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lunes, 15 de abril de 2013

JUSTO BRAGA [9708]




Justo Braga
Justo Luis Braga Suárez nacido en 1959 en Urbiés (Asturias, España) es un periodista español. Es el actual Director de contenidos de la Radio del Principado de Asturias (RPA) además de locutor en el programa de radio de esta misma emisora "Vidas públicas, vidas privadas" (programa basado en estrevistas a personajes de la actualidad). Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo. Fue militante de las Juventudes Comunistas Revolucionarias; organización juvenil de la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) , de ideología troskysta
Justo Braga Suárez empezó su carrera en 1979 en Radio Asturias, también participó en 1982 en la creación de Antena 3 Radio en Oviedo, y en 1989 de inorporó a la Productora de Programas del Principado de Asturias.
Ha realizado durante este tiempo documentales sobre el poeta Carlos Bousoño, la escritora Dolores Medio, etc. Es guionista de otros formatos televisivos, como Documento TPA y 24x30.Para la Productora de Programas ha colaborado en el Canal Internacional de TVE. En una etapa posterior y también para la TPA es autor de una serie de entrevistas y perfiles a numerosos personajes de la vida cultural, social y política de España entre los que destaca el poeta Angel González, la escritora Corín Tellado, el músico José Ángel Hevia, el director de cine Gonzalo Suárez o el futbolista del Sporting de Gijón "Quini", el científico López Otín o el presidente de la Academia Española Víctor García de la Concha.
Durante 8 años fue director de Radio Langreo. En su etapa en Antena 3, ejerció como redactor y jefe de programas en la emisora de Oviedo, donde también condujo durante algún tiempo el espacio matinal que dirigía Jesús Hermida Viva la gente. En 1988 obtuvo la Antena de Plata de la Asociación de la Radio y la Televisión de Asturias. Posteriormente, Justo Braga se convirtió en director de Antena 3 León, así como también de la incipiente Radio 80. Durante este corto periodo de tiempo en León, colaboró en actos culturales, conferencias y charlas sobre asuntos relacionados con la política, el periodismo y el teatro. Ha escrito algunos guiones para el cine . Ha sido articulista de opinión en La Voz de Asturias y el Diario de León. 

Ha publicado algunos libros de poemas:  Poemas del apacible interior, La Casa, El aire perfecto, Interiores, Matarnos antes de morirnos y ha escrito critica sobre cine y teatro. Ha publicado el libro de cuentos cortos "Verdad o mentira" y la novela "La bola de cristal". Además, ha colaborado en revistas literarias y culturales y ha formado parte de varias compañías de teatro en Asturias durante los últimos años de la década de los 70, como "Catarsis" o "Etopeya-68", representando obras de Valle Inclán, Bertolt Brecht, Kafka, Ionesco y algunos autores asturianos como Nel Amaro, entre otros. En 1980 fundó la revista teatral La Máscara, de la que fue editor y director.








La fábula del viento



LOS POETAS

Los poetas se reúnen por la noches.
Beben vino y comen versos.
Buscan sentido a las palabras.

Los poetas dan un giro a los sonetos.

En este tiempo hostil, propicio al odio,
los poetas conspiran a crédito.
Rastrean en lo barroco de sus versos.

Están tan distantes de la vida
que han caído en un hondo onanismo sin remedio.





EL HORIZONTE

¿Recuerdas la playa de Poniente?.

Tú, distante de mis ojos, contemplabas
los músculos atroces de aquel negro.

Esperabas expectante
la caída de la tarde.
Absorta, mirabas, las olas de la playa de Poniente.

El negro, en la distancia, contemplaba a otras bañistas.
Eran sirenas varadas en la arena negra de occidente.
Hay gaviotas por todas partes.
Están al acecho , vigilantes.
Dominan con los ojos todo el horizonte.
Tienen las pupilas enormes, las garras imponentes.

El negro de la playa de Poniente
pone sus negras manos sobre el pecho dulce de una ninfa a punto de ahogarse.
Se estremecen las gaviotas desde el aire
que ven cómo el negro arrebata su presa.
Chillan.
Se desespera el resto de bañistas que quieren
también ahogarse en la playa de Poniente.





EL PISTOLERO

Hay noticias que parecen versos:

Un pistolero a sueldo asesina a una portera.
El catedrático de química se bebe una probeta.
El lingüista se atraganta en un fonema.

Hay versos que parecen silogismos .
Si llueve, diluvia.
Se inundan los fonemas.
Si se muere una portera,
el pistolero recibe recompensa.

Hay lingüistas tartajas,
porteras muy finas que apenas se atragantan
y fonemas diluviando en cada letra.

Hay versos que parecen probetas.
Silogismos que matan a porteras.

Hay porteras por todas partes.
Hay pistoleros en todas las esquinas,
al acecho
esperando a que pasen los lingüistas,
disparando a discreción
sobre sí mismos.





TUS ENTRAÑAS

Bulle en mis entrañas un suceso reciente.
Debe de ser Eloísa cultivando su conciencia.
De vez en cuando recuerdo las marismas,
el agua salada,
el sol quemándome la espalda.

Eloísa está leyendo,
tumbada en la arena,
ya digo,
cultivando su conciencia.
Boca arriba.
Las piernas abiertas.
Desnuda.
Sudorosa. Coqueta.

Enfrente hay un negro inmenso,
cabezón,
azorado.
Mira sus pechos ardientes.
No distingo muy bien si hay regocijo o bullicio
en su mirada.
No sé si lo que espera Eloisa es que la miren o la sueñen.
Debe de ser muy excitante
mirar a Eloísa cultivando sus entrañas.





 LOS QUE TIENEN SUERTE

Tienen suerte quienes miran la tragedia
desde el cielo.
En Colombia un terremoto ha matado a un millón de niños.

En otro lugar del planeta,
el dictador de turno se pasea
entre tinieblas.
Hay un gañán en alguna parte que escribe decretos de hambre.

Hay un ingeniero
que le ha tomado afición a los tálamos
y se sube a los árboles
cada vez que anuncian lluvias.
Tiene suerte este ingeniero del verso.
Casi nunca improvisa.
Iluminado por una fúnebre linterna
contempla los arcanos sin inmutarse
y escribe letrillas al azar ,
sin prisa,
consternado,
eso sí,
por la ausencia de tiranos
y porque hoy no televisan
La Champions League.





EL TIRANO

Levanta el hacha este tirano.
Esdrújulo, mandril y fiero.
Frunce el ceño
y como una rata,
se esconde antes de ir al matadero.
Con saña y arte de carnicero
asesina al alba,
a quien llama Rosa –triste-vuelo.
A quien despierta a deshora ,
atruena y mata.

Este orangután despechado
lleva por armamento sus garras,
se inspira en el terror
y no se asusta por nada.

Hunde su diabólica energía
como si de un escarabajo se tratara.
Luego se acojona.





TESALINA

Él leía cartas de amor a Rosaura.
Ensalzaba su apacible hermosura.
Ella,
azorada,
tras la falda,
no perdona a Corina
el infortunio que su mirada empaña.

Él leía versos de amor y desamparo,
mientras anuncia,
triste
su delito:
dar tregua a su juventud y su codicia.

Mientras Corina avanza por la acera,
Rosaura mira anhelante.
Arrepentida espera
hallar en cualquier parte
su inocencia.

Los negros de Oklahoma
quebrantan su fragancia
y como un capricho a Mesalina
se inyectan en la vena la escritura de versos.
Consumen cocaína adulterada.
Recitan sonetos
armados de esa hermosa manía
de orinar en las esquinas.





BELISA

Belisa enmudece.
Recibe la noticia que ya espera.
Ahuyenta su mirada con natural destreza.
Aparta de su vista
la hoguera que detesta,
el fuego que la mira,
la luz que la ilumina.

Belisa palidece,
sin matices.
Belisa se desmaya,
sin desorden.

Belisa exhala estéril el invierno.
Indómita
e infecunda ofrece
su boca y sus pechos
al océano furioso en que se baña.

En la orilla,
una multitud contempla el cuerpo desnudo de Belisa.
Aplaude agitada su destreza.
De repente,
un débil devaneo en las miradas,
confirma que Belisa ha muerto.





PRIMERA CARTA A FABIÁN

Me has escrito Fabián esta mañana
preguntando por los viejos camaradas.
Yo te he dicho,
viejo colega,
que nada sé del Pigarra,
ya sabes,
el pope del partido.
Mis hijos,
sobre todo el mayor,
se parte de risa
con estas batallitas.
Ya sabes que soy de pocas palabras.
Tengo,
eso sí,
cierta retranca,
cuando hablo del pesoe.

Nada sé de Lydia,
La maligna.
Sé que estaba dolida contigo
y conmigo
y con todos.
Bien conoces su disgusto por los versos
que escribimos en el wáter
hablando de sus tetas.

Pedro está en Bosnia
con la boina de sargento de paracas.

Yolanda es banquera
o bancaria,
no sé muy bien cómo se dice. Gana una pasta.

Santi está en Dinamarca.
Es diputado de la extrema derecha.
Y a mí,
ya ves,
eso me hace gracia.

De Amanda nada te cuento.
Sólo te diré que se casó con Horacio,
el quiosquero,
y no he vuelto a verle el pelo
de su pubis
-el de Amanda me refiero-.

Ahora he vuelto a Misa
como en los viejos tiempos.
Comulgo casi a diario
y me confieso
pecador
de mis pecados.

Me han nombrado presidente
de escalera. Por algo se empieza.
Tengo,
tú bien lo sabes,
afán por superarme
y estoy estudiando esperanto. Nunca se sabe.

Acabo de comprarme
una escopeta de caza
y un pantano abrupto en las afueras
de mi barrio.
Cualquier día me mato. No sé.
Lo estoy pensando.





YO MISMO

Ese tipo pálido y febril
Que estoy mirando
Soy yo.
Yo mismo que me miro
De un modo impertinente.
Yo mismo
vestido de primera comunión,
Feliz como unas pascuas.
Con un poco de suerte,
ese infante de la foto
se meará en cualquier momento,
si nadie se lo impide.

Es posible que después
de enamorarse varias veces
descubra el modo extravagante del deseo.




POETA

Repróchate a ti mismo no haber ganado
un premio
literario.
Eras un autor de éxito,
un poeta en ciernes, te decían
los críticos de versos.

Acudías,
cada invierno,
a las justas poéticas de Oviedo.
Y entre tanto ganado de escritores
tú no eras más que un montón de huesos
afilados.
Un paquete de habanos apagados
en un cenicero cargado de estertores.

Ella, sin embargo,
encendía para ti la primavera.





SEGUNDA CARTA A FABIAN

Te escribo Fabián nuevamente
sorprendido
por tu ultima carta.
En ella me preguntas,
-ya sé que molesto- ,
por Aurora,
la abogada.
Y no sé que decirte,
viejo amigo.
No sé si Aurora se ha muerto.
Lo cierto es que está perdida,
desaparecida de mi vida por completo.

Ya sabes, Fabián, que nunca la he echado de menos.
Es más, te digo , que casi la desprecio.
No soportaba más sus guisos, su potajes, sus anhelos.

La última vez que cenamos
casi me indigesto con sus besos,
-ya ni te cuento
el mal sabor de boca que me dejaron sus versos-.

Sé que tú la quieres.
Sabes que yo la temo.
Me alegro,
por tanto ,
de verla pocas veces,
-las menos que puedo, lo confieso-.

Aun así te digo
que, de vez en cuando, aún me acuerdo
de su cara,
de sus pechos,
de sus pubis pelado como un huevo.

Y te aseguro , viejo amigo, que tengo arcadas
cada vez que lo pienso.

Creo que exageras cuando dices
que Aurora era una ninfa, una diosa, una delicia.
El tiempo
-tan tenaz-
pone las cosas en su sitio
y no encuentro razones suficientes
que me hagan pensar que me equivoco
cuando invoco
su desidia,
su risa petulante,
su mal carácter,
su perfil desnudo,
indefinido.

Al hilo de estas cosas
se me ocurre que deberías buscarla
si es que tanto te enamora.
Nunca es tarde,
amigo Fabián.
Tú verás lo que haces.
Yo te advierto,
amigo mío ,
que es mejor el onanismo a cualquier hora
que una tarde de domingo con Aurora.

De todos modos ya sabes que yo tolero
poco las mentiras, los engaños
y ya no soportaba por más tiempo
tanta estridencia nutritiva,
tantos apaños que ella hacía por parecerse a Marilín,
la peluquera.
No aguantaba ni un minuto
sus eructos,
su desgana,
su compostura inútil.
su cara de aceituna y su arrogancia.

Esperaba verla muerta cualquier día
y ganar así la recompensa
de su pésima filosofía.

No fue posible.
No sabes cuánto lo lamento





AL FINAL DEL DIA

La tarde entra pronto en la cocina:
a eso se reduce el misterio
cada día.

También hay razones suficientes
Para pensar en la inútil existencia
del párpado que cae
y ensombrece las pupilas.

Hay sueños que se olvidan.
Otros se insinúan solamente.
Algunos apenas se perciben.
Casi todos se terminan.
Los más se derrumban sin fortuna,
-inútilmente-.

Al final del día descansa la noche,
soberbia,
pero herida de muerte.





EL REFUGIO

Refugia su hermosura como si fuera un espejismo.
Pero no puede evitar tanta belleza.
Hay en su cuerpo llanuras y colinas.
Bosques misteriosos,
lúcidos torrentes,
grandes cataratas entre sombras,
poderosos campos repletos de amapolas.

Así que leve y suavemente
ilumina cuanto toca.





NADA

El también te esperaba
desde diciembre.
Harto como estaba de tu ausencia
se fue con mujeres malas,
-casi todas de derechas-.
Anduvo en todas las pesquisas policiales.

Delincuente común,
intransigente,
ladrón de aves submarinas y de besos
se hizo un ser solitario, huidizo.
Dejaba como estela unos labios sutiles
y el eco de sus rezos mahometanos.
Paso de cientos a miles de millones de altercados
con las bandas enemigas de tu barrio.
Mareado por los ruidos de sirenas
se hizo nadie en nada
y ahora es imposible borrarlo.





MI CALLE

Vivo en una calle
con nombre de Académico
mundano,
pero fino.
Arriba,
en la azotea,
anidan todavía
sus versos
que jamás he leído.





ESCAPARATES

Me gusta cuando sales de paseo
a ver escaparates –simplemente-
y te fijas en detalles inocentes
que nadie ha visto: esas medias
rojas llenas de arabescos, esos
guantes de lana tejidos con mis huesos.

Me gusta cuando explotas de alegría
-¡y yo sin entenderte!-





LOS GIMNASTAS

Ahí están los gimnastas
gastando inútilmente su energía.
¡Cuánto mejor sería
ahorrar tanta destreza!

Se esfuerzan cada día,
en un una nueva marca.
Recorren mil metros al minuto
mientras atisban a lo lejos la meta
y se mofan de nosotros,
los poetas holgazanes sin honra.

No saben estos gimnastas puristas
que también a ellos se les va la olla
con tanto estimulante que se toman.

No saben estos analistas
de mentiras,
cuánto hay de miseria en sus axilas.
Cuánto sudor desprenden del sobaco.



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