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viernes, 24 de junio de 2011

4203.- RADKO RADKOV


RADKO RADKOV
Radko Radkov es sin duda el más grande poeta que Bulgaria haya conocido jamás. Nació el 31 de enero de 1940 en Veliko Tarnovo, la antigua capital del país, en una familia que había pertenecido a la antigua nobleza terrateniente.

Cursó sus estudios primarios y secundarios en el seminario de Cherepishe, un pequeño pueblo en los pliegues del viejo Balcán. En 1960 ingresó en la Universidad de Sofía, donde estudió búlgaro, latín y griego clásico. Fue en los pupitres de aquella universidad donde nos conocimos. Trabajó luego en la Academia Búlgara de Ciencias y Letras y enseñó griego clásico en la Universidad de Veliko Tarnovo.

Radko Radkov es autor de más de veinticinco piezas de teatro y de una decena de poemarios. Fue laureado con numerosos premios literarios, entre los que se encuentra el Gran Premio International Solenzara de Poesía (París). Esta alta distinción le fue atribuida dos veces, caso único en la historia del Instituto.

Fue, además, Caballero de la Cultura Francesa y mereció que le fueran otorgadas la medalla de plata del Senado francés y la medalla de oro "Sofrony Vrachanski", en Bulgaria, por el conjunto de su obra. También fue miembro de la Unión de los Escritores Búlgaros y jefe de redacción del departamento de literaturas antiguas de la editorial búlgara Narodna Kultura. Por otra parte, Radko Radkov fue honrado como ciudadano de honor de Gabrovo (Bulgaria).

Murió el 1 de septiembre de 2009.

Athanase Vantchev de Thracy







ELEGÍA PAGANA

(Siglo IX de la era cristiana)

El sol se apagó y todos los ruidos han cesado,
¡Una brisa fresca se levanta del fondo del valle!
Y basta, para sentirte profundamente feliz,
creer que un bello espíritu
vive en cada cáliz de flor,
que cada escalofrío ligero del viento
es el movimiento aéreo de una ninfa,
que la corona trenzada de iluminadas cimas
es un altar sagrado donde arden
los últimos rayos del crepúsculo.
¡Para ser feliz hace falta que comprendas
que todo tu cuerpo es una parte viva
de la Unidad divina del Ser!


Traducido al español por Janice Montouliu (Uruguay),
a partir de la versión francesa de Athanase Vantchev de Thracy.









EL CASTILLO DE RODAS

Una densa oscuridad venida de los tiempos pasados,
en esta oscuridad que mi alma conoce,
veo los dulces contornos de una mano de cera
llevar un candelabro a las llamas vivas.
Pero ¿qué significa esa puerta abierta en el fondo del pasillo,
esa puerta por la que pronto se precipitarán para siempre
la mano de cera, el candelabro
y las llamas vivas?

Traducido al español por Janice Montouliu (Uruguay),
a partir de la versión francesa de Athanase Vantchev de Thracy.









NO, NO PUEDO CANTAR

No, no puedo cantar como Juan Damasceno,
no soy sabio ni inteligente teólogo como él.
Bebo vino en compañía de mis alegres amigos
y comparto con las bellas esclavas morenas
el pan diario y el amor humano.

No, no adorno el altar de Dios de cirios costosos,
no invoco a una voz conmovida, la más suave, Señor Jesús,
vendo pájaros en los mercados
dejando flotar en el aire más dulce que la miel
mis rizos de joven hombre despreocupado.

Modesto pagano, amo
la fina llovizna de marzo que moja mi frente,
amo correr en el amanecer con los rápidos ríos, hacia el valle,
amo la pelusa amarilla de los sauces
y el claro aguacero primaveral goteando sobre mi rostro.

¡Oh! ¡Que se callen los filósofos sombríos!
¡Que no hablen más de muerte!
Observa las deslumbrantes azucenas de los campos,
admira las criaturas sin nombre,
todas ellas te dirán mejor que estos pensadores
el sentido escondido en el corazón del Universo.

¡No, no tengo la voz de Damasceno,
soy solo un pobre vendedor,
pero yo, mi frágil religiosa, yo
he soltado en el jardín de tu convento austero
mi ruiseñor, con el fin de que él cante en tu ventana,
en la profunda oscuridad de la noche,
sus melodías de amor!


Traducido al español por Janice Montouliu (Uruguay),
a partir de la versión francesa de Athanase Vantchev de Thracy.




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