Daniel Jorge Ballester
Buenos Aires, sàbado 17 septiembre 1955.
Mi vida transita entre el piano y las palabras.
Viví entre 1977 y 1993 en Florianópolis, Brasil. Allí tuve el honor de publicar en la Editoria Noa Noa de Cleber Teixeira, entre otros trabajos:
Nada tan pesado como el mar
(Poemas con serigrafías de Sergio Bonsón,1983)
Nalpas
( Poemas con ilustración de Jayro Schmidt)
Aracnídeo
(Cuentos con bajorelive de Jayro Schmidt y Maria Reichmann)
Algunas otras ediciones de autor forman parte de la diversidad de nuevos cyberterritorios donde últimamente hago anclaje en http://laballester.blogspot.com.ar/
La radio, mi otra pasión, me acompaña hace ya 30 años en la producción y conducción de programas como "La guarida del faro" por Radio Nacional de Argentina todas las madrugadas entre el 2003 y el 2007 y desde ese entonces "Pedacito de cielo" y ahora "El sonido y la furia" en Radio Madre, am 530. La radio de la Asociación Madres de plaza de mayo.
Soy editor de la página de poesía de la revista Ni un paso atrás, de la misma Asociación.
Caer
o dejarse caer
en el profundo pensamiento pez de tu ardor.
Nada tan pesado como el mar
es la seda palpable que emites en verano
pues
como un avasallador tranvía
deposite mis agonías
en tu riel.
La casa donde vivo es un túnel de polvo
Una cueva canábica con dos gatos, tres radios, un televisor
Libros por doquier (todos son el mismo)
Ropa vieja, discos nuevos
Una cama servicial
Una maceta con aloe vera abrazada a un cactus
Una cocina a gas, una ducha eléctrica
Y mi memoria que es aire de los llanos.
En mi casa quiero aprender todo lo que recuerdo
A veces un viento de roble nos acuna a todos
Otras
Una polilla vuela su luz ancestral a ras del techo.
Si quieres entrar solo acércate a la puerta
Un picaporte de bronce
Y un pasillo mineral
Te indicarán el camino.
el poema enjaulado
se seca, se pudre y muere
y no hay verso posible fuera de la jaula de las palabras
ellas buscan un alma
que les cante
y las saque del encierro
no es fácil
todo poema es un calvario
que quiere sobrevivir
como un cisne en el lago
de los cisnes
pero esos carbones evanescentes
nunca están solos
Mateando en la arena
En el intento de nombrar a Dios nos hemos olvidado de nombrar la vida
que siempre es un intento primal
de recibir una señal de la naturaleza
pero es más que una señal
es un abrazo fugaz que atraviesa la sangre
y uno incorpora la sal de ese abrazo
a todo el cuerpo
en un ritual pagano donde el mate y el pan son la eucaristía.
Toda esta vida acumulada en un solo cuerpo
todo este tiempo acumulado en una sola palabra
toda esta sed vertida en una sola gota de agua.
La voltereta del fénix
No hay obra, no hay destino, no hay dios.
La obra, el destino y dios somos nosotros
Hasta que el telón cae y todo vuelve a empezar
En la memoria sagrada de lo que estalla antes de estallar
Pero no otra vez
Porque no hay antes cuando algo nuevo empieza
Solo siembra y cosecha
La voltereta del fénix
KafkaNueces
un puñado de nueces
es todo lo que tengo para esta navidad
ni vino ni agua
sì una copa de ajenjo, el pan de la medianoche
y la sombra buitre de mi amigo del alma
por abrazarme a la luna
recibì un inmeno castigo
construir una muralla de palabras
que el viento no pudiera erosionar
sino fuera por las nueces de milena jamàs lo hubiera conseguido
no me gustan los poetas vacilantes o inquisidores
prefiero los que ayunan y se obstinan y se condensan en nada
como bajar las furiosas escaleras
y perderse en lontananza
Ofrenda
Por tu infinita misericordia Señor aquí te ofrezco mi pene
Para que lo cuides, lo idolatres
En mi nombre, en el de Borges, en el de Francisco
En nombre del padre, del hijo
Y de este, nuestro único espíritu santo.
Devuélvemelo si es que sigo vivo después de ti
Sano, salvo y erecto
Tal como te lo he entregado
Que hemos con nuestros penes desecho lechos
Templos
Temblores de mar
Y mucha poesía cruel.
Es mi última voluntad
Y es mi último deseo
No teniendo nada más para declarar
Y con mis facultades en perfecta armonía con el universo
Te digo: amén
Mandela dormido
Tu me quieres casto, me quieres bien negro, me quieres oscuro cubierto de lodo
Me quieres re preto, me quieres pomada con la cara de tinta enjabonada.
Me quieres africano preso en un vil barco, barro en un agujero, perdido en la nada
Me pretendes moro, cabecita, camarada.
Me quieres negrazo de un ébano colgado, chocolate amargo de amargor frutado
Oculto en las sombras de un túnel funerario, perdido en las sombras de claustrofóbico armario.
Me quieres morocho que arrima con choto, aquí y en la noche del terco canario,
Dices amarme loca y ciegamente, mas te veo soñar cada noche lo contrario.
Acabar en el desierto
Es cierto, quien se ahoga no nada
Pero cierto es también que una tonada
Lo dice todo sin decirte nada
El dolor ante tu ausencia mueve su ficha.
Vi tus manos cavar en el desierto
Ojos del Sahara
Cuerpo que no sabe a nada
Tiene sabor a desdicha
Pacificar la carne
Ese cadáver expuesto al sol
Desnutrido, oleoso
Estancado en la impaciente oscuridad
Resto descabezado de un sueño
Aturdido
Disfrazado, insomne
Que una bala parapolicial alojó detrás de un párpado gris
Vino envasado en tu soledad
Origen de un lugar que no existe
Calco ebrio
Que habita en mí.
Tratado sobre las drogas
ella fuma a escondidas para que nadie sospeche
lo mucho que le gustan
los
bajorelieves,
una soldadura se agrieta
y yo sigo pintando sin que me importe demasiado
donde dejar el paraguas.
Mi suerte te acompañarà
como pánico sin tiempo
la que mueve los pinceles
tiene estilo
trina de frìo
fríe girasoles
¿Puedo pedirte prestado
aquel par de zapatillas que
usaste la noche del eclipse?
es para colgarlas de unos cables de luz que pasan por
la puerta de mi casa
seràn vigìas
de un amor letal y la gente pensará que se trata de drogas
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