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jueves, 18 de agosto de 2011

4647.- MATZA MARANTO ZEPEDA


Matza Maranto Zepeda (Ocozocoautla de Espinosa, Chiapas, México 1984). Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Ha participado en diversas lecturas y talleres literarios. Ha publicado en la Antología Arbitraria de Poetas Jóvenes de Chiapas (Edysis, 2005) y Voces que maduran en su caída en la colección Auto de Fe (UNACH, 2006), antología de los integrantes del taller que dirigió el poeta Mario Nandayapa.

"El erotismo es una de las bases del conocimiento de uno mismo, tan indispensable como la poesía."

"Me niego a vivir en el mundo ordinario como una mujer ordinaria. A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis. Soy una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo. No me adaptaré de mi mundo. Me adapto a mí misma."
Anaís Nin



La infinita

I

Soy la casa que habitas
esta inmensa línea indivisible,
las palabras resuenan en el vacío
ahí
donde pudimos no encontrarnos.


II

Esta ansiedad que envuelve mi vientre:
festival sin orquesta.
Soy
tu solitaria
tu búsqueda
tu nictálope.


III

No es inútil la rebelión de tus labios
ni de mi senos que son como dos espadas que atraviesan el olvido;
no eres tú el que limpia las aceras donde esta confusión de lenguas te nombra;
es la melancolía del regreso,
esta lágrima que se diluye al final de la calle
un cuerpo habitando en mi cuerpo.
La ciudad no eras tú
la ciudad es esta eterna agonía en la que vivo.


V

Danza nocturna
convierte mi cuerpo en quimera.
Ciudad–vientre
de semáforos clandestinos.

He recorrido innumerables puentes
ahí donde soy en cada hombre
una imagen que se alarga entre los muros.



[http://poetica-arbitraria.blogspot.com/2008/04/matza-maranto_29.html]


Un vaho me suprime
en las cuatro esquinas
de la ciudad que habito,
espejo quebrado.

La ciudad que habito
no tiene calendarios;
aquí todos los días son domingo,
no hay nada que la salve.

Es el alfiler utilizado en el embrujo,
espina sangrante,
llaga presionada.
Toda complicidad termina en la ciudad que habito.

No necesita planos,
a falta de relieves
y sobresaltos.

Todos los meses son Julio
y el total de sus noches el invierno.


A Javier Molina


Este lugar es una provocación. Llovió. Mientras los diarios refieren sucesos y consecuencias a largo plazo; el Wall Street danza al compás de las horas, el crepúsculo se convierte en puerto para los barcos de este boulevard marítimo. Me interno en viaductos donde la brisa no llega, pero las ráfagas de hielo azolvan esta oleada de júbilo. El mar es una grieta en el epicentro de la plaza.








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