Rosa Lesca. Poeta argentina. También es editora y asesora cultural. Nació en El Hoyo de Epuyén, Chubut, Patagonia, en 1982. Cursa la carrera de Letras en la Universidad de Buenos Aires. Desde 2002 participa del taller de poesía y narrativa de Claudia Prado. Publicó la plaqueta Día del Padre (AroAro, 2005). Integró la antología Última poesía argentina (Ediciones en Danza, 2008). En el 2010 fue publicada en el volumen II de Poesía Manuscrita. En este mismo año publicó Lengua materna, su primer libro de poemas.
Nido
Endurecido y cerrado
mi cuerpo se ha vuelto cueva
en él, diminuto
descansa un niño
Ovillada
como un animal que ha comido suficiente
Pienso si no estaré transformándome
yo misma en ese duro cascarón
que era mi madre
si alcanzará con que sea perforado
este núcleo silencioso en que hibernamos.
¡O es que él también volverá
como un sonámbulo
a buscar el hueco
vacío donde anidó!
-
Mi hijo crece como una enredadera
se me va de las manos mi hijo igual que ella
cada vez más alto inabarcable
se está desplegando va a colmar la casa
desbordará hacia afuera
al mundo
-
Escarbo tus huesos
buscando una herida
no hay derrame
no hay fractura
no hay dolor
Sin embargo
estás chiquita, nena
más flaquita cada día
-
Celestial
I
Tenías el pelo hasta las piernas
entonces eras invencible
lo juntabas en la nuca
con un nudo que se iba deshaciendo
lo subías como los hombres
se arremangan la camisa
firme detrás de las orejas
mientras hacías con el polvo
de la casa una montaña
quisiera de nuevo
como un collar colgarte
el pelo lacio
II
Una tarde paseando de tu mano
eso es todo
para mí ese sol y tu pelo largo
más largo que el mío
que la calle
III
No dejabas nunca
de mover las manos ásperas
pasabas un trapo de cera humedecido
sacabas brillo sin mirarnos
sumergida siempre en tu labor
siempre callada
tus manos podían
curarlo todo, y sin embargo
me toca enjuagarte los ojos
a mí que no tengo
más que nudos en los dedos
-
¿Podría?
I
Podría ser mi hermano mayor
por la edad por los ojos pero
este chico tiene la cabeza partida
una gasa que se mezcla con el pelo
arrastra los pies estira la mano y pide
monedas
como un reflejo un tic
II
¿Por dónde se empieza?
despacio no te asustes
tengo las manos llenas
puedo darte pan
cebolla arroz polenta
vamos a casa
sacamos esa ropa
te baño con espuma
y un jarro voy soltando
despacio sí
sobre tu frente agua
¿por dónde se empieza?
hay que cambiar la gasa
un pijama escocés como en un cuento
la cena en la cama
una peli lo que quieras
puedo llevarte a casa
y esconderte
entre mis hijos podría…
¿curarte? ¿podría? ¿por dónde?
encontrar tus ojos
que aparezcan
casi trasparentes unos nuevos
III
Sé que no estás ahí donde te veo
ni imagino a dónde te llevan
de dónde volvés
cada noche con vida
-
Lengua de arena
I
En sus ojos vi el hambre
y entendí
no hubo donde huir
la asimetría de los cuerpos
lo implícito en este tajo
la verga puñal
su olfato de perro
cazador
II
Demasiado tiempo
y el cuerpo no se muere
una tras otra desconocidas
formas del dolor
y no se muere
Entonces termina
y no hay alivio
Juntar la ropa deshecha
¿Para vestir qué?
III
Mi cuerpo líquido
cómo levantarme cómo gritar
si mi lengua arena
No estoy muerta
cómo vivir
IV
En esta
o en otra vida de injusta igual
me toque hacerte daño
ojalá ver desparramado
en pedazos
tu cuerpo como el mío
Que te queden también
manos de plomo sujetadas al suelo
las piernas de espuma
la lengua de arena una oreja
que en vez de escuchar hable
y que sea mi voz
diciendo ya termino
-
Día del padre
Buen día.
Domingo, si llueve,
mejor estar quieto.
Traigo un regalo para otro padre
sus hijos también tienen regalos.
Yo hija de nadie
le doy un paquete
para que abra y se sorprenda.
Almuerzo en casa ajena.
El padre que hoy me toca
sirve vino tinto, se sienta
en la cabecera de una mesa larga
brinda por el abuelo enfermo,
el padre de este padre
a quien yo no conozco.
Brindo por él también
le doy mi salud, a cambio
un comodín
otro padre de repuesto.
-
Cartas
Papá escribía con verde
palabras chiquitas
“Rosita, cosita, casita con flor”
“Huguito, to- cayito en el pie”
Pero a mi abuela siempre “perdón”
y enseguida ella “no hijito
perdón yo”
-
Dejé los labios quietos
sobre tu frente
mis ojos apretados
te revisé
estabas bien
ahora sin lengua
ni hambre
-
Si te dejo ir, padre
te irás
y no será entonces tu cuerpo
tus ojos o tus huesos
sino vos
si te dejo morir
morirás
No voy a soltar este leve hilo
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