Néstor Tellechea (Quilmes, Buenos Aires, 1962) Poeta. Ha publicado:
“Poemas”, (1995, libro artesanal); “El Emperador de la Oscuridad ”(1997,plaqueta); “La Brisa” (1998, plaqueta);“Las incorporaciones del ya"( 2001,plaqueta); “La luz y la rima”( 2001, plaqueta); “Hospital versus hospital”, (2001,plaqueta); “Olga” ( 2004, plaqueta); “Montale, esquina Ungaretti”(2005, edición postal); “Cerca. Lejos” (2005, plaqueta (diseño e impresión: Hilda Paz); “Pasaje Molinari”(2006 edición postal); "Balance"( 2009, edición postal) y"Cuatro Momentos", 2012.
por decir
lo opuesto
la impaciencia
cualquier exclusividad
ramas tiradas en la calle
un dolor
dedos
un desbande de caballos
una muesca que nunca vio nadie
una cinta
un resplandor
palabras mojadas
que se romperían si se las quisiera levantar
vidrios sucios
un nene imaginado que corre y emociona
forrar un libro
chispas
una telaraña que te deja pensando
cuántos años puede llegar a tener
protocolos
aspereza de cañas inclinándose
espuma haciendo abanicos
que ahora ya son palmas de agua que resbalan
y vuelven
un cabeza dormida en un cine
nylon
rugido
emoción
una letra
la visita que se va
una foto
un boleto con barro
caricias
y alguien
que usa nada más que su voz
da la orden
y se apaga
el futuro
de todo
tenue
los árboles se encendían
soplados por la brisa
de una tarde infinita
y yo era una mano
extendiéndose demasiado
ansiosa y rústica
para lo que esperan
de un poeta
las conversaciones
sensibles
mientras me alcanzaban un mate
y el dueño de esa
gentileza
seguía hablando
sobre la plenitud
delicadísima que tiene la música
viviente alrededor de todas
las cosas
hasta que
por fortuna
conseguí dejarlo casi a solas
con los detalles
de su profundidad
intensísima
diciéndole
en silencio
Juan Ele
gracias
por haber sido
para siempre
el aire
certeza
¿habrá que acercarse
con más cuidado
al territorio secreto
de cualquier cosa
sin pretender
la precisión
de un dios
ni dejar que crezca
la soledad
de lo pleno
por nada?
y si no
por qué
mi memoria no para
no se cansa
y vuelve hasta sin mí
al silencio rugoso
de ese cachito de corteza
esta tarde
protegiendo con tanta hermosura
lo que todavía no puedo decir
Locura. Manotazo de ahogado. Argentinismo. Júbilo fácil. Salto abismal hacia la adultez. Terror. Búsqueda de preguntas. ¿Fuma? ¿Se pega taco contra taco? ¿Se acuerda de cuando lo llamaron? ¿Se siente ya como un blanco permanente, aunque tenga hambre? ¿Le presta atención a los ruiditos del arma mientras la mueve pensando? ¿Gotas de miedo interno? ¿Se toca el casco? ¿Puede dormir o adormecerse para salir un poco de su realidad? Y si lo hace ¿para qué? ¿Está parado, o parapetado en sí mismo? ¿Y el espacio y el metal y los pasos? ¿Los puede pensar? ¿Y cuando haya que actuar? ¿Tratará de convencerse de que tiene que ir fluyendo contra el mundo a pesar de todo, para con todo lo que por ahora es angustia y temblor y frío mientras está llegando la noche para colmo? ¿Perder la conciencia como resistencia a lo incierto? ¿Tendrá la pretensión de ser su propia calma? ¿Apacigua algo vivir la verdadera intensidad del cielo mientras tanto? La oscuridad ¿hace sentirse más íntimo con la respiración? ¿Mirarse las manos dice o provoca muchas cosas? ¿El ruido áspero de la marea, ahoga la incertidumbre? ¿Alguno puede ver en el romperse del oleaje, alguna que otra muerte falsa de sí mismo? ¿Y la vida sola? ¿Y la soledad indiscutible de lo que se recrea solo? ¿Y los armados de situaciones que envuelven y desenvuelven la espera? ¿Los pastos arqueados dejan entender la propia fragilidad o la elasticidad como búsqueda de supervivencia? ¿Una guerra suspende más al pasado que a la conciencia entera de estar en la vida? Lluvia. Temblores. Órdenes. Entregar la tensión del cuerpo al pozo de refugio, espiando la contundencia del silencio en la distancia. El sol. Un pájaro que parece que humedeciera el resplandor del aire con su raya de viaje. Los ojos están sensibles hasta para mirarse una muñeca o un bolsillo. Hasta para sentir al viento como un ataque del olvido que se hace trizas con el infinito renacimiento de la familia en la cabeza. Nada. Nadie. ¿Quién soy? ¿Cuándo van a llegar? Setenta y cuatro días mojados por las dudas y el horror. Sos una vergüenza de la historia. No te puedo ayudar. Patria. Parta pronto. Vaya a defender nuestra estrategia para defendernos y perpetuarnos. Salida y paso de las luces veloces de las balas. Barro. Tierra. Sangre. Gritos. Ropa insuficiente y revuelta. Carajo. Pendejo. Estacas. Desde cuándo lo de ustedes va a ser de ustedes. Dios nos ha hecho la elocuencia más contundente de todas las aguas. Tenemos una sola palabra. Somos los dueños de cualquier circunstancia que nos interese. Hablando y matando todas las razones enemigas por más lejanas que estén de todas nuestras imposiciones. Bocinas triunfantes. Puños valerosos. Qué hacés que no vas. Te están llamando las banderitas. Donaciones. Crucecitas blancas. Nombres. Vidas que recién empezaban, puestas debajo de la indiferencia. Sos un gusto angustiante en la memoria. Una fecha desesperante que no quiero perder. Un dolor. Una emoción. Una necesidad en la conciencia.
http://alpialdelapalabra.blogspot.com.es/
POR SEMEJANZA
acá
temprano
casi
como ausente
sin más preguntas
porque
por ahora
cualquier duda
no puede ser otra cosa que
un lugar sin espacio
certeza
estallando
en su mudez
movimientos
continuos
todo
un
otro
mismo
mundo
o
yo
imaginado como
un hilo de palabras que se tensa
entre lo visto
y lo que no dejo de sentir…
la luz
es
una
piel
revolución
de su poesía…
DETALLE
veinticinco años
que no estoy frente a él…
que no lo presencio
entonces esa especie de
región pesada
el mar
vuelve
solamente desde mí
como si lo llamara
usando un poquito de otro yo
de mí
como una voluntad de él
como incidente
y después se desvanece
se va
y me obliga
a reunirme
de nuevo
otra vez
por ejemplo
ahora
con éste...
mi gran ruido
de hombre común…
Estos poemas pertenecen al libro "Cosas"
http://aromitorevista.blogspot.com.es/
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