Félix Contreras
(Pinar del Río, CUBA, 1940)
Poeta, ensayista, promotor cultural, periodista, e investigador de la música popular y tradicional cubana.
Comenzó a publicar en diarios y revistas nacionales, como: El Caimán Barbudo, Cuba Internacional, Bohemia, Juventud Rebelde, Prensa Latina, Granma Internacional.
Tiene publicado los libros, poesía: El fulano tiempo, 1968; Debía venir alguien, 1972 (con prólogo de Eliseo Diego); Cuaderno para el que va a nacer, 1978 (con prólogo de Cintio Vitier); Corazón semejante al tuyo, 1987; Álbum de vida, 2003; y Para você, para vos, 2006 (en Uruguay y Brasil).
De música tiene publicado: Porque tienen filin, 1991 (sobre la canción feeling cubana de la década del 40); Gardelianas y Así es la rosa, 1992 (en Argentina); La música cubana: una cuestión personal, 2001; y Yo conocí a Benny Moré, 2002 (en Cuba y Puerto Rico).
Ha ofrecido cursos y conferencias en Bélgica, España, México, Colombia. Argentina, Uruguay y Brasil.
Reside en La Habana.
( Dirección de correo electrónico: felixcon@cubarte.cult.cu )
Lucio rifa su televisor y me compra un pasaje de avión
...............................................................................Para Maria Celeste Mira
Con un boleto que me dio Lucio Lisboa
yo viajé todo Brasil y conocí a todos los poetas
Sao Paulo y sus máquinas
Paraiba donde la justicia sueña con ser verde
Natal donde árboles paredes libros poemas
levanta la casa de Horacio Paíba
y justo se llega y está el pan sobre la mesa
y se escribe un poema
puedo hablar de Mario Quintana habitante de hoteles
de Porto Alegre donde comí con él
traficante de ironías y hermosas secretarias
sabiendo que su poesía es mal remunerada
pero nadie como el poeta
conoce malos y buenos pensamientos
Mi camino me llevó a Recife
y en la librería más grande del
mundo cuajada de todos los humores
qué misterio hace que nadie compra
y la marea de volúmenes sube y sube incesantemente
era verano pero ya Vinicius no estaba en Ipanema
mirando las muchachas y su guitarra
bajo un bloque de cemento no cantaba ya
en Campina Grande una muchacha hermosa
escribe versos lava platos
lleva las cuentas de su porvenir y debajo
al pie del poema firma
Fidelia Cassandra
En Angatuva colocada situada cariñosa
como nu nido de pájaros bajo su madre
lejos del humo de los motores de Sao Paulo
apartada de las oficinas y teléfonos
fui con Lucio a la plaza y respondí preguntas:
---Cómo es cuba, señor?
--¿Se mantendrá el socialismo allíen Cuba, señor?
En Angatuba todavía hay viejos relojes en las paredes
y los curas escriben poemas y sonetos
limoneros que perfuman la tarde del domingo
allí aflora todo el misterio que tienen el final de las cosas
en Angatuba Lucio recoge su chilenas su barbeador
el agua de colonia en su maleta y parte de nuevo
a las computadoras anuncios de neon al agua hervida
a su buró donde la primera gaveta
con letras obsesivas guarda un sueño:
Angatuba próximo fin de semana
el verano que viene viaje a La Habana.
Tango en Montevideo
Me recibe el tango en Montevideo
La uruguayita Lucía recién regresada del exilio
Lee la prensa en el Sorocabana
Julio Sosa entra a la ciudad por alta mar
Le mira a la muerte su diente leche
Desde la otra orilla porteña llegan
Las misivas de los emigrantes
Que todas las noches ven Montevideo
en la pantalla del televisor
Razzano friega su guitarra en Pocitos
Y Gardel tiene que cantar solo
En el Mercado
Estamos con Francisco Canaro Froilán Aguilar
Alberto Alonso y Matos Rodríguez celebrando
La página en blanco que superó José María Aguilar
En las cenizas de Medellín
Pasa una muchacha por 18 de Mayo hermosísima
como tantas orientales
Es de noche
Cae una lágrima:
Se fue la juventud,
La vejez es un hecho consumado,
Montevideo me dice la verdad.
Raquel
Esta muchacha de quien la primavera no se despide jamás ,
debía ser Alcaldesa o Reina de Montevideo,
es tanto su entrega a los demás,
al prójimo que calienta su corazón en los inviernos
de Montevideo, Quilmes, o Buenos Aires.
Qué maravilla serían tus manos laboriosas
en el pan diario de los pobres.
Yo la conocí ocultado sus lagrimas del exilio,
contando los centavos cotidianos,
cuidando el silencio
para que el poeta escribiera la belleza y la verdad,
Alimentando a la prole,
forrando las libretas escolares,
Repartiendo la equidad cada día en la rústica mesa.
Es la Raquel de corazón tan bueno
Que la familia quisiera un político como ella
para que levante al Uruguay,
Ese pequeño país,
Que ríe como ella,
Sueña como ella,
Hermoso como ella.
Pero, qué bueno, la Raquel
No es ni Reina ni Alcaldesa.
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