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domingo, 6 de marzo de 2011

3427.- MAURIZIO MEDO


MAURIZIO MEDO (Lima, Perú, 1965) Premio Nacional de Poesía, Martín Adán, 1986. Premio de Poesía José María Eguren 2005. Reciente finalista para el premio Poesía Hispanoamericana “Festival de la Lira”.

Ha publicado los siguientes libros de poesía: Travesía en la calle del silencio (E.A, Lima, 1988), Cábalas (Jaime Campodónico/Editor, Lima, 1988), En la edad de la memoria (Jaime Campodónico/Editor, Lima, 1990), Contemplación a través de los espejos (Jaime Campodónico /Editor, Lima, 1992), Caos de corazones (Luna azul, Colección de Luxe, Lima, 1996), Trance (Colección del Sol Blanco, Lima, 1998), Limbo para Sofía (Serie Ficciones, Fondo editorial de la PUCP, Lima, 2003), El hábito (ASALTOALCIELO, Arequipa, 2004), El Hábito elemental ( Latino Press, Nueva York, 2004), Manicomio (Calabaza del diablo, Santiago de Chile, 2005, 1era edición), La trovata (ASALTOALCIELO, Boston, 2006)

En coautoría con Raúl Zurita publicó La letra en que nació la pena, muestra de poesía peruana 1970-2004 (Ediciones del Santo Oficio, Lima, 2004) y con Eduardo Milán, Escribir contra la pobreza (Ediciones de Monte Carmelo, Tabasco, 2005). Es autor también de No nos hemos perdido: lectura personal de la obra de Raúl Zurita (Tranvía editores, Lima, 2007). Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Poesía “Martín Adán” 1986 y el Premio de Poesía José María Eguren 2005. Su obra ha sido antologada en diversas publicaciones hispanoamericanas.



Pictures of you



1.


ha muerto mountain man
bad swift
la realidad nueva semántica:
familia es diáspora
hogar ausencia
& utopía el pasado
(al jarrón de zhengtong
le dice embargo)

ve clausurar faustos salones
(aprende:
padre es fantasma)
donde juegos candados
todo su ayer
(frágil & en cartones)
muda en las tolvas
de camiones







2.


a 1000 años de ahí la soledad dijo
“llámame gulliver” tan grande
que ya no cabía en un lenguaje
si e' messa a piangere
bah “¡gulliver gulliver¡” le grita aún
y escucha quedo su voz sola
mientras ella fría azul ballena

“a mí jonás” – le respondió







3.


“el hombre es sus recuerdos” le habría dicho mountain
pero insisten asalto comiéndole la miga al corazón
la poesía llega poco - pero desde el futuro –
por una vía antípoda do engaña la esperanza
entre los diablos
su sombra por la casa -¿quién?
el cetrero se apresta a tenderle una celada

nada más diría mountain man quizá risa nausica
(y solo)
vuelve a casa

pero este ulises extravió sendas
something rots in itaca

ya no regresa







4.


las sábanas se le confunden con sabanas
lo cierto con desierto
cielo con cieno y las amantes con ríos
que van a dar a ...
“no soy manrique” dijo una al hijo
de mountain en una casa
que antónima de casa donde sol rima
cuando pronuncia oscuridad







5.


oh palabras en esta foto pudo exclamar “roseburd”
(o también abracadabra)
el hijo presiente al lenguaje embuste
& no hay a quién

mountain man (es un mirage de) las arenas
(oh yerto desierto) desoledad

quimera – repite

en la foto a su lado una mujer (otro mirage)
insiste con el sustantivo a m o r
él retruca roseburd en la foto la habitación
toda en ese color trama un efecto óptico sobre
la piel desa mujer pudo ser retratada por balthus
pero aquí también embuste
el amor






6.

amor - le oyó otra vez-
do antes sólo babas de quimera vio crecer
infranqueables calabozos: panes agua
(también nuevas bacterias) relojes japoneses (que
hacíanse los suecos) sin horas de visita
más allá aquellos (muertos por la espera)
cada uno con una lima oculta en su pastel

amor - y aunque ya nadie había el eco
fraguó en su plexo credencial de posesión
paróse en cuatro/ ladrar quiso/ & en su boca bozal
bajo el mentón un tiesto (vísceras y huesos)
& ahí la inscripción: “hijo de mountain”

conforme oía (amor amor ) balbuciéndose obsesión
el hijo de mountain fue reo can cosa bonita
para luego rabiar en fa frente a la bulla
& meterse (otra vez) jonás en su ballena







7.


la foto capta el rúbeo pétalo en flor de la sequía
una mosca azul sobre las sebes y el ángulo
donde la memoria olvida al moridor ante
los féretros sacándose las tripas
cruzó espurio los obscuros velatorios dejan-
do atrás las muertes vuelven hacia él
para arrancar sus agonías donde
nadie visa su arribo ni reclama
y nadie...







8.


en esta (come un vizio assurdo) le ronda la idea
(di scendere nel gorgo) & expirar exangüe
con vista hacia la antípoda
c'est la fin l'amore muore le insiste
en la foto él arisca ante el guión de culebrón &
se pasa una galleta por las venas
ésta es la de c’est la fin ¡tu madre¡ - repite (&
él con la galleta)
por su expresión en esta
balthus no la hubiera retratado
(botero sí)
ella zafa hecha una gorgona & él
de piedra (aún con la galleta)
perplejo ante su rostro de mandril
l’amore muore
pero ya mountain le había dicho

los mandriles no existen

& él sólo si ella...
o de su imaginación







9.


en esta los mandriles (con sus rostros ajados bandoneones fúnebres) no díscolan al ojo espiador (¿miras?) “nada” – acotó- “mas tampoco a quien de mountain man se proclama el heredero” something rots del reino apenas moscas surcando pestes zigzag todo el metileno “aquel está oculto de la miasma dentro la ballena, ¿no ves zumbantes sus delfines” ella miró con pesar el dictado del retrato “bah sólo hay moscas en fellatio sobre restos de galletas”

y luego me miró con ese mismo pesar “¿a quién se le ocurre una ballena en la recámara?” negué a gulliver mientras oíala como el hijo a la gorgona huída “si cabe la soledad...” y cuando aquello dije frunció el seño a tal que jamás tan vívido el mandril corrí (con esta foto en la mano) queriéndola inerme y (ya patas en la calle) la imagen de los mandriles extendíase sobre cada rostro a velocidad carrington (¿do andas eleonora?)

veíalos espeluznantes sobre las casetas policiales y en los tribunales ocupaban la foto central de todas las portadas sobre mí aún volaba azul la ballena y de cuando en cuando asomaba el hijo de mountain por sus fauces gritándome “¡corre corre¡”

comprendí (eso no lo consignan los retratos) por qué el hijo afirmaba “donde haya poder los micos estarán dispuestos a encerrarte” ciervo entre espinos pasé cientos de veces ante la puerta de lo quise o creí casa y cuando ya borde trémulo (& fatal) extraje del bolsillo la que había sido su llave....







10.


something rots...

al ingresar lo que ella: moscas en fellatio
sobre restos de galletas (que en recoveco)
delineaban un sendero
seguí su rastro (a salto aún por la polución
de los mandriles) hasta quedar (firme)
ante un espejo (tras de mí reapareció
enorme el cetáceo y sobre él gulliver)
desde el espejo me observó el hijo de mountain
con tal mohín que apaciguó mi ira
“shhhh si lo quiebras desgraciamos” – me dijo
ese que ves no soy yo”



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