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martes, 22 de febrero de 2011

3282.- MARTA ZABALETA


MARTA ZABALETA
Argentina, vive en Londres (Inglaterra) desde 1976. Escritora, poeta, ensayista y promotora cultural. Especialización académica, Experta en Desarrollo Económico y Social de América Latina (Santiago, Chile, 1963), D.Phil en Development Studies (IDS, Sussex 1989). Actualmente es Honorary Visiting Senior Lecturer (School of Arts, Middlesex University, Trent Park, Londres).

Su temprana vocación feminista y libertaria le valió ser encarcelada por los gobiernos del Gral. Juan Domingo Perón (1954) y Gral (r) Augusto Pinochet (1973). Repatriada por Decreto de la Presidencia de la República Argentina, en 1973, fue expulsada por el gobierno de facto de Videla (1976), con destino al Reino Unido.

Su trabajo como organizadora y promotora cultural es variado y extenso. Para detallada información de todas sus actividades. Reflexionar sobre su pasado la condujo a volver a reescribir poesía, luego de un paréntesis de treinta años impuesto por el trauma del exilio. Como escritora y poeta sus textos han aparecido en numerosos periódicos y revistas especializadas, así como en sitios de la WEB. Varios de sus poemas han sido seleccionados para exposiciones internacionales de Poesía y Arte. Ha participado en recitales a nivel nacional e internacional.

Casi toda su obra literaria está practicamente inédita. Ha publicado poemas recientemente en Polonia, en Canadá y en numerosos portales electrónicos de Canadá, España y el Reino Unido, así como en diarios argentinos. Algunos de sus poemas han sido traducidos al catalán y al inglés, y otros han sido leídos en el Museo de Londres e incorporados a la biografia de Marta, que se encuentra en dicho lugar.



Pesadilla

Me despertó en la noche
tremenda pesadilla
qué es lo que tengo, me dije,
¿ya no le quiero?

Susurraba una lechuza
se columpiaba una rama
habían dos pescados
y una manzana.

La noche era callada
los pescados no hablaban
la noche era estrellada
eran las seis moradas.

Me despertó un susurro
de un paladar muy rosa
la piedra en el camino
el llanto en su garganta.

La noche era temprana
y me soplaba el alba
me di vuelta en la cama
y le encontré callado

Le besé con el alma
me miró con sonrojo
me dormí enamorada
y desperté galana.

Había en el estero
un pato, un aljibe,
una ventana entera
para saltar afuera.

Había en esas pampas
consuelo de otros cielos
y en mi corazón de niña
vivía una esperanza.

Tenía brío, tenía caballos
saltaba con las trenzas
al viento despeinadas
con mi oculta delicia entre las manos.

Bailábamos las lluvias
poemas recitábamos
revisábamos lindos
vivíamos la esperanza.

Las tardes eran densas
el porvenir patraña
los libros eran
caminos en el agua.

Las noches eran largas
siempre hechas de esperas
de cuentos disfrazados
de cristal y de cera.

Los días eran cortos
poblados de acechanzas
despedazando hadas
desangrando rosarios.

La vida era verde y rosa
con fuertes tintes naranjas
el lino batía las hojas
y el girasol giraba, giraba

Mientras bajo del árbol
en mi caballo alado
recogía de cuatro pétalos
el final de mi infancia.

Susurraban los pastos
los trinos se dormían
y a lo lejos se oía
a un tren que se marchaba.

La noche era silencio
los días estrellados
cuando mi vida aun
era una pagina en blanco.






Fusilaron a mi teddy bear

26 de Marzo, 2003, 6.00am
Londres, séptimo día de la guerra.
Para el osito Sebastian


Dos hombres
vestidos de amarillo
sin pecho y con medallas le dispararon
en el aire estalló hecho pedazos.
Lo había escondido dentro de una maceta, debajo de una planta de menta
pero le capturaron en el patio de casa
cayó despedazado.
En la vereda de enfrente tres niños nos miraban
mi abuelo, mi padre, mi marido, y ninguno hizo nada
pero mi suegro lloró
cuando mi osito murió descuartizado.
En mi jardín es primavera y el rosal está cubierto de hojitas
que transpiran sangre y petróleo iraquí. En mi cama hay velorio
porque a mi teddy bear ayer lo destriparon
Dos hombres con uniforme
lo habían violado
en Chile en un estadio
antes de que un cónsul argentino le rescatara:
cruz, familia y partido lo decretaron
inservible, y murió repudiado.
En la plaza de Castelli en Buenos Aires se columpiaba
cuando dos metralletas se le acercaron. Ni protestó siquiera
pues ya del miedo y para entonces
había perdido el habla. Partió para Europa con asiento pagado
aterrizando en Río y en Madrid, ya refugiado
cuando con balas verdes en Londres lo perforaron.
Tenía mi osito chileno lana de oveja mapuche y ya la trompa toda
desarmada de besos, sombrero de payaso y una bufanda celeste y blanca,
tejida por mis manos
para salvarlo de las nieves de Glasgow.
Pero era todo aserrín cuando estalló en pedazos.
Guerras de golpes, golpes de guerras: ya por fin ′liberado′
su sonrisa se escondió en el sol cuando le apuntaron
y con su amor calienta
esta mañana.
Pero al sol: ¿nunca irán a matarlo?








Poema Saludo austral

Dedicado a mi ex-alumno desaparecido Cesar Negrete

Duerme la aurora en su parrón de viento suave
la impenetrable danza de centenarias olas
entre vaivenes de cajón y nicho grave

Tejidos con tomillo y hierba buena, sus huesos
corren,
corre, corre, agoniza suave,
estrella que amordaza
y se levantan
los brazos arropados en la piedra
y con un puño crispado en la garganta
grito.

A los lejos las islas regurgitan
portentosos los cánticos de otrora
y sobre la muerte de las victimas
revueltos
el pulso el corazón al alba
se entibian
los dolores de msi alumnos fusilados

Riego su tumba sin nombre y sin estrellas
bordo su rostro de sangre y esperanza.

Tan de noble es la memoria
que no guarda
en sus recuerdos
nada mas que sus sombras
y en ese resucitar de cada flor marchita
busco un eco que recobre nuestras horas de victoria y vida nueva
y nos guarde
prendidos a su gloria.

Al pie de la tumba a las victimas de la dictadura del 11 de septiembre
de 1973, enterradas aquí en cuerpo o en ausencia.
Cementerio de Tome - 23-9-2004 - Chile






Juguemos a jugar que todas somos madres por Marta Zabaleta ( Londres) *

Dedicado a la Memoria de mi amiga y ex-alumna de la Escuela de Economía de la Universidad de Concepción, Chile
Muriel Dockendorf, mirista a cargo de tropa, desaparecida en Chile en 1974, a los 24 años.


Nací persona. Como víbora que se atraganta con su cola
devine Melpómene, diosa como de todas las tragedias, 'como su madre'.,diría mi padre. Fui su hija única, mujer,
“tal vez lesbiana”, dijo una vez mi madre.
.

‘Eres una mujer hermosa’.
Lo siento, Capitán - nos hemos conocido
un poco tarde.
Erguido, bigotudo, armado, pintoso, como mi padre.
Soy la Libertad, os lo repito, una bandera,
soy senos, fui marsellesa, como mi madre.
Y soy quimera, un hecho y mil palabras.
Aturdida, histérica, un ser cambiante, mujer, como mi madre.

Hundidos ya los dientes a patadas, soplando al viento los quijares
y bebida la sangre coagulada, rodeada de fieras amaestradas
con su orina, su semen, su ignorancia, sus mates, sus sables,
sus cigarros… sangro de nuevo, pero no delato.

La vagina que muerdes, perro-hombre que penetras
como un buitre, cabalgas como a tu madre y violas
como si fuera de tu hermana, asesinas, sin saber que tú eres
parte del pueblo, gendarme, camarada.

Un número y violada: duerme,
no llores,
no te mates,
mira volar las golondrinas
rojo y blanco,
y en el campo,
recuerda, eras el humor reverberante,
como en el lecho colina sin bastiones.
Tu juventud nos daba la esperanza.
No la llores, madre.
Ella es estrella.

Muriel: en el despeñadero mapuche pusiste tu fusil en alto,
llamarada, alumna, hija, tía, hermana, amiga, novia, esposa, compañera
amenazada entregada golpeada sucumbida, y encima, calumniada.
Muriel acribillada.

Regaron los servicios con tu sangre,
te entramparon, desnudaron, enlazaron,
penetraron,
cinco, diez, quince, veinte, cien veces muerta, asesinos
todos hombres, todos blancos,
vomitabas
y aun profanada, no delatabas, no llorabas;
nada nos cambiaba.

Gritaba el golpeador, el gran dios de los genuinos zánganos,
como aquel que fuera un colega sin sustancia,
a los cuerpos desnudos temblorosos de miedo,
el dueño feroz de esa luz incesante
con que trataban de enceguecer el alma.

No nos fusiles, no nos golpees, ya basta; no mates tu inocencia,
no dejes que alguien escupa a quien te mate; el amante te abraza,
los padres te suplican, el centinela tiembla, y cuenta: otra vez
hasta diez, y vuelas: eres otra vez una paloma rojinegra,
vestida de mil soles.

No la embarace, no la roce, no la hiera,
mejor mátela, Coronel, y la embaraza,
la roza, la hiere, es una niña, gime, se desangra,
y abomina, mientras la hiena se place.

Subiremos otra vez las escaleras
adonde el sol calienta,
la primavera va desnuda,
adonde crecen las acacias
y los volcanes rugen,
hablaremos de los partos,
juntas las manos todas
jugaremos a jugar
que todas somos Madres.

Porque nos hicieron mujeres
pero luchando, solas, volvimos a convertirnos
otra vez en personas.



Del libro-collage de pseudo memorias inédito
‘Dulce de Leche: memorias de Lucía Guerra’


* Leído en Santiago, el 16 de julio 2003, en la Escuela de Economía de la Universidad de Chile, durante mi primer regreso luego de treinta años de haber sido expulsada del país el 5 de octubre de 1973, en la Mesa Redonda coordinada por mí, ‘GRACIAS A LA VIDA’, que dedicara a todas/os las/os desaparecidas/os de América Latina, y que tuvo lugar durante el ICA 51o (Congreso Internacional de Americanistas).



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