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lunes, 27 de junio de 2011
4205.- INMACULADA HERNÁNDEZ ORTEGA
Inmaculada Hernández Ortega (Barlovento, Isla de La Palma, 1962). Fundadora de los Cuadernos Literarios Azul (6 números, 1990-1995), ha publicado dos libros de poemas, Guerrillas de inconsciencia (1985) y Algebas (1992). Los poemas de esta publicación pertenecen a Ojo Avizor y a Minotauros (inéditos).
Cuando nace el sol
en mitad de la mañana
las flores se marchitan
y el campo queda
seco de nombres
Cuando tiembla
tu tierra
cambia el aire
y se vuelve
tibio
en medio de
semillas
y
entretenidos pájaros
Pero cuando el
vientre
declina
por versos
y
rostros de hierro
no hay
huecos blandos
ni curiosidad
en tu
quejido irreflexivo
no hay
erizos
ni membranas
en tus dedos
y por si
pongo algo
derecho
sofisticadamente
argumento
este episodio
y otro
de escaramuzas
Oiga, usted señor,
estoy al borde del
infarto
Ya no me llamo
me recibo
a mí misma
Cualquier puerta
me parece invisible
y sin embargo,
choco contra ella
¿Sería tan amable,
tan contradictorio,
tan sádico,
tan apacible,
tan brutal,
tan intolerante,
tan mediocre,
tan único e indivisible
como para dejarme respirar?
Por favor caballero, présteme su dedo,
¡Oh! ¡Qué imprudente!, su uña
no, mejor
¿Me hace usted un favor?
No me preste nada
Avanza para que vuelvas
a ti mismo,
Y arrastra tus pies
para que luego descanses
arrástralos sin pena,
empuja tu cuerpo
aunque a veces
te pese
como un alud
de piedras
Desentierra tu alma
y luego hablamos
amigo mío
Parece ser
que yo soy
quien
respalda
las dudas
de estos escalones
Parece
ser
que comparto
el aire que
amanece
avivando
mi luz
en la
desobediencia
Parece,
que
una mota
de lana
tropezó en
mi dedo
asustado
y envolvió
un verbo
llamado
ultimar
detalles
cuando
un
golpe
lagarto
y
viejo
se instaló
sin
condiciones
en el
muelle
de
mi cama
Han llegado de un lugar desconocido
los minotauros amargos del tiempo
sudorosos y fieros, ignorantes, fatales
oscurecen las vidas inocentes y son infieles
a la vida que progresa
sortean la lealtad sin rumbo fijo
anidan en la inseguridad y el miedo
su única arma
como arañas tejen su red
manipulando las patas del odio y
sembrando confusión en los más débiles
juegan a sentimientos de culpa, aliados de deseos insondables,
son perspicaces
y anhelan la luz del amor
de manera errónea
buscando traiciones que se sumen a su causa
alardean la buena fe de las manos limpias
causan dolores imaginarios en el cuerpo
y
calvarios profundos en el alma
pero su baza es perdurable
como las flores que cierran sus pétalos
en la sombra
se abren al sol con apariencia de engaño,
con las bellezas más amables de la tierra
pero
los que conocemos su causa sabemos
lo que portan en su amarga savia
y venceremos aún sin ser vencidos
y tomaremos al toro por los cuernos
bailaremos como pájaros alegres
libres
de soportar el pesado truco
la trivial sensualidad de sus oscuras almas
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