Jorge Luis Estrella nació en Zárate, ARGENTINA en 1944. Es poeta, dramaturgo y Licenciado en Literaturas Modernas.Perteneció por casi diez años al grupo “La Luna que” y actualmente asiste a las reuniones de “Gente de Lunes”. En 2006 fue premiado por el grupo “Vientos Contrarios” por su trayectoria poética.
Como dramaturgo estrenó varias obras entre las que se cuenta “La Pulga” que obtuvo el segundo premio en el Concurso organizado por el Teatro San Martín en 1972. Lee con asiduidad sus textos en Centros Culturales y Cafés Literarios. Internet le ha dado la posibilidad de hacer conocer sus trabajos en listas, páginas, blogs y revistas.
AL BORDE DE LA PALABRA
Mecidos por las olas de doscientos programas,
navegamos poesía, afecto, informaciones,
chateamos la dulzura del encuentro más puro
y nos dejamos ir hacia utópicos puertos.
Dos mujeres nos guiaron, queribles capitanes
que pusieron su esfuerzo generoso al servicio
de la pasión poética que tanto nos acerca,
que pusieron... bueno, Lili puso su risa.
Políglotas, románticas, abiertas sabiamente
a todas las voces, a todos los estilos,
abiertasa la vida que bulle en cada verso
y a ese condimento que es la buena música.
Brindemos por estos doscientos programas,
levantemos la copa del amor y la dicha
y, con el entusiasmo con que ellas los hacen,
esperemos ansiosos los próximos doscientos.
LA FUENTE Y EL ALBA
¿En dónde estoy?
Alba de luz intensa, fuente de luz, quásar, nostalgia.
El silencio fluye a raudales
pero escucho voces del pasado reciente,
del ahora lejano.
Un golpe en el cerebro, en la memoria, en el límite,
un golpe artero
hizo que mi fuente se secara,
que mi alba se oscureciera.
¿En dónde estoy?
¿En dónde están mis manos sin tiza entre los dedos?
¿En qué alumnos se quedó mi futuro,
en qué reacción enloquecida culminó mi protesta?
Los vidrios rotos de mi anhelo
estallan contra el cosmos silencioso que me anida,
fuente de luz, alba de vida,
fuente de oscuridad, alba de muerte.
Escucho voces que hablan y que dicen:
“Cortan la ruta por donde circula
la conciencia de los libres,
cortan la vida, el aire, la esperanza,
cortan, recortan, violan, atropellan,
eso es delito,
no la expresión desesperada de un reclamo.
Otro nombre tenemos para continuar la lucha:
se llama fuente, se llama alba,
se llama luz de luces restallando,
se llama tiempo de la justicia verdadera
para que los mártires tengan un sentido.”
Otra vez el silencio,
ruedan por el espacio meteoritos,
la luz de luces ilumina todo,
se abre una puerta,
sin siquiera moverme ingreso al aula,
me miran cientos de ojos muy abiertos,
el pizarrón espera que yo escriba:
“sigamos adelante”.
¿QUIÉN NADA?
Está en ella, en mí, en todos.
¿Está?
Sol, viento, lluvia.
Nada.
¿Quién nada?
Nadie.
El tiempo iba tejiendo telarañas
para ausentes arañas.
Ella arregló la casa.
¿Quién la desarregló? Yo.
Sonó el teléfono.
Una dulce voz de arpía pidió dinero.
“No hay”-le dije.
En las noches de insomnio, ella duerme.
Dios también.
Cambié el televisor
pero las películas y las noticias
seguían siendo las mismas.
La naturaleza también.
No se cayó ningún avión
pero la ley de la gravedad
sigue existiendo gracias a Newton.
“Hoy no me morí” -pensé.
Tal vez mañana
sea un buen día para hacerlo.
En Grecia hubieron juegos Olímpicos.
Ví a los negros correr muy rápido
y también ví caer varias marcas olímpicas.
¡Pobres las anteriores marcas!.
¿Cómo se sentirán?
¡Qué lindo sería poder ir a Grecia
para averiguarlo!
El tiempo iba tejiendo mañanitas
y tardecitas y nochecitas.
¡Y qué nochecitas!, algunas.
¿Lobo está?. “Estoy con ella”.
“¿Ella, la mujer que amo?”
“Sí”.
“¿Y qué hacés con ella?
“Me la como”.
“Buen provecho”.
En las noches de luna
las flores duermen más abrigadas.
Los pájaros también.
Descendemos del mono gracias a Darwin.
Hacemos el amor gracias a Freud.
Hay plusvalía gracias a Marx.
Todo es relativo gracias a Einstein.
Hay paz en el mundo gracias a Bush.
LA TRISTEZA
"Menú Ejecutivo, Ediciones Muestrario, 2009)
Sólo por curiosidad,
a veces me quedo espiando
lo que hace la tristeza
cuando cree estar sola.
Fuma algún cigarillo
desnuda frente al fuego
y, tranquila, se sienta,
con las piernas cruzadas.
Tararea canciones muy antiguas,
se castiga un poquito
con recuerdos nostálgicos
y clausura todas las sonrisas.
Si se duerme, ronca apenas
y luego se despierta
para contarse historias.
No aguanto mucho estar así,
mirándola en silencio,
me siento junto a ella
y la abrazo mansamente.
Es entonces que exhala
un pequeño suspiro
y aprovecha el momento para invadirme todo.
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