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martes, 11 de diciembre de 2012

JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ MUÑOZ [8864]




José Antonio Martínez Muñoz nació en Murcia en 1959.

Periodista de la emisora pública de radio Onda Regional de Murcia (105.3 fm y www.ondaregionalmurcia.es ), donde además dirige y presenta los programas de poesía las personas del verbo (desde 1999, los domingos a las 22) y de blues la frontera (desde 1990, los domingos a las 00:05').

Ha publicado:

moanin' (some blues), Murcia, 1999; un nocturno para saxo y otros poemas, Murcia, 2000; la lluvia en el cristal, Murcia, 2000; médanos, Vic, 2001; nada, nadie , Barcelona, 2002; uno, Murcia, 2003; naufragio, Milán, 2005; el viento de la Gehena, Madrid, 2005; y la moneda, Barcelona, 2007. En 2009 reunió en el volumen no venal traiciones sus versiones y traducciones poéticas.

En diciembre de 2001 la revista El Extramundi y los Papeles de Iria Flavia, que dirigía Camilo José Cela, publicó íntegro su libro uno. Ha publicado, además, poemas y entrevistas en diversas revistas españolas y extranjeras (Italia, Israel, México, EEUU, Luxemburgo y Rumanía).


el material de los sueños


tus dioses últimos los pocos que aún te quedan
te deniegan tus sueños
                                      oh crece en tu dolor

su negación su casi inexistencia
hacen que aún tus sueños sueños sean

no pidas otro honor
                                      y en tus sueños espera






entre las algas

el mar con su potencia
la tierra con su tiempo todo
ni el cielo de viento feroz
o lenta y dulce brisa
detienen al salicornio ni al alga
ni al vilano

por más que yo apenas sea 
un salicornio en el blanco
llano de tu vientre

un vilano al vaivén 
de tu aliento

o que en la orilla amniótica
y oscura de tus aguas
repita una y otra y otra tus olas

casi dormido                entre muertas algas





cosecha

nacen retallos tardíos, la cosecha última,
y la luna navega callada dulce y fría

su resplandor acepto, su indecible rocío
y acepto su designio 
                                   y acepto mi pobreza

la rama verde es
—dices— la más difícil de cortar

mientras el fuego
se nutre de retallos







cantiga

se retira el mar sus pasos desanda
quizá que vuelva
con olas inmensas y destructoras

no te acerques a las orillas alma
no vayas amor mío a las ondas






las próximas nieves

tú tan amada prueba a dormir bajo esos arcos
de fría soledad distante donde obligas 
y alargas las vigilias de ése tu viejo amante
sin mostrarle piedad ni en sus sueños escasos

otras quizá se apiaden pero no tú ni en sueños

los años que le queden de amor muchos o pocos 
cédelos a sus dioses y quizá su alma tenga
algo de paz entonces y estos versos recuerdes
con las primeras canas en las próximas nieves


a partir de una imitación de Calímaco y Asclepíades, 
hecha ‘de la mano’ de Salvatore Quasimodo






lo mar

el mar no tiene prisa                como el perro
va royendo los huesos en el tiempo

apagadas las últimas hogueras
en que nuestras vidas ardían

las verdes lenguas de su abismo vienen
a beber nuestro olvido en las orillas







el tiempo del trigo

pregúntale amor al trigo si acaso 
siente prisa si la lluvia le lame 
o le mece la brisa

la esponja del abismo el pez oscuro
que allí tan abajo duermen quizá
piensan aún en qué tiempo les queda?

mira la lentitud 
del aceite en el fuego

y mira despacio mis ojos lentos

tal vez no sea el tiempo cosa nuestra







marina en rojo y ocre

el sol está bajo en el horizonte
frente al cantil

donde despacio dejo 
irse una vida que no sé 
si es ya o todavía

una gaviota pica hacia 
las sombras

junto a la estela
de una nave que 
un rojo sol devora





autorretrato en tonos azules

quisiera que éste mi país hubiera sido
que las olas dulces y someras de su mar 
me hubieran ungido como a su elegido y

mío su aire fuera y el sol suyo 
fuera mío quizá 
                           pero soy extranjero
en el redor de mis zapatos

y lo seré sin duda y sin pausa
en el agua en el bosque o en el páramo 
donde deis mis cenizas al olvido







lectura de paul valéry con luis rosales

I

oculta el mar 
un naufragio en cada ola y
vuelve a empezar


II

y si el río no remonta hasta la fuente y
da en morir en la mar,
si la ola ida no retorna a la roca
si sus rostros se olvidan, 
si caída la manzana 
no vuelve a su rama es
por tu poca paciencia 
para ver y porque tu vida es corta —o 
porque el silencio crece 
(o crece la muerte y crece la nada)


III

(crecen las olas
hasta la estatura ex-
acta del náufrago)


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