BUSCAR POETAS (A LA IZQUIERDA):
[1] POR ORDEN ALFABÉTICO NOMBRE
[2] ARCHIVOS 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª 6ª 7ª 8ª 9ª 10ª 11ª 12ª 13ª 14ª 15ª 16ª 17ª 18ª 19ª 20ª y 21ª BLOQUES
[3] POR PAÍSES (POETAS DE 178 PAÍSES)

SUGERENCIA: Buscar poetas antologados fácilmente:
Escribir en Google: "Nombre del poeta" + Fernando Sabido
Si está antologado, aparecerá en las primeras referencias de Google
________________________________

lunes, 27 de mayo de 2013

LILIANA BILBAO [10.013]


Liliana Bilbao. Nació en La Paz. Poeta y educadora. Realizó estudios superiores de Literatura Española en la Universidad Loyola, Chicago, EEUU. Ha sido becaria, respectivamente, de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Alcalá de Henares, España. Es Licenciada en Educación y Artes por la Universidad Northeastern, Chicago. Cursó la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Mayor de San Andrés. Actualmente se desempeña como docente en una escuela de Chicago, donde reside desde hace varios años. Además de dedicarse a la creación literaria, coordina una tertulia literaria, enseña declamación y dedica tiempo cualitativo a la pintura y la fotografía. Ha publicado Ofrendas – Offerings (poemario bilingüe, 2007). 




Van cinco poemas de esta autora, extraídos todos de Ofrendas - Offerings (Grupo Impresor, s/l).



No sé desde cuando

No sé cuándo llegaste
lloviéndome palabras en el alma
envolviéndome tu eco
como viento huracanado.
No sé cuándo…
trenzaste tu sangre entre mis manos
hasta fundir mi anhelo en tu destino.
No sé cuándo comencé
a perseguir tu médula y tu sombra.
No sé desde cuándo,
desde qué sol, desde qué cielo
me hizo cautiva entre remolinos
este amor-ternura,
Volcán y niebla,
remanso y tempestad.
Santuario,
del tú y yo sedientos
cuando estamos juntos,
y vértigo…
¡Oh, cuando no te tengo!
No sé cuándo
comenzaste mi condena
y fuiste en mi prisa sortilegio,
y fuiste himno
y protesta agazapada
de este sino
de amarte sin mesura.
Sólo sé…
que tiemblo en tu nombre
me enternece tu pisada
y en tu voz me abrigo.
que cuando quise hacerte canto
tú ya tocabas mis entrañas,
que cuando te pensaba en días
afloraban memorias viejas
de vidas compartidas
y sé…
que al querer hacer de ti un poema
eras ya en mi camino
rocosa cordillera.





Quisiera inventarte

Cómo quisiera que no existas
para poder inventarte íntegro,
que me dijeras de nuevo tu nombre
y no conocer tus sombras,
recorrer nuestra página primera
y que sea posible el para siempre.
Que estés llegando y sin apuro
y yo saludarte con tempranas alegrías.
Que tu nombre sea
y tu ternura,
el final de mi aventura diaria
y que llegues y me puebles
como el agua se acomoda en la arena,
y seamos ola
y seamos fuerza
y seamos desafío pleno.
Cómo quisiera no haberte amado
para no tener que olvidarte.







Silencio

Ni solitaria
ni triste.
Sola
como la ola,
la ola y yo sola.
Y el silencio
avasallante,
incrustante,
rumor cascada
insistente,
presagio esquivo,
lamento ajeno,
empecinado
goteo de recuerdos
tantos ellos…
y tan breves,
intrascendentes
huellas de arena
vulnerables
hojas secas
desteñidas
anónimas
esparcidas,
sin epitafio,
sin muertes.
Sola
como la ola,
ahogada,
subterránea,
hecha memoria,
hecha distancia.
Anegada
de recuerdos,
de regreso
a la estación perdida,
llaga
de silencio
infinitamente mía,
infinitamente cierta.
Ni solitaria
ni triste,
sola ola.





Te veré desprenderte

No veré las piedras
que habrás de pisar mañana
pero las labraremos juntos.
Iremos formando
tu danza diaria
de metas
de cantos
… y anhelos,
y tu valiente resolución
de pájaro antiguo
conocedor de la ruta.
He jugado contigo
por un instante,
por cinco, trece, dieciséis instantes,
como se juega con lunas de papel
seres anubados
y a ser de ti la dueña.
Mas desde este abismo
que separa tu ser del mío,
aunque en llanto
yo te canto:
Ya te toca vivir
ya me toca verte…
desprendido de mis ramas,
desgranado,
más bien arrancado
del racimo de mis días,
para formar parte
de un anhelo ajeno
de un plan divino,
para regresar a la ruta única,
al alimento universal.
Te veré desprenderte…







Una tregua

Al ocaso de tus pensamientos
o al alba de tus recuerdos
cuando en un solo momento
tu silencio se haga incierto.
Cuando la palma de tus manos
brille azul o deje bruma
y un quizá quede enterrado
y un por qué quede despierto.
Ni mil siglos de promesas
ni tu paso arrepentido
harán vuelo de caídas
ni harán canto de un ladrido.
Habrá llanto…
llanto hecho plegaria viva
puño crispado ya vencido
muerte viva en un gemido.
Habrá una tregua
en el alma habrá una tregua
de vida,
de sentir,
de olvido…
hasta la cruz de otro latido.




No hay comentarios: