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viernes, 17 de junio de 2011
4127.- MAYA ISLAS
Maya Islas nació en Cuba, 12 de abril, 1947.
Trabajó como consejera en The New School: Parsons School of Design,
1985-2009; desde el 2003, Islas enseña parte de tiempo en Baruch
College, NYC, en el Departamento de Lenguas.
Entre sus premios literarios cabe mencionar:
Finalista Letras de Oro 1986; 1989; Premio Cintas en
Literatura, 1990-91. Fue invitada como escritora-en-residencia a Altos de
Chavón, República Dominicana,1989. Maya Islas ha publicado 6 libros de poesía:
Sola…Desnuda…Sin Nombre, 1974; Sombras-Papel, 1978;
Altazora acompañando a Vicente, 1989; Merla, 1991; Lifting
the Tempest at Breakfast, virtual, 2001; Quemando Luces, 2004;
Isla (en colaboración de textos con Margarita García Alonso, textos e
ilustración, publicación virtual,2010
Su trabajo de crítica literaria ha sido
publicado en revistas y periódicos en Estados Unidos y Europa. Su poesía ha sido
publicada en diversas antologías, revistas y periódicos de América Latina,
Estados Unidos y Europa.
Como artista visual, ha exhibido su poesía en
instalaciones que contienen sus textos sobre papel y madera: Michigan State
University, 2002; Columbia University, 2004. Ha hecho trabajos de
colaboración con otros pintores, escultores, y fotógrafos escribiendo textos
literarios para los mismos
En el presente, trabaja en un libro-poema:
La Foto. Vive en New Jersey.
Alma
Transparente a pesar de la materia,
me asimilo a la red con una santidad particular;
soy una firme creyente
de que hay dos movimientos para visitar la vida,
y el trayecto a pie es lo apropiado.
Mientras verifico estas sensaciones,
me acomodo en la línea vertical
que me espera al final del túnel,
aunque el tren,
con su imagen rápida,
prohíba los pecados de la imaginación.
La maestría de mi curiosidad resolverá mi libertad
moviéndome de un lado de mi cuerpo
hacia otro cuerpo.
El Bar
La ciudad está vacía.
La ciudad no dice a quien pertenece;
por lo tanto,
esperaré como Godot, por nadie.
Detras del vaso está la llave de mi salvación.
Mejor que una oración,
escapo al toque interminable de las brujas,
uniendo el sonido interior de las neuronas
que luchan contra el invasor.
Un amor español aparece en mis sueños.
El hombre es real porque da la oportunidad
de romper los espejos;
mi cigarro es el amigo horizontal que me convierte
en todas las cosas que no soy.
Analizo la calidad de mi piel
cuando pretende que nada está pasando,
pero,
estoy vacía.
Como la ciudad, no digo a quien pertenezco;
cruzo el desierto,
tengan paciencia.
La Mujer
Nadie lo notó.
Yo no contesté.
Conocer el Yo no es un oficio fácil.
Mi cara posee una pieza de mí misma,
un puente entre dos ciudades.
Flotando y flexible,
me convierto en el tema de unos ojos
que desde el futuro miran para descifrar el golpe.
Ahora,
conozco la rajadura exacta
a través de la cual escapo,
cuando no hay nada más que hacer
que detener la vida como hacen las estatuas.
El gesto en sí mismo
me empuja hacia el océano
que nadie puede ver.
Desintegración
Siento la verticalidad de un animal sin nombre
que cohabita dentro de mí
buscando un lugar para Ser.
Mis formas son exquisitas,
y un momento de bondad
me ha permitido reclamar el techo
para hacer lo que quiero.
Pensé que la secuencia de la vida
indicaba lo opuesto:
Hoy, estoy aquí;
dentro de un año,
existiré dentro de una palabra
o debajo de tu corazón en papel púrpura.
En este momento trágico
de sobrevivir como una pieza de arte,
me parece que ya entiendo
el murmullo del fantasma
cuando se convierte en hombre.
La ciudad cae como agua sobre la realidad.
Pudimos haber llegado
como llegan los eternos
a ser la fotografía exacta de los ídolos,
pero se acerca a interrumpir
el pedestalel ala que nos viste.
Desde ella contemplo mi sombra de epidermis,
mi paso aprisaque disimula el humo,
y listos al cumplimiento
queda en la lengua,
que sabia se abstiene
por si acaso hay un lazo
que quiera deletrearlaa
ser algo menos que la luz.
El desfile no nos puede convencer
de esa libertad y hasta ahora
me prohíben romper las esperanzas.
Desde mi vuelo se van las piedras
y su peso
Llevando la cárcel a la boca de los inocentes.
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