Niña de molletes dulces, me moría por recitarte
las tablas de sumar y dividir, de restar y multiplicar
para que me vieras roja y pulcra como una medalla
Ahora, el junco de mi otoño está salpicado
por una inquieta luminosidad
corroído desde adentro por diligentes telarañas
-telar, telar, telar de maravillosas malváceas-
(un turista camina sobre la espalda de una liebre blanca
sin darse cuenta, nos saca una foto, a ella aplastada
a mí adormecida por el pam pam de sus pasos
–llévame contigo, bello moscardón
deberíamos ser re-bautizados como dos enormes ciudades)
pero me llamo Aline
y soy hija de estas piedras
dime piedra si reboto en los charcos
dime Aline
dime Aline
dime Aline en los luminosos charcos
Yo soy la hija del comunista
Solidaria en la canción de otros
Espesa en la canción propia
Soy una ciudadana frágil
Reposo en una cama ciudadana
Quiero agregar caricias a la simetría de lo paulatino
Surgir desierta de deseos –sosegada-
Sácame de estos charcos, Jonás
Despierta mi caravana de trigo
Sopla tu bocanada de aire al bucanero
que se eleva total hacia el delta
Redobla en la esquina tránsfuga del cabaret
Hoy pasamos por debajo de las negras estaciones
Las suelas zapatean el engranaje y una corte aplaude
con los guantes hechizados
Reaparece
Jonás
Reyes y reinas se manchan los ojos
con tu voz de pajarito triste
Tengo ansias de ser embaucada
que muera esta luz antinatura en la pradera de Kiev
y nos convoque la luna
pero me llamo Aline
y soy hija de un comunista
abrí este hueco en la pared
para que entrases con tu eco de ciudad
y te pongas a dinamitarme
que no tiemblen tus manos al disparar por los caminos, Jonás
que ya no me aprietan los encajes que me traes de Arabia
-quiero ser la única llave de tu sótano rojo-
que las plumas del pavorreal se vuelvan frisos de pólvora
en la casa del faro, cuando entres de arcabuz al hombro
-matraca sobre gatillo, mi buen Jonás-
con los dos arcángeles de magia que son
tu dedo pulgar y tu dedo índice
y descargues este amor poseído por el plomo
sobre el cuello gordo de mi padre
quiero conocer a Leviatán en su morada
y caer rendida ante sus pies de alfajor
y tocar el arpa sentada en sus muslos de cabra
De Breve Contemplación de la Música
UOMO
[ ]
…entonces escuché la voz de Cassiel mientras se alejaba de mí
y en mi cuerpo se repetían cándidamente todas las palabras:
Mira ese halo de luces impresas en el domo celeste
Es tuyo, agárralo con fuerza, es tuyo, úsalo en el viaje
Dureza y desvelo necesitarás para encender antorchas en el aire
Los arpones del mar están todos agitados
Elévate
Mastica en pleno vuelo el pan amasado por el temporal
Deja atrás tu pureza y revuélcate entre los osos pardos
que se amontonan detrás de ti
sobre esta piedra caliza
En la primera isla se afianza la tierra
pegada al lodo, al cobre, al cobalto
agujeros y canales hervidos en donde el todo
se revuelca agigantado por una sepultura de volcanes
El paisaje florece y se desata ajeno del mar
Ajeno de su boca del hielo
África es la colina del poema:
Espejismo Imaginarium Luz devastadora
Relatos extraordinarios se repiten en las cavernas
que el hombre surca de norte a sur
para alejarse de la furia del ángelus
y así
poder constituirse
en el primer mono
alumbrado por velas
[ ]
…entonces escuché la voz de Cassiel mientras se alejaba de mí
y en mi cuerpo se repetían cándidamente todas las palabras:
África es la colina del poema
No hay otra, no te espantes, ni te acerques demasiado
La rosa mística abrió tu dureza y tu desvelo
Pero nadie pudo salvarse del mar agitado
de las arcadas virulentas de sagitario y escorpio
en donde se elevaban las carnes hasta asarse
Así comenzaron los monos a surcar casas de sur a norte
Del tope de la colina hasta la putrefacción de la colina
pero en esa hendidura grisácea
que define cada rostro a la altura de su boca
caminan ya las piernas arbóreas de otro destino
El ángelus trajo clavos en las alas
recubiertas por cordones de vapor
en un recital de gallos duros y chorreones
para coronar la sumisión de cada especie
en la pelea de la entrepierna
El hombre ya no es un río de grasa
y cada partícula del mundo ha matizado el ruido
con que se desgasta la ternura de su cabeza acariciada
Responderá al ángelus con la misma música
que lo disuelve entre océanos de pensamientos
que lo mima de carabinas pulidas y cartuchos lunares
Dejará de ser ese hueco mastodonte de cuero
ese muñeco oscuro prolongado por la madurez de la tierra
y mirará por primera vez hacia arriba en el cosmos
las estrellas que desde que empezaron a pulsar
ya le brillaban por dentro
Los Bosques
I
Estoy quieto en la caldera del animus
Sujeto al aire que levita entre la flor y la mosca
Ya no canto más
No tengo pico ni arpa
ni madre que me limpie del germen
de cada marcha que arrastro por el mundo
a las calles que son leones proyectados
Alzo las manos
sobre este mundo de tristes marsupiales
y este campo ahora es el más antiguo de la tierra
Aquí los trigales cabecean de sueño
y los corredores de hielo tienen dedos infinitos
Le resto bichos a la noche
Le resto noche a los párpados del leño
Le resto aire a la peste del ganado
que es santo y seña de ruina y de lactancia
El fuego que viene después
es un fúnebre traje hecho de guirnaldas
de manos incapaces de sentir el peso de las sombras
de postales abiertas con azules pajarillas
que brotan del columpio del aire, tardías
amenazadas por el trueno
Silencio
Silencio en las grietas
Silencio en el asfalto lacerado
Silencio en el humo pálido en la mejilla del barranco
II
Los bichos agonizan dentro de los parques
Los bichos agonizan dentro de los parques que la luz sugiere
pero es la oscuridad que los trae, agreste y detenida
los levanta del piso, los hace animales quietos
tallados de gris
Un ojo en blanco allá arriba se levanta
donde antes se nombraba Cielo
a cada loto ajado en los castillos del agua
Ahora traes contigo la máquina de austeros celajes
Pequeño Leviatán, radiante y crispado
que sostiene el orín negro del mundo
bebe del tiempo
bebe del tiempo en el cofre del castaño
hasta poderlo derribar
y lleva mi deseo luminoso al interior de la sangre
al camino de la hoguera de mi incertidumbre
al camino del surco (frágil) de todas las cosas
III
Cerca del estanque verde de ríos paralelos
y larguísimas quiacas
vienen los duendes
Duendes que cubren el bosque de escarcha
Duendes con trajes de percal y diminutos candiles
que revierten sus caras de trapo en arañas de yeso
(herradura de peces ahogados en la peor trementina)
Vienen con la anticipación del verano en sus bocas lilas
y el duelo de cabuya flota en sus pies tapicú
Para animarme vienen, para asustarme vienen
Vienen a sujetarme a la vida
Es el rastro de su danza que me eleva
toda cáscara de almendra eleva
toda diana cortada
y yo me adentro ciego en los abalorios del humo
a la hoguera del pequeño enigma arrojado sobre el páramo
a la hoguera del surco (frágil) de todas las cosas
A veces los duendes reposan sobre la hojarasca
Queda quieta la hojarasca, azulada de madre y rocío
sella las coordenadas de mi azotea en su lento caer
Duermen a contraluz como un chacal incurable
lleno de gusanos y de hormigas inquietas
pero en medio del sueño entreabren los ojos
y despiertan con el pam pam de mis pasos
brincan, me rodean, me cantan
y cantan más alto con su voz barnizada
en ese lenguaje metálico-infantil:
“Somos bichos de la luz
Somos los tambores y sus viandas
Somos la oscuridad agreste y detenida
Somos la cuna ciega y poseída del fauno
Somos la miel de panela en la giba del cielo
Somos la entelequia del César besando la nieve
Estuvimos en tu parque mucho antes que vinieras
Estuvimos aquí, arrinconados, al cuidado del rosal
al servicio del Dador
en una extraordinaria cortina de relámpagos
en la Muralla de Fuego”
De Kubrick y la máquina del insomnio
Cuero
Hay cuero dentro de mí
Por eso cada vorágine del discurso se desintegra
a pesar del uranio lavado sobre la hoja
Soy laringe, voz quieta, pálida o errada
o el rencoroso alarido de un cuerno perforado por dentro
Reconozco que tuve una madre
que era mi escorpión de alas blancas
voluminosa, una centella de lujo
Años después, hablo solo
Paseo por alfombras sucias
rojos mares de azucenas, pólvora exquisita
y deshuesados caballos
Hago silencio también
Mi anonimato de piedra
Alguien me dijo:
Aquí no pasa nada, nadie escribe nada
Pero yo reconozco todos los bordes del lenguaje
todo el casimir utilizado en esta magnolia de cuerpos
con su estupenda leva encorvada sobre el brazo de una cripta
que en vereda tropical
-es decir, en el marrón triste de la tierra-
es un poema
La lengua defiende su espacio
porque su espacio no tiene origen, ni manos, ni pies, ni cabeza
y se apresta a claudicar su contrato con el habla
Lentitud en la canción desmemoriada, la balada distante
deviene voraz y recibe cada misterio en sus brazos
me aprieta, jactándose de ser el emisario de matorrales ocultos
y abrazos florales marcados en brea
Luego se calla:
Saetas de incienso rispan el paisaje
Monocromo. Monotemático. Erizado
Algo me dice que llegué al lugar preciso
donde el cuero que me habita sin definirme, tal vez sin tocarme
adquiere el matiz adecuado para sellarme por dentro
entre estancias adulteradas, láminas de acero y amigos siniestros
en comunión con la luz inmaculada del bosque
que todo lo perfora, lo canta y lo sublima
y el hedor descomunal de unas momias líricas
que no pueden desenrollar sus vendas
volver al limbo, callarse y desaparecer
Alguacil
Viajo hacia el interior
Hacia el portal de seda
Regreso a mi primer dibujo
a la pared manchada de argonautas
a la casa de espejos que se esmera en desaparecer
Flanqueo largo en mi cabeza
en ese sino de potro negro
insaciable abrazo repetido y repartido
entre bares y maderas empinadas
Una idea se suma a la otra
viajan por los bordes
desligadas pero juntas en un solo cuerpo
hinchado y disperso en diferentes campos
Se suma a mí, la idea de los Álamos
la voracidad del puma que salta
en las costillas del venado que enrojece
Vano, desmedido y rebuscado
Variable, entre la penumbra de verme ahora
y la lucidez de verme en fino destierro
Soy las voces retenidas
en la tela del mueble principal
el palo santo y sus nevadas de humo
el hollín y el pan azucarado
Viajo con esta dorada sensación
de perderlo todo
a pesar de todo retenerlo
Allá va la infancia:
Una verdadera armonía
o una muda tristeza forjada en el exterior
hecha de imposibles miradores
de terrazas
de imposibles miradores y terrazas
Allá van los años limpios, armados
la amplitud de aquella voz inquieta
y la estrechez de la ciudad
en su vacío permanente
La Belleza:
Tal vez haya sido una saeta
escondida en los rosales
atravesada por niños despeinados
con zapatos de suela
mocasines, radiolas y clavos
en la tarde de la llanta quemada
en la chispa del callejón oscuro
en la bulla frente a los cristales en el centro
y que se rompan todos los cristales
y que se rompa todo lo que tiene semillas
y qué cara tan joven que tiene un niño
que hace muecas con la lengua
y qué joven ese cielo turbio
que se rompe con el eco
…
Viajo hacia la calle
al interior de la grieta
enroscada en la Antonia salvaje
Las campanas del colegio
excitan a las mulas
El cristo de hule hiede
en el confesionario de la carne
Viajo hacia mi sol que es desacierto
de una mano que se abre del cuerpo
y me lanza una piedra
Oh mi sol, mi sol desenroscado
Ahora amo tu cada destello
…
Viajo hacia la piedra
Esta vez viajo hacia la piedra
y conmigo, viajan dos dudas:
Si yo fuese calado por un jadeo
que no le pertenece a este rincón de mundo
acaso pasaría factura la memoria
que empuja mis libros de los anaqueles
y saca las dentaduras postizas
con que me besan (sin parar) estos autores
Acaso
estos libros de historia
que utilizan los despojos del mar
que me pagan con dardos y migraña
serán el peso necesario que le falta a la vasija
para virarse, caer al piso y regarse toda
entregarse
al veneno de un sueño
relatado por sus propios corderos
al néctar de un ángel
arrullado por su propia mentira
Dos dudas
y viajo hacia la primera piedra
que vi caer desde la mano de un hombre
…
Viajo hacia el interior
Vuelvo al portal de seda
De regreso a mi primer dibujo
lo veo de cerca
–son doce argonautas en brega
Flanqueo las piedras
Los reos están alborotados
Los perdigones en el barrio saltan
y mi madre con su ternurita y su escoba
limpia y limpia el sanatorio
Voy solo, con una sola máscara:
El renglón entero de palabras anegadas
Las ideas se toman de la mano y cantan
la maniobra de esta inútil sonaja
Los álamos germinan en la lejanía del llano:
La figura derrotada de un prócer
en un mausoleo hecho de preguntas
La revuelta no escasea:
Acaso una figura celestial
entre los perros de caza
Y las piedras van sujetas
al rodar del universo
por su propio deseo
Viajo de átomo en átomo
rumor tras rumor
viaja también la voz retenida
en su vacío permanente
Voy de latido en latido
profundo en el vaho de las cazuelas
en el olor del traje de los novios
en el alfil despierto en el ajedrez de mi padre
y regreso desde atrás
inmóvil
irreconocible
irreparable
con el juguete de hule y las piedras
con la calle repleta de mafiosos con turbantes
en el barrio del centro custodiado por un solo alguacil
en ese maravilloso duelo de pistolas blancas
donde sueño poder marcar con un pincel cada silencio
…
Vuelvo del viaje
La cabeza ahora respira allí
en ese sino de potro negro
en ese letargo de puma viejo
que descansa sobre el mueble principal
con las patas arruinadas
Allá va
se despide la infancia
remendada por el mismo sastre
reparada por el mismo carpintero
jurado, juez y verdugo
que no puede más que perdonarse
o desaparecer
De La Hija del Comunista y otros poemas de la Playa Negra
La Hija del Comunista
Yo soy la hija del comunista
Si le das vuelta a esta página breve que lees con cautela
me verás descorazonada entre manchitas de lavanda
topacio y cerrazón, en los primeros vaivenes
de un molino que ordena la paja presa del día
Cuando crucé el cerco de la casa
hacia las otras casas inhabitables
dejé abierta la puerta sin regreso a la posibilidad:
Cloaca rey de donde salieron todas mis jornadas
Decidida, sin cautela
desaforada, con migas y papel
en el cuerpo frío, salí a buscarte
Hespéride era la niña blanca
aprisionada por las horas
-me vi, me di cuenta-
Rodé por la calle donde solo existía
tráfico y sinergia, los aparatos biónicos
los electrodomésticos del alma
Acampé en Kiev todo el año
Olvidé trampa y silencio
Fui abrigo de la fauna
Tiré de una rueda estática
-la noria con una piyama y sus despiertas góndolas-
donde vi rodar los viejos, sabios y cuadrados
amigos del valle
Tiré de una rueda dura, collada, persistente
Te llamé a pico de lechuza… canté
hasta que llegaste del eco de otra ciudad
para dinamitarme
Yo soy la hija del comunista
Solidaria en la canción de otros
Espesa en la canción propia
Soy una ciudadana frágil
Reposo en una cama ciudadana
Quiero agregar caricias a la simetría de lo paulatino
Surgir desierta de deseos –sosegada-
Aviéntame un cactus
Tíralo hacia acá con tu embriaguez de oso
Agarra un cactus Jonás y estréllalo en mi cuerpo
Deja que me posea
que me diluya en su piel de esmeralda
Colmillos florales para los pechos, excitados y sinceros
La plena floración, la plena floración
la plena floración sobre mis alas rubias
y mi corazón de radar
¿Puedes ver que no soy una leyenda?
Yo soy la hija del comunista
Ciudadana frágil
Si reboto en las manzanas soy Aline
Dime Aline si reboto en las manzanas
Soy canción de metalurgia
Soy lagartija de techo, vertedero y calabaza
Rana de las cardas, en estrecha relación con las hadas
y los espíritus del capulí y los abetos
Niña de molletes dulces, me moría por recitarte
las tablas de sumar y dividir, de restar y multiplicar
para que me vieras roja y pulcra como una medalla
Ahora, el junco de mi otoño está salpicado
por una inquieta luminosidad
corroído desde adentro por diligentes telarañas
-telar, telar, telar de maravillosas malváceas-
(un turista camina sobre la espalda de una liebre blanca
sin darse cuenta, nos saca una foto, a ella aplastada
a mí adormecida por el pam pam de sus pasos
–llévame contigo, bello moscardón
deberíamos ser re-bautizados como dos enormes ciudades)
pero me llamo Aline
y soy hija de estas piedras
dime piedra si reboto en los charcos
dime Aline
dime Aline
dime Aline en los luminosos charcos
Yo soy la hija del comunista
Solidaria en la canción de otros
Espesa en la canción propia
Soy una ciudadana frágil
Reposo en una cama ciudadana
Quiero agregar caricias a la simetría de lo paulatino
Surgir desierta de deseos –sosegada-
Sácame de estos charcos, Jonás
Despierta mi caravana de trigo
Sopla tu bocanada de aire al bucanero
que se eleva total hacia el delta
Redobla en la esquina tránsfuga del cabaret
Hoy pasamos por debajo de las negras estaciones
Las suelas zapatean el engranaje y una corte aplaude
con los guantes hechizados
Reaparece
Jonás
Reyes y reinas se manchan los ojos
con tu voz de pajarito triste
Tengo ansias de ser embaucada
que muera esta luz antinatura en la pradera de Kiev
y nos convoque la luna
pero me llamo Aline
y soy hija de un comunista
abrí este hueco en la pared
para que entrases con tu eco de ciudad
y te pongas a dinamitarme
que no tiemblen tus manos al disparar por los caminos, Jonás
que ya no me aprietan los encajes que me traes de Arabia
-quiero ser la única llave de tu sótano rojo-
que las plumas del pavorreal se vuelvan frisos de pólvora
en la casa del faro, cuando entres de arcabuz al hombro
-matraca sobre gatillo, mi buen Jonás-
con los dos arcángeles de magia que son
tu dedo pulgar y tu dedo índice
y descargues este amor poseído por el plomo
sobre el cuello gordo de mi padre
quiero conocer a Leviatán en su morada
y caer rendida ante sus pies de alfajor
y tocar el arpa sentada en sus muslos de cabra
Cuanto diablo se remoja en la quebrada
Se me ocurren pequeñas ironías al mirar mis manos hurgando
La travesura del invento que nos llevó tan lejos
Desde la patria conquistada, incondicional, parricida
Hasta la llaga labial de los héroes de la raza
Que se equivocaron de guerra pero acertaron la victoria
Los hijos ya no son tan hijos lejos de las hojas
Mujeres nómadas migraron moribundas
Madres
Puentes y rutas
Permanecen abiertas
Hasta que la selva seca de púas les devuelve
Sanos y salvos amados soldados
Camino a Perú
1
Salvaje, vagaré por la colina,
ánima en pos de la fiebre textil
me inventaré historias
y cantaré bajo la lluvia falsificada
botellas de leche que envenenan a los niños
Salvaje, caminaré licuando el vino bajo mis pies,
las uvas del hombre...
llegaré de todos lados pidiendo albergue
en vuestra arca de plástico,
mi diluvio de petróleo, frontera a frontera, ahogado de silencio
Por la noche no volverán a verme,
me habré vuelto uno con la granja,
uno con la poesía,
uno con los búhos y sus alas doradas
Salvajes,
nada podrá reivindicarnos,
ni nuestro conocimiento, ni la lucha divina
el desierto
el cactus
las damajuanas vacías
los ancianos en sus uñas verdes
la vitalidad espartana del tren
todo nos representa
Desde Perú se levanta el polvo de la rebelión:
El Cuzco desnuda su maravillosa nave nodriza
Ha llegado desde la primera jornada de estrellas muertas
a repartir collares de perlas a las mujeres primitivas
2
Ni los viajes ni la falta de ellos
taparán este hueco:
mi gabarra invisible de madera
rota en el mueble de la arena
pidiendo una bala en su sien
detrás de ella, el horizonte que rueda
y el horno que despierta
suben y bajan en la cápsula cerrada
en que se ha convertido Arequipa
mil quinientos años después de su último rey
3
No hace falta cerrar los ojos
porque lo desconocido conoce nuestra historia
Cerrar los ojos y huir
no hace falta
Los artesanos esperan
cuentan argollas
su venganza el silencio
su delirio las trenzas
La india más bella con los ojos rojos me miró por última vez
le compré una pulsera
Cerrar los ojos no hizo falta
todos conocían mi historia
la historia de ellos mismos
lo desconocido
despertándose en la madera del collar
4
Después de un beso tierno en los pies
el algarrobo
a sus raíces como a sus narices
poseso
Después de un coscorrón de fuego
diez horas caminando con la cabeza pelada
ángel leguminoso
tu sombra
Te amamos
porque dos veces al año
te haces flor
El finado
Ya no importa nada
Den abrazo al hijo muerto que no ha vencido
En sano juicio fue vencido.
Den luto en sus corazones y agua miel en el abismo
Un signo zodiacal se dispara
Una estrella temprana se disipa
Vengan a cobijar mi órgano sexual expuesto a la intemperie
Ahora sufro de frío
El tiempo no me visita
Ya no voy a campo abierto
Acúsenme si anduve ebrio por la vida
Anduve enseñando la verga en las iglesias, Madre
Padre, he mentido y mentido
Me abstengo de ideales nuevos
Me encomiendo a las visitas
Sobre mis flores pongan flores y sobre mi nombre colores
Solo acepto condolencias
Me encomiendo a los cumplidos
Si lloran mis mujeres córtenles el vientre y dénselo a los perros
Que ninguna me ha parido
No le crean si alguna de ellas grita en medio del salón:
“Déjenme ir con él. Déjenme ir con él, que el finado alguna vez me entregó su corazón”
Líbranos del mal
Lo primero que se abrió en el cielo fue la boca de Inti, dejando en libertad un salvaje escupitajo de aves migratorias que juntaban una lira en su vuelo.
¿Cómo podríamos haber predicho en la panza de los neonatos que el fin era en realidad el comienzo en una placenta distinta?
Caminamos torpes bajo la lluvia de fuego por quinientos años, aferrados a la promesa de un nuevo planeta libre de enfermedades mentales como el desamor, y libre de enfermedades tecnológicas como las redes sociales.
Nos aferramos al mar, que espacioso nos recibiría a todos sin importar nuestro pasado.
Nos buscamos las pulgas entre los pelos los unos a los otros y comimos ceniza en las ciudades devastadas.
Cavamos casas en las enormes habitaciones amarillas que los volcanes de dios iban perfilando.
Nada nos preparó para la hecatombe, en medio de nuestro frío emocional y nuestras amadas capitales burbujas de autos maravillas.
Yo, alejado de los otros, empecé a rezar:
Amado vacío, dame cuchillo para tatuar el nuevo día en la cara de cualquier advenedizo.
Amado vacío, el fondo de mi alma esta negro de hollín como las carreteras.
Amado vacío, cubre mis huesos de sol a pesar de mi carne vieja.
En nombre de los cadáveres, de los hijos de los cadáveres y de los espíritus de los cadáveres que rondan la vida de los vivos.
Amén.
21 CHICAS CON INSOMNIO
(Ciudad de Guayaquil, 04:50 AM)
El único sueño posible es un huésped siniestro en los cogollos que la noche riega / Todavía, en el abandono de su piso adoquinado, Guayaquil arroja cierta luz de oro
Así es como en la madrugada, mientras algún dolor va hincando sus saetas en la carne, se abren los avisperos de un insomnio fecundo
Juntos, los arboles son un inmenso mar de archivos primitivos donde agonizan los pájaros tilingos
Ciertas chicas reaparecen desde otros labios, desde otra proximidad, invertidas al día que se acaba de hacer añicos en la luna
Me pregunto inocentemente ¿Izquierda o derecha? ¿En qué lado de la cama se revuelcan?
Julia está tostando la cordillera de mentiras que se propaga por su cama / Se siente bien si se recoge desnuda
Camila es un esparadrapo / Siente que no se va a despertar jamás con saliva en la mejilla
Diana le cuenta a la pared que en la mañana, después de dos años en el colegio, el profesor ha recordado su nombre
Grace no parpadea
Laurita está sentada en la ventana rifando su virginidad / El barrio está lleno de albañiles románticos
"Estoy podrida, estoy podrida": Grita María Gabriela, entre el geranio luminoso, tiznado e intenso.
Nicole es imperfecta / Solo en su propia soledad consigue fuerzas para perdonarse
Que no puede vivir atada a su cuerpo, me susurra Claudia al oído, mientras se va desintegrando
Adolescente, Adriana avienta algunas algas al abismo: Han abierto acuarelas al alba
Mientras lee a Herman Hesse, Martita tiene una alucinación: Los bucles de la danza se agitan violentamente en la habitación de sus padres
La capilla, los acordeones, el muro blanco, la pierna rota, la familia dormida / Todo espanta a Marina
Después de muerta, Alma planea cambiarse de nombre
A Belén le importa un carajo la falta de intimidad al compartir alcoba con su hermana / La hoja de afeitar dibuja una mandrágora en su pelvis
Susana quisiera poder cantar con alegría mientras su madre inválida le pide que la bañe.
Bertha escucha en silencio: Manantiales de agua caen a la tierra en colosales orines astronómicos
Mientras se derrite la vela, los padres de Flor se alejan por el claro que marcó el tractor en la cosecha
Jessica ha interrogado su vientre veinte veces / Nada / Al principio era la manera en que preguntaba apresurada, luego, era solo pereza
Leira se ha vuelto una criatura de polvo / Ansiosa por florecer, dejó que otras rosas se estiren lentamente mientras ella contaba el tiempo
Para Blanca, el suplicio de Descartes: El desamor es plano y reside sobre hombros de elefantes sagrados
No se tomó la pastilla porque su misión era evidente / Liz ha decidido volverse un búho
En el cuarto de Elena, la luz solo penetra por la ventana del corazón / Va enmoheciendo de amor y amanece
Todas las niñas tienen ojeras marcadas y labios sin vaselina como el brocal de un pozo seco / El tiempo ha trasegado un vaho de calma en todas las paredes / Guayaquil sigue arrojando oro a pesar que no existe el sol
Todo lo demás
….y era como si se abriera un hueco en el piso y de esa cloaca salieran las respuestas Hermosura y tolerancia para mis padres infieles Números que representan días para celebrar la unión de elefantes estelares Un hueco en cada pared para meter la cabeza y mirar otro universo No este, que tiene un principio y un final Un hueco que se deja caer sobre las palabras, sobre los números, sobre el amor entre las palabras y los números Debería dibujar un niño triste con miedo a ser abandonado Aquí, donde pululan estos tanques de infantería, el almendro podrido de mi niñez Aquí donde hay un hueco en el piso….
…..y era alguien con quien compartir todas esas canciones Yo la tuve en completa armonía con todo lo demás y todo lo demás la tuvo también entre sus largos brazos Todo lo demás era un adorno Todo lo demás era la sombra de los higos en el centro collado Todo lo demás esperó por ella toda la vida y la dejo ir en su muerte Por eso me pica el rostro salpicado de nombres Casa de 3 pisos Escalera en espiral Asunto privado Electrodomésticos Cenas de risas fingidas Todo lo demás era todo eso y todo eso jugaba con sus dedos al principio, cuando aún nada existía y no había alguien con quien compartir todas esas canciones ni todo lo demás…..
…ahora no habita el ímpetu Me cuesta respirar las bodas de otros Dormir plácidamente los sotos quemados Creer en los escalones y no en las escaleras Puedo decir que ahora no habita la fuerza, que está dormida Puedo sentir una ruptura aquí adentro que se vuelve un panal de abejas allá afuera Era alguien a quien podía brindar canciones, una tras otra, como exhalaciones de un camello atrapado en la arena….
….entonces Papá me dijo que nunca sería poeta Nubecita de pies torcidos Cola de papel de azúcar Estrellita gorda que nunca brillará Poesía para maricones Consigue un sueldo Cásate con una niña apellidada Papá mis tormentos Papá mesada Papá cumpleaños Papá libros que no sirven para nada, que no funcionan en el mundo, que no aguantan la devoción del tiempo Yo escribí el poema más bello que era ver crecer un río desde que es brazo de mar y derrite las piedras Yo escribí un poema tuerto cubierto de plumas con patas y pico Gallinazo Poemas de carne con pétalos sobre sus hombros en sagrado cautiverio Papa los aplastó a todos como si fueran hormigas ….
….la infancia no es una happy song
….dicen que todo lo demás se asemeja a un cuento Las brujas, los duendes, los bosques, la nigromancia Que han raptado a la princesa feudal Que los helechos han sido envenenados y los coyotes andan sueltos por la sala El amor se convirtió en la política más vulgar del mundo mientras decrecíamos en las bancas del colegio El amor ruptura, vieja madrina de los borrachos que azotan sus pulmones con gritos de amargura Cada cuento es una repetición eterna de cada romance indebido Amas se repite, lloras se repite, gozas se repite Por eso dicen que todo lo demás es un cuento de brujas…
….el desamor fue llegando y se pego con engrudo Era una persona que podía cantar los villancicos más aburridos del cristianismo y aún así reaparecer con vida en mi memoria Mi blancanieves de pueblo Mi poema bajo la lengua del atardecer Ella merece mis lagrimas, pagar el karma, hablar solo, quedarme sin aire en media calle y caer desde la terraza como un mango amarillo…
…el amor no tiene un happy ending
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