Ricardo Prieto Marcico (Montevideo, Uruguay, 8 de febrero de 1943 – Montevideo, 2 de noviembre de 2008) fue un dramaturgo, poeta y escritor uruguayo.
Es uno de los dramaturgos uruguayos de mayor proyección internacional. Su obra El huésped vacío ha sido representada reiteradamente en países como Argentina, España y Francia. Su vasta producción teatral abarca tanto el teatro de vanguardia y de pesquisa existencial como la comedia costumbrista.
En 1979 se hizo merecedor al IX Premio Tirso de Molina de Teatro, el más prestigioso en el rubro en lengua española, por su obra El desayuno durante la noche. Además de la mencionada, varias de sus piezas teatrales fueron merecedoras de premios. Entre otros el Premio de Teatro Acústico de la WDR (Radio y TV de Alemania Occidental) por Bacterias en 1987. A nivel local, su obra Garúa recibió el Premio Florencio en 1992.
Paralelamente a su tarea como autor dramático, cultivó la poesía y escribió cuentos y novelas. Sus piezas teatrales El huésped vacío, El mago en el perfecto camino y Asunto terminado, fueron traducidas al francés.
En 1994 se convirtió en el primer dramaturgo latinoamericano invitado a radicarse en la Maison des Écrivains Étrangers de Théâtre en Saint-Herblain, Nantes, estancia de la cual surgió su obra Asunto terminado.
Obra
Teatro
El niño verde (1970)
La perrita sabia (1971)
La salvación (1971)
Un gato en un almacén extraño (1973)
Después de la cena (1978)
Acuérdate de Euménida (1981)
El desayuno durante la noche (1979)
Bacterias (1987)
Me moriría si te fueras (Proyección, Montevideo, 1988)
Ese lugar pequeño (Proyección, Montevideo, 1988)
El huésped vacío (Proyección, Montevideo, 1988)
Garúa (1992)
El lado de Guermantes (Proyección, Montevideo, 1993)
La llegada a Kliztronia (Proyección, Montevideo, 1993)
Un tambor por único equipaje (Proyección, Montevideo, 1993)
Pecados mínimos (Proyección, Montevideo, 1993)
Amantes (1994)
La buena vida (Arca, Montevideo, 1994)
Se alquila (Arca, Montevideo, 1994)
Asunto terminado (1994)
Pecados mínimos (1995)
La buena vida (1998)
Tolstoi, el último viaje (2005)
Cuentos
Desmesura de los zoológicos (Proyección, Montevideo, 1987)
La puerta que nadie abre (Proyección, Montevideo, 1991)
Donde la claridad misma es noche oscura (Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1994)
Lugares insospechados (Alfaguara, 2007)
Novelas
El odioso animal de la dicha (Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1982)
Pequeño canalla (Solaris, Montevideo, 1997)
Amados y perversos (Alfaguara, Montevideo, 1999)
Poesía
Figuraciones (1986)
Juegos para no morir (1989)
Palabra oculta (Aldebarán, 2000)
La oscuridad menos reciente (2005)
Ciudad de la vendimia oscura y perpetua
Yo te amo, Buenos Aires.
Aunque le des la espalda a los jazmines
y en el velo del humo
pongas tu rostro azul, pruebes la muerte;
aunque al afán, al agua, al trigo
les des muralla y piedra;
aunque al amor lo martirices, pruebes
por tus confines húmedos,
yo te amo, ciudad de la vendimia perpetua y oscura,
porque creí aromarte y me aromas,
vine a invocar a tus ángeles y ellos me traían,
y el incesante afán de las palomas
por picotear tu carne inerte
me duele el corazón,
me lo arruga.
Ya es de aquí el que les implora
Tregua para tu carne. Piedad.
Buenos Aires de espigas,
de sacrosantos túneles, de vísperas.
Hollín triste renqueando por tus calles con lluvia
suele venir a hablarme de un misterio que es tuyo,
especioso, inviolado.
Redención es palparlo en tus rincones,
en las alas que inclinas,
en tus pezones, tus cinturas,
huecos, pozos, lagares.
Todo lo desenvuelves y lo pueblas..
Todo lo coronas y lo escondes:
el serrín, los larvarios,
frutos entre dormidos,
incienso, mirra, áloe,
pentagramas de esencias oscuras,
y aquelarres
y hostias.
Ya es de aquí el que te invoca.
Yo vi en tu ardid de sombras
huesos y pesadumbres,
muertos, luces, calvarios,
enjambres de Clarisas sumidas en Sus Glorias
y elefantes y Rosas por San Telmo a la noche
pidiéndole a Dios Padre
también misericordia.
Tu zapato es lunar.
Tus sembradores, puros.
Deslumbrados te miran,
van al Huerto donde implorando amor
besas, matas, coligas
demencial, insondable, nunca asida,
despoblada de rosa y paraíso,
poblada de algo más,
innombrable
blanquísimo.
Ya es de aquí el que te acosa.
Borges riega el sendero de tu Jardín de Rosas.
Piazzola te desnuda.
Xul Solar te somete.
Discepolín te salva de la aurora.
¡Ciudad más erguida que Todo!
Ya es de aquí el que te llora.
Y hoy te alcanzo. Mirame.
Se me quedan las manos
nudosas y espesas,
ardidas, enflaquecidas,
entrecanas,
muertas por quererte tocar.
Vas más alta que el cielo.
Te persigo: no quieres.
Me arrodillo: ¡te empinas!
¡Ruedo y vuelas!
¡Me disuelvo y te escondes!
Pruebo tu pan y me escudriñas.
Te abandono: me absuelves.
Me desnudo: te vas.
¡Corro al Jardín de Espinas!
Me desespero...
Clamo...
Te prometo la vida.
Todo el amor.
La muerte.
Todas las muertes juntas
a cambio del secreto,
tu raíz,
tu señal.
Y me dejas la vida,
me la ofrendas,
la doras.
¡Ya es tuyo!
Sí: con vos. Ya es de aquí.
Con vos va.
Detritus
- I -
se cansa el corazón de mirarme
le da hastío mi voz
mi vieja mano
que ensucia lo que ama
- III -
y el mar
el viejo y turbio mar sin dones
que jamás nos persigue con deseo
- III -
voy tenebroso cielo
debajo de tus lámparas
atento al celo de amar
un cuerpo con mi horrible sangre
por este amor pedí perdón
cuando amaba la vida
- IV -
dejar un rastro
una fisura
un grito
poner el tenebroso aroma de la vida oscura
desahuciada y mortal
debajo de los árboles
para que un mago la redima
- V -
y a la copa del mar le clavé arena
para que los frutos
que un dios puso en el agua
se marchiten por mí
- VI -
aquí
con una vela encendida
hendiendo
el santo calvario de tu vientre
muerdo el blando altar
le ofrezco blanco incienso
- VII -
y ajada
la marea del amor se parece a los muertos
ya no le importa a nadie qué sueños tuvo el difunto
cuántas puertas abrió
qué acomodo encontró cuando en su cama llovía
- VIII -
y sin embargo creo
cuando a mi amante le engendro un hijo que no vivirá
y me dejo devorar como un carnero
por la indigencia de su intestino
o la amo simplemente al revés
creo
creo
como un bruto
como un microbio a la deriva
en la sangre que lo deja flotar
- IX -
no hay brujo santo
pero las puertas que abren la harina
el ajo y el incienso
muestran la ley que trama todo
la misteriosa sal
esconde diablos y sagrarios
y hay en el pan
- cuando el adobe cae de ciertas manos-
un poder
un dolor
- X -
oh amada amado
hoy vi morirse a góngora
entre el reseco estiércol de mi jardín con perros
que lamían sus labios descarnados
hoy vi caer sobre el oscuro mármol de la tarde
a la ajena hermosura inútil
- XI -
y hay ansias
tortuosos dedos de la carne queriendo hundirse
en el útero inmenso del crespón
del papel
- XII -
pero hay un mago
un viejo loco y puro
con los testículos al aire
se inclinan ante él
ciegos
larvas
y hostias
- XIII -
y la ciudad se vuelve blanca
sin túneles
sin parias y sin hostias
los parques se derraman como verde alcohol
y en las calles siempre sucias
una cópula hasta un ojo
pueden resarcirnos
corro entonces
clamo por todo me emborracho
persigo con lujuria a las mujeres gordas
a los mendigos
a los perros viejos y descangayados
entro a los bares de luz mortuoria
a los cines vacíos
a oscuros sótanos donde no hay nadie
después
trepado a la boya del alcohol
pido un mar blanco quieto
para morir
- XIV -
y hoy justo hoy
cuando se cae todo
y pido a no sé quién un lazo para atarme
violar un árbol
enredarme en los pelos de su sombra
vuelven las locas ganas de amar
y hasta el nacer me huele a fruto
- XV -
pero vamos padres madres hermanos
vamos a poner en las ollas todos los recuerdos
los viejos huesos enfermos
los asesinatos los calvarios
vamos a rociar con queroseno el caldo
para que no hieda
a hervir esa mescolanza
hasta el paroxismo
y si el amor
el viejo amor castrado deseado nunca visto
entra disimuladamente en la compota
para hervir también
abramos las brutas bocas
y dejémosla correr por el esófago
hasta el inodoro
- XVI -
pero ahora no importa la cosa en sí
no ahora
recordando a Elisa
las nueces que comimos
los zapatos que no vimos más
aquí llegó el invierno
y es por eso que el tiempo se abrevia
vienen lunes de lluvia trajines
orgasmos incompletos
pequeñas tazas de café funebrero
y el hedor de los muertos
cercano lejano
entre tú y yo
pero una cama
el martirio
la esperanza endeble
la noche
sí importan
quizá
- XVII -
y entonces
sólo entonces
cuando amábamos la bestialidad
y éramos capaces de cualquier ignominia
podíamos creer en el alto cielo
la parusía y las resurrecciones
el calvario era como agua mansa
quemando nuestra furia
y la búsqueda desahuciada genital
el incesto y el estupro
estigmas del señor
excusas para la misericordia
pero ahora
tan mansos
tan pudorosos y atildados
somos como microscópicos elefantes
que se asustaron de la selva
y buscaron en la beatitud de la pequeñez
resguardo para la lluvia cruel
que azota huesos y plumas
menos visibles que los microbios
nuestro pánico sigue intacto
y ya no podemos ver el cielo
- XVIII -
yo bendigo
las ranas
los tinteros
la macrocéfala cabeza del ajo impío
la perfidia del olor a espliego
bendigo el charco donde salto como un canguro
la hojalata la basura bendigo
todo lo que rezuma humedad
tenebroso olor
resquicios
el moho del olor
el intestino
yo bendigo
en el turbio barco del detritus
navegan la transfiguración
y el poder
- XIX -
y sin embargo amo
quiero amar ciertos poemas
los santos lugares del martirio
y el agujero donde el dios impalpable pone huevos
quiero amar las arrugas del verano
los bares grises donde todo se turba
las cucarachas blancas de los sueños
amar la luz también
su verde ombligo
los invisibles sementales
donde atisban los ciegos
las bufandas dentro de los roperos
y tus muslos raquel
los senos rotos con que me amó Lucía
amar el silencioso infierno de montevideo en domingo
sus parques arrinconados contra el tiempo
la inabarcable costra de racimos de muertos
que
escondidos
están ahí
amar amar
amar todo menos al amor pavoroso
insurrecto
secreto
el jardín secreto
- I -
presentido arenal donde escuchan mi canto
allí sobre el confín se vuelve azul la pena
y el dormido jazmín resurge con mi estirpe
porque soy el guardián de su ardimiento inmenso
- II -
encima de mi casa han colocado un pino
lo trajo un cuervo herido que voló en una cruz
sus ramas son de olivo su tronco de cristales
sus filamentos arden como el yugo que amé
encima de mi casa han colocado un ave
de su verdoso pico vi caer el maíz
- III -
apuro de salir a la mañana quieta
(atrapada en su hoyo aguarda allí al que sale)
apuro de rodar por las calles caídas
(solas en su aflicción apuestan por la tarde)
- IV -
horas que en el verano parecen arrastrarse como hormigas
las camas solitarias se caen sin sus colchas
y se aburre el jabón la silla azul la pena misma
pide en calma morir porque todo la harta
el ropero en su cruz clama por la intemperie
y el óbolo del pan se resiste en las bocas
el plumero el arcón la ventana las ollas
quieren dejar de ser piden tregua me miran
- IV -
a/
- V -
hijo de leñador subí por la montaña
era mi padre el rey de la savia purísima
era mi madre verde y enredadas pelambres
le tapaban la voz cuando amaba llamarme
hijo de leñador por la extraviada altura
de un país sin color donde nunca me vieron
- VI -
el mundo está marchando por universo ciego
por caminos de espinas suele pasear la luna
hay un hombre que aguarda entre seis mil planetas
una mano de carne que lo ayude a volar
- VII -
rojo el nacer
blanco el morir
la condena blanca
el sangriento don
rojo el nacer
blanco el morir
se parece a todo
me recuerda a dios
- VIII -
paren tristes las hostias a los hijos de otros mundos
y el carbón con temblor se yergue si lo miran
este es el tiempo y yo contemplo el pegamento
el almizcle el ardor en que se funde todo
el que quiere nacer que recuerde este día
ayer por el camino vi morirse a la espuma
y allí donde pensé donde vi donde estuve
el manto del perdón no quiso abrirse nunca
el que pide nacer que recuerde ese día
parece triste todo lo que se mueve
y triste quiere el mar mezclarse con la tierra
y triste vi el nacer y el morir y el quedarse
- IX -
hoy vi un niño siguiendo a una paloma
eran miles y sólo quería aquella
la cazó y la escondió entre los telares
de sus manos curtidas por mis alas
hoy vi un niño deseando a una paloma
- X -
vino virgilio por el jardín secreto
trajo para el festín la puerta de su noche
y el confín al que quiso llevarme
fue el remoto lugar donde estuve otro día
vino virgilio por circulares mármoles
frente al viejo portón tuve que despedirlo
tuve que darle manos temblando sin las llaves
- XI -
y por el ruido voy y por el humo
por el andén que conduce a tantas muertes
por la ciudad que se olvida de todo
por tanta ruina y tanta pérdida
por el misterio de que me lleven
y de que a veces me acompañen
y de que siempre me pidan cuentas
- XII -
abeja del polen puesto como un huevo
se enraizó en la greda del calvo santuario
que un árbol sin bosque le dio
- XIII -
aprisa va la marejada del ser
por el oscuro mundo más oscuro que la muerte
será por eso que le pedimos a los ángeles
socorro y despertar sobre cama eterna
pan menos breve y ver el rostro de dios
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