Andrés Bohoslavsky nació en Río Negro, República Argentina, Patagonia, en 1960. Colaborador del sitio de literatura beat, dirigido por Sergio Rigazio; colaborador permanente de Verulamium Press, St.Albans, Inglaterra, dirigida por Robert Gurney. Publicó "China ocho milímetros" (La luna Que, 2004); "El ghetto de Vincent" (texto adaptado para teatro/Holanda-Rusia); "Casi un asesino y otros poemas" (Vela al viento, Comodoro Rivadavia, 2007); "El río y otros poemas" (bilingüe, St.Albans/Inglaterra); "The river and other poems"(Verulamium Press, traducido por Rober Gurney, 2004).
"Si un hombre escucha por la mañana el camino correcto
puede morir por la tarde sin arrepentimiento."
Confucio
Cuando llegamos al borde del precipicio
debía empujar a Harry, el ciego,
y cumplir de una vez y para siempre
con su pedido.
Él estaba harto de la indiferencia del mundo
de la burla de la gente
de vivir como un mendigo.
De que el único que leyera sus poemas fuera yo.
Lo abracé, le dije que entendía perfectamente;
lo miré a los ojos
le puse este poema en el bolsillo
y me arrojé.
Cuadros de una exposición
Pinté mi aldea, de madrugada,
sin que nadie me viera
de amarillo / ocre / terracota.
Este pueblo perdido donde cultivo la tierra
me enferma
entonces, llevo mi rebaño de ovejas y mi caballete
a la montaña
para que no me saquen fotos
esos tipos
mientras pinto una iglesia
abandonada entre los pinos.
Ellos dicen que no existe el pueblo
ni el rebaño
ni la montaña
ni los cuadros
puede ser
últimamente no estoy seguro
de las cosas que miro
ni de lo que pintan mis dedos.
Tal vez esto no sea un poema.
Tal vez no haya una iglesia
ni tengas esto
en tus manos.
Géneros literarios
37 centímetros de poesía
de prosa cincuenta y tres
29 de ensayo
y sesenta y siete de novela.
Lleváselos al sastre
que te haga una linda mortaja.
Las otras muertes de Vladimir
“El hombre dispuesto a alejarse
un poco de los pobres
pronto estará listo a tomar una gran distancia”.
Judas Iscariote
Su primera muerte
había ocurrido hace mucho tiempo
y entre aquélla y esta última
recuerdo varias más.
Ahora, que veo en el cajón
a Vladimir
llegan a mis oídos sus palabras:
“Sueño un mundo sin ricos ni pobres”.
Su expulsión de la fábrica
que sería su muerte inaugural
llega a mí como una visión premonitoria
de otras tantas
antes de irme, me pregunto
si no lo hemos asesinado también nosotros
y no encuentro una respuesta
sino una excusa.
Lo miro por última vez
le digo que escribo
que tal vez eso cambie el mundo.
Creo que le digo una idiotez.
En la calle, la oscuridad era total y lloviznaba
y pensé, sin animarme a pronunciarlo:
“Estoy perdido,
por eso escribo”.
De El pianista del Black Cat y otros poemas (Buenos Aires, 2007)
Algunas personas dicen
que para escribir poesía
antes se debe leer a
Verlaine
Valéry
Eluard
Apollinaire
Musset
Pound
Racine
Goethe
Keats
Shelley
Gautier
Joyce
Blake
Poe
Eliot
Mallarmé
Shakespeare
Bretch
Celine
Proust
Victor Hugo
Dante
Whitman
Prevert
Yeats
tal vez tengan razón.
Pero no me alcanzaría la eternidad
entonces prefiero arrancar
poesía
de los locos
marginales
suicidas
explotados
débiles
enfermos
místicos
de los que están en el borde
como mi amigo Vladimir
que escribe en su cama de hospital.
Caminamos sobre nosotros mismos
buscando
el
absoluto
viajeros de lo eterno.
La señora que limpia la pieza
pintura china del espíritu del Tao
progresos en el camino del zen
me dice mirándolo
partir:
es una lástima
tan joven
y pienso que tal vez
necesitemos muchas vidas
para comprenderlo.
Lo profano es sagrado
no lo había percibido
antes.
Entumecimiento espiritual
me someto sin reparos
a la dirección del mío
por eso me gustan las líneas
de Baudelaire
incomprendido
viejo Charles.
Nuevamente al principio
examinemos el problema
ellos tienen el dinero
y nosotros la poesía.
Le pregunto si no estará pensando en
plazos fijos
se ríe y me alegro.
Sergio viene con unas cervezas
trae cosas de Rimbaud
habla de Buda
de George Harrison
de Bukowski
de la Beat Generation
la flecha de un arquero
zen
sus palabras suenan bien.
Vladimir se durmió
mi amigo lee
Una temporada en el infierno.
En la televisión
un volcán estalla en África
los parlantes avisan
que terminó el horario
de visitas.
Satori
irrupción súbita de la luz
en la conciencia
le digo a Sergio.
Me dice que estoy loco
y nos cagamos de
risa.
Mientras espero a
Zun y el mago
a orillas del lago Houhai
me pregunto que hago acá
tan lejos de mi pueblo.
Meditaba bajo un árbol
como Buda
cuando pasó un vendedor de
manzanas acarameladas.
Lo interrogué
si no eran las del árbol del desierto
fruta cristiana
alegría benévola
me contó que era de un pueblo
muy pobre de Sri Lanka
vino cuando era chico
hace tres mil años
en busca de progreso
pero que lo había abandonado
junto con sus bienes.
Paz espiritual
ciclos de reencarnación.
Tal vez algún día
cuando nazca en Birmania
viaje al Valle
y me cruces
vendiendo peras.
Acarameladas.
Visitamos el culto
Sociedad de
Las Tres tazas de arroz
escriben papelitos
los queman
y peticionan a los dioses
Cosmogonía
me dice que
algunos aristócratas
despiertos
inventaron liturgias
diezmos
le comento que se llaman
beneficios
que en mi pueblo también
pero sin
té
sin dioses
ni montañas
ni deidades
ni las bellas guardianas
del panteón
chino.
Pusimos pedazos
de carne y verduras
en una olla de latón.
Zun me dice
que cuando alcancemos
el Nirvana
se apagarán los fuegos
de la codicia
y el odio
hasta alcanzar
la Iluminación.
Comemos en silencio
el exquisito guiso
del mago
que me pide
que retire esos restos
de rencor
que hay en mi plato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario