Vizma Belševica
Vizma Belševica (Riga, 30 de mayo de 1931- ibidem, 6 de agosto de 2005) poetisa letona nominada al premio Nobel de literatura.
El padre de Vizma, Jānis Belševics era panadero y su madre Ieva Belševica (de soltera Cīrule) era ama de casa. Su familia era bastante pobre y además su padre tenía problemas con el alcohol, que se agravaron cuando perdió su trabajo durante la Gran Depresión.
Estudió en el Instituo Gorki de Moscú y trabajó como traductora. Le fueron otorgados varios premios y al final de su vida estaba bastante limitada por su discapacidad. Hoy es considerada una de las figuras claves de la literatura europea a pesar de que sus obras no se han traducido a muchos idiomas.
Premios
Tomas Tranströmerpriset, 1998
Obra
Visu ziemu šogad pavasaris, 1955.
Zemes siltums, 1959.
Ķikuraga stāsti (prosa), 1965.
Jūra deg, 1966.
Gadu gredzeni, 1969.
Madarās, 1976.
Nelaime mājās (prosa), 1979.
Kamolā tinēja, 1981.
Dzeltu laiks, 1987.
Ievziedu aukstums, 1988.
Baltās paslēpes, 1991.
Bille. Triloģija (novela autobiográfica), 1992-1999
Par saknēm būt, 1996.
Lauzta sirds uz goda dēļa, 1997.
Raksti, 1999–2002.
Incomprensión
No comprendes el devenir de mi anhelo,
permanezcamos en el pétreo silencio a solas y juntos
al unísono.
Imaginemos el dolor. ¿Me amas? No percibo el lamento,
no rechazo la mano que se alza y
se extiende.
Sólo el confortable silencio no me entristece,
cuando el día se desliza lentamente en la
frescura del atardecer.
PALABRAS SOBRE PALABRAS
Palabras, mis palabras, heridas y prejuicios.
Sois acusadas por el lastre de un feneciente mundo.
La tierra no es una estancia. Es el momento de aflorar.
La palabra libera al poeta, no puede ser revocada.
Mueren las aves y los poetas.
Las palabras, mis palabras, compasión y suspicacia.
Doloroso pensamiento que adelgaza, luz, vida y soledad.
Un poema y una puerta que se abre.
Las palabras, mis palabras...
Perdóname
El roble arroja las ramas aherradas por sí mismas,
un ojo amaro permanece en la sutil corteza, seca, zahiriente.
Es el instante para aminorar y preservar la paz,
el otoño de la vida se ha postrado.
Cae, cae en medio de un susurro.
Los años acarician la rama.
Luego sólo hay silencio, invierno y una primavera blanca.
To Be the Roots
To be the roots. In subsoil where never a ray
Descends. Where light never glances.
A birdless bough. A leafless branch.
A spring head in the finest web of thread
That must not break. The hard labor of roots
Without respite. (Even winter’s sleep is only apparent.)
To store. To feed. To quench. To be a mute link
Between the bitter end and life. By self denied
And crippled to allow the white flower
The celebration of the sun,
The power of beauty’s revealment.
To be the roots. And not to envy the flower.
Rome like a jealous wife demands
That love be sworn to her in public
At every step... With spying eyes she
reads
Between my lines, that she owns not
This heart, once so naive and yielding.
(from 'The Notations of Henricus de Lettis in the Margins
of the Livonian Chronicle', translated by Baiba Kaugara)
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