Luna Miguel (1990) estudia Periodismo en Madrid. Es columnista en el diario Público y colaboradora de Quimera, Koult y Vice. Sus poemas han aparecido en diversas revistas y antologías nacionales e internacionales como Los Noveles, New Wave Vomit o 3AM. Es autora de los poemarios Estar enfermo (La Bella Varsovia, 2010), Poetry is not dead (DVD, 2010) y Pensamientos estériles (en prensa); y del relato Exhumación (Alpha Decay, 2010) escrito a cuatro manos con Antonio J. Rodríguez.
Mantiene un blog: http://lunamiguel.blogspot.com/
SíNTOMAS
me muero y sin embargo viviré
EDGAR ALLAN POE
1. hypocondriaque
garganta vacía, blando, duro, cabeza.
garganta seca, fiebre, sueño, tripa,
tengo todos los síntomas, sueño todas
las enfermedades, sangre, frío, azúcar.
no estoy enamorada.
2. doucement
así esperas
las cosas lentas
de nuestra ciudad
mientras
dejaré que el viento
muerda mis manos
3. gorge coupée
sin que nada doliera
los dioses
decidieron cortarnos
la garganta
4. si jeune
tan joven
y ya he perdido
media lengua
ahora sólo
espero
el día de nuestro
reencuentro
5. la maladie
pronuncias la epidemia
y un hombre muere
pronuncias el silencio
que nos queda
6. paroles
no son poemas,
lo que lees son mentiras
SOBRE LA MEDIOCRIDAD
No nos enseñaron a nadar
y en poco tiempo
aprendimos a ahogarnos.
La espuma era larga,
la cresta amarga y sonora.
Estallaba gota a gota
el aire
contra su propio cadáver.
No nos enseñaron a remar
y el temporal precipitó un naufragio.
La balsa, para la medusa.
SOBRE LA MEDIOCRIDAD
No nos enseñaron a nadar
y en poco tiempo
aprendimos a ahogarnos.
La espuma era larga,
la cresta amarga y sonora.
Estallaba gota a gota
el aire
contra su propio cadáver.
No nos enseñaron a remar
y el temporal precipitó un naufragio.
La balsa, para la medusa.
SAILOR'S GRAVE
Pacté con mi madre un tatuaje en el cuello.
Las dos compartiríamos marca,
las dos,
el sello de la tinta que nos une.
Sin embargo ahora
una cicatriz en el lugar íntimo
separa nuestras nucas para siempre.
NOTTURNO 223, CUARTA PARTE
Acabaré escribiendo
cualquier cosa
menos poesía.
Acabaré ahogada
en la sábana,
en la cama verde
que no alcanzo
cama
a la que no llego
por este camino
ruidoso.
Autobús: casa.
Argelinos dormidos.
Maricas que respiran
rápido
como si vivieran al borde
de la muerte.
Transporte atestado: casa.
Acabaré mareada
en la cuneta
dos euros ochenta y cinco
céntimos.
Y a cada hora el trayecto
es más
peligroso.
Y a cada hora
la cama
es más
extraña.
Acabaré mandando
Continental Auto
a la mierda.
Porque la vida
es cualquier cosa
menos poesía.
Porque qué tiene
de poético
el miedo hoy
en mi carne.
Acabaré haciendo
cualquier otra cosa
menos
poesía.
Porque no es lo que tú.
Ni lo que yo.
Porque no es lo que el mundo
necesita.
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