Dunya Mikhail (Bagdad, Irak, 1965), Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Bagdad y Maestra en Estudios del Cercano Este de la Universidad del Estado de Wayne, recibió en 2001
el Premio de las Naciones Unidas para la Libertad de Escribir. Su
libro La guerra trabaja con diligencia, traducido al inglés como The
War Works Hard (2005) fue seleccionado por la Biblioteca Pú-
blica de Nueva York como uno de los 25 mejores de ese año. Trabaja en el sistema de Escuelas Públicas de Dearborn en Detroit.
Algunos de sus libros son Los salmos de la ausencia (1993), El
diario de una ola fuera del mar (1995) y Casi música (1997).
La guerra trabaja con diligencia
¡Cuán seria es la guerra!
Activa y hábil, desde la primera luz de la mañana
envía ambulancias a todos los sitios
agitando en el aire los cadáveres,
desliza camillas entre los heridos,
hace llorar a madres e hijos,
saca de la tierra tantas cosas,
rígidas y brillantes,
genera en los niños más preguntas,
divierte a los dioses con la artillería de los misiles,
siembra minas en los campos,
cosecha fosas y humo,
hace emigrar familias enteras,
da apoyo a los sacerdotes que maldicen al diablo
mientras su mano arde de dolor.
La guerra sigue trabajando día y noche
inspirando en los tiranos largos discursos,
ofreciendo medallas a los generales,
dando temas a los poetas,
colaborando en la fabricación de miembros postizos,
acrecentando la comida de las moscas,
agregando páginas a la historia,
igualando el asesino y el asesinado
enseñando a escribir cartas a los enamorados,
entrenando a las muchachas en la espera,
ocupando con noticias y fotos los periódicos,
construyendo mas orfanatos,
fabricando más ataúdes,
felicitando la prontitud de los sepultureros,
dibujando sonrisas en los rostros del líder.
La guerra trabaja incansable
pero nadie la elogia
para ella no hay
una sola palabra.
Pronombres separados
Él juega a ser tren,
ella, silbato.
Viajan.
Él juega a ser cuerda,
ella, árbol.
Columpian.
Él juega a ser sueño,
ella, paloma.
Vuelan.
Él juega a ser líder,
ella, pueblo.
Juegan a la guerra.
La diosa y las cosas
Ahora que te dispones a morir
permite que me presente.
Soy la diosa de las cosas,
soy el dinero que tanto buscaste,
los títulos, la gloria, las lentillas,
los libros, las lozas de tu casa,
los documentos de identidad,
la brújula, la maleta de cuero,
los muebles de caoba, el ordenador,
el cuaderno del diario, la vela apagada,
los paraguas, los alfileres, las vajillas,
las joyas, los calcetines, todo.
Soy la diosa de las cosas materiales,
que te acompaña, ahora,
en la hora de tu muerte.
Dunya Mikhail, incluido en Arquitrave
(nº 36, abril de 2008, Bogotá).
[http://www.arquitrave.com/archivo_revista/Arquitrave36.pdf]
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