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jueves, 28 de abril de 2011

3953.- ELENA ROMÁN


ELENA ROMÁN. Córdoba, 1970, aunque reside en Toledo, escribe relato y poesía desde que tiene uso de sinrazón. Tiene publicados los libros "Diario de un ascensor...", "21 Bisontes", "A propósito de los cuerpos", "Lo circense" y "Ocho paradas en la arena", y el ebook "Zaquizamí", y ha ganado numerosos premios literarios.

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Mary P. a la hora del té

Un cañonazo: La hora del té. Mary P. aprovecha el estruendo para amortiguar un eructo tras sus dedos de canción. Desde una postura obscena, se relame la gota del último té que rozó sus labios. Sale al balcón. Del bolso saca un tiovivo, una fusta y un paraguas, con cuya punta atraviesa una nube que le conduce hasta el parque, esquivando tejados. Mary P. se deja caer, erecta y vertical, sobre el dibujo de un harén de fornidos deshollinadores grises que la cogen al vuelo. Mary P. no saldrá del dibujo. Mary P. nunca debió salir del dibujo.







Trilobites no

Yo no he pedido trilobites.
Hace horas que espero mi turno.
He visto, trabajando, a un hombre feliz.
Han pasado las virtudes de la cera.
Me ha salido una cana en el pie.
En fin, que he tenido suficiente tiempo,
y creo que paciencia, para pensar lo que quería.
Quiero una loncha de charco con vistas al sol.
Nada de trilobites, qué asco...
Soy una persona seria, formal.
Llevo horas esperando, horas.
Los he visto más rápidos.
Trilobites no: ¡loncha de charco al sol!
A este paso, me va a pegar usted
(¿y son de hoy, dice?) su inseguridad.








Zapato de hombre

Zapato de hombre
pisa la colilla de un puro
en el camino embarrado de corcho
que lleva al Castillo.
Chaqueta de pana de hombre
atrae a almendras y a nueces.
Maleta de hombre se abre:
Octubre llora con bozal, amarrado con correas.
Gafas de pasta de hombre
enfocan una aldea de casitas de chocolate espeso
en la que no se detendrá, para no
disiparse. Reloj de hombre se ha detenido en la vejez,
como la piel de los árboles.

Deambulan solas las pertenencias de un hombre desnudo
que merienda
café con galletas
en la hora mulata de la tarde.

(De Colorario, 2003)







Centinelas

Mientras sea de día
las batallas se librarán con tostadas,
la verdadera hipnosis tendrá lugar en la pinacoteca,
las langostas no roncarán en los túneles del tiempo,
los prolegómenos influirán en el nivel de las lagunas.
Aprenderemos qué significa todo esto y todo aquello
pero sólo durante el día, porque de noche
desgajaremos, por ejemplo, tu vena aorta.
Lo que sea, con tal de desgajar.






Ahumados

Les molesta el humo,
entiendo.
Apagaré el cigarro.
Abriré la ventanilla.
Y
nada
más, porque
no pienso desprenderme
de ésta mi incineración,
que me consume.






En la taquilla

Los adultos pagan el doble
o los niños pagan la mitad,
como ustedes prefieran.
Los bebés y los llaveros no pagan.
Silencien sus móviles, piensen en esto.
Límpiense los ojos antes de pisar la arena.
Prohibido echar comida a los animales,
prohibido echar bebida a sus dueños.
Paguen al contado, por favor:
Los niños la mitad,
los adultos el doble,
los llaveros y los bebés no pagan.
¿Es que no piensan en esto?
Movilicen sus silencios.
Sepan que no les aguanto.
Paguen. No soy amable. Circulen.

De Lo circense



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