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jueves, 1 de agosto de 2013

RENEÉ ACOSTA [10.315]


Reneé Acosta
Reneé Acosta (Ciudad de México, México; 24 de septiembre de 1976) es poeta, filósofa y ensayista mexicana.Licenciada en Filosofía.
Nació en la Ciudad de México y creció en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, al norte del territorio mexicano, lugar que influyó poderosamente en la atmósfera y estilo de sus obras.
Cursó la licenciatura en Filosofía en la Universidad Autónoma de Chihuahua, obteniendo su título de grado, con la defensa de la tesis Seis Principios Vitales para una Biofenomenología de lo Poético (2011).
Su poética pendula entre los horizontes de los tópicos científicos, filosóficos y el enlace analógico con las abstracciones emotivas que deriva de estos. Esta poética se observa más claramente en Moebius y Milésima de segundo por la muerte de Pablo Ochoa, donde incluso aparece una imagen surgida de la experimentación cinematográfica del slow motion de la trilogía de los hermanos Wachowski. Esta experimentación inclusiva, plural, excéntrica actualmente tiene todavía algunas vertientes por explorar. El otro horizonte en el que se identifica su poética es la búsqueda de una poesía humana que confluya con el devenir cotidiano más allá de lo cotidiano y un enlace con lo místico, lo sagrado, lo metafísico. Su poética es una fusión de ciencia, filosofía, mística y devenir.
Se desempeñó como coordinadora del Área de Literatura, de la Oficina de Atención a Creadores, del Instituto Chihuahuense de Cultura, durante el periodo (2004) al (2010).
Actualmente es coordinadora del Taller de Poesía, impartido en el Centro Cultural Bicentenario Carlos Montemayor , con el respaldo del ICHICULT.

Premios, becas y reconocimientos


Beneficiaria de la beca David Alfaro Siqueiros 2013, otorgada por el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes del Edo. de Chih., en la categoría Creadores con Trayectoria, disciplina de literatura, por el proyecto de poesía Rosiwuare.

Premio del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC) 2013, el cual se realiza a través de la Secretaría de Educación, Cultura y Deporte, en coordinación con el Instituto Chihuahuense de la Cultura y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, con el proyecto Sitio web de cuento, poesía y testimonio femenino chihuahuense.
Beneficiaria del Programa de Publicaciones 2012, del Instituto Chihuahuense de la Cultura, en la categoría de poesía, con el libro Metafísica del Ojo.
Beneficiaria de la beca del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes del Edo. de Chihuahua David Alfaro Siqueiros 2012, en la categoría de Jóvenes Creadores, disciplina Literatura, género Ensayo literario, durante el periodo (2011)- (2012).
Premio Nacional de Periodismo y Literatura María Elvira Bermúdez 2011, otorgado por la Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras, en la categoría de Ensayo literario, por el trabajo Crítica óntica a una estética cuántica
Premio Internacional de Poesía Gabriela Mistral 2012 
Medalla al Mérito Literario José Saramago 2009 , entregada por la Asociación Latinoamericana de Poetas, impuesta por el Dr. Luis Alvarado Contreras, embajador de Perú en México .
Becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes 2009, en la categoría de Jóvenes Creadores, disciplina Literatura, género Poesía.
Premio a la Mujer Chihuahuense Destacada del Año Marìa Edmeè Alvarez 2009, otorgado por el H. Congreso del Estado de Chihuahua, en la categoría de Literatura (2009).
Beneficiaria del Concurso de Publicaciones de la Univ. Autónoma de Chihuahua 2007.
Graduada con Mención de Honor de la carrera de Filosofía, de la Universidad Autónoma de Chihuahua por su destacada trayectoria artística (2007).
Premio de la Juventud Agustín Melgar 2007, en la categoría de Áreas artísticas, otorgado por el Gobierno del Estado de Chihuahua.
Mención honorífica del Premio Estatal de la Juventud 2006.
Beneficiaria del Concurso latinoamericano de publicaciones Los ángeles también cantan 2006, organizado por la Casa del Poeta Peruano.


Antologías y estudios sobre su obra



Catálogo de excelencia juvenil. Departamento de Investigación de Literatura latinoamericana de la red de Bibliotecas del Estado de Washington E.U.A. (1999).

Aparece en el catálogo de los recursos bibliográficos de Latinoamérica y España, de The University of North Carolina at Chapel Hill.
Catálogo de escritoras jóvenes de México. Colegio de México (2000).
Los ángeles también cantan, Antología latinoamericana de poesía. Casa del Poeta Peruano. (2006).
Antología. Memoria del Encuentro Internacional de Poetas en Delicias (2006).
Agua lluvia de poesía femenina. Muestra de poesía femenina Chihuahuense. Tinta Nueva (2008).
Antología de poesía 40 Barcos de Guerra (2010).

Obras


El jardín del vértigo. Ed. AZAR. Chihuahua (1999).

Milésima de segundo por la muerte de Pablo Ochoa. Ed. Chihuahua ARDE (2003)
Moebius. Fondo Editorial de Tierra Adentro. CONACULTA. ISBN 970-35-1027-2 (2006)
El sentido de las horas. Colec. Flor de arena. Ed. UACH. ISBN 978-970-748-085-8 (2008)
Metafísica del ojo. Colección SOLAR. Ed. ICHICULT. ISBN 978-607-7788-85-0 (2012





El verano de Jane Marie River

en el verano de 1963
Jane Marie River de New Island
miraba las ballenas en las playas
sentada de frente al Golfo de Cortés
y escribió una canción por la muerte
del asmático Tom Wieland

no miró las gaviotas escapando entre las olas
que se rompían en los farallones rumorosos
tampoco miró a un metro por debajo de la arena
el anillo de bodas del matrimonio San Miguel
perdido en el naufragio del veintitres
ni tampoco miró el cardumen
brillando en los corales
de las generaciones
de peces del setenta y seis
ni se quedó a mirar a Don Isidro
a trece kilómetros de la playa
luchando contra la explotación

tampoco miró cuando en el sesenta y siete
su canción sonaba en la radio de un cadillac
comprado con afán de hotel por un muchacho
de New Island, que en el asiento trasero
arrojaba al universo una posibilidad
nadando en la inmensidad del vientre
de una muchacha


Jane Mary River, de New Island
jamás regresó a la playa de México
después de aquel verano de 1963




En la biblioteca de Tokio

En la biblioteca de la escuela imperial de Tokio
hay un libro donde un niño dejó en 1958
una mariposa muerta en uno de los poemas
de Saito Mokichi por la muerte de su madre

En 1962, una estudiante pidió de préstamo
ese mismo libro y colocó una flor junto
a la mariposa, dos días después de la muerte
de su madre

En 1968, un profesor de literatura japonesa
del siglo XX, pidió el libro para impartir
su clase
leyó solamente las primeras páginas
porque tenía prisa y devolvió el libro

Ese mismo año un estudiante pidió el libro
encontró la mariposa y  se llevó la flor
mientras que la mariposa permaneció
otros años más en los libreros
indescifrada con los signos






Historia de la importancia

Toda la memoria de los pastos se imprime
en cada movimiento de los aconteceres

La memoria de los ríos se vuelca sobre las casas
y las hormigas son testigos de mi revelación

Los pulgones son un procedimiento más alto para la
conveniencia de los hechos irrelevantes o
importantes de la mínima existencia

¿Por qué habrían de ser menos importantes las gotas
de lluvia cayendo como hecatombe sobre los hormigueros?
¿por qué habría de ser más importante
mis problemas que sus problemas?
¿por qué habría de ser más importante el movimiento
de los autos que el movimiento de las estrellas?
¿por qué no habría de haber una relación entre todas?

Cae una gota de lluvia enorme sobre el hormiguero.
otra gota redonda cae sobre mi nariz

me quedo callada…






Reiteración de las cosas

los mismos ojos
los mismos labios
el mismo guiño

el padecimiento no tiene medida
ni las gratitudes del amor son cuantificables

somos las mismas ecuaciones repetidas

nadie en el acontecer de las cosas ve
como sus gestos, sus labios, ese guiño
pudieran ser los signos indescifrables
que determinen cruzar el rubicón
o tener tres divorcios

-ese hombre tiene algo fascinante- dice la mujer
ese algo, esa fascinación es la lectura anticipada
de las señales repetidas en los signos invisibles

Sócrates creía en los signos
la mujer que murió de amor creía en los signos
don Isidro el pescador conocía los signos de las aguas
y las nubes
yo creo en la perseverancia de las redes
en la insolación del águila, en los vagones perdidos
en el tren de los actos y circunstancias
en lo no dicho





Posibilidad

pudo haber sido, pero no fue
las cosas son lo que son

pudiera haber tomado la izquierda
en lugar de la derecha
pero tomó la izquierda donde
la virgen negra le dio dos palomas
un águila y un niño muerto

pudo haber sido lo mejor
viajar a la India o viajar
a las playas de México
o no ir a ninguna parte

pero estar tiene también su propia
reverberación en la telaraña de las cosas

habría sido mejor no comprar esa motocicleta
pudiera entre los altos techos celestes, darse
una mejor combinación de los acontecimientos
la exactitud del mundo y la lectura de sus mutaciones
indescifradas
pudieran… pero no






Canción por la muerte de Tom Wieland                                 

     I

que el cielo se detenga, que detengan sus barcas
los pescadores, que nadie pueda ahora levantarse
que dejen de brillar las anémonas y se apaguen
los faros celestes, porque ha muerto Tom Wieland

pero las barcas no se detienen
ni las olas arrancan de las rocas los percebes
porque ha muerto Tom Wieland

nadie detiene su paso, nadie despierta ni duerme
la causa de la navaja no es la herida
pero juntas rasgan las cuerdas que escriben
la canción por la muerte de Tom Wieland

siguen los cangrejos su marcha retrograda
como estrellas rojas cavando en la arena
nadie se inmuta por la muerte del muchacho del norte
y nadie se inmutará ante la muerte de todos
los que ya adelante vienen, con su cuerpo
cifrado de signos que hablan de su devastación

pero todo sigue su rumbo…
no importa si hablamos del destino




II

todo ocupaba su lugar
todo en su momento, formó parte
de un vaivén de nubes
nadie tocará sus bajos deslaves
de muchacho pecoso sobre las ladera

habrá quien llore por sus labios
la última saliva, pero nadie
nadie volteará a los tactos
de sus dedos, ni tomará sus recuerdos
por bandera de iluminación

las barcas siguen su pesca
las mujeres van a trabajar en las cafeterías
pensando en sus hijos que quedaron en casa
las negociaciones en Hong Kong proseguirán
a menos que una ráfaga gélida las detenga
nada será diferente

quienes lo amaron dirán:
si aún viviera Tom Wieland

no cantará bajo los cielos septentrionales
con los indios de sienes fractales
no cantarán los mismos hippies, buscando
el Nirvana, con hierba y alcohol
a la Jim Morrison, protestando en Tlatelolco

no estará cuando niños rubios pecosos
festejen frente al televisor por la llegada
del hombre a la luna
no estará para besar a Jane Marie River
a la puesta del sol en las playas de México

no vivirá, en conclusión
las sombras de las marmotas presagiando
el hielo sobre las viejas calcetas olvidadas
en el fogón

no se quedará, sin embargo, a mirar
la devastación de su pueblo el once de septiembre
ni tendrá un departamento de alquiler
para rentar jóvenes orientales con ansías
de cocaína en el estupor de las madrugadas
no tendrá ojos vasos circunspectos
para quedarse a la luz de la imaginación
a ver llegar las señales del Big-bng
en el telescopio Hubble, ni mirará
el descubrimiento de las nuevas tecnologías
cibernéticas

pobre Tom Wieland, débil, asmático
pecoso

sin embargo su muerte provocará
una canción para seducir a una muchacha
en el asiento trasero de un cadillac en
New Island, y nacerá un niño que tendrá
la vida que él no vivió





La evanescencia

Dime tú quién eras y qué eres
a tres décadas de fecundación y un día
de reclamar tu claustro sensorio,
perentorio es, de asirse hipostasiado,
en la dignidad del glóbulo, 
con la decencia edulcorante, 
de la programación terráquea:
Buenos días, muchas gracias, salud 
disculpe usted y eres tu cuerpo.
¿qué podrías ser si no?
Cigótica-estría del universo, 
inyectada como de la nada
a la fecundación material de tu metafisis
                                                metasistémica.
¡Oh dulce encarnación monocigótica!
acogedora del óvulo, y la euforia
de lograr viril en el flagelo del esperma.
Tú: encantador cristo de los suburbios
de lo vivo; para que no niegues aquí tu naturaleza cuántica,
en hermanación del pulsar homónimo,
que te llamará estrella aunque polvo seas;
y te recordarán hasta las piedras
cuando todo se lo trague la evanescencia.

Pero tú estas ahí, todo doloso
onanista del pulsar que te deviene 
a luz velocísima,
como la garganta puta del abismo
gusanera de dendritas, 
lodazal de la nada es indecencia,
(lo decente nunca estuvo vivo)
Incrustado en la pendulación carnal
de tu play boy de a veinticinco el seso;
acaudalado en la hormonal eucaristía
en que te fundes con el fango monosílabo:
YO 
-que yo no es la evanescencia-
y sin embargo gira en el advenimiento
en su ancestral neurastenia.
Caótica la fragua de tu incendio metafísico,
hipostásiado en cueros a la materia
(Y no es más ya, pecaminosa la existencia)
sino la inquietud abismal de fundirse en el abismo:
                                                Evanescencia
Cuando tu gana se encumbra por laurel
a las cuatro paredes cardinales,
y se te enjuta al cogote el tiempo
de tu tiempo constreñido.
-aquilata en oro tu momento al despertar
que andar en dos patas nunca ha sido marca
de lo eterno-
Y nada de conjugar al sol sin haber
despedido el día anterior al otro día.
No al sonido metalúrgico de la bocina
de la oficina postal y la mujer telefónica.
No al ejidatario de la estupidez lumínica
de los cinematógrafos. No al sueño del deslumbre
de la anti concepción de unas alas renacentistas.
No a la mujer inflable donde vas a condenar
a trescientos mil la pléyade a la evanescencia.
Evanescencia es dormir desde las doce
a las seis cuarenta de la tarde. Evanescencia
es interladear el orden de un destino trascendental
que te eligió de la nada para venir a festejar
el bendito cataclismo, la euforia y la histeria.
Evanescencia es no buscar el misterio lumínico
de la fidelidad de los perros. Evanescencia es negar
por negar, por odio el pecado que en el fondo 
es la gracia de la vida. Evanescencia es taladrar
y no amar en las vaginas.

Evanescencia es di sol ven cia.
Evanescencia es también no integrarse en la sustancia,
y andar refregando el seso en la filosofía más bizantina
(evanescencia es también no desear ni siquiera la evanescencia).

Evanescido está el morbus en la catapulta sintética 
Evanescido el nirvana de la gloriosa anti presencia
Todo es evanescente: todo va a la desaparición





El verbo

El misterio no es el verbo
sino que hubiera un lugar para decirlo

¡Que me oiga ahora la garganta, el lóbulo
de lo santo y lo maldito! y que se haga luz
y no frontera, sin andar ahí pululando en la materia
como ese andrajo de desgracia que soy
y no me altero.

¿Y cuál desgracia? Al fin
qué no soy yo que soy y sigo, 
-andando en milésima- el paso transitorio y sideral
de mi espectral cautiva
¿y que más da el borderlaind del cráneo?
(auto céfala la pérdida)
que segundo a segundo
se prepara a la desaparición perpetua
¿y que más da si viene, otro nuevo deudor
a pagar mi deuda en este tálamo de putas? 
¿a quién le importa?

Si es el verbo la electricidad y el rayo ontogénico
de los ochenta mil millones de sucesos simultáneos
incrustados -enrarecidos de creatividad ansiosa-
preciosa en la más médula de la novedad.
Se viene y se deviene a puños de una gana
mas plural que evolutiva.

Miren, ¡vean!
El llanto y el laurel de la re puta bella, ella,
la ensimismada de verbo, que igual la llevó al burdel
que a la divinidad completa, 
una noche de amor
que no se paga con moneda.
Ella
la bella
la ensimismada
la que igual es verbo, y más aun que el resquemor
del murciélago de iglesia.
Igual es verbo el verbo en la verdad que se me escapa,
en la frugalidad violenta de sus segundos -serán 
los muertos, tal vez- pero su carga no se asusta, se ingre
(cuanto más la nube en el cielo se vuelve más negra)
Y se me adelanta en el aire la memoria de la lluvia.
¿cómo quejarse de la lluvia? Acontece y ya
y no hay espasmo, 
espanto da que no acontezca. 
El verbo estaba ya 
en el átomo crucial de la tormenta.
No se atormente, ni me atormente ya, babel de las mil lenguas,
¡Acóplese! a más de fundirse en danza cuando salga a las calles
¡Aliméntese del verbo! que mueve la hoja y péinese cada uno
de sus numéricos cabellos; abrácelos, béselos.
métase en la axila de lo nuevo y láncele un dedo 
a la vil nada que lo circunda, que el verbo que lo trajo va a seguir
con o sin usted. 
Entonces fúndase, cuélese, revívase, muérase
y de una vez por todas, en lo eterno, se lo digo
desintégrese todo, a plenitud de pluma, 
de nuevo al universo.
Cuélese en la nada oriental que es todo
y fúndase en el agua del mundo:
¿qué tiene de malo ser gaviota?





Misterio de la fisis 

Hoy te vengo a granel andando el entrecejo.
bisoledad la mía, que es la tuya, 
y aún más enrarecida.
Distancia es el clavel entre los átomos del pelo, del cuerpo
del cielo y sin saberse andar: recién a lo nacido.
Frugal y banquete al mismo tiempo: andante detenido.
Por no saber, quizás, más hacia adentro
en lo esencial, en lo sustancialmente lámpara
que le ilumina
En su voltio sin mácula -sempiterna la hipnosis-
de la palomilla autónoma; a mediados de vaivén
como a medias vuela más allá de la sombra.

Es que me despierta a la catarsis su indolencia
su estar ahí ensimismada al cuerpo lumínico.
La fisis que la trajo se la llevará un día cualquiera,
sin dolor, tal vez, en orgasmo toda, en una adivinación
que buscan, sin encontrar, el clero, el raspa y la putilla.
Nadie. Nada. La nada 
Y sigue, revoloteando simple en sí
sin sentido, porque si, 
con ella y sin ella, 
vibrante toda en la materia.

Esto es la fisis, todo el amor y el placer:


para que me entienda

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