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sábado, 23 de marzo de 2013

HRISTO BOTEV [9638]



Hristo Botev
Hristo Botev (en búlgaro: Христо Ботев, también transliterado Jristo Botev) (Kalofer, 6 de enero de 1848 – Vola Peak, cerca de Vratsa, 1 de junio de 1876), originalmente llamado Hristo Botiov Petkov (en búlgaro: Христо Ботйов Петков), fue un poeta y político, demócrata, nacionalista y revolucionario búlgaro, considerado héroe nacional en su país.

Su padre, Botyo Petkov (1815–1869), era profesor y fue una de las figuras importantes durante el período final del movimiento de Renacimiento Nacional Búlgaro comprometido con terminar la dominación del Imperio otomano. Hristo fue fuertemente influenciado por él y sus ideas.
En 1863, tras completar su educación primaria en Kalofer, Hristo fue enviado por su padre a una secundaria en Odesa.2 Allí quedó profundamente impresionado por los trabajos de los poetas demócratas rusos de la época. Después de egresar de la secundaria pasó dos años como maestro en Odessa y Besarabia. Por esa época escribió sus primeros poemas y estableció estrechas conexiones con los movimientos revolucionarios de Polonia y Rusia y sus concepciones políticas comenzaron a tomar forma. Hristo retornó a Kalofer a comienzos de 1867 para remplazar temporalmente a su padre como profesor. El 24 de mayo de ese año durante la celebración de la fiesta de los santos Cirilo y Metodio, de las cuales su padre era principal organizador, dijo un discurso público en contra de la dominación del Imperio otomano y las clases ricas de Bulgaria y como consecuencia de ello fue desterrado. Aunque decidió volver a Odesa, la falta de dinero hizo que optara por viajar a Rumanía, donde en esa época había muchos exiliados búlgaros.

Exilio

Muy influenciado por los revolucionarios búlgaros que refugiados en Rumania, Botev asumió la vida típica de un revolucionario, sin recursos y frecuentemente sin hogar. Por un tiempo vivió en un molino abandonado cerca de Bucarest, con Vasil Levski, líder de la insurgencia búlgara, de quien llegó a ser amigo.
Dese 1869 hasta 1871 Botev trabajó de nuevo como maestro en Besarabia, pero manteniendo sus nexos con el movimiento revolucionario búlgaro y sus líderes. En junio de 1871 se convirtió en el editor del periódico revolucionario de los emigrantes Duma na bulgarskite emigranti, donde publicó varios de sus poemas. Encarcelado por algunos meses, aprovechó para concretar su colaboración con los revolucionarios rusos. Comenzó a trabajar con Svoboda (Libertad) un periódico editado por el eminente escritor revolucionario búlgaro Lyuben Karavelov. En 1873 también editó el periódico satírico Budilnik (Despertador), en el cual publicó varias historietas, que apuntaban contra los búlgaros ricos, quienes no participaban en el movimiento de independencia.
Todo el movimiento revolucionario búlgaro estuvo en peligro tras la captura de Vasil Levski por las autoridades otomanas, a finales de 1872. El había organizado el Comité Central Revolucionario (CCRB; en búlgaro: БРЦК) radicado en Rumania y encargado de preparar el levantamiento general contra la dominación otomana. Levski fue sentenciado a muerte y ahorcado el 19 de febrero de 1873.
Tras la muerte de Levski el Comité se dividió en dos fracciones: Botev, Stefan Stambolov y Panayot Hitov, optaron por propiciar un pronto levantamiento, mientras que Lyuben Karavelov consideró que era prematuro llamar al levantamiento.
Botev pensaba que era importante aprovechar que la organización formada por Levski estaba aún intacta y beneficiarse de la situación internacional de contradicciones en aumento entre los otomanos, Rusia y Serbia. La Rebelión de Herzegovina en 1875, fue otro factor que animó a Botev y Stambolov, pues pensaban que los crecientes desórdenes en los Balcanes absorberían la atracción de las grandes potencia.4 A comienzos de agosto de 1875 Botev fue electo nuevo presidente del Comité Central en remplazo de Karavelov.4 Consideró entonces que el pueblo búlgaro estaba listo para la rebelión.

Muerte

En septiembre de 1875 fracasó una insurrección en la ciudad de Stara Zagora pero a comienzos de 1876 los revolucionarios búlgaros exiliados en Rumanía estaban convencidos que el levantamiento armado general contra la dominación otomana en Bulgaria, debía ser inminente. En abril de 1876 la comunidad de emigrados en Bechet decidió organizar una compañía armada para cruzar el Danubio y tomar parte en el esperado levantamiento. Los organizadores de la insurrección en la región de Vratza (conocidos como "Los Apóstoles"), fueron a Rumanía para solicitar ayuda adicional a la comunidad de exiliados y se reunieron con Botev, convenciéndolo para enviar a esa área la compañía, organizada como guerrilla. Mientras rápidamente eran reclutados más combatientes llegaron las noticias según las cuales la insurrección había comenzado prematuramente.
Los reclutas trataron de aprovechar la experiencia de antiguos líderes guerrilleros búlgaros conocidos como voivodas y les propusieron a dos de ellos comandar la compañía, pero rehusaron por razones políticas. Entonces Botev mismo asumió el comando. Contó con Nikola Voinovski (1849–1876), un graduado de La Academia Militar Nikolaev, quie había sido teniente del ejército ruso. El 16 de mayo de 1876 la compañía estuvo lista para partir, aunque sin suficiente entrenamiento. Aparentando ser simples pasajeros, abordaron un barco, cuyo control tomaron luego por las armas. Botev expuso sus motivos políticos al capitán austríaco Dagobert Engländer, quien terminó colaborando con ellos.
La compañía desembarcó cerca de Kozloduy, donde cada uno de sus integrantes besó tierra. A pesar de los mensajes entusiastas de "Los Apóstoles" allí no se había producido el levantamiento. Entre tanto toda la maquinaria militar otomana se movilizó, tanto las tropas regulares como los irregulares bashi-bazouk, quienes se encargaron de patrullar minuciosamente el área. Botev y sus oficiales optaron por conducir la compañía a las montañas de Vratza mientras trataban de organizar el levantamiento popular. Pero la población, completamente intimidada por la abrumadora presencia militar otomana, no se rebeló.
La compañía sufrió ataques incesantes de los bashi-bazouk y el 18 de mayo en la colina de Milin Kamak a unos 50 km del Danubio, la artillería del ejército otomano le causó las primeras 30 bajas a los rebeldes. El 20 de mayo cinco pelotones del ejército otomano conjuntamente con los bashi-bazouk atacaron la compañía cerca del monte Okoltchitza. Aunque los rebeldes resistieron y causaron serias pérdidas a las tropas otomanas, Botev murió en el combate, tras lo cual la compañía fue derrotada, 130 de sus integrantes murieron y los que no lograron huir fueron capturados y ejecutados.
Sobrevivieron a Botev, su esposa Veneta, su hija Ivanka, y su hijastro Dimitar.

Obra literaria

En 1875 Botev publicó sus poesías en el libro "Cantos y Poemas", junto con otro poeta revolucionario búlgaro, Stefan Stambolov. Su obra refleja sus sentimientos de solidaridad con el pueblo empobrecido, su amor por la libertad y su rechazo a las tiranías y fue influenciada por los escritores demócratas rusos y por los hechos de la Comuna de París. Muchos de sus poemas están imbuidos de ardor y determinación revolucionaria, por ejemplo Moyata molitva (Mi Oración), Na proshtavane (¡Adiós!), Haiduti, V mehanata ( En la Taberna ) o Borba ( Lucha ). Otros son baladas románticas y líricas como Hadzhi Dimitar, quizá el más grande de sus poemas.




El ahorcamiento de Vasil Levski

¿Oh, madre mía, patria mía,
por qué tan triste, tan tierno lloras?
¿Y tú cuervo, ave maldita,
encima qué tumba así feo graznas?

Oh, yo se, yo se, tu lloras, madre,
por eso, que tú eres negra esclava,
por eso, que tu sagrada voz, madre,
es voz sin ayuda, voz en desierta morada. 

Llora! Allá cerca de la ciudad de Sofia 
emerge, yo vi, negra horca,
y tuyo único hijo, Bulgaria,
cuelga en ella con la fuerza magna.

El cuervo grazna feo, maligno,
perros y lobos aúllan por los campos,
ancianos al dios rezan ardientes, 
lloran mujeres, los niños chillando.

El invierno canta su canción del mal,
vientos persiguen espinas por el prado,
y frió, y heladas, y lloro sin esperanzas
te soplan a ti pena en el alma. 






A mi amor primero

Deja esa canción amorosa,
no fluyas en mi corazón veneno, -
soy yo joven, pero juventud no recuerdo,
y si recordara, no remuevo
esto, que yo llegué a odiar
y ante ti con mis pies he pisoteado. 

Olvida el tiempo cuando lloraba
para mirada querida y un suspiro:
esclavo fui entonces - cadenas arrastraba,
para una tuya sonrisa
demente yo al mundo despreciaba
mis sentimientos en la cal envolvía!

¡Olvida tú aquellas locuras,
en ese pecho ya amor no ilumina
y tú no puedes despertarlo
allá, donde tristeza profunda reina,
donde todo en heridas cubierto
y corazón maligno en maldad se desenvuelve!

Tú tienes voz hermosa - joven eres,
¿pero oyes cómo el bosque canta?
¿Oyes cómo los pobres lloran?
¡Para esa voz anhela mi alma,
y allí se arrastra el corazón herido,
allí, donde es en sangre hundido!

¡Oh, quita esas palabras veneno!
¡Oye cómo gime bosque y hojarasca,
oye cómo bullen tormentas ancestrales,
cómo ordenan letra tras letra - 
cuentos de viejos tiempos
y canciones de nuevos pesares!

Emprende y tu canción de esas,
canta me, moza, a pena,
canta cómo el hermano al hermano vende,
cómo perecen juventud y fuerza,
cómo llora pobre viuda
y cómo sin casa sufren niños péquenos!

¡Canta, o calla, vete!
¡Que mi corazón ya palpita - volará, 
volará, en bosques, - vuelve en sí!
Allá, donde tierra gruñe y resuena
de gritos temerosos malignos
y canciones de tumba antes de la muerte.
Allá. allá tormenta rompe ramas,
y espada en laurel las recoge;
boquiabiertos temerosos barrancos,
y chilla en ellos grano de plomo,
y de la muerte la dulce sonrisa esta allá
la fría tumba es dulce descanso.

Eh, esas canciones y esa sonrisa
¿qué voz va a gritármelas, las cante? -
¡Qué sangrienta borrachera yo levante,
de la que el amor enmudece,
y entonces solo yo a cantar emprenderé
a cuanto amo y a cuanto añoro!. 






Compartiendo el botín

Somos hermanos de espíritu, tú y yo
Abrigando los mismos ideales,
Y creo que no existe nada en este mundo
De lo que nos debamos arrepentir, tú y yo.

La posteridad nos juzgará
Hicimos el bien o el mal,
Pero por ahora - mano a mano
¡Caminemos hacia adelante, con pasos más seguros!

El sufrimiento y la pobreza en una tierra extranjera
Fueron nuestros compañeros de vida,
Pero los compartimos como hermanos
Y las compartiremos de nuevo, los dos...

Compartiremos coros de reprimenda, tú y yo
Y sufriremos la burla de los tontos
Sufriremos - pero no lloraremos
Bajo tormento humano de ningún tipo.

Y no inclinaremos nuestras cabezas
Ante pasiones e ídolos profanos:
Nuestras dos tristes liras
Nos han contado lo que hay en nuestros corazones.

Así que adelante ahora, con espíritu e ideales
A compartir por última vez el botín:
A cumplir con nuestro juramento sagrado
¡Hacia la muerte hermano, vayamos hacia la muerte! 






Jadgi Dimitar

Vivo es él, vivo es! Allá en el Balkán,
hundido en sangre, tumbado suspira
hombre bravo de profunda en pecho herida,
hombre en su juventud, su fuerza varonil.

¡A un lado su fusil tirado,
a otro espada en dos partida;
ojos obscurecidos, su cabeza se balancea,
entre labios maldice al universo entero!

¡Tumbado el bravo, pero en los cielos
el sol parado enfadado arde;
campesina canta por los prados perdidos,
y la sangre aun más abundante derrama!

Es la cosecha. ¡Cantad, esclavas,
éstas canciones tristes! ¡Brilla, tú sol,
en ésta esclava tierra! Ha de morir
y ese bravo hombre. ¡Pero calla, tú corazón!

Aquel, quien cae en lucha por la libertad,
él no muere: éste lastiman
tierra y cielo, naturaleza y fiera,
y cantores canciones para él riman.

De día le guarda el águila sombra
y lobo paciente las heridas le lame;
encima suyo, halcón, ave gallarda,
y él al hermano, al hombre bravo cuida.

¡Cae la noche - sale la luna,
estrellas cubren el arco del cielo;
el bosque bulla, el viento susurra, -
el Balcán canta canción del haiduto!

Y náyades de blancos vestidos,
hermosas, bellas, canción emprenden -
silenciosas adentran las verdes hierbas
al lado del hombre bravo vienen, se sientan.

¡Una con hierbas la herida le venda,
otra le rocía con agua fresca,
tercera veloz en la boca le besa, -
y él la mira - querida, sonrienta!

"¿Dime, hermana, dónde - el Karadga? 
¿Dónde están mis camaradas fieles? 
¡Dímelo, y llevate al alma mía, 
- yo quiero, hermana, aquí que muera!"
Y palmean con manos, y se abrazan,
con canciones ascienden por los cielos, -
vuelan y cantan, hasta que amanecen,
y buscan el alma del Karadga.

¡Pero amanece ya! Y en el Balcán
el hombre tumbado, su sangre derrama, -
el lobo le lame la herida profunda,
y el sol aun más enfadado arde - en llama. 






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