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martes, 15 de febrero de 2011

3225.- YVES NAMUR


Yves Namur
Yves Namur nació en Namur (Bélgica) en 1952. Médico,
fundador de la editorial Taillis Pré y autor de unos treinta libros.
Entre otros: Le livre des sept portes (Lettres Vives, Paris, 1994),
Figures du très obscur (Phi, Luxembourg, en coedición con
Écrits de Forges, Québec, 2000), Le livre des apparences
(Lettres Vives, Paris, 2000), et Les ennuagements du coeur
(Lettres Vives, Paris, 2004). Co autor de varias antologías con
Liliana Wouters (Le siècle des femmes) y, últimamente,
Poètes aujourd’hui. Los siguientes poemas, inéditos,
pertenecen a Un manteau de pluie.






¿Cómo hablar de la tristeza de un higo?

¿Cómo hablar de ello con justeza,
Sin despertar la mínima sospecha,
Sin despertar el pájaro o el fruto que recién madura?
¿Cómo hablar de ello
Y que las cosas dichas sean exactamente
Lo que son ahora?
¿No sería entonces más sensato que calle el poeta
Y se siente a la sombra del árbol
O mejor,
A la sombra de su propia sombra?







“El mi sterio de las cosas, ¿dónde está?”
Fernando Pessoa

Cualquiera sea el lado por donde miro,
Siempre hay una casa alumbrada.
Y todas bien abiertas,
Como si esperasen algo de mí,
Como si yo pudiese todavía algo por cada una de ellas.
Pero ¿qué puede hacer
Un hombre sencillo como lo soy ahora bajo la lluvia,
Un hombre como tantos otros,
Que no puede mirar desesperadamente el misterio
Y la belleza terrible de las cosas?







¿Sabemos realmente
Cuántas piedras han sido arrojadas al vacío,
Cuántas abandonadas así, en el rumor,
En la lluvia y el barro del río?
¿No habremos olvidado demasiado pronto
Que aquellas piedras hablaban como hablamos hoy
Que tenían un pasado o un porvenir,
Y también un alma como la nuestra,
Que eran simplemente
Una parte de nosotros, un poco nosotros?
¿Por qué el hombre un día olvidó
Aquellas cosas simples de la vida?








Hay en lo profundo del cansancio
Todo lo más bello que un hombre puede ofrecer:
Su coraje quizás,
Su fulgor perlado, su respiración difícil
Y sus heridas antiguas ya.
Y en la cumbre de la colina,
La proximidad de los arándanos, los brezos y la lluvia.
También hay un secreto bien guardado
Que sólo
La Naturaleza está dispuesta a compartir con él.

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