Julio Ciesler, conocido como Julio Huasi (1935-1987) fue un poeta y periodista argentino. Nació, según dice uno de sus poemas, «en un augusto conventillo de parque patricios» el 20 de marzo de 1935. El 11 de marzo de 1987 fue encontrado muerto en su departamento de Buenos Aires presumiéndose su suicidio.
Fue poeta -admirado por Cortázar, periodista y crítico literario. Su verdadero nombre era Julio Ciesler y fue un revolucionario de la literatura y de la vida. Vivió en el exilio en Chile y España y regresó a la Argentina tras las vuelta a la democracia después de la larga noche de la dictadura genocida de 1976.
Su labor como periodista fue dilatada e intensa, trabajó en la mítica revista "Brecha" del Uruguay, en "Prensa Latina" (agencia cubana de noticias fundada por Jorge Masetti), colaboró con la revista Punto Final y en la primera etapa del Periódico de Las Madres de Plaza de Mayo. Durante su exilio español colaboró en el Instituto de Cooperación Iberoamericana, en el diario "El País" y en la revista "Nueva Estafeta". Pero ante todo Julio Huasi fue un poeta, un "juglar de la revolución" (como lo solían llamar) y es eso lo que seguramente jamás le perdonó la cultura oficial de su país. Sus méritos poéticos lo enmarcan en lo mejor de la vanguardia, al igual que Oliverio Girondo fue un gran acuñador de palabras y hasta de un lenguaje: matria mía, asesinaciones, yanquería, gardelaire, serumano... son algunos ejemplos. Su primer libro publicado fue "Sonata popular Buenos Aires" (1959) publicado en las también legendarios Cuadernos de Cultura gracias a los oficios de uno de los más grandes poetas argentinos de principios del siglo XX, Raúl González Tuñón, quien además prologó el mismo "saludando" "el advenimiento de un gran poeta". Luego seguirían Lírico hollín (1955-57), Yanquería (1958-59), Violento casorio o las bodas universales (1961-62), Los increíbles (1965), Bandolor (1965-66), Sangral américa (1971), Asesinaciones (1972-81), Matria mía azul (1983) y Comparancia (1982-84).
Muchachos
tan solo, tan lejos, tan sin ellos
buscando a ciegas un fusil para traerles un milagro
que harán los muchachos ahora, dónde duermen si duermen,
qué hacen sus manos queridas, qué’ acarician si acarician,
qué dolor estrangulan a solas sin ruido
que un hombre macho no debe llorar.
Argentina, te llevo oculta como un ladrón,
tus puntas me rompen la piel y me delatan,
quedate quieta, amor, nos miran, somos tus huerfanitos
entre la última curda y la revolución
disparando en tu honor estos cachos de muerte.
Hoy ando con una garúa feroz, cómo llovizna tu sangre,
llevo treinta nenes llorándome en el alma
todos juntos.
(de "Sangral América", Julio Huasi)
El 2 de mayo de 2002 la Asociación Madres Plaza de Mayo y estudiantes de la Universidad Popular de las Madres inauguraron la Biblioteca Popular Julio Huasi en honor al poeta.
Obras
Sonata popular Buenos Aires, Cuadernos de Cultura, 1959
Lírico hollín (1955-57).
Yanquería (1958-59), Ediciones del Río de La Plata, 1960
Violento casorio o las bodas universales (1961-62).
Los increíbles, Ediciones Reunidas Ultimátum, 1965
Bandolor (1965-66).
Sangral américa (1971). Este libro y el anterior fueron reunidos en un volumen de la colección La Honda de Casa de las Américas, La Habana, 1971
Asesinaciones (1972-81), Puerta del Sol, Madrid, 1981; Hernández editor, 1985
Matria mía azul (1983), Hernández editor, 1985
Comparancia (1982-84), Hernández editor, 1985
increíble de la carta que dejó el desocupado
en su bolsillo izquierdo
amurado contra la niebla sangro
afilo mi navaja en las chimeneas
desnudo despojado de retórica
espero la ofensiva de los cuervos
que pronto vendrán a desnacer
entre tanta traición me queda un tango
para sucumbir abrazados a la nave
sólo la noche heredará mi camisa
mi plato y mi cama bajarán de la cruz
y mi espacio lo llenará el crepúsculo
mi soñadora ya no sueña exhala rosas
ellas alzan mi viola malherida
y en la última nota cantan órdenes
de vengar al rehén de la miseria
por la sangre que nunca secará
gaviotas rojas despeguen de mi piel
con instrucciones sagradas y en el ala
un ardiente capítulo especial
sobre el amor el dolor y los perdones
(de los increíbles, 1965)
increíble de la libertad
libertad querida ¿quién te conoce?
no hace mucho que ando en el planeta
una juventud tirada a los perros
no te vi ni una vez en este baile
y la verdad es que me estoy cansando
te raptaré una mañana de estas
a punta de tormenta de furor
con una pistola llena de música
amaré tu cuello tu voz tus ojos
ah mi amor uno muere de soñarlo
bajará una patrulla flor y flor
por la violenta sangre que ya truena
para matar la contraflor y el resto
de la sucia baraja que nos pisa
con la espada en la mano te tendré
con el oro haremos los anillos
con el basto el lecho las ventanas
y con la copa nos emborrachamos
hay que festejar querida el casorio
de dos que se encontraron vírgenes
(de los increíbles, 1965)
hogar
vivo con siete ratas exangües y un perro
sobre mi escuálida cama, en la brumosa pared,
arde la vaga sangre de un sujeto anterior
cerca de un cristo que no pudo zafarse,
fue en la sien derecha, fino calibre, es indudable
por la perspectiva, el suave tamaño de las manchas.
El perro se sienta frente a mí solemnemente,
jugamos al ajedrez y él siempre me gana.
Entre el alcohol hablamos de nuestras costillas,
las estaciones, beethoven, ciertas naves ilusorias
y de mujeres, pero se le humedecen los ojos:
la última que trajimos se congeló de súbito
al quitarse una media, en mitad de un muslo,
oh la bella inmóvil, la venus de carne finita,
la cenamos con dolor, nos duró una semana.
Esto es muy frío para cuestiones de amor,
ya quemamos el ropero, las puertas, los recuerdos
y la guitarra crepitó en otoño su dulzura póstuma.
El perro escribe genialmente a medianoche
y yo ladro con locura pero él me mira furioso
si se inspira o hay luna o piensa en la ausente.
Cuando posemos los dos restos, los dos hálitos,
vendrán las siete ratas dialécticas, tenaces,
nos acabarán con su liturgia, es una pena.
Me sangra el hocico de infinita tristeza
al pensar que la casa quedará tan sola.
(de bandolor, 1965-66)
palestinos
a leila, a jaled
sus raíces carnales al aire claman a un cielo de napalm,
una bóveda roja de lobos devora los corderos celestes
de la antigua patria y patea las cenizas del hogar,
los niños arden entre sus brazos como teas.
Te has pasado de infiernos, señor, en mis
pies deambulan eras de pies trashumantes,
amo de este barrio sideral, jehová, deus, alá,
responde donde estés si es que estás, se acabaron
los desalojos del planeta, los inquilinos elegidos y los parias,
la tierra es de quien la sangra y todos caben bajo las uvas del sol,
dios quiera, dios, no te cuelguen el triste hatillo de los éxodos
y sepas cuánto pesa la cruz de tus errabundos,
esto será un carro de amor para todas las criaturas,
o hay mundo para todos o no hay mundo para nadie
(de Asesinaciones, 1972-81)
quinta ley contra la quinta rueda
al doctor e. en rosario y azul
por esa ley dialéctica según la cual
cada cual busca a su cual en el torbellino
del caos y contracaos en travesía
de florecer y besar entre muerte y muerte,
hallarán en mis hermanos, novias, cuñados
los seres más bellos y creadores de la creación
y en mis lobos la depredación más horrenda,
tal cual, pueden averiguarlo en nuestro infierno,
patria mía donde los padres entierran a sus hijos,
lo que es yo, ínfima conjetura de versículos,
verdísimo de mate hasta el cerebelo sólo
quiero propagar su sílaba a semejanza de sus besos,
siempre bebió de su pezón insigne el poeta cachorro
por su ser y contraser, ellos son mi crucifijo y mi belleza,
aquí no hubo pirámides enterradas,
las erigimos con lajas y brújulas de sangre
tropezando en la niebla con nosotros mismos
y así vamos oliéndonos a escoger cada cual a su cual
para ofrendar sus soles a los proletarios del mundo
desunidos
(de asesinaciones, 1972-81)
MUCHACHOS
tan solo, tan lejos, tan sin ellos
buscando a ciegas un fusil para traerles un milagro
que harán los muchachos ahora, dónde duermen si duermen,
qué hacen sus manos queridas, qué acarician si acarician,
qué dolor estrangulan a solas sin ruido
que un hombre macho no debe llorar.
Argentina, te llevo oculta como un ladrón,
tus puntas me rompen la piel y me delatan,
quedate quieta, amor, nos miran, somos tus huerfanitos
entre la última curda y la revolución
disparando en tu honor estos cachos de muerte.
Hoy ando con una garúa feroz, cómo llovizna tu sangre,
llevo treinta nenes llorándome en el alma
todos juntos.
SABOTAJE
dentro mío alguien solloza y no sé quién es,
quizá fuera yo mismo perdido hace tiempo
y no pude salir encerrado como un niño
cuyos padres fueron a dar sangre
a un almacén, un usurero, un hospital
y nunca regresaron. Pudiera ser
también que un extraño entró por ósmosis,
la cosa es que el sujeto llora sin parar
como si muchos difuntos lo rodearan.
No doy más, hoy día me abro con las uñas
para verle la cara y expulsarlo de una vez
y no me importa que no tenga donde ir.
Estamos en guerra, carajo, aquí no llora nadie.
AMÉRICALATINA DULCE HOGAR
brazos contra piernas, pies sobre mejillas,
un torso paterno desemboca en los labios
de una niña que fluye su aire de tres años
en los testículos orlados de canas,
una masa de miembro late hasta el tejado,
dormimos, dios, loado sea tu reino.
Un ojo brilla entre el vaho visceral,
como un planeta sangra y se apaga en el hedor
que no aparece en las fotografías de la unesco,
el ciudadano ha muerto, un voto menos.
Un bosque de pies eleva sus cristos ahorcados
bajo coronas de uñas patéticas en tanto
un pene flamea su espesa bandera,
gatilla sobre el útero más próximo.
Esto es una cajita de música y los vientres de los niños
son más tersos y redondos que el culo de Jacqueline Kennedy
esta cúbica ola carnal es más bella que Miami,
tómese una foto con el guitarrou, señor turista,
si recibe un balazo será pura coincidencia,
pasen nomás, hijosdeputa, a ver los monos.
INCREÍBLE DEL POETA
en el vientre del humo fue parido
doña luna canyengue le hizo el nudo
lo bautizaron con vino y con tangazos
y largó su agarrada sangrienta con los panes
ilícitos benditos malhabidos no es problema
tiene que haber uno para cada uno
fue a decir todo eso y al abrir la boca
lengua con alas alumbró un zorzal
con las indómitas cuerdas bien puestas
fue un milagro una milonga de oro el pueblo
formó alrededor del dulce pájaro
sublevaba tu corazón el payador espléndido
luego hubo de todo y más que nada sombras
traición sobre traición vinieron los censores
con una serpiente ciega en cada mano pero
ni víboras izquierdas ni víboras derechas
pudieron desatar al pueblo de su música
el ombligo inmortal cantaba fusilaba
qué le van a hacer mis verdugos es la vida
con el pueblo ha llegado y con el pueblo volverá.
GOLONDRINAS
al chacho dragún, donde esté
tengo celos, envidia feroz de las golondrinas,
conocen esta américa mejor que uno y eso que uno
anduvo y desanduvo los llagales de su madre,
australes y boreales tañen el dulce cordaje
de trópicos, cuadrantes, los mil rumbos y tientos de la rosa
como si fuera un arpa familiar, las señoras músicas
siempre de gira ellas por flor en aire verde.
Cuéntenme algo de mis hermanos, cantoras mías,
mis mujeres, cuñados, cachorros, tata y mamá,
cómo andan de salud, de amores, de balazos, por
aquí todo bien, ya regamos los sangrales este otoño,
y si ven a la que más añoro díganle que sin ella
toda primavera será bruma, pero como cosa suya,
cuando vuelvan por el sur no se olviden de sus ojos,
cuántas veces lo encargué y siempre se distraen
por tanto bosque y soles haciéndose el amor,
claro, y que a uno se lo coman los insomnios,
pucha que son largas las noches del virreino. Mire,
princesas, cómo tiemblan las brújulas locas de mi rebelión,
vienen volando densas bandadas de clavelaire
con sus largas alas, remos de ultracielo, no se hagan
de rogar, mis guitarristas, tóquense algo hermoso
y díganme suavecito cómo es la libertad
Poemas extraídos de "Sangral América"
Ediciones Casa de las Américas, La Habana, Cuba, 1971
_________________________________________
MENTANDO A JULIO
Por Rolando Revagliatti (*)
Yo andaría en mis 18 años cuando asistí a un espectáculo poético cuyo único intérprete era el poeta Julio Huasi, porteño, nacido en 1935 y suicidado en 1988. Hasta donde me consta, algunos de sus poemarios editados entre 1959 y 1985, son: “Sonata popular en Buenos Aires”, “Yanquería”, “Los increíbles”, “Sangral América”, “Asesinaciones”, “Matria mía azul”, “Comparancias”. Y es en 1958 cuando obtiene el premio de poesía en el Concurso Literario organizado por el Consejo Argentino de la Paz, cuyo jurado integraban Atilio Dabini, el premio Nobel Miguel Ángel Asturias, María Rosa Oliver, Bernardo Verbitzky y Raúl González Tuñón, del cual transcribo unas líneas: “...intención crítica, ironía, tras la aparente balandronada juvenil. Es posible que algunas palabras vulgaricen la frase poética, rocen el mal gusto (...) Esto no supone que no sean lógicas cuando ambiente y forma las justifique, les asigne un valor funcional”.
En el “Nacional” de Caracas afirmaba el pope cubano Nicolás Guillén que Huasi era el único poeta a quien le cabía en plenitud la denominación, hace varios lustros, todavía prestigiosa, de juglar.
Coincido con quien asentaba que Huasi provenía de una tradición de grandes voces líricas –como Carriego, José Portogalo, Nicolás Olivari-. Y que su poética está plagada de hallazgos. Funda humanería, estrellea, tragibundo, gardelaire, contramor, etc.
Su admirador en Francia, Julio Cortázar, le escribió en noviembre del ’81: “Querido tocayo: (...) Te imaginás lo que siento al leer “Asesinaciones”, lo que puede sentir un argentino ante cada uno de esos poemas. Y digo cada uno porque es así, porque no hay ni uno sólo que salga de esa línea espantosamente lúcida (...) ¿Quiénes entenderán esto, a partir del título que ya es un salto en lo nuevo? ¿Quiénes tendrán el coraje de sacarse los pantalones del cerebro y los calzoncillos de la tradición para ver cómo lo estás metiendo en una dimensión diferente?” Y poco más de un año después desde Managua, le escribió: “Querido tocayo: (le dije a) que tu libro era para mí el más importante libro de poesía argentina de todos estos últimos años, ya que el avance que hacías en él, en el terreno de la escritura y la desescritura tenía un tal alcance (...) sin hablar de los incapaces de acercársete ni de lejos a ese nivel de poesía”.
[Texto originariamente publicado en la columna “El Elegido” de la Revista de Poesía “La Guacha” Nº 14, agosto 2001, de la ciudad de Buenos Aires, la Argentina.]
tengo celos, envidia feroz de las golondrinas,
conocen esta américa mejor que uno y eso que uno
anduvo y desanduvo los llagales de su madre,
australes y boreales tañen el dulce cordaje
de trópicos, cuadrantes, los mil rumbos y tientos de la rosa
como si fuera un arpa familiar, las señoras músicas
siempre de gira ellas por flor en aire verde.
Cuéntenme algo de mis hermanos, cantoras mías,
mis mujeres, cuñados, cachorros, tata y mamá,
cómo andan de salud, de amores, de balazos, por
aquí todo bien, ya regamos los sangrales este otoño,
y si ven a la que más añoro díganle que sin ella
toda primavera será bruma, pero como cosa suya,
cuando vuelvan por el sur no se olviden de sus ojos,
cuántas veces lo encargué y siempre se distraen
por tanto bosque y soles haciéndose el amor,
claro, y que a uno se lo coman los insomnios,
pucha que son largas las noches del virreino. Mire,
princesas, cómo tiemblan las brújulas locas de mi rebelión,
vienen volando densas bandadas de clavelaire
con sus largas alas, remos de ultracielo, no se hagan
de rogar, mis guitarristas, tóquense algo hermoso
y díganme suavecito cómo es la libertad
Poemas extraídos de "Sangral América"
Ediciones Casa de las Américas, La Habana, Cuba, 1971
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MENTANDO A JULIO
Por Rolando Revagliatti (*)
Yo andaría en mis 18 años cuando asistí a un espectáculo poético cuyo único intérprete era el poeta Julio Huasi, porteño, nacido en 1935 y suicidado en 1988. Hasta donde me consta, algunos de sus poemarios editados entre 1959 y 1985, son: “Sonata popular en Buenos Aires”, “Yanquería”, “Los increíbles”, “Sangral América”, “Asesinaciones”, “Matria mía azul”, “Comparancias”. Y es en 1958 cuando obtiene el premio de poesía en el Concurso Literario organizado por el Consejo Argentino de la Paz, cuyo jurado integraban Atilio Dabini, el premio Nobel Miguel Ángel Asturias, María Rosa Oliver, Bernardo Verbitzky y Raúl González Tuñón, del cual transcribo unas líneas: “...intención crítica, ironía, tras la aparente balandronada juvenil. Es posible que algunas palabras vulgaricen la frase poética, rocen el mal gusto (...) Esto no supone que no sean lógicas cuando ambiente y forma las justifique, les asigne un valor funcional”.
En el “Nacional” de Caracas afirmaba el pope cubano Nicolás Guillén que Huasi era el único poeta a quien le cabía en plenitud la denominación, hace varios lustros, todavía prestigiosa, de juglar.
Coincido con quien asentaba que Huasi provenía de una tradición de grandes voces líricas –como Carriego, José Portogalo, Nicolás Olivari-. Y que su poética está plagada de hallazgos. Funda humanería, estrellea, tragibundo, gardelaire, contramor, etc.
Su admirador en Francia, Julio Cortázar, le escribió en noviembre del ’81: “Querido tocayo: (...) Te imaginás lo que siento al leer “Asesinaciones”, lo que puede sentir un argentino ante cada uno de esos poemas. Y digo cada uno porque es así, porque no hay ni uno sólo que salga de esa línea espantosamente lúcida (...) ¿Quiénes entenderán esto, a partir del título que ya es un salto en lo nuevo? ¿Quiénes tendrán el coraje de sacarse los pantalones del cerebro y los calzoncillos de la tradición para ver cómo lo estás metiendo en una dimensión diferente?” Y poco más de un año después desde Managua, le escribió: “Querido tocayo: (le dije a) que tu libro era para mí el más importante libro de poesía argentina de todos estos últimos años, ya que el avance que hacías en él, en el terreno de la escritura y la desescritura tenía un tal alcance (...) sin hablar de los incapaces de acercársete ni de lejos a ese nivel de poesía”.
[Texto originariamente publicado en la columna “El Elegido” de la Revista de Poesía “La Guacha” Nº 14, agosto 2001, de la ciudad de Buenos Aires, la Argentina.]
(*)Rolando Revagliatti (Buenos Aires, 1945) ha sido incluido en antologías de la India, México, Brasil y la Argentina. Parte de su quehacer en poesía y en narrativa ha sido traducida y difundida en medios gráficos y electrónicos a los idiomas italiano, asturiano, inglés, euskera (vascuence), francés, catalán, portugués, esperanto, alemán, neerlandés, rumano y maltés. Libros publicados: Dramaturgia: "Las piezas de un teatro" (199l). Narrativa: "Historietas del amor" (1991), "Muestra en prosa" (1994). Poesía (entre 1988 y 2008): "Obras completas en verso hasta acá", "De mi mayor estigma (si mal no me equivoco):", "Trompifai", "Fundido encadenado", "Tomavistas", "Picado contrapicado", "Leo y escribo", "Ripio", "Desecho e izquierdo", "Propaga", "Ardua", "Pictórica", "Sopita", Corona de calor", "Del franelero popular". La mayoría de sus libros cuentan con ediciones electrónicas disponibles gratuitamente, por ejemplo, en http://www.revagliatti.com.ar - Antología poética personal: "El Revagliastés"
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