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domingo, 12 de diciembre de 2010

2637.- MARÍA EMILIA CORNEJO


Un mito para su vida
María Emilia Cornejo (Perú), murió en setiembre de 1972, a la edad de 23 años en la ciudad de Lima, producto de una sobredosis de pastillas. En el círculo literario se cuenta que se había casado con Oswaldo Márquez y que deseaba con muchas ansias ser madre; sin embargo, perdió su bebe cuando tenía tres meses de embarazo. Luego, la depresión fue mellando su existencia.
La poeta-mujer estudió Literatura en la Universidad Nacional Mayor de san Marcos y participó del taller de poesía de dicho claustro universitario que era dirigido por Hildebrando Pérez junto al poeta Marco Martos. Aunque su asistencia fue irregular entre 1970-1972 y que pocos sabían que era poeta, algunos de sus escritos fueron publicados en 1970 en la revista Gesta y luego de fallecer fueron impresos tres poemas por Isaac Rupay, Director de la revista literaria Eros, en el único y mítico número de 1973.
Armando Arteaga la describe como misteriosa y silenciosa, amable y agradable en su conversación, de una presencia frondosa y de una ternura ideal. Mientras José Rosas Ribeyro narra que semanas antes de su suicidio, ella asumiría una actitud desesperada, desolada, con la angustia marcada en el rostro y la firme intención de ahogar su malestar existencial en el alcohol y el jolgorio de las fiestas.
Al margen de los adjetivos para ella, Cornejo es considerada la iniciadora de la nueva corriente del erotismo de la poesía en el Perú. Ella se atrevió a presentar una voz femenina como yo poético que desnuda su pudor y condición de mujer para plasmar las contradicciones entre la vivencia del cuerpo y las consecuencias de sentir, amar y sufrir por ser el complemento del varón y ser ella misma. También, a través de su poesía, aunque en algunos poemas específicos, se puede valorar su preocupación social producto del momento histórico y contextual que le toco vivir.

La historia mala
José Rosas Ribeyro y Elqui Burgos han confesado que los poemas “Soy la muchacha mala de la historia”, “Como tú lo estableciste” y “Tímida y avergonzada” de MEC: “…son resultado de un trabajo de montaje y construcción que en 1973 hicimos al año de su muerte (la de Cornejo, en 1972)”… lo cual ha sido confirmado por Hildebrando Pérez, quién alcanzó los poemas para la recolección y reunión del poemario en construcción. El libro póstumo En la mitad del camino recorrido, se publicó 16 años después por el movimiento Flora Tristán.

SEUDÓNIMO: María Márquez

CARACTERÍSTICAS
Expresa la experiencia amorosa y erótica del sujeto femenino.
Manera desenfada de construir poemas, rompiendo estructuras hasta entonces respetadas.
Poesía Social.
Atmosfera intimista.
Inaugura una temática nueva en la poesía peruana.
Vivencia del cuerpo.
Temática sexual.
Uso directo del lenguaje.
Su poesía esta circundada por la desolación, la angustia y el amor.
Profunda contradicción de la vivencia del cuerpo femenino que niega y afirma al mismo tiempo sus deseos.
OBRA:
Libro póstumo: En la mitad del camino recorrido (1989), publicado 17 años después de su deceso. 31 poemas divididos en 5 secuencias.



MARIA EMILIA CORNEJO, en palabras de Marco Martos: "tenía 23 años en 1972 cuando se suicidó. Pocos sabían que era poeta, salvo quienes la conocían de cerca, alumnos y profesores de la Universidad de San Marcos. En su corta vida, en los pocos poemas que logró escribir, dio un vuelco a la poesía peruana escrita por mujeres. Es cierto que existe una tradición de mujeres que escribe poesía en el siglo XX, principalmente en los años veinte Magda Portal y, desde los años cincuenta, Blanca Varela. Y es verdad también que la poesía en manos de esas escritoras, y de unas pocas más como Carmen Ollé ahora o Rocío Silva Santisteban, es una escritura que sin proclamarse necesariamente feminista, reclama con fuerza el derecho de la mujer de tener un lugar importante en la sociedad. Pero es verdad también que la mayor porción de la poesía escrita por mujeres en todo el siglo XX ha sido una poesía edulcorada, repetitiva, poco creativa. María Emilia Cornejo tuvo, en este marco, el efecto de un trueno. Su poesía, cuando se difundió en los ochenta, pareció chocante. Y lo era porque se atrevía a trastocar los roles en la sociedad patriarcal, porque abordaba la inconveniente, y, hasta cierto punto, lo prohibido. Ese libro suyo, A la mitad del camino recorrido (1986), espasmódico, violento, balbuceante a ratos, era algo que no se había visto en décadas de poesía peruana. María Emilia Cornejo, "la muchacha mala de la historia", como dice uno de sus textos se ha convertido en la poeta paradigmática, de la segunda mitad del siglo XX".



SOY LA MUCHACHA MALA DE LA HISTORIA

Soy
La muchacha mala de la historia
La que fornicó con tres hombres
Y le sacó cuernos a su marido.

Soy la mujer
Que lo engaño cotidianamente
Por un miserable plato de lentejas,
La que le quitó lentamente su ropaje de bondad
Hasta convertirlo en una piedra
Negra y esteril
Soy la mujer que lo castró
Con infinitos gestos de ternura
Y gemidos falsos en la cama

Soy
La muchacha mala de la historia.







MI PUEBLO NO ES

mi pueblo no es
un mapa de veinticuatro colores
quiero decir
una selva verde
una costa blanca
una sierra ocre;
y digo
mi pueblo no es
un mendigo en su banco de oro
ni un paraíso perdido;
mi pueblo
mi pueblo sufre
y es
gente dividida en colores,
mendigos y explotadores.





TERRIBLEMENTE TUYA

terriblemente tuya
acudo noche a noche a la inquietud de tu cama,
bric-a-brac, bric-a-brac, bric a brac,
los grillos nos espían,
un torrente de mariposas
cubre la desnudez de nuestros cuerpos
y celosamente conserva las ondulaciones de tu talle
yo
guardo en mi memoria
tus labios explorando mi cuerpo.






TÍMIDA Y AVERGONZADA

tímida y avergonzada
dejé que me quitaras lentamente mis vestidos,
desnuda
Sin saber qué hacer y muerta de frío
me acomodé entre tus piernas
¿es la primera vez?
preguntaste,
sólo pude llorar.
oí que me decías que todo iba a salir bien
que no me preocupara,
yo recordaba las largas discusiones de mis padres,
el desesperado llanto de mi madre
y su voz diciéndome
"nunca confíes en los hombres".
Comprendiste mi dolor
Y con infinita ternura
Cubriste mi cuerpo con tu cuerpo,
tienes que abrir las piernas, murmuraste,
y yo me sentí torpe y desolada.




I


hubiéramos querido tener en nuestras manos
la eternidad de nuestras vidas
pero sólo nos era permitido
ocupar el cuarto por tres horas.
la vieja cama rechinó hiriendo nuestros oídos,
para entonces ya nada importaba.
con las precauciones del caso
cara - a - cara
intentamos recuperar nuestro destino
y nos amamos desesperadamente.
yo
todavía conservo
una mata de tu pelo entre mis piernas.









envueltos en las sábanas de tu cama, esa cama tuya
cargada de pesares
descubrimos las mil formas del amor;
mis senos como palomas alimentaron tus angustias
y tus pasos se perdían locos en la llanura de mi vientre,
¡oh! fauno enamorado
cabalgabas sobre mí desesperadamente.
tus labios tomaron posesión de mi sexo
y una lluvia de estrellas bañó nuestros cuerpos
y tu semen vino a mí curando todas mis penas.
al final fumamos y nos quejamos del viejo colchón de paja
limpiamos nuestros sexos
hurgamos en viejos poemas la definición de lo nuestro
volvimos a fumar
y las cuatro paredes de tu cuarto se hicieron evidentes
tan claras y evidentes.
yo te dije adiós y tú prometiste llamarme.









entro lentamente por tus venas
hasta inundar
todos los rincones de tu cuerpo
rescato tu nombre milenario
en cada arteria
te pierdo y me encuentro
en la profundidad de tu mirada
sin compañía alguna
invado tus pulmones
y vivo
y me recreo
con el aire que respiras
avanzo por debajo de tu piel
y organizo con exactitud
el metabolismo de tus penas
y tu cuerpo se convierte
en la zona sagrada de mi vida.
sin embargo,
hoy es mañana
y mañana será nunca.









siempre supe que te encontraría
en alguna vieja calle de Lima.
desde entonces
preparo cuidadosamente nuestro encuentro.











II


te beso en los ojos, en la cóncava mudez de tu inocencia,
te beso y todo tu cuerpo se viste con flores de un canto primaveral,
te beso y conviertes las cosas en hechos silenciosos y llenos de asombro,
te beso al fin
te beso.









después de un lento aprendizaje
puede reconocer sin equivocarme
las formas de tu cuerpo,
besar tiernamente tus mejillas
y saber con exactitud
las dimensiones de tu falo.
ahora, cada encuentro se convierte
en el hecho cotidiano de besarse
meternos en la cama y repetir
los movimientos del amor.
tu cuerpo se estremece a cada orgasmo,
yo te pido más
y en la necesidad de recuperarte
mis labios exploran tu pubis,
para entonces
cansado y sudoroso.
mis senos abrigan tu sueño.









vienes a mí
¡oh! viejo ulema
a cubrir la inocencia de mi cuerpo
con una estela de rosas pardas y amarillas;
vienes a mí
y conservas la ubicuidad de todos mis momentos
y eres oráculo
maravilloso y perdido
que predice todas mis desdichas.











III


debí seguir tus consejos,
no leer más a Kafka
ni frecuentar esos cafés
que tú sí frecuentas;
pero es tarde
hace frío
y estoy sola.









la soledad abrumadora de mis días
se acrecienta en mis oídos
hasta hacerlos estallar,
ya nadie respeta mis decisiones;
soy la hija extravagante y loca
que hay que rescatar.
entonces
cada palabra mía se convierte
en un grito desgarrador
sin eco y sin respuesta.









me encontraste en la mitad de todos mis caminos
y avanzaste lentamente hasta inundar
todos los rincones de mi vida.
ahora,
soy la mujer que sigue
sigilosamente
tus pasos
la que aguarda en cada esquina tu llegada,
soy la mujer incondicional
que nada pide a cambio
la que siempre te recibe
y te abre las piernas sin chistar.
soy la mujer,
tu mujer,
que guarda tus más gratos recuerdos;
la que nunca olvidará tu nombre
soy la mujer qe conservará como un tesoro
todos tus orgasmos
tu desesperada forma de amarme.
soy la mujer,
tu mujer,
y te amaré
hasta entregarte toda mi piel.











IV


he vuelto al camino de la soledad
al camino de la transparencia y la limpieza
he vuelto a los lugares inéditos
donde miedos milenarios pugnan por salir.
he vuelto
yo lo sé,
a la angustia de una noche que se acaba,
al poema terminado,
al silencio,
a mi vida.









quiero volver a encontrarte
en lo sillones tímidos de tu patio,
amoroso patio empedrado de tiernos olores.
quiero oír tu voz en las mañanas
y
en la inquietud de tu cama encontrar
todo amor
el lenguaje de tu boca.
quiero tu palabra como piedra que cae
amorosa piedra de tu patio
patio tuyo
escondido.
quiero tu presencia de silencios
como ecos que no acaban
tu presencia de helechos frescos
suaves helechos de tu patio
patio tuyo que he perdido.







mis huesos
junto a mis años,
de miles de horas,
se acomodan
cada día
en el hueco de tu cuerpo;
mis ojos, cansados de ver y no verte,
recorren tocando cada una de tus venas,
y
en la hora del amor
tu pelo vibra
en mi pelo,
y es la noche
único testigo
de
nuestra
diaria
celebración.







bajo un sombrero negro
mis pies van saboreando
un camino de piedras;
mi voz,
cantando al viento,
se enreda entre las hojas
y es poco el cielo
para cobijar mi alegría.









de día
mi cuarto es primavera
de flores y rosas
y
cuando llega la noche
es aquel viejo reloj
cansado y sin horas
que espera,
y simplemente espera
al tiempo
que viene en mi contra.

es sólo el tiempo
que viene en mi contra
y no me deja morir
porque
ya no
ya no le temo a la muerte
pues
sentado junto a ella
hoy
ya no tengo
la culpa
de
sentirme sola.






COMO TÚ LO ESTABLECISTE

sola,
descubro que mi vida transcurrió perfectamente
como tú lo estableciste.

ahora
cuando la sensación de algo inacabado,
inacabado y ajeno
invade de escrúpulos mis buenas intenciones,
sólo ahora
cuando me siento en la mitad de todos mis caminos
atada a frases hechas
a cosas que se hacen por haberlas aprendido
como se aprende una lección de historia,
puedo pensar
que de nada sirvieron los consejos
ni las interminables conversaciones con tu madre,
y esas largas horas de mi vida
perdidas
en aprendizajes extraños
sobre pesas y medidas,
colores
y
sabores
y
en el vano intento de ir tras el sol
tras el vuelo de los pájaros,
de repente quiero acabar
con mi baño de todas las mañanas,
con el café pasado,
con mi agenda cuidadosamente estructurada
de citas y visitas
a las que asisto puntualmente;
pero es tarde
hace frío
y estoy sola.


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