Vanna Andreini
Padova, Italia, 1970. Se graduó como Licenciada en Letras en la Universidad de Buenos Aires, UBA. Enseña lengua y cultura italiana en la Universidad de Bologna sede Buenos Aires. Formó parte del grupo de investigación Poesía y traducción coordinado por la poeta Delfina Muschietti en el marco de los proyectos Ubacyt.
Ha publicado Quemada / Bruciate, Editorial Siesta, abril 1998; Furias, Ediciones Belleza y Felicidad, septiembre 2003; Monsterinc, Ediciones Vox, enero 2005, que obtuvo el Premio a la Creación 2004 de la Fundación Antorchas y fue ilustrado por el artista plástico Sebastián Gordín, y Sirenas en la cama, Ediciones Gog y Magog, octubre 2008. Como traductora ha trabajado en uno de los primeros libros de Pier Paolo Pasolini, Donde está mi patria, Ediciones Gog y Magog 2008; y el libro La sala de los mascarones de proa/ La sala delle polene de María Hortensia Troanes, Grupo Editor Latinoamericano, Colección Nuevo Hacer, Sepetiembre 2010. Una selección de poemas de su próximo libro, Salud Familiar, fue publicada en Ediciones Presente en abril 2012. Algunos de sus poemas van a ser parte del libro de próxima aparición País imaginario: escrituras y transtextos 1960-1979, Amargord, Madrid, cuyo prólogo ha sido elaborado por los poetas Maurizio Medo Ferrero, Mario Arteca y Benito Del Pliego. También salió una selección de poemas suyo en la revista Oltreoceano 06, Donne con la valigia. Esperienze migratorie tra l’ Italia, la Spagna e le Americhe a cura de Silvana Serafín, Profesora titular de Linguas e letteraturas Hispanoamericanas de la Universidad de Udine, en abril de 2012.
Furia
de I.Sistemas medios
"Non sono pazzo, fratello. Non siamo pazzi quando troviamo il sistema per salvarci.
Siamo astuti come animali affamati. Non c´entra la pazzia. È genio, quello. È geometria."
Alessandro Baricco, Novecento.
Panorámica.
Un paisaje lunar
beige descarnado
el ángel negro
vuela
húmedo
sobre el promontorio
¿por qué
no hay nada
tan monstruoso
como una chica
en brazos
de desconocidos?
Camino desnuda
por el espacio
del pecado
infinito blanco
hija y madre
borro el placer
grito
borro el dolor.
de II. Mi pequeña barca
"Ho sfilato via la mia vita dai miei desideri. Se tu potessi risalire il mio cammino,
li troveresti lì uno dopo l´altro, incantati, immobili, fermati lì per sempre a segnare
la rotta di questo viaggio strano..."
Alessandro Baricco, Novecento.
Concertino
Educada
para entretener
pequeñas plateas
suonatore ambulante
sin placer
en un acto de
extrema excentricidad
resuelvo
la sirenita cambia
de forma
o muere
amar en uno
anonimato tranquilizador
liquida respiro
impune
planeo un monstruo
lineal
medieval y geométrico
rápido e invisible
algún día caerás
mortal y para siempre.
El último de los lugares
Gaia Fabrizi /vanna
Con amor o con odio pero siempre con violencia.
Llegar hasta el confín no es nada; volver de allí es atroz.
Cesare Pavese, El oficio de vivir.
de El último de los lugares
Pecas en la cara.
Hasta que vuelva
sola
reordena los argumentos
no comer
por no comer
por no comer
contra sí misma
hundida
la almohada sobre el pecho
sin decir
la mirada torva
para ella
el dolor il dolore
de no haber visto di non aver visto
una madre muerta mia madre morta
¿y la culpa?
una conciencia bien nutrida
de tejidos elásticos
para todo tipo
qué asco
los cuerpos malformados
y recuerdos
de niños down
que saltan
sobre la cama
caras gigantes y ojos
desorbitados
la luz entra
por la hendija
(polvillo de sol) a limpiar
que su voz
levanta
"terror indómito"//
fabulosos premios
las esperan
señoras mías.
de Pertenencias
Proyecciones
Dimmi, o luna: a che vale al pastor la sua vita, la vostra vita a voi? Giacomo Leopardi
Esta quieta noche
esconde mis manos
atravesadas
por torrentes de barro
manos de vieja
con apenas veinte años
el deporte es salud
¡salud! ¡saluden!
los ojos abiertos
beso la pared
que me sostiene
quisiera cruzar al reino de los muertos
o ser chupada
por un rayo de luna
y proyectada afuera
de esta esfera celeste.
La monaca di Monza
Los ojos hinchados
escondidos
en la incoherencia del dolor
una mano asoma
amputada
a su mundo
madre madre
navidades
pascuas
cumpleaños
el placer
de sonreir
¿ cuánto dura
la eternidad?
la tierra sobre los pies
un grito ahogado
l´amore non salva
non redime
su piel áspera
y el cuello
húmedo de cosquillas
olores ágrios
sobre la cama
niña
juega
incansable
una monja no es madre
se llama madre
esta pared
incuba su muerte
precoz.
La quiete dopo la tempesta
Enfermeros de ojos azules
blanco
toman mis manos
rien amparados
por mi temor
dejo de respirar
simulo no sentir
blanco
informaciones desde el exterior
la multitud
corren
montan a mi alrededor
un rito
lo vi antes
violación
blanco
blanco sin cuerpo
asceta.
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