Rosario Valcárcel nació en Las Palmas de Gran Canaria. Estudió Magisterio y ejerció 29 años como profesora de Lengua Española e Inglés. Su nacimiento junto a la playa de Las Canteras influyó en su primer libro, La Peña de la Vieja y otros relatos, (Ediciones Anroart, 2006) que constituye un homenaje al mar de la infancia, una recuperación de la memoria de la niñez y la ingenuidad. Su segundo libro, Del amor y las pasiones, (Anroart, 2007) y su tercero, El séptimo cielo (Anroart, 2007) contienen diversos registros sobre la complejidad y el disfrute del amor. Ha intervenido en coloquios en centros de enseñanza, forma parte del Colectivo Andersen y ha publicado poesía infantil en un texto auspiciado por la Plataforma de la Infancia. Asimismo, participó en una antología titulada Impresiones y Recuerdos, editada por el Centro de Estudios Poéticos. Su poemario Las máscaras de Afrodita (Ediciones Idea) ha salido a la luz a finales de 2009.
Ha participado representando a Canarias en un libro colectivo para la Plataforma de Organizaciones de Infancia, titulado Mapa infantil para un juego de damas. Poemas para conocer la situación de la infancia en España, editado por la Plataforma de Organizaciones de Infancia, el Instituto de la Mujer y el Ministerio de Educación (2009).
Véase http://www.rosariovalcarcel.com/
PUBLICACIONES
-La Peña de la Vieja y otros relatos, Anroart Ediciones, Las Palmas, 2006.
-Del amor y las pasiones, relatos, Anroart Ediciones, Las Palmas, 2007.
-El séptimo cielo, relatos, Anroart Ediciones, Las Palmas, 2007.
-Las máscaras de Afrodita, poesía, Ediciones Idea, S/C de Tenerife, 2009.
- Sexo, corazón y vida, relatos, Anroart, Las Palmas, 2010.
POEMAS DE LAS MÁSCARAS DE AFRODITA
DESALIENTA ESTE VIENTO
que bulle en mi cabeza y se niega a marchar.
Caja de guerra, pozo sin gota de agua.
La calma nos envuelve.
Tu recuerdo me da sed,
el viento de rojiza arena nos eleva.
Somos gotas de agua
en una nube mimosa.
Desde Mirca nos ciñó la niebla,
los latidos de sus montañas
enturbian mi sentido,
palpan mi cuerpo.
Me oculto en ti.
Quisiera jugar a no ser tuya,
a escuchar de la Sibila
los peores vaticinios.
Por Tijarafe comenzó la lluvia,
esparció velas de colores
entre saurios contaminados.
Sedienta de amor
me dejo fecundar por este agua
de codeso y tomillo.
Respira la isla con la yerba precoz,
sisean el pinar y los tilos,
el licor más íntimo del mar.
Y presa de un desasosiego
escucho el murmullo
de tu alma viajar en la calima.
A Inma Valenzuela y Sabas Martín
ERAN LOS TIEMPOS DEL FULGOR Y LA GLORIA.
Era muy joven, se creía protegido
por los dioses, por la isla mágica,
por un soplo eterno.
Poco queda de sus sueños, de su locura
y temeridad, de los cantos y
del vigor de las arterias.
De los escándalos del viento.
Todo se desmorona, caen las altas almenas.
Arrastra el cansancio,
el alma fondeada.
Pasó el tiempo de la mies, la opulencia,
la nostalgia del Nirvana.
Los dioses no tienen piedad,
cada mañana gerias, dragos, tuneras,
se desvanece la arena y el már.
Resuenan campanas de vejez, los suspiros
ocupan las vertiginosas horas
en que agonizo.
A Fermín Higuera
CUANDO LOS GLACIALES SE FUNDAN
se abrirán las cataratas del cielo,
las tapias y las conciencias.
Cuando remonten los barrancos, caminaré
sobre las aguas, me anegaré en ti.
Hierve la atmósfera, se apagan
tambores, halo rojo, calor hondo.
Escombros humeantes,
desaparecen nuestras huellas.
Tan insensatos,
que entrelazados por la lujuria,
inoculamos el veneno.
Cuando los glaciales se fundan
se incendiará el corazón del mar,
volverá a reinar la somnolencia.
Viviremos como gotas de agua
ocultos en el vientre de la Tierra.
A Manuel Mage y Luis Alberto Hernández
SOY DISCÍPULA DE AFRODITA
y como ella nací en el mar,
inicié a las novias en los
secretos del turbio sexo,
de la belleza y el infinito
vacío del amar.
Y como Horacio les enseñé
a gozar de este día, sin contar
con el mañana.
Atributos de la diosa fueron
la dulzura del placer,
sus preciados atavíos,
deshojar jazmines y atribulaciones
en el aleteo de la noche.
Y como ella quisiera ser paloma y delfín,
libar copas de intrigas
con sabias sacerdotisas,
atravesar las sebas oscuras,
trenzar ramas de laurel.
Retozar en la ternura de
humanos dichosos.
Soy discípula de Afrodita,
seré el viento de Chipre,
tendré la gracia del mármol,
y el amargor del membrillo.
Cabalgaré las olas, peldaño a peldaño,
me uniré a su carro triunfal,
inventaré nuevos ardides.
Pocos hombres sobrevivirán.
A Carmen Vogart y Juan Márquez
YA SÉ DONDE ESTÁ MI PUNTO G:
En el bosque rojo donde me deseas,
Entre San Borondón y el Edén,
en el fondo del mar, en la cima
del Teide, en tu falo encendido,
en la puerta del infierno.
Escondido en el nido de una urraca,
en los Jameos del agua.
En tus ojos tristes, en tu voz cascada,
en tus manos dulces, en tu piel morena.
En ese mágico lugar que compite con
la conciencia: en la mente.
ROSARIO VALCÁRCEL
Las Máscaras de Afrodita, editorial Idea,
Las Palmas de Gran Canaria, 2009.
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