TIFFANY ATKINSON Berlín, Alemania, 1972. Reside en Gales
Es profesora de Literatura Inglesa en la Universidad de Aberystwyth, en Gales, donde vive desde 1993. En 2000 ganó el concurso nacional de poesía de Ottakar and Faber y en 2001 el Cardiff Academi International. Sus poemas se publicaron en diarios y antologías y su primer volumen de poesía reunida, Kink and Particle (2006) recibió la recomendación de la Poetry Book Society y ganó el premio Jerwood Aldeburgh First Collection Prize. Su segunda recopilación, Catulla et al, fue publicada por Bloodaxe in 2011 e ingresó en la lista corta de los libros del año 2012 de Gales. Realiza con regularidad lecturas y talleres en el Reino Unido y el extranjero y es editora de poesía de The New Welsh Review .
Pensamiento adulto
Toma, por ejemplo, esta playa: más bien una lonja de cuero de chancho
empapada de moscas, y difícilmente el lugar para saborear tu helado
o tus papas fritas, mucho menos para ponerte seria con un amante, menos aún
para traer a los niños; el mar mismo un disco de lata magullada
con olor a cadáver y un filo oxidado y letal; pero la verdad
es que es tarde, tienes un dolor en la base de tu espalda,
y sin nadie para aconsejarte, casi no te importa
que las moscas no te distingan de la carroña, si la roca ésta
tiene justo la forma de tu columna y boca arriba
recibes una panorámica de cielo abierto, y si el sol saliera,
bueno, estarías acá para tomarlo; así que se te ocurre
mientras enciendes uno de los cigarrillos que dejaste la semana pasada
que en estos días te estás conformando con menos, que, al mismo tiempo,
hay cosas peores, no, cosas infinitamente peores.
Traducción de Inés Garland
Adult thinking
Take, for example, this beach: more a stretch of pigskin
swabbed with flies, and scarcely the place to savour your ice-cream
or chips, much less knuckle down with a lover, less still
to bring your kids; the sea itself a disc of hammered tin
with a corpsy tang and rusting, lethal edge; but the truth
is it’s late, there’s an ache in the pan of your back,
and with no one to tell you better, you barely care
that the flies don’t know you from carrion, not when this rock here
has just the curve of your spine so your upturned face
gets a widescreen gape of sky, and if the sun were to come round,
well, you’d be here for the taking; so it strikes you
as you spark one of the cigarettes you quit last week
that you’re settling for less these days, that, at the same time,
there are worse, no, infinitely worse things.
Querida Kate:
Las veredas de fin de semana son para las chicas pálidas. Todas esas hijas
alimentadas con leche de nuestro pueblo salen, sus párpados de neón
brillan. Están asustando a los gatos
y haciendo sonar las alarmas —
descaradas con sus cigarrillos y sus tampones,
pasándose brillo en los labios, con tiras de pastillas diminutas.
Absurdamente desenvueltas al besar. Siempre
besando, oh, a alguien —
y Rufus, paseando por la costanera, dice
hola, Kirsty. Jess, te ves impresionante. ¡Sam!
Casi no… ¿cuando te volviste tan…?
Qué culto de histéricas.
Pero más tarde, cuando chapalean pasadas de lágrimas, o
llevan a casa gaviotas heridas en envases de cartón
o comparten una colilla en la fiesta de graduación, no puedo
dejar de pensar en ellas
a nuestra edad: engordando en el callejón sin salida
de matrimonios destartalados —peor— disecándose
sobre hojas de cálculo. ¿De qué lado estamos ahora, Kate?
Pd. ¿Café? ¿Pronto?
Traducción de Silvia Camerotto
Dear Kate,
Weekend pavements are for pale girls. All the milkfed
daughters of our town are out, their neon
eyelids flashing. They are scaring cats
and setting off alarms –
are brazen with their cigarettes and tampons,
passing lip-gloss round with strips of teeny pills.
Absurdly fluent in their kissing. Always
kissing, oh, someone –
and Rufus, strolling on the promenade, says
hello, Kirsty. Jess, you’re looking stunning. Sam!
I almost didn’t…when did you become so…?
What a cult of shrieks.
But later, when they clatter past in tears, or
carry injured seagulls home in chip-cartons
or share a fag-end on the prom, I cannot
stop to think of them
at our age: thickening in the cul-de-sacs
of clapped-out marriages – worse – dessicating
over spreadsheets. Which side are we on now, Kate?
P.S. Coffee? Soon?
Sin aviso
estamos ferozmente borrachos, y las crueldades crepitan
como rosas viejas. Cama de espinas. Qué poco
se necesita para derribar las maleables geometrías
del sexo, para perder el valor de amar. No
el amor en sí. El valor necesario. El elástico empuje
del salmón contra el río-músculo, la fe
loca del pimpollo. Todas las cosas que empujan contra
lo privado y lo singular. Es el camino
de botas usadas, tu partida; pero no te
quiero menos por eso. La luna toma un punto de vista
objetivo, manda comunicados a través
de la cama. Y la madrugada es pura boca. Vuelve,
y transplantemos los viejos resentimientos. Elaboremos
vinos de mala calidad en el otoño. Riamos. Engordemos.
Kink and Particle, Seren, 2006
Traducción de Inés Garland
No Warning
we are fiercely drunk, and cruelties crackle
like old roses. Bed of thorns. How little
it takes to overturn the pliant geometries
of sex, to lose the nerve of loving. Not
the love itself. The nerve of it. The salmon’s
flex against the river-muscle, the insane
faith of the bud. All things that push against
the private and particular. It’s the tread
of borrowed boots, your leaving; but I do
not love you less for that.The moon takes
the objective view, posts bulletins across
the bed. And dawn is all mouth. Come back,
and we’ll plant the old resentments out. Brew
dodgy wines come autumn. Laugh. Grow fat.
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